Fijación de términos y conceptos: Designación en Euskara del Pueblo, el País y el Estado Vascos
(Texto publicado inicialmente el 9-Mayo-2019.)
Fijación de términos y conceptos:Designación en Euskera del Pueblo, el País y el Estado Vascos
El 12 de
Octubre de 2018 un estimado amigo y excelente escritor en Euskera publicaba en
el diario Berria
un artículo con el título ‘Izena
ahantzi duen herria’ (El pueblo que ha olvidado el nombre), en el que
describía su inquietud ante la existencia de diferentes formas de llamar a
nuestro Pueblo/País. Y al reproducir a continuación el autor su artículo
también en su propia página FaceBook, ello a su vez suscitó un comentario de
otra persona que abundaba aún más en lo que yo veía y veo como fomentar un
indeseable – además de injustificado – confusionismo.
Ante esa situación, consideré oportuno hacer también yo un comentario sobre la cuestión planteada en el artículo; aportación que quedó “colgada” en su mencionada página FB, y también en la mía el 16-Octubre-2018. Pero el tema continúa siendo gravemente distorsionado, dado que ha vuelto a aparecer otro artículo en el que, bajo premisas indeseables, extravagantes e incluso demenciales, se propone otra denominación para nuestro Pueblo : “ZEN-Herria”, de LMMG. Por tanto, he recuperado aquel comentario mío y he decidido volver a ponerlo en mi propia página con alguna pequeña modificación. Es el siguiente:
La cuestión planteada por E. B. en su artículo “Izena ahantzi duen herria” (Diario ‘Berria’, 12-Octubre-2018), así como los comentarios que ha suscitado en la página FaceBook de su autor tras haberlo colocado él también ahí, pone de manifiesto la imperiosa necesidad de abordarla de forma unánime pero ante todo con una metodología adecuada. Porque no se trata de tomar conciencia sobre si somos un Pueblo que ha olvidado su nombre – cosa que ciertamente jamás ha sucedido – sino de comprender el error fundamental que implica el proponer/esperar que la precisión terminológica sobre nuestra identidad colectiva: ya sea como Pueblo, como País o como Estado, es algo que pueda venir partiendo de la aceptación de o remitiéndonos a las disposiciones legislativas/administrativas de los dos Estados ocupantes bajo los que los Vascos estamos sometidos (como de hecho se plantea en las exposiciones mencionadas); o que esa identidad pueda mantenerse siquiera en las condiciones establecidas por esos Estados, bajo las cuales nos vemos obligado a movernos. Creer que eso pueda ser posible es un desatino que – espero – a nadie se le escapa y que doy por descartado sin más consideración.
Los Vascos no
somos un Pueblo que ha olvidado su nombre; y si muchos de nosotros no hablamos
nuestro idioma nacional: el Euskara, eso no es tampoco porque lo hayamos
olvidado sino porque nos lo han arrebatado: porque el imperialismo colonialista
franco-español nos ha mutilado cortándonos la Lengua y haciéndonos mudos en
nuestro idioma. Pero ni hemos olvidado que somos Vascos y que nuestro único
idioma nacional es el Euskera, ni tampoco quiénes y cómo nos han arrebatado
nuestro idioma.
Desde los
Romanos, todos los Imperios y los Pueblos que nos han conocido nos han
designado – a través del Latín, de sus diferentes dialectos, y de la influencia
de éstos sobre otros idiomas – con el hetero-glotónimo que aquéllos nos dieron:
Vascones/Üascones/Wascones/Vascos/Basques/Bascli/Basken etc.
Como es
sabido, y dado que la “v” latina equivalía fonéticamente a una “u”, es posible
que la raíz “uask” de Vascones podría haber derivado de la raíz “eusk”. Del
mismo modo, y siguiendo esa denominación latina, el País de los Vascones era
Vasconia (y así se denominó nuestro primer Estado ya en época histórica: el
Ducado de Vasconia) de forma tan natural como el País de los Germanos era
Germania, y el de los Helvetios era Helvetia: “Is pagus
appellabatur Tigurinus; nam omnis civitas Helvetia in quattuor partes vel pagos
est divisa” [Este cantón
era llamado Tigurino, pues todo el estado de Helvetia está dividido en cuatro
partes o cantones]. (De
bello Gallico, I, 12.) Sea como fuere, para nosotros es completamente
irrelevante cómo nos llaman los demás en sus propios idiomas, del mismo modo
que a los Alemanes les trae sin cuidado que en Español se los llame así, en
Italiano Tedeschi,
o en Inglés Germans:
ellos saben que son Deutsch
y que su País es Deutschland, y lo demás no es algo que sea – ni que ellos
consideren – de su incumbencia.
