El olmo no puede dar peras; ni el imperialismo, democracia

(Texto publicado inicialmente el 1-Septiembre-2018.)


El olmo no puede dar peras; ni el imperialismo, democracia


El “President de la Comunidad autónoma española de Cataluña”, Sr. Quim Torra, ha manifestado hoy su “sorpresa” ante el hecho de que el “Presidente” del Gobierno español Sánchez «amenace con aplicar el Artículo 155 y cosas de éstas que, hasta ahora, las habíamos escuchado mucho en el pasado con un determinado partido político, aunque el PsoE también votó a favor del 155».

Pero, como es evidente, en este lamentable ejercicio de contradicción en los términos él mismo se dice y se desdice acto seguido sobre su “sorpresa”; porque ¿cómo es posible que él diga estar sorprendido de que ocurra algo que él mismo reconoce ya ha ocurrido antes? ¿Cuántas veces necesita él que ocurran las cosas para que ocurran sin “sorpresas”? Porque desde la OCUPACIÓN MILITAR del Principado de Catalunya en 1714: única y verdadera CONSTITUCIÓN REAL del régimen político español instaurado en Catalunya desde entonces hasta hoy mismo, todos y cada uno de los artículos de las “CONSTITUCIONES” FORMALES que dimanan de la constitución real: empezando por la de 1716 o “Decreto de Nueva Planta de la Real Audiencia del Principado de Cataluña” (que abolió “por derecho de conquista”, es decir: ilegal y criminalmente, las CONSTITUTIONS Y ALTRES DRETS DE CATHALUNYA), y terminando con la de 1978, todas las disposiciones contenidas en ellas, decimos, han sido implícita o explícitamente aplicadas siempre según las circunstancias lo exigen o aconsejan. Como es evidente, salvo que algunos de sus Artículos y disposiciones queden formalmente derogados, una “Constitución” formal es un todo que está técnicamente en vigor y es aplicable en su conjunto. En estas circunstancias ¿cómo puede hablarse de “sorpresa” cuando se trata de la aplicación de algo que está vigente y que no ha sido derogado?

En cuanto a la “amenaza” de la que se sorprende, en todo caso será la amenaza de VOLVER A APLICAR ese Artículo que menciona. Pero ¿qué sentido tiene volver a hablar de “amenaza”, cuando la amenaza inicial ya se cumplió y llevó a la práctica? ¿Hasta cuándo piensa estar el Sr. Torra hablando de “amenazas” que han dejado de serlo por haber pasado a ser una realidad actual?

Ahora bien, sobre la repetición de ese hecho que tanto le asusta a él: la intervención de Catalunya por el Estado español de forma directa y sin delegación formal por medio de intermediarios locales interpuestos, ¿qué problema cree va a tener en volver a repetirlo quien está ahora en el Gobierno (por cierto, con el apoyo “catalán”) y que por tanto no necesita camuflarse y engañar a los demás sobre sus verdaderas intenciones, siendo así que ya lo ejecutó incluso cuando estaba en la “oposición” y teóricamente necesitado de ese camuflaje? Si, incluso estando en la “oposición”, ese Partido que él menciona sintió que no necesitaba mentir y no mintió respecto a su apoyo a la aplicación de la intervención de Cataluña desde Madrid, y aun así recibió el apoyo del colaboracionismo “catalán” (así como del “vasco”) para hacerse con el Gobierno, ¿por qué ese Partido habría de retroceder o contradecirse sobre ello ahora que ya está en el Gobierno, cuando se da además la circunstancia de que la aplicación íntegra de la “Constitución” formal española – algo que está en su ADN – le da votos en España mientras que su no aplicación se los quita?

