El Movimiento Vasco de Resistencia y Salvación Nacional frente al imperialismo franco-español

(Texto publicado inicialmente el 14-Noviembre-2019.)


El Movimiento Vasco de Resistencia y Salvación Nacional frente al imperialismo franco-español


En esta última ocasión “electoral”: al igual que viene siendo habitual en todas ellas, la asfixiante y embrutecedora “campaña electoral” en la que la burocracia liquidacionista Pnv-Eta tiene permanentemente metido a nuestro País, ha estado reforzada por todo el monopolio mediático de adoctrinamiento e intoxicación ideológica de masas, anexo al monopolio de la violencia imperialista y fascista. Actualmente, como hace cuarenta y dos años cuando la acuñó el emergente Segundo Franquismo transitivo, “vota a quien quieras, pero vota” sigue siendo la consigna universal para todo el espectro que integra el actual régimen de ocupación militar, al que todos sus componentes describen y aceptan como “legítimo, no-violento y democrático”. Todos sus integrantes coinciden en calificar como un mal absoluto todo lo que suene a “abstención” o boycott, y todos y cada uno de ellos se dicen también convencidos de que ese fenómeno beneficia a los demás y les perjudica solamente a ellos, por lo que animan a todo el mundo a votar.

En la televisión española que llaman “euskal telebista”, la incitación al voto realizada por los mercenarios bustos parlantes de sus espacios informativos: implicados personalmente y en primera persona en esa repugnante tarea hasta el último minuto, es constante y desvergonzada: “Ha llegado la fecha que teníamos señalada en rojo en el calendario”; “Todos estamos llamados a votar”; “Aún nos quedan unas horas para poder votar esta tarde”, y otras similares. En los editoriales de la prensa escrita pretendidamente “progresista” hemos podido leer: “De hecho, el gran reto de la campaña es frenar la creciente desafección ciudadana que amenaza con traducirse en una importante abstención, con el riesgo que ello implica.” (Diario de Noticias; “Campaña en alerta”, sábado, 2/XI/2019.) “Votar en Euskal Herria para seguir siendo un refugio frente al fascismo”, editorializaba el Diario de referencia de la pretendida “izquierda abertzale” el mismo día 10/XI/2019.

Un “refugio”, ése que se propugna, que al parecer no viene dado por la autodeterminación o independencia del Pueblo Vasco y su Estado propio frente al imperialismo y el fascismo: ÚNICA SOLUCIÓN REAL que todos los Pueblos del mundo han entendido como la única garantía que permite refugiarse frente a él, sino en “profundizar” en la dependencia del imperialismo, es decir: en la dominación que supone esa “autonomía” de pega que – como gráficamente reconocía el mismo día y en ese mismo medio (Gara) una de sus colaboradoras y letrada – “nos permite organizar la calefacción de los palacios de justicia, sin que puedas impartirla”. En resumen: una “autonomía” que consiste en que el imperialismo y el fascismo: manteniendo intacta su ocupación militar que es el fundamento sobre el que han impuesto su legalidad imperialista, consolidan su dominación sobre nuestro Pueblo y Estado y aplican sus leyes para perseguir/discriminar “legal y democráticamente” al Euskera en nuestro propio País, y para negar los derechos fundamentales e inherentes de nuestro Pueblo a la Autodeterminación o Independencia; y, mientras hacen todo eso, nuestro Pueblo: de la mano de una mafia de traidores, acepta llamar a ese letal montaje “democracia”. Ésta es la situación que “moderados y radicales” vienen aceptando como legítima, no-violenta y democrática desde 1977-79 hasta hoy mismo.

