Conclusión (XXXV)


EUSKAL HERRIA Y EL REINO DE NABARRA, O EL PUEBLO VASCO Y SU ESTADO, FRENTE AL IMPERIALISMO FRANCO-ESPAÑOL



XXXV – Conclusión

 

Iñaki Aginaga y Felipe Campo

 

Pero, como todo en el mundo, el imperialismo también se mueve. El imperialismo se desarrolla según ciclos políticos e ideológicos que corresponden a la permanencia y a la evolución de la relación de fuerzas.

“Todo imperio perecerá”. Afortunadamente, los imperios se desmoronan y deshacen, obligados a abandonar su dominación sobre los Pueblos que sojuzgaron por la violencia criminal y el terror, y que – si no los liquidan antes – recuperan uno tras otro su independencia nacional. No sólo en Continentes diversos y lejanos sino también en la pequeña península europea situada junto al “Heartland” de la “Isla Mundial”; lo cual está resultando en el significativo retorno de las Naciones europeas a sus territorios históricos geo-políticamente condicionados y constituidos. “En estos momentos en que el mundo tiende a unirse”, las Grandes Potencias Europeas pierden los territorios que ocuparon y anexionaron violenta e ilegalmente, volviendo así a sus fronteras históricas; mientras que los Pueblos que aquéllas sometieron, recuperan la libertad, el territorio y la identidad que dichas Potencias les arrebataron. España y Francia son la excepción Continental y Occidental.

Esta visión democráticamente “optimista” supone condiciones y formas que están lejos de ser universales. Aun así, es cierto que el imperialismo no puede mantener indefinidamente una dominación política, ya que un Pueblo sojuzgado pero vivo, consciente de sí mismo y determinado en su empeño por la libertad nacional, alcanza más pronto o más tarde la independencia; a menos que lo liquiden antes, en cuyo caso no puede ya alcanzar nada.

En una realidad como la que padece el Pueblo Vasco, no hay otra posibilidad de realizar una política nacional y democrática contra el imperialismo franco-español que realizar la Resistencia civil, estratégica e institucional, contra la opresión y el Terrorismo de Estado de España y de Francia; el boycott contra todos sus operativos ideológicos y políticos de represión, intoxicación y recuperación; y la restauración de nuestras Instituciones y Estado propio, el Reino de Nabarra. Todo lo demás refuerza, en definitiva, la empresa imperialista franco-española de ocupación y colonización.

Por tanto, todos los sectores sociales de nuestro País comprometidos en la lucha del Pueblo Vasco contra el imperialismo hispano-francés tienen su lugar y su reconocimiento en la empresa común de liberación nacional-social; siendo la única condición de posibilidad para ello el rechazo de cualquier compromiso con ese imperialismo, y la total ruptura con su sistema económico-ideológico-político de dominación Nacionalista-Colonialista.

Así pues, en primer lugar es preciso denunciar como criminales en su máximo grado todas las agresiones perpetradas por los Estados imperialistas y terroristas de España y de Francia contra los derechos y la independencia del Pueblo Vasco y de su Estado, el Reino de Nabarra. Y, en virtud del derecho de autodeterminación o independencia de todos los Pueblos: “primero de los derechos humanos fundamentales y condición previa de todos los demás”, es preciso también exigir la inmediata evacuación de sus fuerzas de ocupación, puesto que son el elemento decisivo del dispositivo estratégico de dominación imperialista para impedir la Autodeterminación, Libre Disposición o Independencia de los Pueblos sojuzgados. Los individuos o colectivos con pretensiones políticas que se niega a expresar esta exigencia, como una posición fundamental previa a cualquier otra, son objetivamente agentes al servicio del imperialismo franco-español.

Igualmente, declaramos abolidas y nulas de pleno derecho en nuestro País todas las criminales e inicuas leyes e instituciones impuestas por ambas Potencias ocupantes: Francia y España; y en particular sus monopolios jurídicos: totalitarios y fascistas, basados en su monopolio de la Violencia criminal, a saber: las “Constituciones” y los Parlamentos de Francespaña. El boycott de todos los sectores democráticos vascos a reconocer o participar en esas instituciones imperialistas debe ser total.

