Posiciones en la “intelligentsia vasca”: desde el absentismo a la degradación

(Texto publicado inicialmente publicado el 14-Marzo-2020.)


                      Posiciones en la “intelligentsia vasca”: desde el absentismo a la degradación


But wherefore do you droop? Why look you sad? / Be great in act, as you have been in thought; / […].

Be stirring as the time; be fire with fire; / Threaten the threatener, and outface the brow /

Of bragging horror: so shall inferior eyes, / That borrow their behaviours from the great, /

Grow great by your example and put on / The dauntless spirit of resolution.” (W. Shakespeare; King John.)


(Pero por qué bajáis la cabeza? Por qué parecéis triste? Sed grande en actos, como lo habéis sido en pensamiento; […]. Sed resuelto como el momento presente; sed fuego con el fuego; amenazad al que os amenaza, y desafiad la mirada del horror que intenta intimidaros: de este modo los ojos de los súbditos, que toman prestados sus comportamientos de los grandes, se crecerán y harán grandes por vuestro ejemplo y se revestirán del indomable espíritu de la resolución.)

*

Como se ha expuesto en los textos anteriores, el Pueblo Vasco ha sido abocado a una situación de extrema gravedad como consecuencia de la traición a los principios nacionales y estatales que la pretendida “clase política vasca”, es decir: la mafia burocrática y liquidacionista Pnv-Eta, lleva manteniendo al servicio del imperialismo franco-español desde hace más de cuarenta años. Esta traición consiste en el reconocimiento constante prestado por esa mafia desde 1977-9, tanto del criminal régimen Nacional-imperialista, colonialista y fascista español y francés: impuesto a través de los siglos mediante agresión y ocupación militar sobre el Pueblo Vasco y su Estado el Reino de Nabarra, así como de los Estados ocupantes de España y de Francia y de todas sus inicuas leyes, instituciones y en particular sus monopolios jurídicos – parlamentos – establecidos mediante el monopolio de la violencia criminal (todo lo cual constituye su auténtica constitución real y primaria), como si fueran propios, no-violentos, no-Nacionalistas, legítimos y democráticos.

En necesaria consecuencia de ello, el similar y subsiguiente reconocimiento – simple y cualificado – de la “Constitución” formal y secundaria del imperialismo implica necesariamente la aceptación de todos sus postulados fundamentales, los cuales establecen la inexistencia tanto del Pueblo Vasco (en el sentido fuerte de Pueblo, es decir: como un Pueblo más del Mundo con sus propios derechos fundamentales y ante todo su derecho internacional de independencia, libre disposición o autodeterminación de todos los Pueblos: primero de los derechos humanos fundamentales y condición previa de todos ellos), así como de su Estado propio, para admitir por el contrario que uno y otro han desaparecido al haber quedado legal y legítimamente subsumidos como partes integrantes del pueblo y el Estado españoles o franceses; los cuales, según su mencionada “Constitución”, sus leyes, sus partidos y su propaganda, son los únicos que hay.

A partir de ahí, la labor de esa burocracia de traidores Pnv-Eta al servicio del Nacional-imperialismo franco-español consiste en engañar a continuación al Pueblo Vasco haciéndole creer que nada de esto ha sucedido; que la lucha por la independencia nacional continúa y que está siendo mantenida, cuando ocurre que se ha reconocido ya que no existe sujeto político para ella ni existe además imperialismo alguno sobre el por otra parte también inexistente Pueblo Vasco, ni por tanto conflicto inter-nacional (dado que lo que no existe no tiene derechos ni tampoco existe ninguna base jurídica para reclamarlos); y que lo mejor que “la ciudadanía” puede hacer es seguir apoyando y confiando en esa mafia que ha liquidado su propio Estado para poder prosperar y engordar como una gestora delegada y permanente del “conflicto”. Algo que, si el Pueblo Vasco no consigue su independencia nacional (desembarazándose previamente de esa mafia y arrojándola a la basura), sus componentes seguirán haciendo siempre: al menos mientras dure “el conflicto” y sus amos no tengan más remedio que aguantarlos, porque ven que el Pueblo Vasco sigue mostrando alguna veleidad de resistencia.

