Tras las recientes manifas destinadas a falsificar el derecho de autodeterminación o independencia del Pueblo Vasco, y a ilusionarlo/engañarlo/agotarlo con un trucado señuelo al que llaman “derecho a decidir”, la realidad del imperialismo franco-español sobre nuestro País permanece

Tras las recientes manifas destinadas a falsificar el derecho de autodeterminación o independencia del Pueblo Vasco, y a ilusionarlo/engañarlo/agotarlo con un trucado señuelo al que llaman “derecho a decidir”, la realidad del imperialismo franco-español sobre nuestro País permanece



Como ocurre normalmente con todos los Pueblos sojuzgados, la tarea de establecer una estrategia coherente, eficaz y socialmente integrada: que sea capaz de conseguir la acumulación de las fuerzas de la libertad frente a las del totalitarismo imperialista, es una tarea ardua y que convoca a la generosa aportación de amplias capas sociales del Pueblo sojuzgado y desde luego de sus intelectuales. Sin embargo, en nuestro caso y desde el surgimiento mismo del Movimiento Nacional del Pueblo Vasco por el logro de nuestra Independencia nacional y la restauración de nuestro propio Estado histórico, el Reino de Nabarra, una considerable parte de la pretendida ‘intelligentsia’ vasca se ha movido entre la incapacidad política y la traición. Así, desde el principio, la superación del enorme error estratégico que para nuestra independencia nacional había supuesto el “carlismo”, se hizo mediante el sectario movimiento hispano-ignaciano, neo-carlista y católico-Jelkidiano del Pnv; un partido que finalmente, y desde hace medio siglo ya, se ha integrado – junto con el Eta y todos sus satélites de ellos – en los regímenes y Estados imperialistas y fascistas de España y Francia que ocupan militarmente nuestro País. Se trata de unos criminales regímenes que, por el contrario, han sido aceptados por toda esa “clase política nacionalista y abertzale vasca” oficial como no-Nacionalistas, no-violentos, legítimos, democráticos y “los Estados” propios.


Una estrategia para la liberación del Pueblo Vasco del imperialismo franco-español es imposible si los conceptos fundamentales para afrontar esa tarea han sido sistemáticamente distorsionados. En este sentido, la destrucción de los conceptos de Autodeterminación de los Pueblos y Democracia significa la destrucción de toda posibilidad de resistencia y liberación ante el Imperialismo. Por ello, frente a las redobladas campañas de falsificación y manipulación ideológica del derecho internacional de autodeterminación o independencia de todos los Pueblos (DA): protagonizadas recientemente por las burocracias liquidacionistas Pnv-Eta, sus satélites y otros agentes locales del imperialismo español como Gure esku, volvemos a publicar extractos de nuestros textos de referencia sobre esta cuestión fundamental para la libertad del Pueblo Vasco:


[...]


El internacional DA de todos los Pueblos: tomado como fundamento del Estado democrático y no como su consecuencia, es esencial para la calificación de ese Estado democrático, el cual debe estar necesariamente constituido desde su base por la Autodeterminación o Independencia de los Pueblos. La Autodeterminación o Independencia de los Pueblos y la Democracia son conceptos contradictorios con el régimen imperialista. Los valedores de este régimen pretenden escapar a esa contradicción; pero solo pueden disimularla mediante la “confusión” entre el régimen democrático: fundado en la Autodeterminación de los Pueblos, y el régimen imperialista: fundado en la negación de la Autodeterminación o Independencia de los Pueblos.


Esta confusión implica el falseamiento y la destrucción de los términos y conceptos cardinales de Democracia y Autodeterminación de los Pueblos; la negación tanto de la Nación y el Estado ocupados, así como de la correlativa realidad imperialista que ello necesariamente conlleva; la aceptación y el reconocimiento – de hecho y de derecho – del régimen imperialista, constituido por guerra de agresión, conquista, ocupación militar, anexión y colonización sobre los Pueblos sojuzgados y sus legítimos Estados; la substitución de la independencia incondicional e inmediata frente al imperialismo: que es EL CONTENIDO ÚNICO Y NECESARIO del DA, por la “eventual opción de independencia”, que es la negación de ese derecho implicada en la aceptación de una “eventual” continuidad del imperialismo; la falsificación ideológica y el abandono vergonzantes del DA o independencia de los Pueblos sojuzgados; y finalmente, la liquidación teórica y práctica del proceso real de Resistencia frente al imperialismo: tarea y objetivo central de la reacción imperialista mundial. Tal es el verdadero contenido de las “adaptaciones” ideológicas del DA, insistentemente difundidas por las correas de transmisión de las “comunidades autónomas” del imperialismo español. No es otra cosa distinta de ello lo que hay delante y detrás de su versión trucada y caricatural del DA de todos los Pueblos.


