La auténtica oposición democrática vasca, frente al discurso de la “oposición” recuperada

(Texto publicado inicialmente el 6-Septiembre-2019.)


La auténtica oposición democrática vasca, frente al discurso de la “oposición” recuperada


Según la información que Gara difundía ayer (5-IX-2019), tras la reunión mantenida en Madrid el pasado día 4 por los burukide del Pnv Andoni Ortuzar y Aitor Esteban, con el máximo dirigente de Falange-PsoE, Pedro Sánchez y con su secretario de Organización José Luis Ábalos, este portavoz del neo-falangismo “destacó [en su rueda de prensa posterior a la reunión] su confianza en un Pnv que – ha subrayado – ‘siempre ha contribuido a la gobernabilidad de España’.” Un poco más adelante, la reseña periodística sobre esa rueda de prensa reiteraba la afirmación del mencionado portavoz, esta vez en estos términos: “están [los burócratas Pnv] comprometidos con la gobernabilidad” de España.

Este innegable – y abiertamente reconocido sin complejos por los mismos jeltzale – “compromiso con la gobernabilidad y estabilidad de España” es absolutamente contradictorio con cualquier pretensión de liberación nacional de su régimen de ocupación militar sobre nuestro Pueblo y Estado; un régimen imperialista y fascista que desde 1977-79 la burocracia liquidacionista Pnv-Eta reconoce por el contrario como “legítimo, no-violento y democrático”. Esto es patéticamente compartido también por la llamada “izquierda abertzale”, ahora en favor del así llamado “gobierno español de izquierdas”, es decir: de Falange-PsoE y sus cómplices social-imperialistas. Según asegura con estúpida satisfacción esta pretendida “izquierda abertzale”, con ellos “la derecha nunca gobernará”; lo que – según imaginan – debe de ser demoledor y tener consternado y aturdido al imperialismo español sobre el Pueblo Vasco, por las negras previsiones que ello le augura.

Mientras tanto, la alianza en “el gobierno de Euskadi y el de Navarra”: formada también entre el Pnv y Falange-PsoE (partido éste al que también los “radicales” apoyan sin reservas y a cambio de nada), les asegura a los aliados el reparto y la alternancia de cargos y sueldos/chollos de la administración “autonómica” local; a lo cual la ex-presidente Barkos, ante la televisión española que llaman euskal telebista y con su cara – dura – concentrada, grave y aparentando duros esfuerzos intelectuales: como si estuviera entrando en profundos análisis, lo llama “garantizar la estabilidad institucional”; es decir: garantizar el “funcionamiento institucional normalizado, legítimo y democrático” de la criminal ocupación militar de nuestro País y Estado por Francespaña. Esa alianza asegura también de paso un largo ostracismo en el acceso a esos enchufes para la llamada “izquierda abertzale”; cuya “dirección”: absolutamente noqueada, parece incapaz de comprender el perverso juego que la situación instaurada por esos tahúres ante sus mismas narices implica para el País y para la propia “izquierda abertzale”. Es necesario, por tanto, hacer una serie de consideraciones sobre todo esto.

Los criminales mecanismos de que se vale y ha valido siempre el imperialismo español y francés – monárquico o republicano, “de derechas” o “de izquierdas” – para asegurar su dominación sobre nuestro País, consisten en primer lugar en la agresión militar y la ocupación armada, y en la subsiguiente represión pura y simple, nunca abandonada y jamás reprobada, de los derechos humanos fundamentales (DDHH) y ante todo del derecho de autodeterminación (DA) o independencia de todos los Pueblos: primero de los DDHH y condición previa de todos ellos. El Terrorismo de Estado es el inevitable componente del sistema de dominación imperialista sobre un Pueblo y su Estado allí donde la sumisión es incompleta, y la resistencia, endémica; con la prisión, tortura y asesinato de la oposición democrática como su inevitable y reveladora consecuencia.

(La tortura es una “institución” inseparable del despotismo, y revela de por sí y sin más la naturaleza terrorista y criminal de una actividad o de un régimen políticos, sea cual sea su pretendida adscripción ideológica. El imperialismo colonialista, y la continuación del imperialismo, son crímenes incompatibles con los DDHH y con toda auténtica Democracia. Queda para el recto criterio de los que en este País han sido torturados, perseguidos, desterrados o despreciados por el imperialismo-colonialismo franco-hispano contra el Pueblo Vasco, así como para el de los sucesores de quienes desde hace doce siglos han sido además asesinados, la valoración de la reciente afirmación: “[...] es obvio que ni Catalunya ni Euskal Herria han sufrido ni sufren una situación ‘colonial’ en los términos de la de América central y del sur, por ejemplo”; afirmación realizada por un conocido miembro de la “izquierda abertzale” desde Gara.)

A partir de la ocupación armada y el Terrorismo imperialistas sobre el Pueblo y el Estado ocupados, viene a continuación la difusión de la ideología imperialista. “La ideología es la determinación del comportamiento social por medio de las ideas.” (Iñaki Aginaga.) El régimen imperialista ha impuesto en nuestro País su sistema ideológico de forma brutal durante siglos y generaciones: desde la primera infancia hasta la edad adulta, mediante sus monopolios de propaganda protegidos por su monopolio de la Violencia criminal, en una sistemática tarea de desnacionalización y alienación a la que los agentes del imperialismo llaman “Educación Nacional”, “Formación del Espíritu Nacional”, o – más recientemente – “Educación para la Ciudadanía”.