Todo esto es claro como el día, ha quedado perfectamente expuesto, y no es posible negarlo correctamente sin incurrir en desatino o mala fe. Ahora bien, dejando aparte la deleznable “clase política vasca”, cuya función ya ha sido analizada, para tener una visión completa de nuestra situación actual es necesario también echar un vistazo a la actuación que, frente a la situación en la que nos encontramos, ofrece la pretendida “intelligentsia” de nuestro País.

Podría esperarse que, a la vista de la grave crisis general en la que está sumido nuestro País y del enorme desafío que para la pervivencia del Pueblo Vasco plantea la situación en la que nos encontramos: despojados como estamos de nuestro propio Estado operativo y de los instrumentos y posibilidades que él proporciona a todos los Pueblos libres del mundo al permitirles – cosa que nosotros no tenemos – el control de sus fuerzas productivas, su economía, sus fronteras y flujos migratorios, y la protección y el desarrollo de su lengua, cultura y caracteres nacionales propios; y considerando nuestra privación de instrumentos de respuesta que, como sociedad, deberíamos dar a todos los retos que nos plantea el mundo actual: desde las emergencias sanitarias a las medio-ambientales o migratorias; que ante la carencia de todo ello en nuestro caso, decimos, lo normal debería ser que entre los supuestos o pretendidos intelectuales de este País se alzaran voces haciendo ver nuestra absoluta indefensión y fragilidad, y por tanto la urgencia de tomar conciencia de todo eso y de proponer soluciones. Sin embargo, y lamentablemente, nada de eso ocurre.

(Ya que se ha mencionado la cuestión, véase el texto publicado en esta página el 21-Julio-2018 bajo el título “Pueblos colonizados y movimientos migratorios”.)

https://nabarrakoerresuma.blogspot.com/2021/05/pueblos-colonizados-y-movimientos.html

Efectivamente, como hemos tenido ocasión de examinar en la última serie de textos publicados, y tal como quedó en evidencia en el Congreso “Joxe Azurmendi: Euskal pentsamenduaren ur-jauzia/catarata del pensamiento vasco” que exponíamos en el primero de ellos publicado el pasado día 11 de Febrero, los “doctores en sociología”, los “juristas”, los “historiadores” o los “pensadores” de nuestro País, o bien son simples funcionarios y mercenarios al servicio de la “clase política” mafiosa Pnv-Eta: que se dedica a camuflar, reforzar y garantizar la continuidad del poder imperialista franco-español establecido bajo el disfraz de “democracia vasca”; o son directamente lacayos del Partido Nacionalista español en su versión tradicional del Partido del Movimiento o en la versión transitiva de Falange-PsoE y sus hijuelas social-imperialistas, ya sea en su condición de Colonos metropolitanos o de Renegados autóctonos.

Por su parte, la llamada “Universidad del País Vasco” – no menos que toda la Universidad declaradamente española de la que ella forma parte – es un vivero infectado por la ideología dominante de servicio, el cual tiene como finalidad el proporcionar los “intelectuales” que el sistema imperialista necesita para acometer las constantes campañas de intoxicación ideológica que se ve forzado a lanzar al objeto de combatir a la Resistencia Nacional del Pueblo Vasco, mediante supercherías que van desde la propuesta de un supuesto y delirante “federalismo asimétrico”, hasta un “nuevo estatus para Euskadi”. (Véase, sobre esta última cuestión, el texto publicado en esta página el 3-Diciembre-2019 bajo el título “Los ‘expertos’ en derecho fascista afirman la legalidad del fascismo”. Respecto a los Renegados, véase el texto “El imperialismo y los Renegados indígenas a su servicio”, de fecha 29-Mayo-2019.)

https://nabarrakoerresuma.blogspot.com/2021/05/los-expertos-en-derecho-fascista.html

https://nabarrakoerresuma.blogspot.com/2021/02/el-imperialismo-y-los-renegados.html