La negación de este derecho es la base del imperialismo: en sí mismo crimen contra el “derecho fundamental de los Pueblos a la paz y la seguridad” según el Derecho Internacional contemporáneo de las NU. El ataque ideológico al DA se efectúa según líneas generales que aquí sólo podemos apuntar. Las tres vías “comunes” de negación ideológica del derecho de Libertad nacional o Autodeterminación de todos los Pueblos se basan en:


1/ negación plena del derecho;


2/ negación-reducción de su contenido, por limitación de su concepto a una libertad y un derecho condicionados, subordinados o circunscritos bien sea a “la autonomía, la federación, la asociación, la integración” etc. pero siempre dentro del Estado ocupante; o sea: una reducción de los medios constitutivos de toda política y todo derecho, con la finalidad de lograr la reducción de ese derecho a aparentes “formas limitadas” de dominación que en realidad se oponen a la independencia plena de los Pueblos; y


3/ negación de los Pueblos que detentan el derecho de Autodeterminación o Independencia nacional de todos los Pueblos, reducidos a uno o alguno de ellos (en general, a los Pueblos reconocidos como Estados), o a casos especiales; lo cual vacía el derecho de los demás Pueblos frente a los ocupantes Estados imperialistas.


De entre esas vías para la negación del DA, el imperialismo español y francés – militar, civil o eclesiástico – adopta de preferencia, naturalmente, la más radical, esto es: la negación de la existencia misma de los Pueblos; una “solución” que excluye de por sí toda cuestión accesoria de libertad y de derechos. Pero, según su técnica ideológica habitual, las utiliza todas por acumulación: simultánea o sucesivamente, según el momento y la ocasión; sin que las contradicciones formales inherentes a ese procedimiento le perjudiquen demasiado, ante poblaciones cohibidas y aturdidas por los monopolios de Violencia criminal y de información/desinformación ideológicamente determinadas.


Por su parte, los traidores y liquidacionistas indígenas que forman la pretendida “clase política nacionalista y abertzale vasca” oficial, esto es: la burocracia Pnv-Eta y sus satélites Ea-Ehbildu-Sortu-Geroabai etc., hablan de “nación vasca, autodeterminación y democracia”; pero reconocen: con inaudita obstinación, la fundamental “legitimidad democrática y no-violenta” del régimen imperialista y fascista franco-español de ocupación militar de nuestro País (en el que “todos los medios de coacción y comunicación están en manos del ejército”). Y ello a pesar de que los Estados construidos sobre ese régimen: España y Francia, se fundan constitucional, formal y realmente sobre la negación del Pueblo Vasco y de su Estado histórico, el Reino de Nabarra (sucesor del Reino de Pamplona), y sobre la afirmación absoluta de las Naciones, los Pueblos y los Estados ocupantes como única realidad y base de esa “legitimidad democrática y no-violenta” que dichos traidores y liquidacionistas “vascos” les reconocen.


A pesar de toda su falsa retórica “democrática y abertzale”, esos agentes burocráticos “nacionalistas vascos” son incapaces de asumir públicamente – teórica e ideológicamente – la realidad y la calificación nacionales y estatales del sojuzgado Pueblo Vasco, así como el carácter imperialista y fascista de los Estados ocupantes: oficialmente fundados “en la indisoluble unidad de la Nación española, Patria común e indisoluble de todos los Españoles”, y “en el Pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”, así como “en la Nación y la República una e indivisible, Patria del Pueblo francés”.