Dice además el Sr. Torra que “el Gobierno español no da una solución política al problema catalán”. Pero eso es absolutamente falso puesto que los sucesivos Gobiernos españoles, desde la Guerra dels Segadors en 1640 hasta hoy mismo, SIEMPRE han dado “una solución política” al problema catalán. Otra cosa es que no haya sido una solución democrática, por supuesto; lo que ha habido siempre es una solución militar-totalitaria, eso es innegable. Ahora bien, ¿desde cuándo una solución militar-totalitaria no es una solución política? Una solución podrá estar basada bien sea en una política democrática, o en una política totalitaria-fascista, pero “soluciones políticas” lo son ambas; la cuestión estriba en no confundir la una con la otra y en saber que de un régimen fascista nunca llegará una solución democrática.

A este respecto ¿está seguro el Sr. Torra de que él tiene claro en cuál de esos terrenos se está moviendo? Porque debería saber bien que esperar una solución democrática de un régimen totalitario es esperar un imposible, además de exponer seriamente la propia salud mental a un público deterioro. (A día de hoy – 10/IX/2018 – el Sr. Junqueras sigue lamentándose desde la cárcel, en entrevista para TV3, de que “quien no quiso sentarse en la mesa a hablar [de autodeterminación o independencia, claro] no fue la parte catalana, fue el Ejecutivo de Rajoy”; algo que éste y todas las “oposiciones” españolas les habían dicho, de todas las formas y maneras posibles y en todos los momentos, que no harían. Esto, que es normal en niños y que en nuestro idioma se denomina “kasketa”, en adultos es otra cosa.) Ello es tanto como esperar que el olmo dé peras; o, como dice el proverbio inglés, es “ladrar al árbol equivocado”. Y sin embargo el Sr. Torra ladra al árbol equivocado y pide peras al olmo Sánchez, como antes Puigdemont y Junqueras las pidieran al olmo Rajoy...

En el actual mundo del nuevo totalitarismo: adaptado e integrado mediante elaboradas estructuras de falsificación ideológica, quizá no haya caso más dramático que el que se produce cuando los Pueblos sojuzgados: política y mentalmente alienados y extraviados, aceptan llamar “democracia” y toman como tal a los regímenes que les impone el imperialismo fascista con la ayuda de una “clase política” formada por traidores o ineptos colaboracionistas indígenas. Sin embargo un régimen semejante no puede ser tomado como democracia, puesto que ésta se funda en el respeto y la vigencia de los derechos humanos fundamentales; y el derecho internacional de independencia, libre disposición o autodeterminación de todos los Pueblos, según ha sido repetida y constantemente reconocido – no constituido – en resoluciones de la Asamblea General de las NU, es el primero de los derechos humanos y la condición previa de todos ellos.

La democracia es incompatible con el imperialismo: si hay imperialismo, no hay democracia. La negación del derecho de autodeterminación o independencia de un Pueblo sojuzgado pone en evidencia a ese régimen como imperialista, lo cual excluye en él toda posibilidad de democracia. Y la represión de ese derecho fundamental constituye en sí misma una actuación criminal que determina NECESARIAMENTE la naturaleza no sólo imperialista sino también fascista del régimen político que la realiza. Todo ello al margen y por encima de sus eventuales procesos “electorales”: fachadas que falsamente se presentan – y por desgracia se toman – como “democracia” cuando son simples mecanismos destinados a ocultar la repugnante realidad del imperialismo y del fascismo.

La aplicación del derecho de autodeterminación de un Pueblo sojuzgado bajo un régimen de ocupación militar imperialista no consiste en “votar y decidir”, NI SIQUIERA DE FORMA “ACORDADA”, bajo las condiciones que ese régimen ha establecido, a veces durante siglos, lo cual incluye la colonización del País ocupado. Mantener tan absurda posición es falsificar el derecho de autodeterminación. La primera condición para la aplicación del derecho de autodeterminación es la exigencia de la retirada incondicional e inmediata de todas las fuerzas de ocupación del imperialista Estado ocupante, y de todo su aparato de subyugación imperial-colonialista.

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