“Nuevo curso político” y dogmas inalterables

 (Texto publicado inicialmente el 1-Septiembre-2018.)

“Nuevo curso político” y dogmas inalterables

La burocracia colaboracionista Pnv-Eta está estos días preparándose para volver a las “aulas” del que llaman “nuevo curso político”; curso que como es natural se imparte en los “institutos/instituciones” fascistas propios del poder establecido, que es donde esa camarilla aprende la “alta política”... de la colaboración y de vivir del cuento a cambio de su reconocimiento “democrático” del régimen: única cosa que se espera hagan y que de hecho hacen incluso sin que se les pida, como ha ocurrido en el acompañamiento al rey y a la plana mayor del régimen terrorista-fascista en manifestaciones “contra el terrorismo”; en la cesión gratuita de sus votos aun cuando no son necesarios y aun cuando de hecho son despreciados; y en tantos otros momentos de abyecta sumisión al régimen imperialista y fascista que jalonan su “brillante” palmarés durante los últimos cuarenta años.

En esta línea, y como ha quedado expuesto en otro comentario anterior, hace pocos días el jeltzale Aitor Esteban hacía una encendida defensa de la “naturaleza democrática” del “Congreso de los diputados” del Segundo Franquismo, cuya peligrosa continuidad con las Cortes del primer franquismo quedaba muy a su pesar puesta de manifiesto de forma demasiado gráfica por los retratos de los presidentes de aquellas Cortes que aún siguen “adornando” a día de hoy los pasillos por donde toda aquella recua de fascistas deambuló durante treinta y cinco años, antes de que los colaboracionistas entraran en aquel antro tras las “elecciones generales” españolas y totalitarias de 1977 (Pnv) y 1979 (Eta). Sin embargo Esteban se esforzaba en negar esa continuidad con ardor: “Pues no, el ‘Congreso de los diputados’ no puede ser comparado con las Cortes franquistas”. (¿Cómo era aquello de Excusatio non petita...? Algo me suena.)

Pero el recientemente fallecido Alfonso Osorio (yerno de uno de esos “presidentes”, que no se dedicó a engañar a su propio Pueblo como en cambio sí han tenido y tienen por misión los institucionalistas indígenas armados y desarmados), preguntado en una entrevista para la televisión española, reconoce sinceramente que en su función como “ministro de la presidencia del primer gobierno de la monarquía con Arias Navarro” fue llamado por éste en 1976 “para que me encargase de la defensa en las Cortes de la ley de asociaciones políticas”, o sea: la que autorizó gubernativamente los partidos; y que “ese gobierno se constituyó, y así lo hizo, para hacer el tránsito en paz y de[sde] la ley a la ley: del [desde el] régimen de Franco a una democracia con elecciones generales, por sufragio universal y con partidos políticos, y hacerlo en paz, y se consiguió. [...] Y con toda sinceridad creo que hicimos una operación feliz. Ésa es la que yo creo que fue la verdadera transición”.

Es decir que, como es innegable, el régimen transitivo intra-totalitario: constituido “desde la ley [fascista del régimen de Franco] a la ley” del neo-franquismo auto-reformado, se gestó y nació desde la “legalidad” de las Cortes franquistas y a partir del criminal y fascista régimen anterior. Y, de la noche a la mañana, la nueva criatura neo-franquista quedó validada como “democrática” no sólo sin la menor depuración de ese régimen anterior del que dimana sino con la garantía de su continuidad bajo la tutela del ejército (establecido como poder y clase política reales al menos desde la guerra 1936-9); logro conseguido gracias a la traición de una “clase política” formada por corruptos, incapaces y traidores colaboracionistas. Y todo ello obtenido al módico precio de simplemente integrar y dejar entrar dentro del régimen a quienes antes estaban fuera y se morían por estar dentro y empezar ellos también a chupar del bote, cosa que no han parado de hacer desde entonces; todo lo cual Aitor Esteban y la banda de burócratas Pnv-Eta querrían que el Pueblo Vasco no viera y de hecho hacen todo lo posible para que no lo vea.

Por su parte el jeltzale Andoni Ortuzar ha afirmado ayer que “ahora que se entra en la fase de la letra pequeña, lo que está sobre la mesa [se refiere, según parece, a eso que llaman “nuevo estatus”: expresión que la burocracia Pnv-Eta utiliza para desfigurar y falsificar el derecho internacional, fundamental, inalienable e inherente de autodeterminación o independencia del Pueblo Vasco] no es un dogma inalterable”. “No es un dogma inalterable”, dice. Extraña afirmación, viniendo del Presidente de un partido en cuyo nombre y siglas sigue figurando a día de hoy el nombre de Dios...

Hombre, todo el mundo sabe que para la burocracia liquidacionista Pnv no hay dogmas inalterables, y menos aún si éstos se refieren al mantenimiento de los principios nacionales del Pueblo Vasco; los cuales, de acuerdo con la más pura ideología marxista (la de Groucho, claro), si al régimen y a sus agentes locales no les gustan pueden ser cambiados por otros: “éstos son mis principios, pero si no les gustan tengo otros”. Liquidar los principios nacionales del Pueblo Vasco es lo que de hecho la burocracia Pnv viene haciendo desde hace más de medio siglo, señaladamente desde sus pactos de liquidación con la “oposición” nacional y social-imperialista española, fundamentalmente el de Múnich en 1962.

Ciertamente para la burocracia liquidacionista jeltzale no hay dogmas inalterables; como no sean – eso sí – los del mantenimiento de la estabilidad y durabilidad del régimen transitivo del Segundo Franquismo a cuya costa vive; un régimen “legítimo, no-violento y democrático” según todos ellos: “moderados y radicales armados y desarmados”, mantienen. Este dogma es ahora la obsesión de Ortuzar, como ayer lo anunciaba desde el malecón de Zarautz: “que dure la legislatura de Sánchez”; exactamente igual que han hecho antes con todos sus antecesores con los que “hacían negocios”, que es lo que los jeltzale entienden por negociar políticamente. ¡Y aun así tienen que reconocer, sin que por ello se les caiga su cara de cemento al suelo por la vergüenza, que cuarenta años después el “Estatuto de Gernika” sigue sin ser cumplido por el régimen!

Para los agentes de la burocracia liquidacionista y colaboracionista Pnv-Eta el único dogma es su integración en la unidad totalitaria e imperialista de “España, una e indivisible”, y en “el Estado” [español]: entes teratológicos basados en la negación, tanto del Pueblo Vasco como Pueblo distinto de los de España y Francia y (al igual que todos los Pueblos del mundo) titular del imprescriptible derecho de autodeterminación o independencia; así como de la existencia y continuidad de su Estado propio, el Reino de Nabarra. Esta posición global sí es un dogma inalterable que esos “genios” están dispuestos siempre a tragar sin problemas, y a trabajar para que el Pueblo Vasco lo trague.

Decir que no tienen vergüenza es de hecho hacerles un favor.