Ahora bien, por lo que respecta al intelectual vasco independiente y no comprometido – directa o indirectamente – con el régimen imperialista de ocupación militar, éste es una especie que está mayormente [auto]desaparecida: es absentista, permanece ausente o silente; ya sea por pusilanimidad, por acomplejamiento o demoralización ante la tarea que hay que realizar, o como resultado de una calculada evaluación del (nulo) beneficio que es consciente va a obtener de una labor que, dadas las circunstancias, para ser honesta debe ser necesariamente crítica y no agradable para el poder establecido y su mafiosa burocracia delegada Pnv-Eta. El suyo sería, en consecuencia, un comportamiento dictado estrictamente por la aplicación el viejo principio que reza: “donde no hay ganancias, las pérdidas son seguras”.

Se pueden comprender estos motivos y admitir también que existan diferentes niveles de compromiso; sin embargo, lo que eventualmente no es admisible es pretender que si uno permanece en silencio, ello es por entender que las cosas o bien deben hacerse de forma perfecta, o de lo contrario no deben hacerse. No es ninguna aportación afirmar que “las cosas hay que hacerlas bien”, porque todo el mundo ve y entiende esa necesidad y nadie sostiene lo contrario; lo cual, en una recta conciencia, no lleva a desentenderse de lo que uno ve necesario hacer bajo el pretexto de que “las cosas deben hacerse bien”, sino a intentar hacerlas lo mejor posible según su leal saber y entender: algo que toda persona honesta es capaz de concebir. Así pues, un intelectual que permanece callado ante la constante campaña – tanto externa como interna – de ataque que desde los media del poder se dirige contra nuestro Pueblo y sus principios nacionales en cualquiera de sus señas de identidad: racial, lingüística, cultural, histórica, moral, estética etc., debería afrontar estos hechos con honesta sinceridad; lo que no puede hacerse – porque eso, aparte de ser algo deshonesto, es pasarse de listo y tomar a la gente por idiota – es pretender que el silencio o el absentismo estaba causado por la necesidad de perfección en la acción a adoptar. “Tener el propósito de actuar pero no hacerlo es lo mismo que no actuar.” (Eurípides; Orestes.)

En la historia de la humanidad asistimos a la implantación de ideas nuevas – ya sean religiones o doctrinas sociales – que, dejando a un lado la cuestión de su mayor o menor utilidad real, han debido hacerse sitio en un entorno hostil; y muchas veces, al menos inicialmente, frente a la oposición del poder establecido. Como es innegable, estas doctrinas no habrían podido establecerse si no hubieran contado con propagandistas tenaces: convencidos de su bondad para el Pueblo al que iban destinadas; unos propagandistas que, seguramente aun sabiéndose imperfectos, no renunciaban a dar testimonio de su mensaje y a animar a otros a hacer lo mismo. Es lo que hizo Pablo de Tarso, por ejemplo, cuando en una de sus epístolas anima a su destinatario de este modo: “Difunde el mensaje; insiste: con ocasión o sin ella. Rebate, reprende y exhorta, con paciencia incansable y con afán de enseñar. Porque llegará un tiempo en que las gentes no soportarán más la sana doctrina; por el contrario, llevadas por sus inclinaciones, se buscarán maestros que las halaguen; y, apartando sus oídos de la verdad, los aplicarán a escuchar simples patrañas”.

Ciertamente, aunque el autor no podía imaginar la actual capacidad de embrutecimiento y lavado de cerebro de los “modernos” monopolios de adoctrinamiento e intoxicación ideológica de masas: en manos de demagogos y agentes locales al servicio del imperialismo, no se puede negar que sus palabras son un correcto anticipo de la situación en que nos encontramos. Porque he aquí que otra de las características más llamativas y dramáticas del proceso de corrupción/liquidación ideológico-estratégica de nuestro Pueblo y Estado no consiste en la ausencia de nuestra supuesta intelligentsia ante la realidad del imperialismo franco-español y sus cómplices y auxiliares locales, sino en su presencia y actuación; pero no para denunciarlo correctamente sino para difundir un discurso extrañamente confuso, críptico, ambiguo, equívoco y falsario que, asombrosamente, se presenta sin embargo como si proporcionara una posición útil para la emancipación del Pueblo Vasco y de su Estado, el Reino de Nabarra, cuando no lo hace en absoluto. Tomemos como ejemplo el reciente artículo “España nos roba y otros motivos”, firmado por dos señalados miembros del grupo “Nabarralde” y recientemente publicado en la prensa de nuestro País.

