Crisis sanitarias e Imperialismo Nacionalista

(Texto publicado inicialmente el 23-Marzo-2020.)


Crisis sanitarias e Imperialismo Nacionalista


Según está poniéndose de manifiesto estos días, la psicosis colectiva creada por el monopolio mediático de alienación, embrutecimiento y manipulación de masas – anexo al monopolio de la violencia del régimen de ocupación militar: el cual utiliza a ambos como su soporte fundamental – con el pretexto de combatir la epidemia china, de reciente aparición, tiene como objetivo el que el Pueblo Vasco acepte como “normal y natural” que el ejército de ocupación: que se mantiene permanentemente acuartelado en nuestro País, salga por sus calles, pueblos y aldeas e imponga su presencia intimidatoria contra nuestro Pueblo; una presencia que los mencionados media, como si ello fuera algo evidente, presentan sin embargo como “protectora” y ello a pesar de que esas fuerzas armadas no se enfrentan contra un ejército invasor sino contra un virus. Así pues, con el pretexto de que hay que proteger a “la ciudadanía” frente a una pandemia (ya se haya ocasionado ésta de forma “natural”, o por el contrario haya sido creada/manipulada en oscuros laboratorios con fines inconfesables), se ha proclamado un “estado de alarma” que está siendo aprovechado por el régimen imperialista para reforzar su presencia en el País Vasco.

La alienación mental difundida por esos media ha devenido en una alienación social generalizada; hasta el punto de que las comparecencias del “equipo de crisis”: que se ofrecen en la televisión como un ritual para “informar y tranquilizar” a una población indefensa que por el contrario es sistemáticamente desinformada, abducida, manipulada y embrutecida por esos monopolios mediáticos, ponen en evidencia que ese equipo está formado NO por miembros de la profesión médica o al menos por alguien que pueda justificar una ocupación de “bata blanca”, como debería ser lo normal, sino por funcionarios del Gobierno y por militares y guardias civiles que ni siquiera se molestan en ocultar esa realidad, la cual debería saltar a la vista y causar la extrañeza – en realidad el escándalo – de todo el mundo puesto que aparecen con sus uniformes militares.

Así pues, tras la consolidación a través de los siglos de los Estados totalitarios en sus formas teocráticas, despótico-asiáticas y absolutistas, y sin abandonar jamás ni poner en cuestión las ilícitas conquistas y anexiones realizadas por esos regímenes contra otros Pueblos y Estados, las circunstancias actuales están llevando a los Estados imperialistas al desarrollo práctico, hasta sus últimas consecuencias, de las características que el psiquiatra húngaro-americano Thomas S. Szasz describió en 1963 como constituyentes del “Estado terapéutico”: transformación última del “Papá Estado”. Según Szasz, “el Estado terapéutico se traga todo lo humano bajo el argumento aparentemente racional de que nada cae fuera del terreno de la salud y la medicina; del mismo modo que el estado teológico se había tragado todo lo humano bajo el argumento perfectamente racional de que nada cae fuera del ámbito de Dios y la religión”.

Indudablemente, para el imperialismo franco-español contra el Pueblo Vasco y su Estado ocupado, el Reino de Nabarra, esto proporciona una ocasión perfecta para reforzar lo que constituye la clave de su dispositivo estratégico fundamental, a saber: la ocupación militar permanente de nuestro País y Estado, demencialmente presentada ahora como “defensa contra los virus y las pandemias”. Porque incluso éstos, según parece (y así lo difunden desde la televisión española local que PsoE-Pnv gestionan y que llaman “euskal telebista”, la cual ignora descaradamente en sus mapas, diagramas y datos estadísticos la situación sobre la actual emergencia sanitaria en los Territorios del País Vasco bajo ocupación francesa mientras refuerza por el contrario una y otra vez: en todas y cada una de sus producciones, nuestra forzada inserción en “España”); incluso los virus – vienen a decirnos – “reconocen y respetan” las fronteras establecidas por el imperialismo, y hacen por tanto necesario que la lucha contra ellos se haga forzosamente desde el Gobierno español y dentro de las frontera controladas por el Gobierno español. Así pues, éste queda mostrado finalmente ante los ojos de nuestro Pueblo como el único que hay dentro de las fronteras impuestas por el imperialismo español, al igual que ocurre con el imperialismo francés.