Por sus condiciones históricas, políticas, geográficas y culturales, correspondía a este País la tarea de aportar el modelo de autodeterminación aplicado a los Pueblos ocupados de características semejantes, transformando y adaptando de forma natural su larga resistencia contra el Nazismo y el arqueo-Fascismo a una estrategia basada en el no-reconocimiento y la no-colaboración con el fascismo y el franquismo transitivos; en el boycott a sus maniobras y contorsiones sanatorio-novatorias encabezadas por el Nacional-socialismo y el social imperialismo de Falange-PsoE y sus adláteres; y en la afirmación tanto de su derecho de independencia, libre disposición o autodeterminación de todos los Pueblos sojuzgados, así como de la vigencia y continuidad de su Estado propio históricamente constituido: el Reino de Nabarra; con la exigencia de evacuación incondicional e inmediata de las fuerzas de ocupación como única e inamovible condición previa para cualquier clase de diálogo. Sin embargo, bien al contrario, aturdido, “dirigido” y extraviado por una supuesta “clase política” formada por sinvergüenzas y/o incapaces, no sólo se ha mostrado durante más de cuarenta años incapaz de cumplir su misión; se ha mostrado, además, completamente inepto para integrar y utilizar el modelo y la experiencia: bien sea afortunada o desafortunada según los casos, de los demás. Ha “preferido” imitar los ejemplos y modelos falseados y completamente inadaptados que se le proponen, antes que aplicar aquéllos que convienen a sus propias características y condiciones.

Estos modelos – bien adaptados a los tiempos actuales – de afrontar los “modernos” sistemas totalitarios, terroristas, brutales y armados hasta los dientes: que benefician de pretendidas “oposiciones” intelectual, moral e ideológicamente arruinadas y corruptas (las cuales aceptan tragar la falsificación fundamental de esos sistemas desvergonzadamente presentados como “democráticos”), y que señalan ante el mundo entero como “terrorismo” toda oposición democrática, comprensiblemente exasperada como resultado de la traición de sus supuestos “dirigentes” y de su impotencia e incapacidad para encontrar una vía efectiva que pueda dar cauce a las legítimas aspiraciones populares; estos modelos de oposición popular y democrática ajustados a la realidad actual, decimos, se basan necesariamente, por una parte, en no entrar al trapo de las provocaciones y la agitación frente a la obtusa brutalidad del régimen; y, por otra, en hacer frente a su actual condicionamiento totalitario mediático-pavloviano de las masas mediante una masiva desobediencia civil y pacífica: aglutinada y galvanizada en torno a unas posiciones estratégicas suficientes.

Se trata, en definitiva, de transformar la resistencia espontánea de base: que es la condición primaria (y con la ayuda de adecuadas estructuras ideológico-políticas: que es la condición secundaria), en una acción de boycott al régimen en momentos decisivos, con la cualificación estratégica del Pueblo como resultado. En nuestro País, la existencia de un tercio de la población que, incluso en estas condiciones y arrostrando el condicionamiento totalitario impulsado por el régimen y sus colaboracionistas indígenas armados y desarmados que no retroceden ni ante el insulto, a pesar de todo se resiste a pasar por el aro de la estupidez colectiva y a participar en la farsa “electoral” española, es un dato sociológico insoportable que es simplemente ignorado, abandonado y ocultado por estos agentes locales del imperialismo. Todos ellos ocultan sistemática y cuidadosamente que sus pretendidos porcentajes de votación no lo son sobre el 100/% del censo sino sobre el 70% o incluso menos de participación.

Los “institucionalistas vascos” armados y desarmados han demostrado de tal modo su “capacidad” para las maniobras electorales que han conseguido preparar, realizar y reconocer la “victoria democrática” del Partido único nacionalista español en territorios bajo ocupación militar, donde la actual y virtual mayoría sociológica la haría imposible. Tratan de ocultar que, incluso sin posibilidad de una real oposición institucionalizada, la mayoría espontánea del Pueblo Vasco – e incluso de la “ciudadanía” administrativa – repudia la política de liquidación que prosiguen desde la post-guerra. Prefieren “legitimar” el Partido único español, en versión Nacional-socialista, antes que afrontar la realidad de un 30 ó 35% de “abstenciones” de la población administrativa en las condiciones de los monopolios de violencia, terrorismo de Estado y propaganda; lo que evidencia que la mayoría del Pueblo Vasco rechaza cada vez más su política de colaboración, corrupción, complicidad y traición con el régimen de ocupación. Sus congestionadas caras de estúpida euforia en las “noches electorales” (cuando ven que han conseguido cinco o seis “diputados” que irán a “defender Euskadi”, ¡frente a un total de 350!) quedarán como imágenes gráficas de la abyecta “clase política” formada por los miserables traidores y/o ineptos cretinos de la burocracia liquidacionista Pnv-Eta.