Como es innegable, ningún País o Estado libre reconoce ni acepta en su propio territorio la institucionalización y la actuación de Organizaciones políticas extranjeras; de otro modo no habría Pueblos ni Estados libres, ni libertad ni derecho de autodeterminación de todos los Pueblos. Por lo tanto, es preciso declarar ilegal en nuestro Estado, por ser contraria y atentatoria contra todo derecho democrático, cualquier Organización político-sindical que niegue o no reconozca, en la teoría o en la práctica, el derecho de autodeterminación, libertad o libre disposición del Pueblo Vasco, así como la independencia e integridad incondicionales e inmediatas de su Estado el Reino de Nabarra, puesto que ello implica el reconocimiento y apoyo efectivos al criminal régimen de ocupación militar imperialista, colonialista y terrorista franco-español sobre nuestro Pueblo y Estado.

Básicamente encuadradas e integradas por Nacionalistas coloniales y Renegados autóctonos, que son la capa ultra-Nacionalista y los sectores más motivados, exigentes y agresivos del régimen imperialista de ocupación militar, tales Organizaciones políticas extranjeras son simple prolongación colonial de las propias de la metrópoli, de la cual dependen para todo.

Afirmamos la constante e irrenunciable permanencia del Pueblo Vasco: mantenida sin interrupción desde los albores de los tiempos en sus Territorios Históricos, tal como de siempre han sido citados por nuestros escritores clásicos. Esto es: junto al resto de Territorios del trans/cispirenaico Reino de Nabarra, Zuberoan, Laphurdin, Bizkaian, Gipuzkoan, Alaba-herrian eta bertze anhitz lekhutan”; es decir en Zuberoa, Lapurdi, Bizkaia, Gipuzkoa, Araba y en otros muchos lugares.

Afirmamos también la continuidad, vigencia y actualidad de nuestro Estado, el Reino de Nabarra. El resto de sus disjecta membra: que histórica y voluntariamente formaron parte de él y que más o menos tempranamente fueron arrancados de su seno mediante criminal violencia, conservan todo su derecho a retornar a la patria común que es nuestro Estado actual y a sus Instituciones, de las que fueron ilegalmente separados. Un retorno al que fraternalmente los invitamos con la garantía de conservar la plenitud e integridad de sus inalienables derechos, en cuya defensa común comprometemos nuestro inextinguible amor y entrega a la libertad nacional y los derechos humanos fundamentales: constitutivos y constituyentes de toda auténtica democracia y por ende del sistema socio-político que propugnamos, confederativo y participativo según la inmemorial práctica asamblearia de nuestros Batzarrak, base de nuestras Asambleas e Instituciones municipales libres.

El Euskara, lingua navarrorum, es el único idioma nacional y propio del Pueblo Vasco. Su persecución y proscripción a manos del Nacionalismo imperialista hispano-francés, y los crímenes cometidos para arrancarnos el idioma que constituye nuestro aliento, alma y condición de Pueblo, son un delito de genocidio que jamás será olvidado ni perdonado.

Dialectos del Latín (como eventualmente podría haber sucedido con los del Púnico, si acaso Roma hubiera sido definitivamente derrotada por los Cartagineses, o con los idiomas Franco y Gótico de los invasores Bárbaros), la actual presencia entre nosotros del Francés y el Español – que los agentes del imperialismo llaman cuando les conviene “castellano”, a fin de camuflar y evitar de ese modo la irreductible e irremediable oposición Español\Euskara – es consecuencia de contingencias históricas ajenas y hostiles a nuestro Pueblo, y huella de una alienación de siglos creada y mantenida por medio de terrorista y criminal agresión, ocupación y colonización franco-española de nuestro Pueblo y Estado de Nabarra.

