Nueva falsificación ideológica del imperialismo: el supuesto desarrollo económico, como coartada para eludir la reivindicación de la Autodeterminación o Independencia de los Pueblos sojuzgados

Nueva falsificación ideológica del imperialismo: el supuesto desarrollo económico, como coartada de colaboracionistas y traidores para eludir la reivindicación de la Autodeterminación o Independencia de los Pueblos sojuzgados

Anoche, en una hora algo intempestiva (aun así, no tanto como cuando el rey español nombrado por el General Franco se decidió por fin a salir en la tele, en la madrugada del 24 de Febrero de 1981, para decir que “no pasaba nada”), el así titulado “‘president’ de la Generalitat” Pere Aragonès (es decir, el representante ordinario del Estado español para la que su régimen de ocupación militar llama “comunidad autónoma española de Cataluña”), salió por fin en la tele para decir que no pasaba nada: que él y la otra marioneta del régimen imperialista y fascista español a la que llaman “gobierno de Catalunya”, harían que la economía siguiera funcionando y – subliminalmente – que las nóminas siguieran llegando a la gente; sobre todo a los que en Catalunya tienen los enchufes del régimen fascista que Aragonès y el resto de su camarilla de colaboracionistas llaman “democracia”.

Por semejante presunción, habría merecido que Eliza Doolittle, haciendo los debidos cambios, le hubiera cantado aquello de “habrá una primavera cada año sin ti, Catalunya todavía seguirá aquí sin ti, y sin que tú la impulses la tierra puede seguir girando” etc. Otro tanto puede decirse de Urkullu, Chivite y sus mercenarios agentes indígenas al servicio del régimen español de ocupación militar sobre nuestro Pueblo y Estado.

Lo que es insuperable es la desvergüenza de quien, tras haber tenido una crisis por su negativa a implementar el derecho de autodeterminación o independencia de su Pueblo y Estado, ha sido capaz de “explicarla y resolverla” sin mencionar una sola vez las palabras ‘autodeterminación/independencia’. Al parecer, quienes defendemos que es preciso lograr cuanto antes la autodeterminación o independencia de los Pueblos sojuzgados, y lo hacemos porque afirmamos que ello es imprescindible para conseguir la mejora de la economía y el desarrollo integral de esos Pueblos, estamos equivocados.

Según Aragonès, lo mejor para que funcione la economía de un Pueblo sojuzgado es la continuación de su ocupación militar por otro pueblo y Estado, seguir soportando su saca de capitales, seguir pagando las nóminas de su ejército de ocupación, la enseñanza de su régimen imperialista con la que coloniza y destruye la Nación ocupada, la monarquía y fastos del régimen de ocupación etc. etc. Todo lo que hay que hacer es lo que hacen los “vivos” como él y Urkullu-Chivite y sus “gobiernos”: colaborar con ese régimen de ocupación, ser pagados por ello, y esperar a que todos los acuciantes problemas del mundo queden resueltos, para después – y sólo después de conseguir todo eso – poder plantear a continuación la independencia del imperialismo.

Un auténtico Gobierno de un País bajo la ocupación militar del imperialismo tendría necesariamente que ser no-partidista, a-partidista, respaldado por todos los patriotas y demócratas de ese País (bajo ocupación militar extranjera, ambas cosas son una y la misma cosa), y fundado en unos principios no sectarios – universalmente aceptados por todos ellos – de doble afirmación nacional/estatal: afirmación del propio derecho de autodeterminación o independencia; y afirmación del propio Estado. Ese Gobierno debería por tanto servir a la causa de la reafirmación nacional-estatal del Pueblo sojuzgado y el debilitamiento del régimen de ocupación, no de su consolidación y estabilización.

Pero según Aragonès y su “gobierno”, para resolver los problemas de su País y hacer que su economía funcione, lo mejor que se puede hacer es colaborar en la consolidación y estabilización del criminal régimen imperialista, colonialista y fascista español de ocupación militar que él llama “democracia”, y que según él ni es imperialista ni es en absoluto incompatible con el desarrollo de los Pueblos sojuzgados sino todo lo contrario. Su apología/ocultación del imperialismo español es total; su desprecio del Pueblo Catalán (al que está convencido de poder engañar con su demagogia), completo.

Faltan palabras para describir tanta desvergüenza. ¡Boycott total a los traidores-colaboracionistas, y a sus llamamientos a votarlos! ¡Boycott total al régimen fascista de ocupación militar y a sus convocatorias “electorales”!