Pero, para los “institucionalistas vascos” armados y desarmados, la calificación del régimen imperialista de ocupación militar establecido sobre nuestro País como “democrático y no-violento”, ¡y de su Estado totalitario y criminal como el Estado propio!, es el postulado iluminista y místico sobre el que, mediante obcecada deducción y radical exclusión de toda experiencia, se funda y construye toda nuestra “realidad” política. Efectivamente, dado que por intangible apriorismo han admitido que el régimen es democrático y no-violento, de ello deduce de forma inapelable que no puede cometer actos de imperialismo, fascismo, violencia, terrorismo etc. ya que en ese caso no sería democrático y no-violento, y ellos ya han establecido que sí lo es. Y si a pesar de todo los comete, entonces sólo puede tratarse de un limitado “déficit democrático” que no afecta al sistema político como tal. Vemos así cómo la voluntad de ignorar u ocultar la más evidente realidad mediante la creación constante de delirios, falsas ilusiones y vanas esperanzas es lo propio de quienes prefieren ver las cosas no como realmente son sino como ellos quieren que sean o creen que deberían ser. Sin embargo, y como es evidente, una naturaleza falsa y postiza no puede substituir a la auténtica realidad. El régimen imperialista y fascista español y francés sobre el Pueblo Vasco no se transforma en democrático sólo porque, mediante engaños y gracias a una burocracia de traidores y/o lunáticos, haya conseguido que el Pueblo Vasco vaya a participar en sus totalitarias y recuperadas “elecciones generales”.

El régimen español y francés sobre el Pueblo Vasco está fundado en la ocupación militar, que esas “elecciones” jamás pueden legitimar; y los Estados totalitarios de España y Francia se fundan inevitable y realmente en una dominación imperialista, y no en la democracia que es su contrario. En una tal dimensión de desatino, sólo se engañan quienes prefieren engañarse o que los engañen, antes que ver las cosas como realmente son; ahora bien, quienes prefieren los paraísos – en realidad los infiernos – artificiales al mundo real, hacen con ello el juego y la política del fascismo y el imperialismo. Frente a ello, la única posibilidad de cambiar políticamente la dura realidad exige, para empezar, verla como es; todo lo demás es reacción, charlatanismo, imperialismo y fascismo. (¡Tanto desastre material y moral para llegar a esto!)

Mas he aquí que ahora, después de más de cuarenta años de supuesta “democracia”, la realidad que tienen delante cada vez se resiste más a ser presentada como tal, y de hecho el régimen imperialista es ya abiertamente fascista incluso para los mismos “radicales abertzales”, según reconocen en el editorial citado: “[...] lo cierto es que la ciudadanía vasca no puede revertir a estas alturas la deriva española, y debe concentrarse en construir en Euskal Herria un refugio resistente al fascismo”. Un fascismo que ellos – en contra de toda advertencia – llevan más de cuarenta años reconociéndolo como “democracia”·y llevando al Pueblo Vasco (que ellos ocultan y devalúan designándolo “ciudadanía vasca”) a admitirlo como tal, una tras otra, en todas las “convocatorias electorales de la democracia española”. Un fascismo oficialmente consolidado como “democracia” ante “la comunidad internacional” gracias al reconocimiento que esos colaboracionistas le han prestado desde los primeros momentos de la transición intra-totalitaria hasta hoy mismo. Un “refugio resistente al fascismo” que únicamente es posible construir mediante una oposición democrática, unida necesariamente sobre posiciones estratégicas: precisamente las posiciones que ellos llevan más de cincuenta años saboteando y haciendo imposibles.

Tan evidente es ya la naturaleza del Segundo Franquismo, tal es la crisis y el descrédito actuales del régimen imperialista español de ocupación militar, que la burocracia liquidacionista Pnv está rebasando su “tradicional” papel de discreto acompañante externo para aparecer ya como el sostén fundamental del régimen que es, y como la muñidora del próximo Gobierno que intentan formar los sectores nacionalistas, imperialistas y fascistas del Nacional-socialismo de Falange-PsoE junto con sus recientes auxiliares social-imperialistas. Éstos van a prestarle al Gobierno español, según su propia declaración, la necesaria “valentía” para recuperar y neutralizar la oposición democrática de los Pueblos sojuzgados, y para atacarla y debilitarla con “otra vuelta de tuerca”, con renovadas demagogia y falsificación ideológica “progresista” del Nacionalismo imperialista español, por supuesto con la protección de sus ejércitos de ocupación. Se trata de la única “función histórica” que ese sub-grupo del PsoE tiene: para la que ha nacido y la que constituye su única justificación funcional, dentro de la totalidad estructural del imperialismo. Frente a esta cuadrilla de fascistas: que tras el desgaste de cuarenta y dos años y una vez reubicada su momia pretenden remozar el Segundo Franquismo para que luzca “más democrático que nunca”, es urgente restablecer la unidad estratégica de la oposición democrática.