Del mismo
modo, también nosotros tenemos perfectamente claro desde siempre que el
auto-glotónimo con el que los Vascos se han designado a sí mismos en su propio
idioma es Euskaldunak, es decir: los Eúskaros o aquéllos cuyo idioma es el
Euskara; o Euskal Herria, o sea: el Pueblo Eúskaro o Pueblo Vasco. La cuestión
que se nos plantea actualmente es que este segundo término ha sido utilizado,
desde su primera aparición escrita conocida [con la grafía ‘eusquel erria’], para
designar indistintamente tanto el Pueblo como el País del Euskera, y así
aparece hasta en tres ocasiones en el manuscrito del alavés Juan Pérez de
Lazarraga (1564):
[...] beti çagie laudatu çegaiti doçun eusquel erria aynbat
bentajaz dotadu. (f. 18) [siempre seréis alabado porque habéis
dotado a Euskal Herria de tantas ventajas.]
[...] çegayti eusquel errian dira ederr guztioc dotadu.
(f. 18v) [porque se ha dotado a Euskal Herria de todas estas bellezas.]
[...] çeñetan ditut eçautu eusquel erriau oy nola eben erregue
batec pobladu. (f. 18v) [por los cuales he sabido cómo un rey
pobló esta Euskal Herria.]
Pero es
perfectamente natural que se produjera ese titubeo/confusión entre Pueblo y
País en aquellas épocas. El mismo Martín Lutero, cuando unos cuarenta años
antes había dejado tal vez la primera constancia escrita del término “Pueblo o
Nación alemana” (término utilizado por él en el que se considera que es además
el primer manifiesto revolucionario de la historia difundido mediante la
imprenta), lo había hecho utilizando el sustantivo “Nation”, que podía
aplicarse tanto al Pueblo/Nación, así como al País. Este manifiesto lleva por
título: An den Christlichen Adel teutscher Nation,
es decir: “A la Nobleza Cristiana de la Nación alemana” (1520).
En esta misma
línea Joannes de Leizarraga, en la Dedicatoria a la Reina Joanna III de Nabarra
de su traducción del Nuevo Testamento al Euskera (1571), afirma “estar seguro
de que los Vascos [Heuscaldunac, en su ortografía], entre todas las demás
naciones, no somos tan bárbaros que no podamos conocer y alabar a Dios nuestro
Señor en nuestro propio idioma”: ‘Alabaina
segur içanez ecen Heuscaldunac, berce natione gucien artean, ez garela hain
bassa non gure lengoagez ecin eçagut eta lauda deçagun gure Iainko Iauna.’
Y continúa:
‘Baina are guehienic bihotz eman ykan cerautana cen nic nuen sperança, ecen moien hunez Iaincoaren hitz purac ykanen luela sartze eta auançamendu Heuscal-herrian’. [Pero lo que sobre todo animaba mi corazón era la esperanza que yo tenía de que por este medio la pura palabra de Dios podría tener entrada y aumento en el pueblo/país Vasco.]
Y en la nota que a continuación dirige “A los Vascos” [Hevscaldvney] lectores de su obra les indica que: ‘[...] batbederac daqui heuscal herrian quasi etche batetic bercera-ere minçatzeko maneran cer differentia eta diuersitatea den’. [... cada cual sabe la diferencia y diversidad que hay en el país/pueblo vasco en la forma de hablar, incluso casi de una casa a otra]. (A diferencia de la primera, en esta segunda ocasión escribe el término Euskal Herria con minúscula inicial y sin guión intermedio. ¿Podría tal vez haber tras ese matiz, y dado el contexto de la frase, un primer intento de diferenciación terminológica entre los dos conceptos, y que en esta segunda forma se estuviera refiriendo el Autor expresamente al País, más que al Pueblo?)
Otro tanto nos encontramos en la nota que Axular dirige “Al lector” (Irakurtzaileari) de su obra Gero (1643), cuando escribe: ‘Badakit halaber ezin heda naitekeiela euskarazko mintzatze molde guztietara. Zeren anhitz moldez eta diferentki mintzatzen baitira euskal herrian. Nafarroa garaian, Nafarroa beherean, Zuberoan, Laphurdin, Bizkaian, Gipuzkoan, Alaba-herrian, eta bertze anhitz lekhutan’. [Sé asimismo que no puedo extenderme a todas las variedades habladas del euskara. Puesto que de muchas y diferentes maneras se hablan en el pueblo/país vasco: en la Alta Nabarra, en la Baja Nabarra, en Zuberoa, en Lapurdi, en Bizkaia, en Gipuzkoa, en el país de Alaba, y en otros muchos lugares.]