Una de las cuestiones que salta a la vista de inmediato, al examinar ese discurso, es que, en toda su extensión, las expresiones “Pueblo Vasco”, “derecho de autodeterminación”, “colonialismo”, “imperialismo” o “régimen de ocupación militar” NO APARECEN NI TAN SIQUIERA UNA SOLA VEZ. (Por no aparecer, tampoco aparece el nombre oficial de nuestro Estado: Reino de Nabarra.) Ahora bien, ¿cómo puede alguien honestamente pretender que es simplemente posible construir un discurso útil para el objetivo de la emancipación nacional del Pueblo Vasco y la restauración de su Estado históricamente constituido: el Reino de Nabarra; un objetivo que debe estar necesariamente basado sobre la afirmación de su imprescriptible e inalienable derecho internacional de independencia, libre disposición o autodeterminación de todos los Pueblos, sobre la afirmación de la vigencia y continuidad su Estado propio, y en contra del imperialismo colonialista que los Estados ocupantes España y Francia mantienen sobre nuestro Pueblo y Estado mediante su régimen fascista de ocupación militar, CUANDO EN ESE DISCURSO NINGUNO DE ESOS TÉRMINOS SE UTILIZA NI TAN SIQUIERA UNA SOLA VEZ?

Dicen que “España nos roba”: si bien lo hacen en principio para referirse al Principado de Catalunya y no al Reino de Nabarra; sin embargo, no hacen mención alguna al término ni al concepto que en la literatura especializada expresa la dominación de una Nación por otra para realizar ese expolio internacional, esa “lucha de clases a nivel internacional”, que universalmente son designados con el término “imperialismo”. ¿Cómo, en el nombre del Cielo, puede España robarnos si no es mediante un sistema político llamado imperialismo, mantenido sobre una ocupación militar iniciada desde hace al menos ocho siglos?

Por otra parte, ¿el problema consiste acaso sólo en que nos roba? ¿Qué hay del colonialismo, y de la imposición del Nacionalismo imperialista, la lengua, la cultura y los caracteres nacionales de la Nación ocupante y opresora, para implantar así la destrucción de la lengua, la cultura y los caracteres nacionales de la Nación ocupada y oprimida? ¿Es posible que alguien de una auténtica Intelligentsia de nuestro Pueblo pueda imaginar que está ofreciendo: honestamente y de verdad, una salida para la emancipación del imperialismo y el colonialismo de España y de Francia sobre el Pueblo Vasco y su Estado el Reino de Nabarra, cuando consciente y sistemáticamente está evitando mencionar ni una sola vez todos y cada uno de esos términos/conceptos?

Y sin embargo, siendo estas cuestiones gravísimas, hay aún en ese discurso un elemento insidioso y no menos grave. Se trata de la sistemática, deliberada y constante utilización de un tiempo verbal vago e impersonal para describir nuestra situación: exactamente como si ella fuera el resultado de alguna circunstancia fatídica y no de la acción directa de nadie, y por tanto como si nadie en particular tuviera la responsabilidad de ella. Veamos algunos ejemplos:

“Nuestra narración se construye desde la perspectiva de los estados dominantes: España y Francia”; “Según el discurso coloquial, da la sensación de que los vascos nunca hemos tenido un Estado independiente, ni una historia singular. Nuestra memoria no existe. Las conquistas, asimiladas, se pierden en el olvido”; “Se habla de ‘la nación foral’; pero no hay ni memoria ni conocimiento de qué han sido los Fueros”. “En general, está muy extendida la especie de que ‘los vascos no hemos tenido un Estado’. Bueno, que tenemos dos: España y Francia. Pero que lo mejor es no tener ninguno”; “Elementos de identidad (de memoria) [...] son cuestionados y despreciados desde las propias posiciones vascas”.

