Reformas “jurídicas” en el régimen imperialista y fascista español de ocupación militar sobre el Pueblo Vasco y su Estado
Reformas “jurídicas” en el régimen imperialista y fascista español de ocupación militar sobre el Pueblo Vasco y su Estado
Las tensiones que están produciéndose actualmente entre los sectores políticos que forman el bi-fronte Partido Nacionalista Español PpsoE: integrado por el Partido del Movimiento español en versión tradicional Alianza popular-Pp, y por su versión transitiva y Nacional-socialista de Falange-PsoE (las dos caras de la misma moneda que es el régimen del Segundo Franquismo actualmente reinante), se han resuelto cómicamente por el acatamiento que “el parlamento soberano español donde reside la soberanía nacional” ha hecho del acto de filibusterismo impuesto por el “tribunal constitucional” español que vela por el “orden constitucional” establecido por el Primer Franquismo. Como el mismo régimen declaró, todo quedó “atado y bien atado”, en última instancia bajo la garantía del ejército español-Guardia Civil-“cuerpos de seguridad del Estado”; un agregado militar que desde hace doscientos años es la clase política real en España, desde la caída del régimen despótico-asiático español a impulsos de la “revolución” francesa.
(“Atado y bien atado”: del “discurso de fin de año” del General Franco, el 30 de Diciembre de 1969, difundido por la Radio Televisión española; cuyo Director General: Adolfo Suarez, supervisó personalmente dicha transmisión. El falangista Suarez fue precisamente – y obviamente no por casualidad – el primer “presidente” del Gobierno español de la llamada “transición española” a la “democracia” fascista del Segundo Franquismo, continuación intacta del Primero.)
Repetimos de nuevo este párrafo de nuestro anterior artículo ‘El parlamentario español Jon Iñarritu defiende la “democracia” del fascismo español’: Cuando, una vez más, sus crisis ponen de manifiesto la realidad del régimen imperialista del Segundo Franquismo, dejando a estos grupos de Traidores “vascos” en evidencia, su impotencia ante esa realidad resulta tan patética como las “explicaciones” que dan de ella sus representantes: los Aitor Esteban, Mertxe Aizpurua, Jon Iñarritu y Arnaldo Otegi de turno, que “denuncian” los acontecimientos actuales como un “golpe de Estado”, ocultando que el régimen fascista español continúa intacto en el poder desde que dio el golpe de Estado en 1936. Un golpe que jamás ha sido desmontado ni nadie de entre sus protagonistas y herederos ha sido no ya condenado sino ni siquiera juzgado por él.
Sin embargo, los Traidores que forman la pretendida “clase política vasca”, a saber: la burocracia mafiosa-liquidacionista Pnv-Eta y sus satélites, que desde el primer momento de la transición intra-totalitaria y hasta el día de hoy están reconociendo el Segundo Franquismo como democracia y a su Estado criminal como “el Estado” propio, legítimo y democrático; esos Traidores, decimos, han venido falsificando esta realidad ante el Pueblo Vasco, y presentando las disfunciones del régimen imperialista y fascista franco-español que ocupa militarmente nuestro País simplemente como una deficiente “separación de poderes” que había que corregir. Según ellos, ese régimen es legítimo, democrático y el propio, y únicamente debía ser “reformado” para establecer una auténtica “separación de poderes” dentro del régimen imperialista de ocupación militar; lo cual implica la continuación perfeccionada del mismo régimen.
El derecho positivo imperialista y todo su entramado de leyes: desde su “Constitución” formal o secundaria hasta la última de sus leyes, consiste en afirmar como “legal” tanto la dominación sobre los Pueblos sojuzgados y sus Estados, así como la conculcación de sus derechos humanos fundamentales empezando por su derecho de autodeterminación o independencia. Todo esto se realiza mediante su monopolio fascista de la criminal Violencia – actual y virtual – sobre ellos; un monopolio que es su constitución real o primaria, y el que respalda en último término sus inicuas “leyes”.
