Autoengaño y acomodo dentro del imperialismo mediante falsificación de términos y conceptos de la sociología y la historia
(Texto publicado inicialmente el 6-Febrero-2018.)
Autoengaño y acomodo dentro del imperialismo mediante falsificación de términos y conceptos de la sociología y la historia
“[...] quienes aniquilaron los fueros vasco-navarros por la fuerza en el siglo XIX son los mismos que luego los alabaron y persiguieron los estatutos; y son los mismos que ahora ensalzan los estatutos y persiguen el derecho a decidir, que los más inteligentes de ellos ya reconocen que habrá que acabar aceptando. Es la historia, imbéciles.” (Patxi Zabaleta, en el diario “GARA”, 6-II-2018.)
Una
vez más, errores como los que el señalado párrafo contiene, difundidos por
firmas y mass-media
pre-señalados como “vascos”, cumplen su papel al servicio de la confusión
ideológica que necesita – y promueve – el poder establecido. (Que esos errores
sean consecuencia de una incapacidad para la correcta interpretación de los
hechos histórico-sociológicos debido wishful thinking, o a mala fe y falsificación deliberada de los términos y conceptos
fundamentales, eso poco importa, puesto que el resultado es en ambos casos el mismo: la confusión y desorientación de quienes reciben tales afirmaciones como solventes.)
Los
Fueros, como expresión de los derechos imprescriptibles y originarios del
Pueblo Vasco, no han sido JAMÁS alabados por quienes los aniquilaron ni tampoco
por sus sucesores, que llegan hasta el día de hoy. Lo que todos ellos
“alabaron”, una vez derrotado el País, fue la reducción y falsificación de los
Fueros “confirmados sin perjuicio de la unidad constitucional”. Es decir:
alabaron LA NEGACIÓN de los Fueros como derecho incondicional y originario de
nuestro Pueblo, transformado por el contrario en “derecho” condicionado y
derivado de un poder de facto impuesto militarmente.
Del
mismo modo, el Estatuto como expresión de ese poder originario fue siempre
perseguido y negado: tanto por el establishment como por la oposición
españoles, hasta que consiguieron la derrota del Gobierno de Euskadi mediante
la guerra 1936-7 y, ya en el exilio, su liquidación con la colaboración de la
burocracia Pnv. Como es innegable, lo que posteriormente instauraron y
dudosamente “ensalzaron” (?) fue la “descentralización” administrativa a la que
llamaron “estatutos de autonomía” (o “café para todos”), que consiste en una
mera delegación por parte del “Gobierno Central” (o sea, “el de verdad”); el
cual, igual que la puso puede suspenderla, como con absoluta actualidad estamos
contemplando en Catalunya.
En
cuanto al objetivo de conseguir la falsificación del derecho internacional de
autodeterminación de todos los Pueblos: primero de los derechos humanos y
condición previa de todos ellos, esto se realiza con la colaboración indígena
en primer lugar llamándolo “derecho a decidir”, y afirmando a continuación que
debe ser ejercitado con el permiso del poder establecido y bajo sus
condiciones; poder que por supuesto niega que sea un derecho imprescriptible,
originario e incondicional del Pueblo Vasco, el cual es también negado como
Pueblo y como titular del derecho de autodeterminación.
La
ruina intelectual y posiblemente también moral – unida a una actitud soberbia y
pretenciosa – de la pretendida inteligentsia
autóctona (formada por “juristas, políticos” etc.), la cual ha acabado
aceptando todos los principios, conceptos y términos del régimen totalitario
instaurado en nuestro País mediante una secular violencia, no puede ser más
evidente. Pero jugar con las palabras falsificándolas como conviene a las
posiciones del poder establecido, mientras uno mismo se acomoda dentro de él y
sus exigencias (y posiblemente engañándose a sí mismo sobre ello, que es la
mejor forma de poder engañar a los demás), es un truco demasiado viejo y
conocido:
–
“Cuando yo uso una palabra”, dijo Humpty Dumpty, con un tono de voz más bien
desdeñoso, “ella significa lo que yo decido que signifique– ni más ni menos.”
–
“La cuestión es”, dijo Alicia, “si tú puedes hacer que las palabras signifiquen
tantas cosas diferentes.”
–
“La cuestión es”, dijo Humpty Dumpty, “quién es el que manda– eso es todo.”
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