A esa realidad: crudamente afirmada con tan burda “argumentación”, la marioneta al servicio del régimen de ocupación militar que se hace llamar “lehendakari” del pretendido “gobierno vasco” le realizó una “decisiva” crítica a la que – según sus propias palabras y literalmente – “le he dedicado diez segundos; a continuación pasaré a hablar de colaboración”, cosa que hizo sin tan estricta restricción. (El desprecio de este desaprensivo sujeto hacia su propio Pueblo, al que visiblemente considera ya sub-normal, es absoluto.) En estas circunstancias y para la perfecta comprensión de la situación en que nos encontramos, la cual los últimos acontecimientos están poniendo una vez más de manifiesto, vamos a recurrir de nuevo a nuestros textos:

“[...] Para la apreciación y la interpretación fascista, los mismos datos, los mismos medios, los mismos hechos y las mismas ideas son o bien ‘intrínseca y fundamentalmente’ perversos, o rectos y santos, según sean las circunstancias, el momento, el sujeto involucrado y la propia conveniencia. La aplicación de conceptos, valores, criterios, principios, normas y referencias teóricas que no son constantes sino variables, e incluso formalmente contradictorios: una aplicación realizada conjunta o separadamente según sea la necesidad y la oportunidad ideológica, y según se apliquen a uno u otro de los adversarios, es una constante de la propaganda imperialista y fascista.

“En cambio, para las personas y los Pueblos sojuzgados, la verdad es el único camino – largo, aventurado y lleno de riesgos – que conduce, a veces, a la libertad y que igualmente procede de ella. (Lamentablemente, Españoles y Franceses no han conocido durante toda su historia otra “libertad” que la impuesta por sus permanentes regímenes despótico-asiáticos y absolutistas; y su única “verdad” es la afirmación de su Nacionalismo imperialista sobre el Pueblo Vasco.)

“Ahora bien, en un mundo como el nuestro, decir la verdad es una actividad poco recomendable que expone a sus temerarios o inconscientes actores a las peores reacciones de la opinión y los poderes ‘públicos’. En lo que se refiere a la verdad, el que aquí quiera ‘vivir bien’ o cuando menos vivir tranquilo, tiene todo interés en aprender a cerrar el morro. La mayor parte de la población lo ha comprendido así hace tiempo. ‘La verdad os hará libres’; pero la mentira y la destrucción de la razón ‘liberan’ también a los servidores de éstas: agentes del poder totalitario, imperialista y fascista establecido, a quienes éste ofrece la rica diversidad de su voluntad todopoderosa.

“En la medida en que la democracia implica libertad de pensamiento, de crítica e investigación, la coherencia lógica, la univocidad conceptual y terminológica, la paridad semántica y la estabilidad metódica son condiciones del acceso a la verdad y al conocimiento. En cambio, para el imperialismo y el fascismo son obstáculos insuperables que deben ser destruidos, porque sus agentes no pueden dominar ideológicamente a los Pueblos sin falsificar, recuperar y confundir los conceptos y los términos. Esa forma de ideología implica el embrutecimiento previo de sus pacientes por los modernos monopolios de propaganda. Ahora bien, si esta condición viene a faltar, la reacción puede ser peligrosa para sus pretenciosos agentes.

“Probidad intelectual, y Nacionalismo imperialista, se excluyen mutuamente. El Nacionalismo-Imperialismo nada tiene que ver con cualquier clase de ‘honestidad’ intelectual. El imperialismo es una empresa criminal de dominación-explotación Nacionalista y racista a costa de la libertad de los Pueblos: establecida y mantenida mediante la violencia criminal, que se realiza también mediante el adoctrinamiento ideológico; lo cual implica la confusión mental de sus pacientes,la mentira, el disimulo y la calumnia.


“Los ideólogos del Nacionalismo imperialista y fascista no son honrados teóricos u hombres de ciencia, ni menos todavía gentes de bien ‘que defienden sus ideas – todas legítimas y respetables – con la pluma y la palabra, y que oponen la cultura a la violencia’, como sus servicios indígenas y ‘autónomos’ de intoxicación ideológica de masas pretenden hacernos creer. Bien al contrario: en cuanto políticos, son agentes, partícipes, cómplices, encubridores y/o beneficiarios – notorios y convictos – de la rapiña y los crímenes de guerra, contra la paz y contra la Humanidad que constituyen el actual régimen imperialista franco-español que sojuzga nuestro País. Yen cuanto ideólogos, son mentirosos, difamadores, falsarios y embaucadores, tramposos y fulleros, jugadores de ventaja habituales o profesionales.