Ahora bien, no es posible hacer frente al imperialismo si los conceptos fundamentales teóricos, ideológicos y políticos de una oposición democrática: que ha de estar forzosamente basada en la defensa de los derechos humanos fundamentales y ante todo del derecho de autodeterminación de los Pueblos sojuzgados – PRIMERO de los derechos humanos fundamentales Y CONDICIÓN PREVIA DE TODOS ELLOS – así como de independencia e integridad de sus Estados; si esos conceptos fundamentales, decimos, están siendo constantemente falsificados como “derecho a decidir”, distorsionados e ignorados. La actual e ínfima “clase política oficial vasca” está formada, en el mejor de los casos, por ignorantes e incompetentes absolutos en todas estas cuestiones fundamentales. Lo peor es que, además, son corruptos que están económica, ideológica y simbióticamente integrados con el régimen de ocupación al que, suceda lo que suceda, no se cansan de confortar y reconocer como “democrático”, una tras otra, en todas las “decisivas elecciones generales” a las que son llamados. Sin deshacerse de esa camarilla de sinvergüenzas y/o incompetentes no es posible una política de liberación nacional.

Ante esta situación de emergencia, es absolutamente necesario lograr la unidad estratégica de todas las fuerzas de oposición democrática frente al imperialismo; una unidad que únicamente puede realizarse en función también estratégica, es decir: en torno a un objetivo o fin estratégico y fundamental (no parcial y secundario) que haga posible la acumulación de todas esas fuerzas democráticas, unánimes en la aceptación del mismo, mientras que su rechazo sólo pueda hacerse por los sectores comprometidos con el mantenimiento de las posiciones del imperialismo, lo cual los dejará fatalmente en evidencia como lo que realmente son, a saber: agentes al servicio del imperialismo. Y el único fin estratégico y fundamental que el sojuzgado Pueblo Vasco tiene ante sí: el único que puede concitar la reunión de todas sus fuerzas de oposición democrática, es conseguir su independencia nacional como consecuencia de su liberación del régimen imperialista de ocupación militar, y la restauración de su Estado propio: el Reino de Nabarra. Afirmar y reivindicar su inviolabilidad y permanencia por encima de ilícitas y legalmente nulas agresiones extranjeras: como la persona jurídica de máximo rango que todo Estado legítimo es según el derecho internacional de los Pueblos declarado por la ONU, nos proporciona una palanca decisiva para el objetivo de garantizar la pervivencia nacional del Pueblo Vasco como un actor más de la escena internacional, en pie de igualdad con todos los Pueblos del Mundo.

Esta unidad estratégica corresponde además a nuestra realidad social, puesto que en un País sojuzgado bajo un régimen Nacional-imperialista y fascista de ocupación militar sólo hay lugar para dos Partidos reales, a saber: el de la integración al poder totalitario, por un lado, es decir: el Nacional y social-imperialista de la metrópolis auxiliado por todas sus franquicias locales, que se apoya en las fuerzas de ocupación y se camufla como “democrático, liberal, progresista, socialista” etc. tras una fachada falsa que oculta su auténtica realidad imperialista; y el de la Resistencia, por otro, cuyo objetivo es y sólo puede ser conseguir la expulsión de las fuerzas de ocupación: un elemento básico para recuperar la libertad nacional. Otra cosa será cuando la independencia nacional sea ya efectiva y haya una situación de real libertad, en cuyo momento podrán manifestarse diversas opciones políticas; pero, hasta ese momento, toda división interna del Pueblo sojuzgado lleva y sólo puede llevar a su debilitamiento y por tanto a perpetuar la dominación del imperialismo sobre él.