Así pues, según ese discurso, “la narración se construye desde la perspectiva de los estados dominantes”. Pero ¿quién la construye y difunde? Porque evidentemente las narraciones no “se construyen” solas, alguien las construye; es sólo que los articulistas no nos dicen quién lo hace. Naturalmente sólo puede hacerlo el poder establecido y la burocracia mafiosa Pnv-Eta que lo auxilia. Pasa igual con en el resto de afirmaciones: “Según el discurso coloquial, da la sensación de que los vascos nunca hemos tenido un Estado independiente”. ¿A quién le “da la sensación”? ¿Qué “discurso coloquial” es ése? ¿Acaso no hay un discurso oficial y académico, que es el que se les “enseña” (entiéndase: impone por las “autoridades” académicas) a los niños en la escuela, y el que condiciona y sienta las bases para el “discurso coloquial”?

Efectivamente hay un discurso oficial, el cual afirma que el Pueblo Vasco no ha tenido nunca un Estado propio y que ha vivido siempre en la libertad nacional española o francesa; un discurso oficial que da la “casualidad” que coincide con la narración de esos mismos autores, puesto que ya hemos visto que para ellos el Nacionalismo imperialista y colonialista franco-español, y su imposición totalitaria sobre la destrucción de nuestro Pueblo y Estado, son cosas que no se nombran/no existen. Por tanto, es el discurso oficial mismo el que coincide también con ese “discurso coloquial” ¿Cómo entonces ha podido ser posible que se haya instalado un “discurso coloquial que da la sensación de que los vascos nunca hemos tenido un Estado independiente”, y que hace que “las conquistas [de nuestros Territorios] se pierden en el olvido”, el cual sorprendentemente coincide con el discurso oficial? Parece que estemos ante un misterio...

Pero no hay ningún misterio sino UNA TRAICIÓN que estos autores tampoco nombran, la cual consiste en que la pretendida clase política que forma la burocracia liquidacionista Pnv-Eta: durante cien años ya por lo que respecta al Pnv, y en perfecta coincidencia con el discurso del régimen, OCULTA/NIEGA la existencia de un Estado propio del Pueblo Vasco: el Reino de Nabarra. Esta es toda la clave de la coincidencia fundamental entre el “discurso oficial” y el “discurso coloquial”, que estos autores no revelan, sumiendo al lector en la perplejidad y en la confusión. Decía el Papa León XIII que hay dos normas fundamentales que alguien que pretenda ser historiador debe cumplir siempre: 1/ No mentir, y 2/ Atreverse a decir la verdad. Deberían reflexionar sobre ellas estos pretendidos historiadores...

“Las conquistas [de nuestros Territorios] se pierden en el olvido”, nos dicen... Así pues, parece que para estos autores sí ha habido conquistas. Y por tanto, si ha habido conquistas, ha habido conquistadores que se han impuesto sobre los conquistados y que a continuación han impuesto la distorsión/falsificación de la Historia. ¿Qué ocurre entonces: somos acaso un Pueblo con una patología congénita de amnesia? ¿No será más bien que por el contrario ocurre – como así ocurre – que somos un Pueblo traicionado por su supuesta clase política y por su ausente, corrompida o intelectual y moralmente arruinada intelligentsia: que son precisamente quienes ocultan/niegan que los Estados ocupantes, España y Francia, se han impuesto sobre nuestro propio Estado mediante conquistas que han contribuido a relegar en el olvido; todo lo cual el discurso de esos autores no denuncia?