“Las personas decentes, las gentes de bien, no hablan con los criminales fascistas e imperialistas que continúan o pretenden que continúe la empresa de dominación del Nacionalismo imperialista español y francés que ha ensangrentado y oprimido nuestro Pueblo y nuestro País desde hace doce siglos. Menos todavía pueden hacerlo quienes ejercen funciones y asumen responsabilidades ideológicas y políticas.El pensador, el político o la persona libre que afronta cuestiones teóricas, prácticas o de simple información en las condiciones del imperialismo, hará bien en desconfiar y protegerse de toda comunicación o aportación ‘informativa, científica o artística’ que provenga de sus agentes.


“Para los políticos, los científicos y las gentes decentes, ningún comercio digno, ninguna honrada frecuentación son posibles con los agentes ideológicos imperialistas y fascistas: cualesquiera que sean las pretensiones morales o culturales con que se encubran. No se habla con quien no es que tenga o no una pistola encima de la mesa, sino que se apoya sobre el monopolio de la violencia criminal establecido por la guerra y la conquista; no caben habladas con los agentes de la propaganda y la guerra psicológica que imponen las ideas del imperialismo y del fascismo franco-español, al servicio y bajo el amparo de su ejército de ocupación. El ‘diálogo’ con el Fascismo y el Terrorismo imperialistas es un absurdo formal que implica la complicidad con sus agentes, y el encubrimiento de su empresa criminal de destrucción de las personas y los Pueblos libres; en lógica consecuencia, debe ser absoluta y positivamente evitado.


“En las condiciones del régimen imperialista de ocupación militar, son imposibles y contradictorias las relaciones democráticas con quienes combaten los derechos humanos fundamentales y, en primer lugar, el derecho de autodeterminación de los Pueblos: ‘primero de los derechos humanos fundamentales y condición previa de todos los demás’, según el derecho internacional establecido por las Naciones Unidas. Relaciones democráticas, voluntad popular y derechos humanos sólo se alcanzan por la supresión de la ocupación imperialista como condición previa.

[...]

“El imperialismo y el fascismo destruyen no sólo la realidad material de los Pueblos; destruyen también en ellos el sentido común y la razón. La esquizofrenia ideológica funda la propaganda dominante. Sus portavoces: considerados mentalmente sanos por los medios y criterios clínicos tradicionales, son un peligro permanente para la salud mental de las poblaciones sometidas a los monopolios de propaganda, guerra psicológica e intoxicación ideológica de masas. Lejos de perjudicarlos, la irracionalidad les ofrece a esos funcionarios considerables – y con frecuencia decisivas – ventajas ideológicas; sin que ellos deban temer una competencia racional o científica que pueda ser ideológicamente efectiva entre las masas, dada su aplastante superioridad de medios.

“Por sorprendente que ello pueda parecer a los ilusos o idealistas románticos: que creen todavía en el valor y la vigencia universales del panlogismo y en la eficacia de la razón como arma ideológica, la estupidez y la irracionalidad formal no son defecto ni debilidad sino plenitud y virtud ideológicas del imperialismo y el fascismo.

“Frente a ellos, el único antídoto que tiene la ideología democrática es la honestidad intelectual y la coherencia lógico-formal, por un lado; y, por otro, la vertebración de una ideología y una política democráticas fundadas sobre la afirmación teórica y práctica de la vigencia y el respeto universales de los derechos humanos fundamentales y, ante todo, sobre el primero y la condición previa de todos ellos: el derecho de autodeterminación o independencia de todos los Pueblos. Sin derechos humanos, no hay democracia.”

“‘Lo que hoy llamaríamos estupidez es un relicario que remonta a la prehistoria, y que el período histórico ha encontrado ante él y ha recogido’. ‘En la base de estas diversas representaciones falsas de la naturaleza y de la constitución del hombre mismo’, ‘el débil desarrollo económico del período prehistórico tiene como complemento – pero también aquí y allí como condición e incluso por causa – las representaciones falsas de la naturaleza.’ ‘La historia de las ciencias es la historia de la eliminación progresiva de esta estupidez, o de su substitución por una nueva estupidez, pero cada vez menos absurda.’ Sin embargo, esta visión optimista del proceso de civilización y del progreso científico no puede hacernos ignorar que la estupidez no tiene solamente por base ‘el débil desarrollo económico del período prehistórico, las falsas representaciones de la naturaleza y de la constitución del hombre, o el deficiente estado del método científico’. Efectivamente, el totalitarismo moderno ha encontrado en ella un instrumento fundamental.