A partir de ahí, la legalidad y la moralidad fascistas son conceptos y realidades irreconciliables con la legalidad y la moralidad democráticas, que corresponden a las instituciones, leyes y Estados que los Pueblos se han dado a sí mismos de forma libre. El imperialismo, allí donde puede implantarse, destruye estas realidades legítimas mediante guerra de agresión y crímenes imprescriptibles, e impone las suyas, las cuales “justifica” a posteriori mediante su propia legislación aferente. Así pues, establecer una falsa distinción entre “la política” y “el derecho” imperialistas, como si se tratara de esferas o ámbitos distintos, es introducir una confusión nefasta para un movimiento de oposición democrática y liberación del imperialismo, ya que el derecho es especie y parte de la política; y ello tanto si ésta es democrática como si es despótica. Todo lo cual fue expuesto en nuestro texto ‘Totalitarismo fascista y sentencias judiciales’, publicado en esta página el 14 de Octubre de 2019.
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Dada la permanente campaña de distorsión y falsificación de estos conceptos que transmiten a nuestro Pueblo esos agentes indígenas “vascos”: el conglomerado burocrático y liquidacionista Pnv-Eta y sus satélites Ea-Ehbildu-Sortu-Geroabai etc. (como los altavoces ideológicos y políticos del imperialismo fascista español que ellos son, comprados y pagados por él), volvemos a reproducir algunos párrafos señalados que centran la cuestión planteada frente a sus mercenarias mistificaciones:
“La dicotomía – ampliamente sustentada y difundida por los agentes ‘vascos’ del colaboracionismo Pnv-Eta con el imperialismo franco-español – entre las ideas de ‘política’ y las de ‘derecho’, por un lado, y la ‘denuncia’ oportunista que esos agentes hacen de lo que ellos consideran censurables ideas y objetivos ‘políticos’ del Gobierno de turno, por otro (una ‘denuncia’ orientada a conseguir la substitución de esos objetivos ‘políticos’ por los conceptos y fines del ‘derecho jurídico’, que es lo que ellos entienden es lo deseable y que contraponen a ‘la política’ de ese Gobierno, lo cual sería lo rechazable); ambas posiciones, decimos, buscan producir el descrédito de ‘lo político’ y ‘consiguen’ como resultado la correspondiente apología de ‘lo jurídico’, es decir: el derecho positivo imperialista español o francés y su manifestación normativa (en forma de ‘leyes y “Constitución” formal o secundaria’); todo lo cual quedaría para ellos, según dicen, al margen de ‘la política’.
“Sin embargo, y como es evidente, si bien puede haber política sin el amparo de un derecho positivo (afortunadamente para nosotros, puesto que de otro modo no nos sería posible realizar una política de Resistencia Nacional anti-imperialista: ‘normalmente’ ilegal y al margen del ‘derecho’ positivo imperialista pero aun así posible), en cambio nunca puede haber derecho sin política, puesto que el derecho no sólo es política – ya sea democrática o despótica – sino que es además política ejercida de forma monopolista. (Las únicas alternativas al derecho son la anarquía – no en el sentido del anarquismo utópico – o la guerra.)
“Como se ha indicado más arriba, el derecho es un orden político impuesto mediante el monopolio de la violencia: ya sea ésta lícita (la de un orden político realmente democrático: fundado sobre la vigencia y el respeto de los derechos humanos fundamentales y no meramente en ‘el respeto de la ley’, tal como afirman los agentes ideológicos – comprados o lunáticos – del imperialismo y el fascismo), o criminal, que es la violencia ejercida en violación de esos derechos fundamentales y que corresponde por tanto a un orden político totalitario, imperialista y fascista. En resumen, el derecho es la determinación de la condición y el comportamiento de los sujetos mediante el monopolio de la violencia; o sea: es la política ejercida de forma monopolista. Todo intento de oponer el derecho imperialista a la política imperialista es un despropósito teórico, una ilusión reaccionaria de inmediatas y funestas consecuencias prácticas para los Pueblos sojuzgados.
“En línea con este objetivo de falsificación y engaño hacia los sujetos dominados, una acepción auxiliar, equívoca y estrecha de ‘la política’ – que es difundida por los ideólogos del imperialismo – la limita exclusivamente a la actuación del órgano Ejecutivo; presenta el Legislativo y la Judicatura como ‘apolíticos’; y reduce la cuestión del imperialismo, el fascismo y la democracia a una simple cuestión de ‘separación estatal (interna) de poderes’. Sin embargo, una eventual ‘separación de poderes’ dentro del Estado imperialista no resuelve ninguna de esas cuestiones. La separación de poderes tiene por condición de nacimiento y vigencia la contradicción de fuerzas en las luchas sociales; y el imperialismo es lucha de clases a nivel internacional, y opresión y explotación de Pueblos y Estados bajo/por otros Pueblos y Estados.