“Se habla – continúa el impersonal discurso – y está muy extendida la especie [falsa] de que ‘los vascos no hemos tenido un Estado’. Bueno, que tenemos dos: España y Francia.” Ahora bien, los autores en ningún momento indican positivamente que ésos NO SON NUESTROS ESTADOS y que por el contrario son LOS ESTADOS OCUPANTES de nuestro Estado propio: el Reino de Nabarra. Al parecer, la misión de estos “vanguardistas intelectuales” es esperar a que las cosas sean de dominio público para a continuación proponerlas ellos mientras siguen postulándose como vanguardia. Es, visiblemente, lo que uno de los firmantes del artículo expresaba en su propia página FB en Diciebre-2018 con estas palabras: “El Estado navarro necesita, para ser algo vigente, del soporte social activo de los navarros actuales. En caso contrario, permanecería en el limbo de las ideas platónicas”. Claro que, a la vista de su actual alegría: al enterarse de que el Relator de la ONU para las Minorías Nacionales ha declarado en un informe oficial “que los catalanes conforman una ‘minoría nacional’” (lo cual él interpreta como un gran triunfo del Pueblo Catalán, cuando es en realidad la liquidación de todo principio nacional y estatal propio, para afirmar por el contrario la nación y el Estado imperialistas), se puede comprender mejor su completo extravío ideológico para toda política de Resistencia Nacional.

(El lector que desee mayor ampliación sobre la cuestión de la continuidad de un Estado, a pesar de su agresión/anexión por otro Estado, puede consultar el texto publicado en esta página el día 14-Noviebre-2019 bajo el título “El Movimiento de Resistencia Nacional frente al imperialismo”.)

https://nabarrakoerresuma.blogspot.com/2021/05/el-movimiento-vasco-de-resistencia.html

A continuación los autores afirman que “nuestros elementos de identidad son cuestionados y despreciados”... ¡en nuestro propio País!: algo que similarmente no ocurre en ningún País del Mundo; y añaden tan tranquilos además que eso se hace “desde las propias posiciones vascas”. Establecen por tanto la afirmación delirante y absurda de que despreciar y actuar contra los elementos de identidad del Pueblo Vasco es compatible con mantener “posiciones vascas”. Destruyen en consecuencia toda base teórica racional para la explicación sociológico-política del régimen de opresión imperialista y fascista que sufre el Pueblo Vasco, el cual se mantiene mediante UN SISTEMA INTEGRADO DE IMPERIALISMO COLONIALISTA que incluye:

1/ la ocupación militar armada permanente de nuestro País por los ejércitos de las metrópolis España y Francia, y la subsiguiente imposición de una legislación aferente pretendidamente “neutra” que la legitima, esto es: “las leies quel vencedor [im]pone al vencido, y con ellas nuestra lengua” (Nebrija);

2/ la acción abierta de los Colonos metropolitanos y los Renegados autóctonos, los cuales sostienen ese régimen contra nuestro Pueblo y sus instituciones nacionales y estatales propias;

3/ la traición encubierta de la burocracia mafiosa de traidores indígenas Pnv-Eta: agentes auxiliares del régimen de ocupación militar franco-español y de sus Estados, los cuales los presentan al Pueblo como “democráticos” y los suyos propios; y

4/ la defección/degradación de la pretendida intelligentsia vasca, como este texto pone de relieve.

Todo esto ocurre en un País donde hay pretendidos “partidos abertzale” que afirman – y los autores del artículo no niegan – que el régimen de ocupación militar que hace posible todo ello es legítimo, democrático, no-Nacionalista y no-violento, y participan en sus “instituciones democráticas” en toda normalidad. Y sin embargo lo único que ocurre, según los autores de este artículo, es sólo que “España nos roba” (“democráticamente”, hemos de entender además).

Como es innegable, todo este discurso consiste en un difuminado/borrado de la realidad e indudablemente es muy oportuno: tanto para quien desea evitar el molesto papel de tener que denunciar a quienes realizan o consienten esas actuaciones, así como para quien debería ser denunciado. Es indudable que esta forma de proceder ayuda para “hacer amigos” entre el establishment, pero no ayuda en absoluto para hacer un diagnóstico de la realidad; la cual, por otra parte, ya hemos visto que no es descrita en ningún momento con los términos y conceptos que correspondería utilizar.