“La estupidez no es – bien entendido – ‘privilegio’ del sistema totalitario: es patrimonio de la humanidad, de toda sociedad humana; pero el totalitarismo moderno hace de la estupidez su instrumento, y le ofrece nuevos vehículos, caminos y perspectivas. ‘Es una opinión muy extendida, compartida por algunos filósofos contemporáneos, que todos los patrones de comportamiento humano que sirven el bienestar de la comunidad, por oposición al del individuo, están dictados por un pensamiento racional específicamente humano. No solamente esta opinión es errónea, sino que lo contrario es verdad.’

“La aparente imprudencia en el dislate, la mentira y la irracionalidad: en la cual sus agentes generalmente incurren, se explica por las condiciones y los objetivos principales o accesorios a los que la empresa imperialista a la que ellos sirven debe ante todo sujetarse. Además, han descubierto que la contradicción, el embuste y la estupidez, la falsificación de las palabras y la manipulación de los conceptos, son siempre rentables para el fascismo si simplemente el monopolio de propaganda les asegura repetición y penetración sin posibilidad de réplica. La confusión, el caos, el envilecimiento de las ideas y la destrucción de la razón benefician siempre al fascismo y al imperialismo.

“Los despropósitos formales que sin cesar produce la ideología dominante: los cuales son diaria y constantemente servidos por los colaboracionistas locales y en programas de máxima audiencia, suscitan, a veces, la misma curiosidad – no exenta de perplejidad – sobre la calificación, la tipificación y la clasificación de sus protagonistas presuntamente pasivos e incluso activos. ¿Son ingenuamente falsarios, o lo son de mala fe? ¿Son realmente tontos, o se hacen los tontos? ¿Son efectivamente imbéciles, o sólo creen que lo son los demás? Ideólogos, confesores, psicólogos y psiquiatras se suponen los más indicados para responder, caso por caso y según su respectiva especialidad.

“Si la propaganda imperialista falsifica la historia y la sociología, y si es además formalmente irracional, contradictoria y absurda (todo lo cual, según se ha explicado, no le causa perjuicio ideológico considerable), ello es así porque está deliberadamente diseñada para bloquear y agotar a la oposición. Efectivamente, enunciar y propagar tonterías formales es mucho más fácil que deshacerlas, y por ello la tarea de resistencia ideológica presenta dificultades que la agresión imperialista desconoce; del mismo modo que la estrategia anti-colonial y anti-fascista está obligada a movilizar facultades teóricas forzosamente superiores a las que necesita la agresión imperialista y fascista.

“Sin embargo, acometer hasta sus últimas consecuencias la ‘crítica teórica’ de los funcionales disparates que la propaganda monopolista difunde de forma continuada contra la libertad de los Pueblos, ello es cosa tan ilusoria y absurda como ocuparse en demostrar que dos y dos son cuatro cada vez que los provocadores ideológicos del régimen imperial-totalitario afirman que son cinco. Sería fatal ignorar todo esto; porque, mientras los ingenuos defensores de los Pueblos sojuzgados agotan sus limitados recursos en estériles e imaginarios debates con los ‘miembros pasivos’ del imperialismo y el fascismo: diseñados como cebo para atraerlos y entretenerlos, los ‘miembros activos’ del poder dominante prosiguen sin descanso su obra de demolición contra esos Pueblos.

“Porque si se admite que la agresión y la conquista son y crean derecho, entonces es bastante lógico derivar de ellas también el derecho de engañar, embaucar e intoxicar a las personas y los Pueblos dominados por el imperialismo, acerca de los funestos y odiosos origen y consecuencias de tales procedimientos. En todo sistema totalitario – inherente al imperialismo y al fascismo – las ciencias sociales e incluso la moral están subordinadas a la ideología dominante, establecida por el poder político en virtud de sus monopolios de Violencia criminal y propaganda. El moderno monopolio de condicionamiento ideológico de masas, anexo al monopolio de la Violencia, permite ocultar lo que la más mínima libertad de crítica pondría en evidencia; efectivamente, la desvergonzada combinación de estupidez, cinismo e hipocresía: que caracteriza la ideología imperialista y fascista, permite todas las adaptaciones.