En ejercicio de todas las implicaciones que entraña la vigencia del derecho de autodeterminación de todos los Pueblos, la recuperación plena de nuestro idioma nacional: derecho irrenunciable de todo ciudadano, es objetivo primordial del Estado. Un objetivo cuyo logro requiere tanto de recursos materiales, flexibilidad y comprensión (dada la difícil situación de la que partimos), así como del sincero compromiso que se espera de quienes deben hacer el loable esfuerzo de aprenderlo y usarlo; pero que únicamente podrá conseguirse de forma universal a partir de la independencia efectiva de nuestro Estado, el Reino de Nabarra.

Por lo demás, está claro que dadas – por un lado – las complicaciones idiomáticas creadas a nuestro Estado por el imperialismo hispano-francés, y – por otro – las exigencias de inter-comunicación que nos impone el mundo actual, la operatividad de nuestro Estado nos plantea la necesidad ineludible de adoptar una únicalingua francafuncional de acuerdo a criterios de eficacia y utilidad, aunque manteniendo y cultivando siempre con tesón nuestra esencia: nuestros propios idioma y cultura euskéricos.

Los emblemas y banderas del Pueblo Vasco/Euskal-Herria y de su Estado: el Reino de Nabarra, son todos los que históricamente han sido utilizados para simbolizar su existencia como Pueblo y Estado soberano e independiente, tal como nos han sido transmitidos por la documentación historiográfica. Junto con ellos, puesto que fue concebida y popularmente adoptada para representar el mismo sujeto político: el Pueblo Vasco independiente y soberano constituido en la plenitud de sus derechos y asentado en la totalidad de sus Territorios Históricos, la bandera bi-crucífera diseñada por los hermanos Arana-Goiri (cuya actual humillación, reducción y recuperación por el imperialismo franco-español han sido ignominiosamente permitidas por los Colaboracionistas de la transición intratotalitaria al Segundo Franquismo) forma parte también del patrimonio común de símbolos que aglutinan y expresan nuestras ansias de libertad, democracia e independencia nacional frente a la agresión del imperialismo, el colonialismo y el Nacionalismo fascistas de España y de Francia; conservando la preeminencia, como es natural, la bandera de nuestro Estado histórico de Nabarra.

Un Pueblo que se reconoce inexistente o inferior no es – o no es ya completamente – un Pueblo. Es juguete y víctima segura de sus predadores, a los que ni siquiera reconoce como tales: más fuertes, mejor armados y bien determinados, por su parte, a acabar con él. No puede esperar el reconocimiento de nadie el Pueblo que no se reconoce a sí mismo en su propia sociología y en su propia historia. Incapaz – a partir de esa actitud – de acceder a las relaciones internacionales con estrategia e institución estatal propias, ese Pueblo ha perdido ya su propia estima y la de los demás.

Una Nación que no sólo es incapaz de fundar o restaurar su propio Estado – históricamente reconocido durante mil años – sino que lo ignora y/o desprecia, no obtendrá nunca el respeto de los demás auto-proclamados, recientes y discutidos nuevos Estados. No lo obtendrá nunca de las “grandes” Naciones; menos todavía de otras tan débiles como ella misma. Por lo tanto, la respuesta al desafío que se nos plantea nos exige imperiosamente alcanzar los objetivos de:

• Restaurar nuestro Estado histórico: el Reino de Nabarra;

• Implementar el desarrollo cualificado, la potenciación y la integración general de los recursos de nuestra base social en un movimiento económico, ideológico y político eficaz y moderno, que sea capaz de responder a la problemática del mundo actual y situarnos en él;

• Dotarnos de una dirección propia y auto-suficiente; mediante la cual el Pueblo Vasco, preservando su identidad nacional, pueda integrarse autónomamente y contribuir en el concierto de las Naciones;

• Adoptar una estrategia y un sistema táctico fundados en la auténtica estructura de fuerzas; y

• Reconocer a nuestros amigos y a nuestros enemigos – ya sean permanentes o incidentales – según criterios al margen de la propaganda cada vez más intensa y mejor adaptada que se nos dirige, orientada a que los confundamos.