“Por tanto, en el interior de un régimen imperialista, la ‘separación de poderes’ es en realidad ‘el entramado funcional unitario del poder totalitario’ e imperialista. Bajo esas condiciones, los cuerpos Legislativo, Ejecutivo o Judicial del régimen imperialista coinciden espontánea y plenamente sobre el tratamiento a aplicar a las fuerzas democráticas – y por tanto anti-imperialistas – de los Pueblos ocupados; y a este respecto las diferencias y contradicciones entre sus órganos internos son una fábula reaccionaria y una apología del régimen imperialista y fascista de ocupación militar. Los jueces de un régimen imperialista no necesitan lecciones ni presiones de nadie para participar en la represión de la Libertad de los Pueblos y de los derechos humanos fundamentales en general, que están siendo conculcados por el régimen imperialista al que ellos sirven. En el interior de un régimen imperialista, todo intento de oponer ‘el poder político al poder judicial’ es un dislate teórico y práctico que entraña funestas consecuencias.
“Cuando – según ellos mismos dicen – ‘la izquierda abertzale pone en duda la imparcialidad de los jueces’ y ‘denuncia la falta de base jurídica’ para la represión fascista; o cuando las burocracias de los pretendidos ‘moderados y radicales vascos’ Pnv-Eta y sus satélites ‘denuncian las presiones políticas que el Gobierno ejerce sobre los jueces’, alterando así la supuesta inclinación de éstos a defender la justicia democrática internacional (que dichos agentes ‘vascos’ les atribuyen por descontado y en la que los animan a perseverar), todos ellos están presentando los jueces Nacionalistas y Fascistas españoles o franceses como si estuvieran en oposición al Poder Ejecutivo, y como si fueran celosos defensores de los derechos humanos en general y de la libertad de los Pueblos en especial; todo lo cual no puede estar más lejos de la verdad o embellecer más la realidad.
“Y es que, bien al contrario, el poder imperialista es el poder imperialista, y seguiría siéndolo con ‘base jurídica’ o sin ella, con ‘separación interna de poderes’ o sin ella, y con jueces ‘independientes’ o sin ellos. La exigencia de ‘separación interna de poderes’ del imperialismo: planteada por ‘los moderados y los radicales vascos’ Pnv-Eta y sus satélites como supuesta garantía democrática, muestra su ‘incapacidad’ – real o de mala fe – para comprender la política imperialista como una cuestión o problema internacional que consiste en la dominación y destrucción de Pueblos sojuzgados y de sus Estados a manos de otros Pueblos y sus Estados imperialistas agresores. Así pues, estamos ante una cuestión de dominación internacional de Pueblos y Estados creada por el imperialismo, la cual NO ES por tanto reductible a ni puede resolverse abordando cuestiones internas de ese régimen tales como ‘los intereses de una determinada ideología, el centralismo, el jacobinismo, o la falta de separación interna de poderes’ del Estado ocupante, pero a las que esos liquidacionistas ‘vascos’ se empeñan no obstante en reducirla.
“Todo ello es el abandono de los conceptos, principios y criterios fundamentales de libertad nacional y democracia del Pueblo Vasco y su Estado, el Reino de Nabarra, a los que esos agentes ‘vascos’ han renunciado y que han substituido por los supuestos INTERNOS y formales del régimen franco-español. Un régimen totalitario e IMPERIALISTA tomado desde hace casi medio siglo ya por esos agentes como legítimo y democrático y el suyo propio, y dentro del cual ellos siguen situando y entendiendo toda realidad política: incluido el derecho internacional de autodeterminación o independencia inherente a todos los Pueblos sojuzgados.
“Fue en 1710, tras perder las fuerzas de Ucrania la batalla de Poltava (en su intento por independizarse del Imperio moscoviano-zarista), cuando Pylyp Órlyk: anticipándose en 38 años al ‘Espíritu de las Leyes’ de Montesquieu y en 77 a la Constitución de Usonia, estableció en su Constitución para Ucrania – ‘Pactos y Constituciones de Derechos y Libertades del Ejército Zapórogo’, llamada a veces ‘Constitución de Bender’ por la ciudad donde se proclamó – la separación de poderes entre los cuerpos Legislativo, Ejecutivo y Judicial por vez primera. Y en su mismo Preámbulo: tras exponer los esfuerzos del poder zarista-moscoviano ‘para limitar y anular por todos los medios disponibles los derechos y libertades’ del Pueblo Ucraniano, y justificar por tanto su política – seguida por Iván Mazepa y él mismo – de oposición al imperialista Zarato de Moscovia y de alianza con Carlos XII de Suecia ‘como lógica e inevitable, impuesta por la necesidad de liberar la patria’, este autor estableció de entrada como objetivo prioritario de la Constitución la independencia del nuevo Estado, afirmada naturalmente frente a la ‘Rusia’ moscoviana. Había comprendido bien que, entonces y siempre, son la política internacional, el derecho internacional, y la separación internacional de poderes: que únicamente pueden ser garantizados por la independencia nacional, los que constituyen la única barrera política y jurídica que un Pueblo sojuzgado puede oponer contra la dominación del imperialismo.
