REFERENDUM Y DEMOCRACIA (LAN DEYA; Diciembre-1976)

 L  A  N      D  E  Y  A

E.L.A  -  S.T.V.

EUSKO LANGILLEEN ALKARTASUNA  -  SOLIDARIDAD DE TRABAJADORES VASCOS

C.M.T. – C.E.S. – C.I.S.L.

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* REFERENDUM Y DEMOCRACIA *

 

Hay una sola salida progresiva para la actual situación económica, social, política y cultural en el Estado español: la apertura de una etapa de progreso democrático. Ello implica el reconocimiento de instituciones de libertad y poder popular, entre las cuales un régimen de autonomía en las cuatro provincias de Euzkadi peninsular.

Un régimen de estas condiciones constituye un todo coherente con la presente realidad sociológica del Estado español. Fuera de él no caben democracia ni progreso.

La actual fase de transición está, a pesar de los avances realizados, muy lejos todavía de dicho sistema. Continúa en vigor, en particular, la ordenación político-administrativa impuesta al Pueblo Vasco por el General Franco. Es este régimen político el que convoca a referendum, el que determina los términos y condiciones de éste, el que seguirá en su puesto, de todas maneras, después de la consulta.

El proyecto que se somete a aprobación no corresponde, por otra parte, a un sistema de progreso democrático. En particular, el gobierno califica de “democrático” un régimen político fundado en la estructura unitaria del Estado, propia de la etapa totalitaria que tratamos de superar.

Los trabajadores vascos hemos manifestado nuestra voluntad democrática con más fuerza que nunca durante el período totalitario, cuando tal manifestación, al margen de consultas electorales, era más difícil y peligrosa que nunca. Esta voluntad, conocida de todos, apunta a un auténtico régimen de progreso democrático, sin equívocos ni falsificaciones.

Por todo ello, nuestra participación en la actual consulta “popular” no serviría nuestros fines, ni aceleraría siquiera momentáneamente la evolución en curso en el seno del régimen. Llevaría, en cambio, a fomentar dudas sobre la claridad y cualificación de nuestra voluntad democrática, sobre nuestra capacidad para transformarla en estrategia coherente, organizada e independiente. Ayudaría a la desviación y recuperación de nuestras fuerzas sociales.

La simple abstención no resuelve, sin embargo, todos los equívocos. En efecto, es norma de las clases dominantes presentar al pueblo alternativas limitadas, que no salen del ámbito imperialista, pero encubren o suponen resuelta en cada caso la alternativa fundamental. Ante el referendum, todas las opciones formales: votos positivos, negativos o nulos, así como la abstención, son interpretados y recuperados dentro del sistema, oficial o complementario. La oposición social-imperialista presenta la abstención como rechazo de la política oficial, pero comparte con el gobierno la decisión de mantener el régimen unitario en el País Vasco, oponiéndose a toda reforma autonómica efectiva. Esta actitud, que la palabrería “euzkadiana” no puede encubrir, implica la subordinación de los objetivos democráticos en general al imperialismo nacionalista: sin autonomía inmediata en Euzkadi no hay base ni condiciones suficientes y estables para el conjunto de tales objetivos.

Nuestra abstención es irrecuperable, porque está expresa y consecuentemente encaminada al logro de una solución auténtica de progreso democrático en nuestro País.

Por otra parte, las razones mismas que determinan la abstención de los trabajadores vascos en este referendum nos permiten economizar una “campaña” en este sentido. Lanzar tales campañas cuando y donde las provocan los demás es una manera como otra cualquiera de hacerse recuperar. Con la abstención pretendemos estar más libres, no menos libres, para atender a nuestros intereses reales.

En este sentido, con estos motivos, esperamos y propugnamos que la participación del Pueblo Vasco en el próximo referendum tienda a cero.

(Diciembre, 1976)


Nota del editor. Debe quedar claro que estas posiciones: expuestas por Iñaki Aginaga en las páginas de Lan Deya y desde los años sesenta del pasado siglo, estaban fundadas – según él mismo recalcaba una y otra vez – en la relación de fuerzas teóricamente existente en aquellas circunstancias del Primer Franquismo. Es decir, que se trataba de un planteamiento establecido bajo el supuesto de que existía realmente una oposición española auténticamente vinculada a la revolución democrática; lo que significaba que ésta aceptaba la liquidación del Estado unitario imperialista español: incompatible con toda auténtica democracia, para establecer de forma inmediata una situación provisional de REAL autonomía para el Pueblo Vasco.

Pero, una vez comprobado en 1977 que tal oposición española auténtica era inexistente, y que su pretendida “oposición al Franquismo” consistía en abandonar la revolución democrática para incorporarse a la auto-reforma y continuidad del Franquismo, a su transición intra-totalitaria, y al mantenimiento de su propio Nacionalismo imperialista español en total comunión con el régimen del Segundo Franquismo, quedaba en evidencia a partir de entonces que aquella supuesta relación de fuerzas anterior había desaparecido (si es que alguna vez había existido), y que junto con ella desaparecían todos esos planteamientos anteriores; los cuales dejaban de tener sentido y quedaban abandonados también por nuestra parte.

Así pues, establecido en 1977 el Segundo Franquismo: con el apoyo y la integración del Nacionalismo imperialista de los vencidos al Nacionalismo vencedor, en una “Unión sagrada” virtualmente extensible a todo el pueblo español contra el Pueblo Vasco y su Estado (o sea: “la síntesis histórica de los contrarios”, que Carrillo y su PcE habían propuesto bien tempranamente tras la guerra), la única posición actual válida para la liberación nacional de nuestro Pueblo: constantemente afirmada por Aginaga desde entonces, consiste en la instauración de un Movimiento Vasco de Resistencia y Salvación Nacional basado en la afirmación de dos principios fundamentales:

1/ Afirmación del derecho de autodeterminación o independencia del Pueblo Vasco, cuyo corolario necesario es la exigencia de evacuación incondicional  inmediata de todas las fuerzas de ocupación militar de España y de Francia, fuera de los Territorios históricos del Pueblo Vasco; y

2/ Afirmación de la continuidad, vigencia, y actualidad de nuestro propio Estado histórico, al que el Pueblo Vasco jamás ha renunciado: el Reino de Nabarra. Y mientras el imperialismo no retira sus fuerzas de ocupación: BOYCOTT TOTAL a toda participación en las instituciones de los criminales Estados ocupantes: España y Francia.

Véase el Manifiesto del Movimiento Vasco de Resistencia y Salvación Nacional:

https://nabarrakoerresuma.blogspot.com/2021/03/manifiesto-del-movimiento-vasco-de.html

Iruinea, Junio-2021.

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