“Metáforas y alegorías” en la política española
“Metáforas y alegorías” en la política española
Ante el evidente seguimiento que de nuestros textos y posiciones están haciendo los fascistas españoles: tanto los oficiales y matriculados del Franquismo en su versión tradicional, así como los de su versión transitiva y Nacional-socialista camuflados bajo las siglas de Falange-PsoE y sus hijuelas social-imperialistas (lo cual los lleva a adornarse con expresiones nuestras que luego intentan recuperar presentándolas como "metáforas" etc.); y para facilitar el general conocimiento de esos textos originales nuestros, exponemos a continuación algunos extractos de ellos:
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Los propios ministros y criaturas del General Franco: cómplices, coautores, signatarios y beneficiarios de todos sus crímenes, y los esbirros y agentes ideológicos que oficiaron durante la guerra y su dictadura personal en “el Estado español, instrumento totalitario al servicio de la Patria por el Imperio hacia Dios”, disfrutan actualmente todos ellos de sus crímenes en total impunidad, han ocupado un lugar distinguido entre los artífices de la transición intra-totalitaria, fundan Partidos y concurren a sus elecciones, desempeñan los “más altos” cargos públicos, y conservan sitio y ejercen destacadas funciones en el “nuevo” régimen como “demócratas de siempre”; lo que, sin más, ilustra la naturaleza de la auto-reforma franquista, y la diferencia respecto de toda auténtica evolución o revolución del poder político.
Esos ministros, cómplices y continuadores de los crímenes del Dictador siguen ejerciendo el poder político e ideológico, al servicio del Nacionalismo imperialista español; y disponen de los monopolios de difusión de masas para seguir difamando impunemente a las víctimas del Franquismo, y declarando que “a los nacionalistas vascos y catalanes hay que colgarlos por los pies”. Se llaman a todas horas “demócratas no-violentos”, pero son los mismos fascistas de siempre: más hipócritas y peligrosos todavía que antes, puesto que desde las “elecciones generales” de 1977-79 y hasta el día de hoy cuentan con la homologación y el reconocimiento de la burocracia Pnv-Eta como “demócratas de toda la vida”. Su presencia en las “instituciones” no las contamina, pues son tan fachas los unos como las otras.
Sin embargo, los sinvergüenzas traidores y/o ineptos cretinos-lunáticos que forman la banda burocrática Pnv-Eta y sus satélites Ea-EhBildu-Sortu-Geroa bai etc.: que desde hace más de cuarenta años están aceptando y llamando a “eso” democracia, y al imperialismo y al fascismo españoles, “Derecha” (como si la “Izquierda” española no fuera otro tanto), cuando ven ahora que el franquismo español de siempre muestra su cara y su realidad repugnantes e intactas que siempre han tenido pero que ellos han estado tapando y colaborando para que el Pueblo Vasco no las viera, todo lo que hacen frente a ello es seguir falsificando la realidad y llamándola “involución democrática”. Una pretendida involución democrática que sólo podría haberla si previamente hubiera habido una evolución o revolución democrática; la cual, salvo en sus alucinaciones, en su demencia o en su mala fe, jamás ha existido.
“Denunciar” una inexistente involución democrática es la miserable “justificación” de esos “vascos” agentes auxiliares del imperialismo español que ellos han aceptado como democracia, al objeto de eludir su responsabilidad en la situación actual que únicamente esos Colaboracionistas aborígenes han hecho posible. Mientras tanto, siguen perversa y obcecadamente aceptando y colaborando con el régimen imperialista, colonialista, esquilmador y fascista español impuesto sobre nuestro Pueblo y Estado: un régimen Nacional-imperialista y cleptocrático de ocupación militar que ellos siguen reconociendo como legítimo, no-violento, no-Nacionalista y democrático, y participando en sus instituciones y “elecciones generales” totalitarias.
No más ni mejor crédito que los titulares del régimen reinante merecen los “republicanos, anarquistas y comunistas” españoles, así como los “nacionalistas” periféricos: los institucionalistas moderados y radicales, armados y desarmados que integran la burocracia liquidacionista multi-formato Pnv-Eta; quienes, por adelantado y con ridículas reservas, reconocen al Estado criminal franquista “reformado” por la transición intra-totalitaria como si fuera el Estado propio (mientras ignoran absolutamente nuestro vigente Estado histórico: el Reino de Nabarra), y a las “instituciones” y fuerzas armadas franquistas de ocupación militar sobre nuestro Pueblo y Estado como si fueran democráticas y no-violentas. Todos ellos pugnan para alcanzar su confianza, reconocimiento, favor y benevolencia, sin los cuales se les acaba la fiesta. A cambio, estos traidores Colaboracionistas autóctonos sólo piden que les dejen colaborar (que es lo único que saben hacer), participar, votar, hacer negocios (que no es lo mismo que negociar políticamente), y cobrar remuneraciones y subvenciones para ellos: es la esencia misma del régimen del Segundo Franquismo que todos ellos sostienen y que los sostiene.
Las incontables víctimas que padecieron y padecen sus crímenes son testimonio permanente de ello. Acabar con los testigos es un motivo suplementario y la única forma que los criminales encuentran para sobreseer responsabilidad y culpabilidad, relegando a un pasado pretendidamente irrelevante el fundamento de la realidad contemporánea española, y borrando las huellas más evidentes del abominable, inolvidable, imperdonable e indeleble pecado original sobre el que esa realidad fue constituida. El Pueblo y las personas víctimas directas e indirectas, mediatas e inmediatas de la agresión de 1936 no han sido nunca desagraviadas ni reconocidas; las hijas e hijos, las familias de los vencidos y humillados siguen desde entonces viendo a diario a los asesinos “paseándose como auténticos chulos” – la expresión es de Aznar y sus cómplices – en el escenario de sus crímenes y a la vista de sus innumerables víctimas. Los hoy adultos, que desde hace ochenta años han visto a sus mayores asesinados, perseguidos, escarnecidos y humillados, no obtuvieron nunca reconocimiento, rehabilitación o consuelo sino desprecio, odio, discriminación y persecución de las “Democracias” Occidentales y de la Iglesia Católica.
Asesinos, criminales, psicópatas, canallas y sinvergüenzas (que son apelativos corrientes en la actual propaganda fascista contra los Pueblos que ellos están sojuzgando): desde ministros de Franco para abajo, no han purgado nada ni pedido perdón por nada, y siguen disfrutando del fruto de sus crímenes en toda impunidad, actualmente con la bendición “democrática” del Pnv y Cía. Cobran pensiones individuales y familiares por servicios prestados, siguen disfrutando de sus cargos, honores y sinecuras, y asesinando o torturando a civiles indefensos y desarmados: ahora por su propia cuenta como antes lo hicieron a las órdenes del Dictador. La santificación del Imperialismo y el Fascismo, la exaltación de los asesinos y la culpabilización de sus víctimas, ocupan un lugar preferente en la estructura del Segundo Franquismo, que ha consolidado la obra del Primero.
Los fascistas españoles: los matriculados y los camuflados de “socialistas/comunistas”, que emplean hipócritamente y sin interrupción la fórmula “nosotros los demócratas” con la esperanza de que – a fuerza de repetirlo – sus víctimas se lo crean (e incluso que ellos mismos acaben creyéndoselo), han hecho de tal apelación el condicionante de reflejos psico-fisiológicos de repugnancia y rechazo, revulsión, náuseas y vómitos, que la confusión inducida por la propaganda monopolista hace más nocivos todavía.
Etc.
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