“En cambio, sumidos en su desvarío, los dirigentes indígenas ‘vascos’ de la burocracia Pnv-Eta y sus satélites, agentes auxiliares locales del imperialismo franco-español e incansables defensores del gran cambiazo o estafa contra la Nación Vasca (a saber: la negación y el abandono del derecho internacional de autodeterminación o independencia del Pueblo Vasco, y su substitución por una falsa ‘autonomía’ otorgada como una región española más y por una ilusoria ‘separación interna de poderes’ dentro del régimen imperialista franco-español de ocupación militar que ellos han aceptado como legítimo, democrático y el suyo propio); tales agentes, decimos, ‘protestan’ – simultánea o sucesivamente – contra los ‘malos’ poderes ejecutivos que se imponen a los buenos legisladores y a los buenos jueces; si es que no son los malos jueces quienes se imponen a los buenos legisladores y los buenos gobiernos, o los malos legisladores quienes mantienen prisioneros a los buenos gobiernos y los buenos jueces.
“Tales dirigentes ‘vascos’ Pnv-Eta: agentes locales auxiliares del imperialismo franco-español, ocultan así la realidad de la UNIDAD DE PODER que constituye el Estado imperialista-totalitario, cuyos funcionarios legislativos, ejecutivos, administrativos y judiciales gozan: individual y colectivamente, de toda la motivación y de toda la carga xenófoba que se puede pedir o esperar de ellos. No necesitan esos funcionarios imposiciones de nadie para perseguir – conjunta o separadamente – todo lo que se parezca a una oposición democrática y todo lo que represente o recuerde a los Pueblos que los españoles y los franceses mantienen sojuzgados; que es lo que ellos han hecho siempre en todos los años y todos los siglos de conquista, dominación y represión que integran hasta hoy mismo su infame historia de la que tan orgullosos se sienten.
“Es una constatación constantemente verificada el hecho de que, en comparación con los responsables usualmente calificados como ‘políticos’, los órganos y miembros ‘apolíticos’ del moderno Estado totalitario e imperialista: hasta el último funcionario civil o militar, son generalmente más – y no menos – adictos de decisiones y medidas ‘administrativas’ represivas, simplistas, radicales, intransigentes y extremas.” Etc. (Véase el texto completo en el Capítulo XXIII –Fundamentación ideológica actual del Estado imperialista: “democracia, ‘Constitución’ y Estado de derecho” (XXIII), de nuestro texto general ya indicado.)
Epílogo
Epílogo: No nos es posible hacer frente al imperialismo franco-español sobre nuestro País si los conceptos fundamentales teóricos, ideológicos y políticos de una oposición democrática vasca: que ha de estar forzosamente basada en la defensa de los derechos humanos fundamentales y ante todo del derecho de autodeterminación de todos los Pueblos (PRIMERO de los derechos humanos fundamentales Y CONDICIÓN PREVIA PARA EL PLENO DISFRUTE DE TODOS ELLOS), así como de independencia e integridad de sus legítimos Estados, están siendo constantemente falsificados como “derecho a decidir”, distorsionados e ignorados.
Por desgracia, la actual intelligentsia y la “clase política oficial vasca” están formadas, en el mejor de los casos, por ignorantes e incompetentes absolutos en todas estas cuestiones fundamentales. Lo peor es que, además, son elementos corruptos que están económica, ideológica y simbióticamente integrados en el régimen imperialista y fascista franco-español de ocupación militar de nuestro País. Un régimen y un Estado que – suceda lo que suceda y por mucho que hagan falsas “regeneraciones” que son meros cambios de caras – no se cansan de reconocer y confortar como legítimos y democráticos, y ante todo como “el Estado” propio, en – una tras otra – todas las “decisivas elecciones generales” a las que son llamados. Sin deshacerse de esa camarilla de sinvergüenzas y/o incompetentes no es posible una política de liberación frente al imperialismo franco-español.