Es pues evidente que la labor de los agentes de la burocracia liquidacionista Pnv-Eta: que – aparte de instaurar el extravío ideológico-estratégico que implica admitir el régimen fascista de ocupación militar como democracia – consiste además en potenciar la división partidaria interna en el momento presente, lo que consigue es arruinar necesariamente la unidad estratégica ante nuestro mencionado objetivo fundamental de Autodeterminación o Independencia del Pueblo Vasco. Esto no es extraño en absoluto, puesto que ése es un objetivo y un concepto en los que los componentes de esas burocracias mafiosas no creen y que de hecho los han abandonado y substituido por “la contienda electoral, las urnas y el voto” en el seno del Estado ocupante y su régimen fascista que ellos reconocen como “propios, no-Nacionalistas, no-violentos, legítimos y democráticos”, y en los que todo lo que desean es “sentirse cómodos en España”: disputándose y aspirando únicamente a conseguir los sueldos y chanchullos de los que dependen para vivir y prosperar; a todo lo cual llaman “profundizar en la democracia vasca” y que significa realmente la destrucción del Pueblo Vasco.

Esos partidos: debidamente refundados y reorientados en sus principios ideológicos y estratégicos nacionales (frente a las mafias que desde hace más de cuarenta años los tienen confiscados y puestos al servicio del imperialismo), podrían en su momento – si el Pueblo Vasco así lo decidiera – servir al lícito debate político entre partidos una vez alcanzadas las condiciones de libertad nacional; sin embargo, si en el momento actual persisten en su acción disolvente y divisionista, y no se suman en el boycott al régimen de ocupación militar impulsado por el Movimiento de Resistencia Nacional, serán inexorablemente barridos y echados al basurero de la historia por el Pueblo Vasco.

Por tanto, frente a ese funesto divisionismo interno, la unidad estratégica de las fuerzas populares de oposición democrática exige aglutinarse en un Movimiento de Resistencia Nacional: integrado por todos los sectores de esa oposición democrática, los cuales podrán mantener dentro de él su propia personalidad; pero compartiendo y defendiendo todos ellos en esta etapa histórica, como una sola alma, unos únicos principios fundamentales, complementarios y absolutamente indisociables. Sólo hay dos principios cuyo mantenimiento condiciona y permite la unidad estratégica de las fuerzas populares para la constitución de ese Movimiento de Resistencia Nacional: unos principios que incorporan en nuestro favor toda la potencialidad democrática y estratégica del Derecho Internacional. Estos principios son y sólo pueden ser:

1/ Afirmación del derecho de libertad, LIBRE disposición, independencia nacional o autodeterminación del Pueblo Vasco/Euskal Herria.

“Piedra angular de la democracia”, el derecho internacional de autodeterminación o independencia de todos los Pueblos es un derecho que es originario, fundamental, inherente, de costumbre, inmediato, incondicional, continuo, permanente, inalienable, irrenunciable e imprescriptible para todos los Pueblos sojuzgados bajo un régimen imperialista y extranjero; que es la misma cosa que la incondicional e inmediata independencia de éstos contra/frente a toda dominación o intromisión extranjera contraria a su libertad nacional; y que ha sido reconocido – no constituido – por el Derecho Internacional contemporáneo de las Naciones Unidas: desde el Artículo Primero de su fundacional Carta de San Francisco así como por numerosas y relevantes Resoluciones de su Asamblea General, como EL PRIMERO DE LOS DERECHOS HUMANOS FUNDAMENTALES Y LA CONDICIÓN PREVIA PARA EL PLENO DISFRUTE DE TODOS ELLOS.

Su corolario y aplicación práctica consiste, como requisito ineludible para su realización, en la EXIGENCIA DE EVACUACIÓN INCONDICIONAL E INMEDIATA de todas las fuerzas de ocupación y de todo el aparato de sojuzgamiento imperial-colonialista de las Potencias ocupantes: España y Francia, FUERA de los Territorios históricos del Pueblo Vasco y de su Estado. Y


2/ Afirmación de la continuidad, vigencia y actualidad de nuestro Estado propio: el Reino de Nabarra, sucesor del Reino de Pamplona – “el Reino de los Vascos” – constituido por una Confederación de Repúblicas, Condados y Señoríos Vascónicos histórica y libremente reunida en torno a él. Internacionalmente reconocido durante mil años, el Reino de Nabarra sigue siendo el único Estado de la Nación Vasca, al que jamás ha renunciado ni ha admitido ni reconocido nunca ningún otro.