Por obra y gracia de las burocracias liquidacionistas “vascas” Pnv-Eta y sus satélites: cómplices locales del imperialismo franco-español, la negación/destrucción ideológica del DA de todos los Pueblos ha alcanzado ahora cimas de confusión e hipocresía antes ignoradas o consideradas inaccesibles por los humanos. Han destruido o abandonado así los fundamentos mismos de la Nación oprimida, del derecho de LIBRE disposición de todos los Pueblos, y de toda democracia. La inevitable consecuencia es que el “derecho a la autodeterminación” del que hablan es formalmente “el derecho de autodeterminación de los Pueblos y las Naciones de España y Francia para determinar a los demás”; lo cual es una falsificación ideológica que implica la negación del fundamental DA de los Pueblos sojuzgados. Su tarea consiste en un constante esfuerzo reaccionario tanto por ocultar que el DA es el derecho de independencia frente al imperialismo (y que por tanto la oposición al imperialismo es el único contenido estratégico de ese derecho), así como por negar el carácter imperialista del régimen franco-español de ocupación militar del Pueblo Vasco y de su Estado, el Reino de Nabarra.


Por otra parte, la “nación” propia – de la que esos agentes “vascos” hablan – no es tampoco para ellos una realidad y un fundamento político, esto es: un sujeto activo y un supuesto de partida sobre los que se asienta el DA o independencia del Pueblo Vasco, sino la vacía expectativa y el objeto de retóricas pretensiones o aspiraciones, que han de conseguirse en el marco del régimen imperialista y fascista franco-español de ocupación militar de nuestro País; un marco que ellos han aceptado, reconocido y legitimado como legal, democrático y el suyo propio. El “derecho a decidir/derecho a la autodeterminación” del que ellos hablan consiste en una falsificación ideológica del DA que implica su negación; del mismo modo que la “democracia” de la que hablan es el fascismo imperialista franco-español en el poder.


De forma inaudita, reconocen el régimen franco-español de facto como esencialmente democrático, pacífico, no-Nacionalista y no-violento, todo a la vez. “No hay que abusar de palabras tan graves como ‘fascismo’, porque Francia es a pesar de todo una democracia. El Estado francés, como cualquier otro, tiene derecho a defenderse a sí mismo contra la violencia, en el fondo para eso se hizo; pero no siempre tiene sentido de la medida.” (J-L Davant.)


Así pues, después de tantos años de apologética aplicada al “activismo” del Eta (“el acontecimiento capital de estos últimos cuarenta años es el desarrollo de ETA”, dicen con la mayor tranquilidad), el converso Davant aprueba hace tiempo la represión del – según él – “democrático” Estado francés, al servicio del mantenimiento de su dominación sobre nuestro País al igual que lo hace sobre las antípodas. Y esto, aun reconociendo que se trataba de represión contra acusados que actuaban “Euskal Herria libratu nahiz” [“por el deseo de liberar al Pueblo Vasco”]. Pero he aquí su explicación: “Horrekin ez dut erran nahi jujatu gabe uzten ahal zirela: bere burua zain dezake bai Estatuak, eta funtsez hortako egina da”. (“Con esto no quiero decir que podían quedar sin ser juzgados: ya que el Estado [el francés, por supuesto; Davant no puede pensar en otro] tiene derecho a cuidar de sí mismo, y en el fondo fue hecho para esto.”)


Ahora bien (y por limitarnos sólo a la lógica): ¿cómo una cosa – el Estado o cualquier otra – puede hacerse para cuidarse a sí misma? “Quisiera yo que se me explique”, como dice él mismo. Porque, en simple lógica formal, si algo existe ya, no puede “haber sido hecho” para cuidar lo que ya existe; y si no existe, no puede hacerse para cuidar lo que no existe; pero imperialismo y lógica formal mantienen problemáticas relaciones, como tantas veces hemos podido comprobar.