Ahora bien, esa forma de hablar con generalizaciones, si es que se corresponde en alguna medida con la realidad, implica al menos que se ha realizado un estudio sociológico sobre esas afirmaciones que se hacen; un estudio cuyo método estadístico supuestamente científico – e incluso su existencia misma – en realidad desconocemos por completo. Pero, suponiendo incluso que tal estudio existe, y admitiendo también su validez, ¿qué es lo que pueden probar todas esas confusas afirmaciones que supuestamente serían su resultado? Únicamente prueban la capacidad del imperialismo colonialista: iniciado en nuestro País al menos desde hace ocho siglos y mantenido desde 1512-1620 mediante ocupación militar permanente, trasplantación e implantación de colonias de población metropolitana, y adoctrinamiento durante siglos de generaciones enteras desde la primera infancia hasta la edad adulta; se prueba la capacidad de ese régimen, decimos, para conseguir su objetivo constante e invariable, a saber: desnacionalizar y liquidar al Pueblo Vasco (y a cualquier Pueblo en situación similar). Lo cual es tanto más factible aún, dada la gran diferencia de nuestra cultura euskérica con relación a las latinas que nos rodean por todas partes, y la baja demografía de nuestro Pueblo, por añadidura regularmente diezmado como consecuencia de las constantes guerras de agresión que hemos tenido que padecer a manos de los agresores franco-españoles. Pero, ¿es acaso necesario hacer algún estudio estadístico para saber que eso es así? Desde luego que no, puesto que es obvio que en nuestras circunstancias las cosas son así y sólo pueden ser así.

Llegamos por tanto a una primera conclusión sobre esas impersonales generalizaciones que el artículo postula como ciertas, a saber: que ellas constituyen de entrada una ocultación y una apología del imperialismo, desde el momento en que se admite implícitamente como posible algo que es imposible, a saber: que bajo el imperialismo colonialista las cosas podrían no ser así y deberían no ser así; es decir, que permanecer bajo la ocupación Nacional-imperialista española y francesa al menos durante cinco siglos es algo que podría no haber resultado en lo que ha resultado. O, mejor aún: ya puestos, se induce la idea de que la mejor forma para que un Pueblo mantenga intacta la memoria de su Historia, de su Lengua y de su Estado es permanecer cinco siglos bajo el imperialismo franco-español. Tenemos por tanto que ese discurso no sólo oculta el imperialismo: lo cual es un hecho innegable, sino que además objetivamente hace su apología.

La segunda conclusión, derivada de la primera, consiste en que esas generalizaciones llevan a la demoralización y culpabilización del Pueblo: al que esas afirmaciones presentan subliminalmente como el culpable de la pérdida de su memoria y del avance de su colonización, bajo la oculta e insidiosa especie de que todo ello podría haberse evitado de haberlo querido; y que si no se ha hecho así es por su propia culpa. Esta consecuencia: la demoralización y culpabilización del Pueblo, sería también particularmente funesta – y por tanto una auténtica intelligentsia debería evitarla especialmente y a toda costa por razones obvias: completamente al contrario de lo que hacen los articulistas que comentamos – incluso aun cuando fueran ciertos los hechos que se le atribuyen; pero es aún mucho más catastrófica y odiosa cuando sucede que no son ciertos en absoluto, puesto que el Pueblo Vasco sigue manteniendo su conciencia nacional a pesar de todas las dificultades.

Y la tercera conclusión consiste en que esa transferencia de la culpabilización sobre el Pueblo, a costa de su inculpación y de su consiguiente demoralización que beneficia al imperialismo, lo que hace objetivamente es ocultar la incapacidad primero, y la traición después, de la pretendida “clase política vasca”: única responsable de la catástrofe y la trampa ideológico-estratégica a las que desde hace más de cuarenta años ha conducido al Pueblo Vasco tras haber reconocido el carácter legítimo, no-Nacionalista, no-violento y democrático del régimen imperialista, colonialista y fascista de ocupación militar del Segundo Franquismo, al participar en sus “elecciones generales democráticas”. La repugnante misión que estos articulistas han realizado consiste por tanto en prestar su ayuda para que los componentes de la burocracia mafioso-liquidacionista Pnv-Eta puedan salvar su cara ante la catastrófica situación actual que únicamente ellos han hecho posible y siguen haciendo posible.

