La tortura: instrumento del Terrorismo de Estado (12)


Violencia y Terrorismo.- Su mistificación ideológica al servicio del Imperialismo



12 – La tortura: instrumento del Terrorismo de Estado


Iñaki Aginaga y Felipe Campo


En política, el Terrorismo comprende la guerra, la represión, la deportación y toda acción que utiliza el Terror como medio para conseguir fines políticos; y tiene por excelente componente la tortura. Todos los Gobiernos con problemas políticos “insolubles”, confrontados a conflictos que no pueden reducir de otra manera, practican la tortura sistemáticamente y sin molestarse siquiera en ocultarlo a sus aliados; quienes, por su parte, no disimulan la comprensión y la simpatía que “la razón del Estado” imperialista les inspira.

La tortura no es un ocasional exceso de la represión, ni un procedimiento gratuito, ni simple o solamente un medio de interrogatorio, información e investigación, o instrumento de venganza: efecto de la crueldad y el sadismo de los esbirros que la practican. La tortura es una “institución” inseparable del Despotismo y el Terrorismo, y revela de por sí y sin más la naturaleza criminal y terrorista de una actividad o un régimen políticos; sea cual sea su pretendida adscripción ideológica. Es, ante todo, un inestimable elemento del Terrorismo, para doblegar y humillar física y moralmente a los Pueblos que resisten a la opresión. Sólo es hipocresía, la “condena de la violencia, el terrorismo y la tortura” que formulan todos quienes apoyan a la vez el régimen imperialista de ocupación militar y colonización sobre los Pueblos sojuzgados; un régimen que necesita y hace posibles, necesarios y efectivos tales procedimientos.

El imperialismo absoluto no puede prescindir del Terrorismo de Estado, y el Terrorismo de Estado no puede prescindir de la tortura: instrumento inestimable, fundamental e insoslayable de la represión contra toda oposición política – actual o virtual – frente al imperialismo. El imperialismo colonialista, y la continuación del imperialismo, son crímenes incompatibles con los derechos humanos fundamentales y con toda auténtica Democracia.

La hipócrita fórmula – recientemente acuñada – para describir la práctica de la tortura en nuestro País como: “más que excepcional pero no-sistemática”, esun nuevo hallazgo de la casuística imperialista y fascista globalizada. Un hallazgo verosímilmente llamado a prestar grandes servicios a la reacción mundial, puesto que ha sido rápidamente adoptado por los funcionarios de la ONU; lo cual nos hace suponer el uso que harán de él. Mientras tanto, el primer mandatario de la Potencia hegemónica se ve impotente para impedir que sus Agencias “especializadas” – cuya desvergüenza y desprecio de la opinión pública y la legislación propia les permite exhibir la tortura con el cínico eufemismo de “Técnicas de interrogación reforzadas” – puedan crear y mantener en diversos lugares del planeta pozos negros de criminalidad, cuya función es la práctica impune de la tortura.

“Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona. Nadie será sometido a tortura, ni a penas o tratamientoscrueles, inhumanos o degradantes.” (Declaración Universal de los Derechos Humanos, 1948.)


La “tortura, o el tratamiento cruel, inhumano o degradante” es un delito absoluto, mientras que el homicidio lo es relativo; lo cual habría representado un progreso sobre el derecho eclesiástico y civil – antiguo y moderno – si hubiera tenido aplicación consecuente en la ONU y los Estados miembros, cosa que no ha sucedido. También la guerra ha sido “prohibida” – salvo decisión de la ONU o en legítima defensa – con el mismo resultado. Las sucesivas Declaraciones o Convenciones contra la tortura y otras penas o tratamientos crueles, inhumanos o degradantes no han formulado siquiera el modo de realizar esta normativa.

Las Comisiones y Tribunales de derechos humanos, al igual que diversas ONG, son también incapaces de plantear siquiera la cuestión del Terrorismo de Estado. Sus Comisionadosy Delegados en funciones están más preocupados por no molestar o indisponer a los Gobiernos soberanos: que con esa condición y en su propio interés las toleran, que por denunciar el Terrorismo estatal y defender a sus víctimas. El temor a los Gobiernos, la distorsión del método de investigación y prueba (con selección, filtrado o corrupción de los Comisionados y los Testigos), y las “educadas” y etéreas “denuncias” de los comportamientos represivos descritos como una “amenaza” o un “peligro” para los derechos humanos (cuando es notorio que éstos han sido secularmente y están siendo diaria y efectivamente conculcados a la vista y conciencia de todos), son actitudes que caracterizan a esos Comisionados y Delegados, y que resultan en la apología del Estado criminal y en el descrédito de sus víctimas.

La escrupulosa ponderación negativista de la tortura: descrita por la Comisión contra la Tortura como “no excepcional pero no sistemática”, muestra bien la firme intención de no hacer nada contra la una ni contra la otra. (Si esa “tortura no excepcional pero no sistemática” se aplicara directamente a los Comisionados mismos, percibirían éstos mejor, por simple introspección, el mediocre alivio que tan refinadas consideraciones proporcionan a las víctimas.) Las Organizaciones regionales y privadas hacen, privadamente, lo mismo.