Su necesaria consecuencia implica EL NO-RECONOCIMIENTO Y LA DENUNCIA constantes e incesantes de los Estados ocupantes: el “Reino de España” y la “República francesa”, y de sus regímenes totalitarios de ocupación militar, como criminales, imperialistas, colonialistas y fascistas, y no como los propios, no-Nacionalistas, no-violentos, legítimos y democráticos, según está haciendo hasta el día de hoy la pretendida “clase política oficial vasca” formada por la burocracia liquidacionista Pnv-Eta y sus satélites.

La afirmación de la continuidad de nuestro Estado en la forma de Reino es una posición ESTRICTAMENTE INSTRUMENTAL Y ESTRATÉGICA, no de principio “moral”, la cual deriva de la restauración de la legítima legalidad suprimida por los actos de agresión del imperialismo franco-español contra el Reino de Nabarra: actos criminales, y legalmente nulos de pleno derecho a todos los efectos según toda legalidad nacional e internacional, temporal e intemporal; cuya retribución (jurídico-moral) implica por tanto la reanudación de la situación legal previa; con toda la legitimidad internacional que eso nos proporciona.

Desde la desaparición de los últimos Reyes de Nabarra legítimos: por el asesinato en 1610 de Enrique III de Nabarra, y por la traición a las leyes, libertades y derechos constitucionales del Reino efectuada por su hijo y sucesor Luis II de Nabarra – contando con la instigación y el reconocimiento de la Iglesia católica, romana y francesa, y con el ejército francés de ocupación en Biarne – al decretar el 19 de Octubre de 1620 el llamado “Edicto de Unión” que establecía ilegalmente el Reino unido “de France et de Navarre”, la situación legal de nuestro Estado es de Reino con trono vacante.

Como es innegable, esa ilegalidad constitutiva: denunciada el siguiente mes de Noviembre por los Estados de Nabarra (que reunidos en la iglesia de San Pablo en Donapaleu exigieron en vano la revocación del Edicto), la cual invalidaba y hacía ilícito desde su nacimiento mismo aquel denominado “Reino de Francia y de Nabarra”, no podía en cambio afectar en lo más mínimo a la vigencia y continuidad del Reino de Nabarra, que se mantenía con sus instituciones propias y trono vacante desde aquel momento hasta hoy. A partir de aquel momento, todos los sedicentes reyes “de France et de Navarre” hasta la deposición en 1830 del último de ellos: Carlos X de Francia y V de Nabarra, fueron impostores y usurpadores del Reino de Nabarra; y sus actos, en cuanto afectaban a este Reino – más aún si era en su perjuicio –, fueron nulos de pleno derecho y muy particularmente lo fue el “Tratado de los Pirineos” firmado en 1659, por el que el rey “de France et de Navarre” cedía los territorios sud-pirenaicos del Reino de Nabarra a la Monarquía Católico-Hispánica. Veamos:

“[...] 2. ‘Ningún Estado independiente, grande o pequeño, deberá quedar sujeto bajo el dominio de otro Estado por medio de herencia, intercambio, compra o donación.’ [¡Ya sea Papal o Real!]

“Un Estado no es, como el suelo que él ocupa, una propiedad (patrimonium). Es una sociedad humana a la que nadie más tiene derecho a mandar o disponer excepto el propio Estado. Es un tronco con sus propias raíces. Pero incorporarlo dentro de otro Estado, como si fuera un injerto, es destruir su existencia como persona moral, reduciéndola a una cosa; tal incorporación así pues contradice la idea de su contrato original [fundacional], sin el cual no puede concebirse ningún derecho sobre un Pueblo. 1 [...].

“Nota 1. Un reino hereditario no es un Estado que pueda ser heredado por otro Estado; si bien el derecho a gobernarlo sí puede ser heredado por otra persona física. Como consecuencia de ello el Estado adquiere un gobernante; pero éste, como gobernante (por ejemplo, uno que posea ya otro reino), no adquiere [la propiedad de] el Estado.” (Immanuel Kant; Zum ewigen Frieden. Ein philosophischer Entwurf, 1795.)