“Nada pueden la verdad, el sentido común, la racionalidad y el espíritu científico en Estados totalitarios donde los Gobiernos se atribuyen abiertamente competencias supremas y reservadas que les son ajenas. Un régimen político que pretende decidir e imponer sus decisiones en materia de ciencia [y por tanto en medicina/psiquiatría], moral, arte, cultura o religión, es ya un régimen totalitario. (El poder político: cualquiera que éste sea, carece de competencia en materia científica así como en materia de moral, arte, cultura o religión. Su única competencia se refiere a su medio propio y específico de actuación, es decir: la violencia. Pero, una vez establecida esta indiscutible competencia, ello le permite a un régimen totalitario atribuirse a continuación todas las competencias: una atribución implicada en la extensión actual o virtualmente ilimitada de su ámbito de dominación, como tantos ejemplos de totalitarismo han puesto de manifiesto a lo largo de la historia.)

En Estados imperialistas y totalitarios tales como el español o el francés: donde ministerios de la cultura y jueces constitucionales y supremos ‘elucidan’, deciden, fallan, financian e imponen ‘la verdad’ en cuestiones culturales y científicas; y donde la historia, la sociología, la economía o la lingüística se establecen autoritariamente, las ‘poblaciones’ que los soportan no pueden llamarse a engaño sobre los resultados de todo ello.” (Capítulo XXV – ‘Ideología imperialista frente a ideología democrática: una asimetría de factores variables y constantes (XXV).)

Es así: en esta línea de confusión y falsificación ideológica, como el imperialismo oficial trata de hacernos creer mediante sus agentes y monopolios mediáticos que es “científica y médicamente” imposible combatir esta crisis si no es en y desde el interior de las fronteras imperialistas franco-españolas: establecidas mediante la agresión, desmembramiento, conquista y anexión de nuestro propio Estado. Del mismo modo, los agentes encubiertos del social-imperialismo: hijuelas y auxiliares del partido Nacional-socialista español Falange-PsoE, tratan de recuperar el movimiento popular vasco de Resistencia Nacional mediante campañas que explotan la afectividad popular de la “cooperación de todos frente al mal”, proponiendo una falsa solidaridad. “Esta crisis la salvamos en común”, dicen: dando como admitida y democrática la “común unidad/comunidad” imperialista y fascista franco-española, y ocultando que ha sido impuesta a nuestro Pueblo y Estado mediante agresión armada y ocupación militar permanente; mediante innumerables, horrendos e imprescriptibles crímenes de guerra, contra la paz y contra la humanidad; y sobre la negación del derecho fundamental e imprescriptible de autodeterminación o independencia del Pueblo Vasco y de independencia e integridad de nuestro Estado, el Reino de Nabarra. Todo ello es tapado y ocultado al Pueblo Vasco por los traidores que forman la burocracia mafiosa-liquidacionista Pnv-Eta, los cuales han aceptado desde hace más de cuarenta años el régimen imperialista franco-español de ocupación militar como “democracia” y participan en él con toda normalidad.

Pero, como es evidente, el imperialismo colonialista y fascista franco-español es el MAL ABSOLUTO para el sojuzgado Pueblo Vasco, puesto que se trata de un IMPERIALISMO ABSOLUTO; el cual, partiendo de la negación de la existencia misma de nuestro Pueblo en teoría para mejor poder así destruirlo en la práctica, busca criminalmente su desaparición desde hace al menos doce siglos. No hay solidaridad posible alguna con quienes desean perpetuar la secular pandemia del imperialismo colonialista franco-español contra nuestro Pueblo, puesto que la verdad, el conocimiento y los derechos humanos fundamentales de las personas y los Pueblos: sobre los que la democracia debe NECESARIAMENTE quedar fundada, son incompatibles con el Nacionalismo imperialista y el monstruo de Francespaña.

Así pues, para evitar equívocos y dejar en evidencia a esos falsos “progres”, volvemos a indicar las posiciones mínimas para cualquier colaboración política sobre bases democráticas, cuyo rechazo mostrará ante todo el mundo la naturaleza imperialista-colonialista, y por ende fascista, de esos grupos. Estas posiciones son:

1/ Afirmación del derecho de libertad, LIBRE disposición, independencia nacional o autodeterminación del Pueblo Vasco/Euskal Herria.

“Piedra angular de la democracia”, el derecho internacional de autodeterminación o independencia de todos los Pueblos es un derecho que es originario, fundamental, inherente, de costumbre, inmediato, incondicional, continuo, permanente, inalienable, irrenunciable e imprescriptible para todos los Pueblos sojuzgados bajo un régimen imperialista y extranjero; que es la misma cosa que la incondicional e inmediata independencia de éstos contra/frente a toda dominación o intromisión extranjera contraria a su libertad nacional; y que ha sido reconocido – no constituido – por el Derecho Internacional contemporáneo de las Naciones Unidas: desde el Artículo Primero de su fundacional Carta de San Francisco así como por numerosas y relevantes Resoluciones de su Asamblea General, como EL PRIMERO DE LOS DERECHOS HUMANOS FUNDAMENTALES Y LA CONDICIÓN PREVIA PARA EL PLENO DISFRUTE DE TODOS ELLOS.