No sólo la lógica, también las afirmaciones políticas y jurídicas fundamentales han sido negadas y evacuadas. En realidad, los institucionalistas “moderados y radicales vascos” Pnv-Eta hace tiempo que han abandonado la afirmación esencial y decisoria del Pueblo, la Nación y el Estado vascos ocupados, y de sus derechos de autodeterminación y de legítima defensa; los cuales, lejos de ser el fundamento de la política y el derecho democráticos, han quedado reducidos para ellos a vago objetivo o vana pretensión. En la cuestión cardinal de determinar el Pueblo, la Nación y el Estado, los portavoces aborígenes del amplio y multiforme conglomerado institucionalista armado y desarmado Pnv-Eta: en uso de los privilegios de propaganda que el “nuevo” régimen fascista español del Segundo Franquismo otorga a quienes de palabra o de hecho – parcial o totalmente – lo reconocen y legitiman, dicen y hacen lo mismo que establecen el derecho y la propaganda del imperialismo, con algunas precauciones formales. Y ante todo, aceptan y reconocen como legítimo, democrático, no-Nacionalista y no-violento el régimen franco-español de ocupación militar de nuestro País, así como el Franquismo reformado por la transición intra-totalitaria española.


Veamos: proclaman “el derecho del pueblo vasco a formar una nación”, y anuncian gráficamente que “Somos un pueblo con derecho a formar una nación. Este país ha roto aguas, y vosotras las mujeres sabéis mucho de eso: será niño o será niña, pero viene criatura. Una nueva nación va a nacer”. (X. Arzalluz, presidente del Pnv.)


Así pues, en la ideología de los “nacionalistas-institucionalistas periféricos vascos moderados y radicales armados o desarmados” Pnv-Eta y su satélites, la Nación: como fundamento y agente de la libertad nacional y de su inherente derecho de autodeterminación o independencia de todos los Pueblos (un principio fundamental que afirman todos los Estados y todos los Movimientos de Liberación Nacional del mundo), deja paso a la “nación” que no existe sino como pretensión de un “nacionalismo sin nación”. Con el vago objetivo o la vana aspiración – para ese “nacionalismo sin nación” – de “formar” o procrear la nueva nación EN Y DESDE el mismo sistema legal-institucional que total y absolutamente la niega; un sistema que aun así esos “nacionalistas-institucionalista periféricos vascos” Pnv-Eta aceptan como legítimo, democrático y el suyo propio.


Confirman formalmente con ello que la Nación Vasca no existe como una realidad previa (algo de lo que tenemos constancia histórica desde que los Romanos denominaron Vascones a nuestros antepasados); que la Resistencia Nacional no puede fundarse sobre ella; que la Independencia Nacional del Pueblo Vasco no es un derecho fundamental sino el objeto más o menos futurible de un proyecto, aspiración, pretensión, “derecho” o perspectiva secesionista a conseguir dentro de un Estado según ellos fundamentalmente democrático desde el que esa “nación” tiene que nacer (lo cual hace que el DA sea absolutamente inexistente e inaplicable para esa supuesta “nación vasca”); y por tanto que el DA es sólo un así llamado “derecho a decidir” del feto más o menos viable o abortivo que “va a nacer”. Pero entonces se trata de un ‘nasciturus’ inevitablemente abortivo, puesto que, según esos “nacionalistas-institucionalistas vascos”, debe formarse y ser alumbrado desde los preñados – aunque democráticamente virginales e inmaculados – senos e instituciones de las madres-patria portantes, a saber: las dos “grandes” naciones ocupantes, España y Francia; éstas no futuribles sino bien actuales y – aunque embarazadas – bien determinadas a desembarazarse cuanto antes y por todos los medios de tan molesto e indeseable engendro.


Al mantener tales posiciones, esos “nacionalistas-institucionalistas vascos” Pnv-Eta no hacen sino confirmar a su vez los puntos fundamentales de las constituciones formales y reales de los Estados y los regímenes de ocupación militar de Francespaña, que niegan la existencia misma de la Nación y el Estado vascos. Ello no les impide reconocer a los Estados ocupantes como “democráticos con o sin déficit” y como los suyos propios durante medio siglo ya. Niegan así la realidad del régimen imperialista franco-español de ocupación militar de nuestro País; un régimen aceptado por ellos y convertido en el marco “natural y democrático” de un pretendido “derecho a decidir” o a nacer del nasciturus al que la burocracia Pnv-Eta: en un intento de afirmar algo que sea perfectamente hispano-compatible, llama “ciudadanía vasca” pero jamás Pueblo Vasco/Euskal Herria.