Esta situación de “trono vacante” es perfectamente posible y sostenible. Veamos: si bien, y como es evidente, no puede haber monarca – rey o reina – si no existe un reino, en cambio sí puede perfecta e indefinidamente subsistir un reino sin monarca. La eventual resolución de esta situación: bien sea mediante la creación de una institución legal que supla indefinidamente la función del monarca, o mediante el cambio de la forma del Estado para adoptar la forma de república, constituye un objetivo perfectamente lícito siempre y cuando se den las dos condiciones ineludibles para realizarlo legalmente, a saber:

– 1/ eliminación PREVIA de toda ocupación armada, mediante la expulsión todo ejército extranjero presente en cualquier parte de nuestros Territorios; y

– 2/ reunión del Parlamento/Estados Generales del Reino y de todos sujetos que lo constituyen, para decidir en forma legal sobre la cuestión.

Ahora simplemente afirmamos, en coherencia con el Derecho Internacional, que el Pueblo Vasco tenemos nuestro propio Estado y que no estamos inventándonos nada, y que nuestro Estado continúa vigente a pesar de la ocupación militar del imperialismo, una situación de facto ilegal y criminal. Aparte de esto, respecto a la cuestión general sobre la forma del Estado y en particular sobre el absurdo fetichismo y la burda falsificación que generalmente van unidos al concepto de “república”, véase en esta misma página, entre otros, el texto publicado el pasado día 14-Abril-2019 bajo el título Frente al imperialismo republicano: derecho de autodeterminación.

Simultáneamente, y mientras el imperialismo no retira sus fuerzas de ocupación, es preciso mantener un BOYCOTT TOTAL:

– a toda colaboración con quienes, por rechazar en la teoría o en la práctica uno o ambos principios fundamentales citados, forman objetivamente – algunos incluso de forma subjetiva y confesada – parte del imperialismo; y

– a toda participación en las instituciones del régimen colonial-imperialista y especialmente en sus monopolios jurídicos (“parlamentos”) establecidos mediante su monopolio de la violencia, así como en sus “elecciones generales” totalitarias que “legitiman” todo ello.

Sin establecer ese boycott total al régimen de ocupación y a los partidos imperialistas que lo camuflan, no es posible dar siquiera un paso para librarse de él. La idea funesta en que se basa la trampa de la transición intra-totalitaria del fascismo español, es decir: “primero reconocimiento del régimen (imperialista) del Segundo Franquismo como democrático, y a continuación se podrá hablar de todo”, sigue siendo la piedra angular en que descansa toda la falsificación y el bloqueo políticos actuales, que jamás darán el menor resultado aparte de la corrupción, los sueldos y chanchullos que obtienen del régimen quienes aceptan su trucado planteamiento, unidos al aumento de la crisis y el desastre generales para los Pueblos que esa situación necesariamente entraña. Unos regímenes históricamente ultra-Nacionalistas e imperialistas de ocupación militar, como lo son el español y el francés: que disponen del monopolio absoluto de LA VIOLENCIA CRIMINAL Y FASCISTA y del monopolio de adoctrinamiento e intoxicación ideológica de masas anexo a ese monopolio de la violencia, y que están constitutiva y declaradamente basados en la negación y liquidación de las Naciones y los Estados de los Pueblos sojuzgados, una vez que han sido reconocidos como “democracia” (y cualquiera que sea el partido que esté en su Gobierno: todos ellos incuestionablemente identificados con su histórica empresa Nacional-imperialista), obviamente jamás admitirán nada que suponga su VOLUNTARIA liquidación, como ocurriría con su reconocimiento del derecho de autodeterminación de los Pueblos sojuzgados, el cual absurda y demencialmente se pretende que acepten.