El despotismo-imperialismo español había sido, en ocasiones, objeto de – mesurada – reprobación por parte de los liberales anglo-sajones y hasta de algunos franceses. Hubo un tiempo en que las revelaciones de un corresponsal británico sobre las torturas de Montjuich levantaban la indignación de grandes masas de manifestantes que mostraban su repulsa en Trafalgar Square. En París, Sartre hacía suyos los principios de la lucha de los Pueblos por la libertad nacional, que en el caso vasco identificaba con el grupo Eta (cuya propaganda había adoptado sin la menor precaución o reserva críticas). En cambio ahora, en el Occidente europeo al igual que en la ex-Yugoslavia o Chechenia, la política y la ideología globales se organizan según una estrategia conjunta basada en la ruina de los derechos humanos fundamentales y la represión de los Pueblos. Los políticos, los ideólogos y los mass-media del Reino Unido y los USA se han unido al Nacional-socialismo alemán, español y francés, y encubren e idealizan el Nacionalismo imperialista y el Terrorismo de Estado.

El imperialismo, la represión y el Terrorismo de Estado, el asesinato y “la tortura: más que esporádica, ocasional o incidental pero no-sistemática”, cuentan con la vista gorda, la comprensiva solidaridad y el decidido apoyo de las Naciones Unidas, que han renegado de las normas al respecto que adoptaron y desarrollaron pero no aplicaron, y que ofrecen ahora el espectáculo de la putrefacción de una Organización en que se habían depositado tantas esperanzas, ahora defraudadas por sus mismos vicios constitutivos y por medio siglo de claudicaciones e impotencia.

Los fascistas españoles: otrora indeseables e impresentables, “se pasean como auténticos chulos” – según su propia forma de hablar – en los mismos recintos en que se proclamaron los inalienables derechos humanos y de autodeterminación de todos los Pueblos. Han llevado hasta allí su monopolio de propaganda, mientras los Pueblos que padecen su Agresión y Terrorismo imperialistas se ven privados por el nuevo orden mundial de sus más elementales e inalienables derechos de expresión, independencia y legítima defensa.

Las Instituciones “internacionales”, que – a la vez que invocaban hipócritamente Cartas, Resoluciones y Declaraciones de derechos humanos – han estado cubriendo y apoyando durante cincuenta años la agresión imperialista y el genocidio a lo largo y ancho del mundo, no temen ponerse en evidencia cuando registran, endosan y repercuten sin dilación ni información las acusaciones, la propaganda y los dictados del Gobierno Franquista, Imperialista y Terrorista español contra el Pueblo Vasco. La Unión Imperialista Europea: auto-pregonada protectora de los derechos humanos y de la “dimensión humana” de las Comunidades Europeas, adopta y difunde por sistema la propaganda nacionalista y xenófoba que le dictan los agentes de intoxicación de masas del fascismo español y francés; y oculta y legitima la violencia, la represión y el terrorismo que fundaron y mantienen la opresión imperialista sobre el Pueblo y el Estado Vascos. Por su parte, el Papa Wojtyla reproducía los dictados del obispo castrense español Sebastián con más celeridad que Julio II transcribía los de Fernando “el Católico”.

En el democrático UK de Gran Bretaña, las bandas de apoyo al Franquismo y al imperialismo español y francés practican el condicionamiento de reflejos y asociaciones “espontáneas” mediante el montaje de imágenes documentales itálico-germánicas Fascistas y Nacional-socialistas, amalgamadas con otras de movimientos vascos o corsos. Mientras tanto, a ningún periodista inglés, francés o alemán se le ocurriría siquiera “revelar” públicamente banalidades sin interés sobre instituciones universales tan actuales y honorables como lo son la conculcación de los derechos humanos fundamentales, la represión y la tortura, cuando puede vender sus servicios y hacerse financiar y promover por las agencias gubernamentales de propaganda.

En cuanto al Nacionalismo francés “de izquierda”, ya ni trata de jugar su papel tradicional de encubrimiento del chauvinismo “de derecha”: apenas el problema corso o el problema vasco se manifiestan, la guerra psicológica, la difamación y el insulto contra los Pueblos que aún resisten a la “nación universal” francesa – y a su Nacionalismo, xenofobia y negación de todos los derechos fundamentales – son su motor, divisa y línea de conducta. “Les Temps Modernes”, donde Sartre o Davant hacían la apología monopolista del grupo Eta, es ahora portavoz y monopolio del más agresivo y reaccionario Nacionalismo imperialista y fascista contra la libertad de los Pueblos.

Profesionales de prensa y radiotelevisión ponen la mentira y la desinformación al servicio de la propaganda fascista. Los Adler, Barbier, Calvi, Domenach, Kahn, Lanzmann, La Villardière o Taguieff ocultan o idealizan los crímenes del Nacionalismo imperialista franco-español, y difunden y defienden las mentiras, las falsificaciones, las injurias y los paralogismos que son el argumento único del Fascismo. “Interviús, debates y reportajes de las televisiones centrales, autonómicas y regionales” son farsas prefabricadas y programadas donde, seleccionados los ponentes y excluidos los oponentes, se hacen las preguntas que convienen y sirven a las respuestas del fascista de turno, y donde los portavoces del totalitarismo racista y xenófobo encuentran privilegiadas y exclusivas tribunas. La propaganda de los tiempos heroicos del Fascismo internacional no llegó nunca tan lejos. Si bien el General Franco tuvo que decirse Caudillo de su Estado de Derecho orgánico-democrático, el propio Tirano nunca calificó de fascistas-terroristas a “las Provincias traidoras que se levantaron en armas contra el Gobierno del Movimiento Nacional, instrumento totalitario al servicio de la unidad y la grandeza de la Patria”.


(De: ‘Violencia y Terrorismo.- Su mistificación ideológica al servicio del Imperialismo’.)

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