Ante esta situación de emergencia, es absolutamente necesario lograr la unidad estratégica de todas las fuerzas de oposición democrática de nuestro País en contra del imperialismo franco-español. Una unidad que únicamente puede realizarse en función también estratégica, es decir: en torno a un objetivo o fin estratégico y fundamental (no parcial o secundario) que haga posible la acumulación de todas esas fuerzas democráticas vascas, unánimes en la aceptación de ese objetivo fundamental e irrenunciable; mientras que su rechazo sólo pueda hacerse por los sectores comprometidos con el mantenimiento de las posiciones del imperialismo, lo cual los dejará fatalmente en evidencia como lo que realmente son, a saber: agentes al servicio del imperialismo franco-español. Y el único fin estratégico que el sojuzgado Pueblo Vasco tiene ante sí: el único que puede concitar la reunión de todas sus fuerzas de oposición democrática, es la liquidación del régimen imperialista franco-español de ocupación militar y la restauración de nuestro Estado propio: el Reino de Nabarra; el cual nos proporciona una palanca decisiva, en el contexto del derecho internacional de los Pueblos declarado por la ONU, para el objetivo de garantizar nuestra pervivencia nacional como un actor más de la escena internacional, en pie de igualdad con todos los Pueblos del Mundo.
Hasta conseguir la liberación nacional y la restauración estatal, en un País sojuzgado bajo un régimen Nacional-imperialista y fascista de ocupación militar sólo caben dos Partidos reales, a saber: el de la integración al poder dominante, por un lado, que se apoya en las fuerzas de ocupación y se camufla como “democrático” tras una fachada falsa que oculta la auténtica realidad imperialista; y el de la Resistencia, por otro, cuyo objetivo es y sólo puede ser conseguir la expulsión de las fuerzas de ocupación: un elemento básico para recuperar la libertad nacional. Otra cosa será cuando la independencia nacional sea ya efectiva y haya una situación de real libertad, en cuyo momento podrán manifestarse diversas opciones políticas; pero hasta ese momento, toda división interna del Pueblo sojuzgado lleva y sólo puede llevar a su debilitamiento y por tanto a perpetuar la dominación del imperialismo sobre él. Es pues evidente que la labor de los agentes de la burocracia liquidacionista Pnv-Eta, que – aparte de instaurar el extravío ideológico-estratégico entre el Pueblo Vasco – consiste también en potenciar la división partidaria interna en el momento presente, lo que hace es arruinar necesariamente nuestro mencionado objetivo fundamental de Autodeterminación o Independencia del Pueblo Vasco; un objetivo que esas burocracias lo han abandonado y substituido por “la contienda electoral, las urnas y el voto” en el seno del Estado ocupante que reconocen como propio, no-violento, legítimo y democrático; a todo lo cual ellos llaman “democracia vasca”.
Por tanto, frente a ese funesto divisionismo interno, la unidad estratégica de las fuerzas populares de oposición democrática exige aglutinarse en un Movimiento Vasco de Resistencia y Salvación Nacional: integrado por todos los sectores de esa oposición democrática, los cuales podrán mantener su propia personalidad pero compartiendo y defendiendo todos ellos en esta etapa histórica, como una sola alma, uno único principio fundamental. Sólo hay un principio – de doble afirmación nacional-estatal – cuyo mantenimiento condiciona y permite la unidad estratégica de las fuerzas populares para la constitución de ese Movimiento Vasco de Resistencia y Salvación Nacional; unas afirmaciones complementarios y absolutamente indisociables que incorporan en nuestro favor toda la potencialidad democrática y estratégica del Derecho Internacional, y que son y sólo pueden ser éstas:
1/ Afirmación del derecho de libertad, LIBRE disposición, independencia nacional o autodeterminación del Pueblo Vasco/Euskal Herria.
“Piedra angular de la democracia”, el derecho internacional de autodeterminación o independencia de todos los Pueblos es un derecho que es originario, fundamental, inherente, de costumbre, inmediato, incondicional, continuo, permanente, inalienable, irrenunciable e imprescriptible para todos los Pueblos sojuzgados bajo un régimen imperialista y extranjero; que es la misma cosa que la incondicional e inmediata independencia de éstos contra/frente a toda dominación o intromisión extranjera contraria a su libertad nacional; y que ha sido reconocido – no constituido – por el Derecho Internacional contemporáneo de las Naciones Unidas: desde el Artículo Primero de su fundacional Carta de San Francisco así como por numerosas y relevantes Resoluciones de su Asamblea General, como EL PRIMERO DE LOS DERECHOS HUMANOS FUNDAMENTALES Y LA CONDICIÓN PREVIA PARA EL PLENO DISFRUTE DE TODOS ELLOS.