Así pues, el
recurso a los clásicos no nos resuelve la cuestión terminológica de distinguir
entre el Pueblo y el País Vasco en nuestro propio idioma. Por supuesto, eso no
está causado porque haya en Euskera la menor carencia idiomática al respecto
sino simplemente porque en aquellas épocas la necesidad de establecer esa
diferenciación no se hizo sentir e incluso tal vez resultaba superflua, según
hemos visto en esos ejemplos así como en el de Lutero. Es preciso tener en
cuenta que, como no puede ser más evidente, son los Pueblos quienes viven,
hablan y se expresan, no los Territorios; y que, por tanto, es el
Territorio/País el que de forma natural es definido/nombrado por adscripción al
Pueblo que lo habita, Y NO A LA INVERSA: El País de los Daneses, de los
Alemanes o Germanos, de los Helvetios, de los Vascos...
Sin embargo, hoy en día resulta necesario establecer esa distinción entre Pueblo y País: en
primer lugar por simple precisión terminológica; pero sobre todo porque, dada
la importancia capital que el concepto de “Pueblo” tiene en el derecho
internacional como sujeto agente del derecho de independencia, libre
disposición o autodeterminación que corresponde a todos los Pueblos,
necesitamos tener en Euskera el término que lo exprese de forma precisa y
distinta, del mismo modo que existe en los idiomas que nos rodean: Pueblo
Vasco/Peuple Basque/Basque People etc.
Por supuesto, se trata de una cuestión que deberá resolverse con el mayor consenso de las
autoridades de la lengua vasca: académicas y literarias. Ahora bien, parece
difícil que pueda haber una expresión que corresponda mejor al concepto de
Pueblo Vasco que la ya consagrada Euskal Herria. Como cantaba Xenpelar (Ia gureak egin du): GU GERA EUSKAL HERRIA!
Es decir: Nosotros somos el Pueblo Vasco. A partir de ahí, lo que se plantearía
a continuación sería establecer otra expresión distinta para designar en
Euskera al País Vasco o País de los Vascos/Pays Basque/Basque Country/Baskenland etc.,
haciéndolo de forma universalmente aceptada. El universo al que me refiero es,
por supuesto, el universo del Pueblo Vasco como Pueblo sujeto de su propio,
inalienable e imprescriptible de derecho de autodeterminación o independencia.
Para algunos
este término podría ser Euskadi: neologismo expresamente creado por Sabino
Arana para designar a todos los Territorios de los Vascos. Sin embargo, puesto
que ese término ha sido distorsionado, falsificado y reducido sin el menor
pudor por una burocracia de quienes – traicionando a su creador de quien se
reclaman sucesores – han confiscado su legado para su propio provecho y lo han
adaptado para que designe una simple circunscripción administrativa de la
España en la que ellos se han integrado y en la que están integrando el País,
es difícil que en estas condiciones pueda ser ya útil para designar al País de
los Vascos; o, mejor aún, a los Países/Territorios de los Vascos, del mismo
modo que existen los Países Bajos; los cuales, curiosamente, se formaron
también sobre la base de las Siete Provincias Unidas que en 1579 constituyeron
la Unión de Utrecht, base de su Estado actual, creada para defenderse del
imperialismo y las agresiones de la Monarquía Hispano-Católica.
En esta línea
de pensamiento, su designación en Euskera mediante el término Euskal[dunen] Herri-aldeak/Lurr-aldeak
no estaría descaminada. En su canción Agur Euskal Herria, el bardo de Urretxu José María
Iparragirre (creador de uno de nuestros himnos nacionales: ‘Gernika-ko
Arbola’), utiliza el término Herri-alde para designar INEQUÍVOCAMENTE el concepto de
“País”; si bien las necesidades métricas-musicales lo llevaron a finalizar sus
versos con la expresión “Euskal
Herrira”, en vez de hacerlo con “Euskal Herri-aldera” como debería
haberlo hecho siguiendo la lógica de su exposición:
Gazte-gaztetandikan / – herritik
kanpora –
estranjeri-aldean / pasa det denbora.
Herri-alde guztietan / toki onak
ba-dira;
bainan bihotzak dio: / “Zoaz Euskal
Herrira!”
Queda en manos
de poetas y escritores la tarea de consolidar mediante su uso el término que
mejor exprese en Euskera el concepto de ‘País de los Vascos’, de acuerdo con su
genio y tradición literaria propios. En cambio, queda fuera de toda cuestión
que el Estado de los Vascos, a saber: la confederación de repúblicas, condados
y señoríos Vascónicos históricamente constituida a finales del S. VIII – o, como
muy tarde, principios del IX – en torno al Reino de Pamplona, fue a
continuación y lo sigue siendo hasta la actualidad el Reino de Nabarra; en
Euskera: Nabarra-ko Erresuma,
cuya vigencia, continuidad y actualidad es un dato político fundamental que nos
es preciso mantener sin el menor equívoco ni vacilación.
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