Su corolario y aplicación práctica consiste, como requisito ineludible para su realización, en la EXIGENCIA DE EVACUACIÓN INCONDICIONAL E INMEDIATA de todas las fuerzas de ocupación y de todo el aparato de sojuzgamiento imperial-colonialista de las Potencias ocupantes: España y Francia, FUERA de los Territorios históricos del Pueblo Vasco y de su Estado. Y


2/ Afirmación de la continuidad, vigencia y actualidad de nuestro Estado propio: el Reino de Nabarra, sucesor del Reino de Pamplona – “el Reino de los Vascos” – constituido por una Confederación de Repúblicas, Condados y Señoríos Vascónicos histórica y libremente reunida en torno a él. Internacionalmente reconocido durante mil años, el Reino de Nabarra sigue siendo el único Estado de la Nación Vasca, al que jamás ha renunciado ni ha admitido ni reconocido nunca ningún otro.

Su necesaria consecuencia implica EL NO-RECONOCIMIENTO Y LA DENUNCIA constantes e incesantes de los Estados ocupantes: el “Reino de España” y la “República francesa”, y de sus regímenes totalitarios de ocupación militar, como criminales, imperialistas, colonialistas y fascistas, y no como los propios, no-Nacionalistas, no-violentos, legítimos y democráticos, según está haciendo hasta el día de hoy la pretendida “clase política oficial vasca” formada por la burocracia liquidacionista Pnv-Eta y sus satélites.

Simultáneamente, es preciso mantener un BOYCOTT TOTAL a toda colaboración con quienes, por rechazar en la teoría o en la práctica uno o ambos principios fundamentales antes citados, forman objetivamente parte del imperialismo. Como es incuestionable, quienes entre nosotros – sean cuales sean su origen y apellidos – rechazan asumir total o parcialmente esos principios, quedan absolutamente desenmascarados como los imperialistas y fascistas que son: partidarios de que continúe la ocupación militar imperialista de nuestro País y nuestro Estado por los Estados de España y de Francia. Ahora bien, ¿qué colaboración puede haber con estos agentes? ¿Puede alguien honesta y cuerdamente creer que es posible hacer una política anti-imperialista con el concurso de imperialistas y fascistas? Está claro que no.

Por lo tanto, mientras el imperialismo no retira sus fuerzas de ocupación (dado que ellas CONSTITUYEN el elemento esencial y fundamental de su dispositivo estratégico de dominación, sin el cual todo su sistema se desploma), y puesto que no es posible hacer una política anti-imperialista junto con los quinta-columnistas y agentes al servicio del imperialismo infiltrados entre el Pueblo sojuzgado, es preciso mantener un BOYCOTT TOTAL:

– a toda colaboración con quienes, por rechazar en la teoría o en la práctica uno o ambos principios fundamentales citados, forman objetivamente – algunos incluso de forma subjetiva y confesada – parte del imperialismo; y

– a toda participación tanto en las instituciones del régimen imperialista-colonialista franco-español y especialmente en sus monopolios jurídicos o “parlamentos”: Parlamento francés y Cortes Generales españolas, establecidos a lo largo de los siglos mediante el Monopolio de la Violencia y el Terror de guerra y de Estado, e imprescriptibles crímenes constitutivos; así como en sus “elecciones generales” totalitarias que “legitiman” todo ello.

DERECHO DE AUTODETERMINACION O INDEPENDENCIA NACIONAL INCONDICIONAL E INMEDIATA DEL PUEBLO VASCO / EUSKAL HERRIA!


¡REINO DE NABARRA: EL ESTADO DEL PUEBLO VASCO / EUSKAL HERRIA!


¡Ejército de ocupación ni con música!

¡España ni con república! ¡Francia ni con monarquía!


¡BOYCOTT TOTAL LOS IMPERIALISTAS FASCISTAS, SU RÉGIMEN DE OCUPACIÓN MILITAR!

ALDE HEMENDIK!


¡¡¡VIVA EL PUEBLO VASCO LIBRE!!! – GORA EUSKAL HERRI ASKEA!!!

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