Su corolario y aplicación práctica consiste, como requisito ineludible para su realización, en la EXIGENCIA DE EVACUACIÓN INCONDICIONAL E INMEDIATA de todas las fuerzas de ocupación y de todo el aparato de sojuzgamiento imperial-colonialista de las Potencias ocupantes: España y Francia, FUERA de los Territorios históricos del Pueblo Vasco y de su Estado. Y
2/ Afirmación de la continuidad, vigencia y actualidad de nuestro Estado propio: el Reino de Nabarra, sucesor del Reino de Pamplona – “el Reino de los Vascos” – constituido por una Confederación de Repúblicas, Condados y Señoríos Vascónicos histórica y libremente reunida en torno a él. Internacionalmente reconocido durante mil años, el Reino de Nabarra sigue siendo el único Estado de la Nación Vasca, al que jamás ha renunciado ni ha admitido ni reconocido nunca ningún otro.
Su necesaria consecuencia implica EL NO-RECONOCIMIENTO Y LA DENUNCIA constantes e incesantes de los Estados ocupantes: el “Reino de España” y la “República francesa”, y de sus regímenes totalitarios de ocupación militar, como criminales, imperialistas, colonialistas y fascistas, y no como los propios, no-Nacionalistas, no-violentos, legítimos y democráticos, según está haciendo hasta el día de hoy la pretendida “clase política oficial vasca” formada por la burocracia liquidacionista Pnv-Eta y sus satélites.
Simultáneamente, mientras el imperialismo franco-español no retira de nuestro País sus fuerzas de ocupación (dado que ellas CONSTITUYEN el elemento esencial y fundamental de su dispositivo estratégico de dominación, sin el cual todo su sistema se desploma), y puesto que no es posible hacer una política anti-imperialista con el concurso de los imperialistas y fascistas, es decir: los agentes quinta-columnistas al servicio de ese imperialismo infiltrados entre el sojuzgado Pueblo Vasco (quienes, mientras se niegan a asumir públicamente el principio que afirma los derechos del Pueblo Vasco y de su Estado, el Reino de Nabarra, afirman por el contrario su propio “derecho de imperialismo y de ocupación militar” sobre nuestro Pueblo y Estado), el corolario y la aplicación práctica de ese principio fundamental de doble afirmación nacional y estatal del Pueblo Vasco implica mantener un BOYCOTT TOTAL:
– a toda colaboración con toda persona individual o colectiva que, por rechazar – o negarse a asumir públicamente – ya sea en todo o en parte, en la teoría o en la práctica una o ambas afirmaciones fundamentales citadas, forman objetivamente – algunos incluso de forma subjetiva y confesa – parte del imperialismo franco-español; y
– a toda participación tanto en las instituciones del régimen colonialista y fascista franco-español de ocupación militar, y especialmente en sus monopolios jurídicos o “parlamentos” imperialistas: Cortes Generales españolas y Parlamento francés (establecidos a lo largo de los siglos mediante su constitución real y primaria: el Monopolio de la Violencia criminal y el Terror de guerra y de Estado, e imprescriptibles crímenes constitutivos contra el Pueblo Vasco y su Estado); así como en sus “elecciones generales” totalitarias que “legitiman” todo ello.
DERECHO DE AUTODETERMINACIÓN O INDEPENDENCIA NACIONAL INCONDICIONAL E INMEDIATA DEL PUEBLO VASCO / EUSKAL HERRIA!
REINO DE NABARRA: EL ESTADO DEL PUEBLO VASCO / EUSKAL HERRIA!
¡Ejército de ocupación ni con música!
¡España ni con república! ¡Francia ni con monarquía!
¡BOYCOTT TOTAL A LOS IMPERIALISTAS Y FASCISTAS, Y A SU RÉGIMEN FRANCO-ESPAÑOL DE OCUPACIÓN MILITAR! – ALDE HEMENDIK!
¡¡¡VIVA EL PUEBLO VASCO LIBRE!!! – GORA EUSKAL HERRI ASKEA!!!
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