En particular el Reino de España: siendo imperialista, explotador y totalitario/fascista como lo es por su naturaleza, por su constitución real y primaria, por su esencia y su existencia, JAMÁS PODRÁ COMPORTARSE COMO LO QUE NO ES, a saber: democrático, por más ilusionismo que se le eche al asunto. Por lo tanto el régimen de ocupación militar y su Estado imperialista, colonialista y fascista no deben ser reconocidos como lo que no son: lo cual es simplemente suicida para la oposición democrática, puesto que no queda nada de lo que hablar a partir de su reconocimiento como democrático. Y ello porque, a partir de ahí, lo único que queda es la sumisión y la desaparición del Pueblo Vasco y de su Estado: oficial, unánime y constantemente negados por la “Constitución” formal y secundaria, las leyes, la jurisprudencia y la propaganda de los Estados y los partidos de España y de Francia, que los traidores-colaboracionistas “vascos” del grupo burocrático-liquidacionista Pnv-Eta llevan más de cuarenta años confortando como democráticos. El régimen franco-español de ocupación militar sobre el Pueblo Vasco y su Estado, el Reino de Nabarra, es un régimen incurablemente criminal, imperialista, colonialista, cleptocrático, y necesariamente totalitario-absolutista-fascista: unas características cuya comprensión y aceptación resultan perfectamente claras y naturales para nuestro Pueblo desde hace por lo menos ocho siglos.

Por ello, el boycott total al régimen de ocupación es un objetivo perfectamente factible y “natural” para el Pueblo Vasco. Se trata además de un objetivo que no puede ser reprimido y que no tiene coste social alguno para la producción y la economía del País. Un Pueblo sojuzgado que se moviliza como respuesta a un llamamiento de su Movimiento de Resistencia Nacional, y que decide hacer una gigantesca concentración: virtualmente del 100% de la población, simplemente quedándose en sus propias casas durante la “jornada electoral” en la que el imperialismo quiere que esté concentrado ante sus “urnas” destinadas a enterrar su libertad nacional, pero que son sin embargo cívica y civilizadamente rechazadas ante la vista del mundo entero mostrando avenidas, calles y plazas vacías, ciudades, pueblos y aldeas desiertos, es un dato sociológico imposible de superar por el régimen totalitario, que colapsaría sin remedio. La única incógnita que esta acción plantea es saber cuánto tiempo tardará en ser comprendida e implementada, no si lo será. Los pretendidos “líderes políticos vascos”: que, con sus llamamientos a la colaboración con el régimen fascista de ocupación militar, llevan retrasando durante cuarenta años ya esta respuesta que en sí misma es LÓGICA, “NATURAL”, E INMEDIATAMENTE COMPRENSIBLE POR EL PUEBLO VASCO, tendrán que dar cuenta de su acción ante él. Al igual que en el pasado, podemos decir hoy con idéntica vigencia:

“Las condiciones subjetivas y objetivas en general, y la resistencia histórica permanente, han demostrado que el boycott total de las elecciones totalitarias es posible y ‘natural’ en el País Vasco. A partir de esta realidad: bien sea por su desarrollo o por su degradación, se determina el carácter progresivo o reaccionario de una actitud ideológico-política. Sin embargo, para el colaboracionismo, la subestimación de las fuerzas populares es condición necesaria de su propia ‘función histórica’ en el marco del totalitarismo integrado. [...].

“En las ‘elecciones’ se manifiesta de forma notable la contradicción entre la colaboración y el desarrollo de una política democrática consecuente en el País Vasco. Un solo voto más – vota a quien quieras pero vota – es un arma más en el arsenal totalitario, un paso más en el camino de la sumisión. Un solo voto menos es un factor de resistencia, de dignidad nacional y de democratismo consecuente que el imperialismo no ha podido ni podrá nunca recuperar.” (“Otra vez “elecciones generales” (IPARLA núm 1)”, Febrero-1979; texto inicial de las PUBLICACIONES IPARLA.)

 

DERECHO DE AUTODETERMINACION O INDEPENDENCIA NACIONAL INCONDICIONAL E INMEDIATA DEL PUEBLO VASCO / EUSKAL HERRIA!


¡REINO DE NABARRA: EL ESTADO DEL PUEBLO VASCO / EUSKAL HERRIA!


¡Ejército de ocupación ni con música!

¡España ni con república! ¡Francia ni con monarquía!


¡BOYCOTT TOTAL LOS IMPERIALISTAS FASCISTAS, SU RÉGIMEN DE OCUPACIÓN MILITAR! –  ALDE HEMENDIK!


¡¡¡VIVA EL PUEBLO VASCO LIBRE!!! – GORA EUSKAL HERRI ASKEA!!!

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