Ahora bien, ¿es acaso demasiado casual, o increíble, que estos autores y el grupo supuestamente nabarrista al que representan (?), así como otros grupos semejantes, hayan caído en errores tan graves? Por lamentable y doloroso que sea decirlo, es preciso afirmar que no lo es en absoluto. Según se ha indicado, estos agentes y grupos tienen como misión fundamental el no entrar en conflicto con esa burocracia política “vasca” Pnv-Eta: formada por traidores que funcionan como los agentes locales y los auxiliares fundamentales y necesarios del imperialismo español en nuestro País, evitando por tanto cualquier clase de denuncia contra ellos. Prefieren preservarlos de toda crítica y señalar en cambio la supuesta incapacidad del Pueblo como causante de la situación, aunque ello lleve a su demoralización, confusión y desconcierto en beneficio del imperialismo, eligiendo hipócritamente una estudiada forma “impersonal”: aparentemente fatídica pero realmente falsa y absurda, de presentar el desarrollo de la realidad al objeto de ocultar/minimizar el imperialismo, echando la responsabilidad de lo ocurrido sobre las espaldas del Pueblo; algo que jamás conseguirán.

Ni que decir tiene que estos autores jamás han apoyado expresamente el llamamiento a la Resistencia realizado desde Publicaciones Iparla, convocando al BOYCOTT TOTAL de esas “elecciones generales” españolas. Como ha quedado de manifiesto, su imposible pretensión es la de quedar “más allá del bien y del mal” y a bien con todo el mundo, y ante todo con los agentes indígenas Pnv-Eta al servicio del imperialismo (de los que esperan subvenciones y poder beneficiarse de los monopolios mediáticos que éstos administran por delegación del régimen fascista de ocupación militar), mientras fingen formar parte de la Resistencia; lo cual, obviamente, no es posible.

Es curioso, pero fue precisamente uno de los firmantes del artículo que hemos comentado quien, en crítica al texto publicado en esta página el día 4-Diciembre-2017 bajo el título “La ‘clase política’ catalana rechaza toda autocrítica de la llamada ‘vía catalana’”, consideró oportuno reforzar sus “argumentos” en contra de ese texto con la frase: “Por mucho que personas ‘más allá del bien y del mal’ piensen lo contrario”. Desde luego, declinamos alargar más este texto para entrar nuevamente en el comentario de la llamada “vía catalana”, la cual implica un absoluto desastre estratégico que ya ha sido expuesto en varios textos anteriores. Como es patente, la misión de los autores del artículo que hemos criticado: a la cual dedican al menos el 50% de su texto, consiste en cambio en ensalzarla tanto como rebajan la situación de nuestro Pueblo. Allá ellos.

Por nuestra parte, jamás hemos deseado ni pretendido estar “más allá del bien y del mal”; bien al contrario, nos hemos esforzado por estar siempre e inequívocamente EN CONTRA del mal absoluto, que para el Pueblo Vasco está representado por el imperialismo y el fascismo franco-español y por los que desde hace más de cuarenta años lo aceptan y hacen posible llamándolo “democracia”, esto es: la burocracia mafiosa-liquidacionista Pnv-Eta. Ojalá pudiéramos – según indica la cita con la que abrimos este texto – ser aunque sólo fuera una modesta inspiración para un comportamiento similar de otros en contra de ese MAL ABSOLUTO. Ciertamente se trata de una posición incómoda, no vamos a negarlo, y que no puede estar más alejada de esa tópica frase que tan inadecuada e injustamente se nos dirigió; pero lo preferimos así, mucho antes que hacernos merecedores de aquellas terribles palabras:

“Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.” (Apocalipsis, 3: 15-17.)

“Words, words, words…”:

King. [Aside] O! ‘tis too true; / How smart a lash that speech doth give my conscience! [...]

Hamlet. To be, or not to be: that is the question. (W. Shakespeare, Hamlet, III, i, 49/50, 56.)

 

(“Palabras, palabras, palabras…”:

Rey. [Aparte] ¡Oh, demasiado cierto es! ¡Qué duro latigazo dan a mi conciencia esas palabras! [...]

Hamlet. Ser, o no ser: ésa es la cuestión.)

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