Junto con el término/concepto de Pueblo Vasco/Euskal Herria, desaparecen también la política de libertad nacional y los derechos de autodeterminación y de legítima defensa: principios que proclaman en palabras las NU y que, en lo que les que les concierne, reivindican todos los Estados y Movimientos de Liberación Nacional del mundo. No queda entonces sino cerrar la tienda que nunca debió abrirse. Todo lo demás es palabrería hueca y sin sentido: el discurso y desvarío de tontos o locos útiles, clínicamente a punto para que los encierren; o bien la hipócrita palinodia de los aprovechados útiles o inútiles de siempre.


Si ahora “descubren” que “el Estatuto está muerto”, e incluso – lo que es más – que “el Estatuto nació muerto”, queda por saber cuánto tardarán los expertos en ginecología y obstetricia sociales del grupo Pnv-Eta en apercibirse de la inviabilidad y la muerte del feto engendrado o alumbrado por obra y gracia de la genética de “autodeterminación” que ellos han puesto en marcha. En ella, la Nación sojuzgada: como la base que es de todo nacionalismo defensivo, deja paso a la “nación” inexistente que es el objetivo o la finalidad de un “nacionalismo” sin nación. Y el legítimo y universal nacionalismo: que es el modo de ser de toda Nación, deja paso a un “nacionalismo sin nación” que debe producir la nueva “nación”. Éste es el “proceso” que plantean los agentes “nacionalistas vascos” Pnv-Eta y sus satélites; un proceso que se resuelve así en la apología del régimen imperialista y fascista franco-español de ocupación militar de nuestro País (régimen legítimo, democrático y “el Estado” propio, según ellos), y que desemboca en la “solución” política proclamada por el “esperanzador e ilusionante proceso” engañabobos de Lizarra-Garazi y sus inevitables y lógicas consecuencias.


(Sobre la cuestión del nacionalismo, véase en particular el Capítulo I – Pueblos o Naciones: el nacionalismo de esta misma obra.)


Una vez más: un “nacionalismo vasco” que mantiene tales principios y tales prácticas es puro Nacionalismo imperialista español y francés camuflado; por mucho que se juegue con las palabras para falsificar y confundir las ideas. A partir de ahí, cabe entonces preguntarse a qué viene tanto ruido y tanta historia, cómo puede resolverse un problema que según ellos ni siquiera existe, y qué está haciendo este administrativamente constituido “país” de cucaña, aparte de dar empleo, sueldo y sinecuras a los servicios auxiliares locales de la “clase política” en el poder.


Así pues, he aquí cómo los agresores de los Territorios ocupados y colonizados del Pueblo Vasco, junto con sus colaboracionistas y cómplices “moderados y radicales” armados y desarmados Pnv-Eta, entienden el DA de todos los Pueblos: por un lado, legitimación y reconocimiento inmediatos y sin condiciones para el Nacionalismo, el Imperialismo, la agresión, la conquista, la ocupación militar, la colonización y la dominación sobre los Pueblos sojuzgados y sus legítimos Estados; y por el otro, condenaciones, condiciones, obstáculos, “referéndums” bajo las condiciones de ocupación militar y colonización centenarias, y dilaciones para la libertad, la defensa o la restauración de las Naciones y los Estados sojuzgados. Sólo desde la alienación mental o desde la mala fe puede aceptarse esto como algo natural.


El derecho de autodeterminación o independencia de todos los Pueblos es, como todos los derechos democráticos, “reflejo” de una obligación impuesta por el poder político que sustenta el Derecho Internacional. El Derecho Internacional se opone al imperialismo, y por ese mismo acto constituye el derecho idéntico de autodeterminación e independencia de los Pueblos frente al imperialismo. Ningún Acto Constitutivo suplementario, por parte de los Pueblos libres o sojuzgados, tiene sentido para constituir lo que está ya constituido.


Etc.


(Véase el texto completo en el Capítulo XII – ‘Derechos humanos y Democracia (XII)’, de nuestra obra general ‘EUSKAL HERRIA Y EL REINO DE NABARRA, O EL PUEBLO VASCO Y SU ESTADO, FRENTE AL IMPERIALISMO FRANCO-ESPAÑOL’. Véase también, en especial, su Capítulo XVIII – ‘“Aportación” del grupo Pnv-Eta a la falsificación del derecho de autodeterminación de todos los Pueblos y al fraude reaccionario: el “derecho a decidir”’.)

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