Son éstos los objetivos que ha asumido el a-partidista Movimiento Vasco de Resistencia y Salvación Nacional, integrado por todos quienes en nuestro País mantienen el doble principio de Autodeterminación o Independencia del Pueblo Vasco y de su Estado propio, el Reino de Nabarra, por cuyo logro velará su Consejo Nacional. En todo ello no hay principio alguno que no sea una constante ineludible en la lucha de los Pueblos por su libertad. Bien al contrario, la “innovación” ha recaído en quienes han pretendido ocultar estas exigencias tras continuas nubes de humo.

Ésta es precisamente la actitud de la pretendida “clase política nacionalista vasca”, formada por la burocracia mafiosa-liquidacionista Pnv-Eta y sus satélites (actualmente Ea-Ehbildu-Sortu-Geroa bai y demás miembros del resto de asociaciones y fundaciones que les dan cobertura), cuya actuación consiste desde hace medio siglo ya en liquidar toda política de real afirmación nacional-estatal del Pueblo Vasco, y en integrarlo en las instituciones, la ideología y la política del imperialismo de España y Francia, que ellos están aceptando hasta el día de hoy como regímenes y “los Estados” propios, no-Nacionalistas, no-violentos, legítimos y democráticos.

La cuestión que se nos plantea no es si la “Vía Vasca” seguirá tales principios de Autodeterminación o Independencia del Pueblo Vasco y su Estado propio; la cuestión es saber cómo y cuándo los seguirá, porque ni aquí ni en ninguna parte ha habido ni habrá otros diferentes para conseguir la libertad, ni sin ellos habrá Vía Vasca que valga.

Dadas las características del mundo actual, así como las de nuestra realidad social, nada de esto puede conseguirse sin una democratización urgente, profunda y auténtica de nuestras estructuras ideológicas y políticas. La democracia interna es actualmente condición ineludible de eficacia, y su abandono se paga con la incapacidad generalizada. El fascismo se apunta un tanto decisivo cuando crea las condiciones de este abandono en las filas del adversario.

En consecuencia, en base al imprescriptible derecho de autodeterminación o independencia nacional del Pueblo Vasco, y al amparo del Derecho Internacional – reconocido, no constituido, por las Naciones Unidas – que el imperialismo franco-español conculca por su sola existencia, es urgente reafirmar y proclamar la continuidad, vigencia y actualidad de nuestro propio Estado, el Reino de Nabarra: la expresión política e institucional más completamente acabada que, libremente constituida por el Pueblo Vasco, jamás ha sido abandonada por él. Un Pueblo que jamás ha abandonado tampoco, en el territorio que le es inmemorialmente propio, la lucha por su libertad en contra de la criminal agresión terrorista, imperialista y colonialista de España y Francia.

 

DERECHO DE AUTODETERMINACIÓN O INDEPENDENCIA NACIONAL INCONDICIONAL E INMEDIATA DEL PUEBLO VASCO / EUSKAL HERRIA!

 

REINO DE NABARRA: EL ESTADO DEL PUEBLO VASCO / EUSKAL HERRIA!

 

¡Ejército de ocupación ni con música!

¡España ni con república! ¡Francia ni con monarquía!

 

¡BOYCOTT TOTAL A LOS IMPERIALISTAS Y FASCISTAS, A SUS “ELECCIONES GENERALES” TOTALITARIAS, Y A SU RÉGIMEN FRANCO-ESPAÑOL DE OCUPACIÓN MILITAR! – ALDE HEMENDIK!

 

¡¡¡VIVA EL PUEBLO VASCO LIBRE!!! – GORA EUSKAL HERRI ASKEA!!!


 

(De ‘Euskal Herria y el Reino de Nabarra, o el Pueblo Vasco y su Estado, frente al imperialismo franco-español’.)

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