Además de esta labor ideológica/represiva de sus agentes oficiales y declarados, destinada a toda la población en general, está también la tarea que los agentes auxiliares del imperialismo deben realizar – normalmente camuflados como “republicanos o de izquierda” – entre la oposición política y la “élite” del Pueblo sometido: se trata del social-imperialismo, complementario del imperialismo oficial. Son precisamente éstos, por su carácter de pretendida “oposición”, los que le dan al imperialismo una mayor amplitud y penetración entre los Pueblos dominados y los que tienen encomendada precisamente la tarea de conseguir la neutralización política de su Resistencia; cosa que el imperialismo oficial y declarado tiene más dificultad en lograr entre quienes obviamente lo aborrecen.

La labor de estos agentes imperialistas “republicanos o de izquierda” etc. consiste en presentarse como comprensivos “aliados” de la Resistencia Nacional del Pueblo Vasco, a la que plantean la necesidad de abandonar sus posiciones anti-imperialistas como condición para lograr “la unidad de todos los demócratas”: burda falsificación que esconde el hecho de que no hay ni puede haber demócratas ni democracia que no partan de la previa instauración de los DDHH y la abolición del imperialismo, mediante la incondicional e inmediata retirada de sus fuerzas de ocupación y la independencia de las Naciones y Estados sojuzgados, en nuestro caso la independencia e integridad del Pueblo Vasco y de su Estado, el Reino de Nabarra; lo cual es precisamente lo que esos agentes “republicanos o de izquierda”: auxiliares del imperialismo republicano y/o monárquico de Francespaña, tienen la misión de evitar.

(Respecto a las falsificaciones ideológicas difundidas sobre la mistificación específicamente “republicana”, véase el artículo ‘Frente al imperialismo republicano: derecho de autodeterminación’, publicado en el blog de Nabarra-ko Erresuma el 12-Febrero-2021.)

Por tanto, deben ante todo ocultar y combatir la evidencia de que España y Francia no son “unidades nacionales homogéneas” sino que por el contrario son “naciones” imperiales, cáceles de Pueblos y Estados, y que sólo mediante las armas y los incontables crímenes cometidos en nombre de ellas ha sido posible imponer a lo largo de los siglos su “unidad” ficticia y totalitaria sobre otros Pueblos y Estados limítrofes a los que han sojuzgado y siguen sojuzgando. Y para conseguir ese objetivo de ocultación y falsificación, deben como es natural neutralizar toda ideología democrática e incluso toda noción histórica correcta sobre lo realmente sucedido, al objeto de evitar que esos instrumentos puedan dar sostén a la Resistencia Nacional y democrática de las Naciones dominadas. Como antes se ha apuntado, está claro que algunas veces lo consiguen.

Esa neutralización ideológica de la Resistencia Nacional de los Pueblos sojuzgados bajo el imperialismo colonialista es el mecanismo ideológico-político que se denomina “recuperación” de la oposición democrática, realizada en favor del mantenimiento y consolidación de las posiciones del imperialismo. Se trata de un mecanismo complejo que básicamente consiste en conseguir que la oposición democrática auto-limite su discurso a niveles y objetivos aparentemente “democráticos y de conquistas sociales”, que resulten tolerables y no sean incompatibles para la continuidad del imperialismo. Pero el imperialismo es, por naturaleza, incompatible con la convivencia pacífica y con toda auténtica democracia.

El imperialismo es la negación de la Autodeterminación de los Pueblos, y por tanto es: por su naturaleza, por su esencia y su misma existencia, incompatible con la convivencia pacífica entre los Pueblos y los Estados, y con toda democracia. Con el imperialismo “se refuerzan particularmente la opresión nacional y la tendencia a las anexiones, es decir: a la violación de la independencia nacional”. “El imperialismo conduce a las anexiones, al refuerzo del yugo internacional y – a partir de él – a la exasperación de la resistencia.” “Por muchas vueltas que se le dé, no podréis escapar a esta conclusión: la anexión es una violación de la autodeterminación de una nación, es el establecimiento de las fronteras de un Estado en contra de la voluntad del pueblo.” (V. Lenin.)

El sojuzgamiento de un Pueblo, y la ocupación y anexión de un Estado legítima y libremente establecido en conformidad con el principio de la Autodeterminación o Independencia de los Pueblos, o de parte de él, por otro Estado: lo cual constituye la naturaleza misma del imperialismo, es una agresión permanente, una cadena continua, interminable e inmanente de crímenes, conflicto, opresión, persecución y terrorismo que jamás pueden prescribir.

El imperialismo no puede ser reformado; su única reforma posible es su abolición total mediante la Autodeterminación o Independencia incondicional e inmediata de los Pueblos sojuzgados, y mediante la independencia e integridad de sus Estados libre y legítimamente constituidos sobre el principio de la Autodeterminación de los Pueblos. ¡Fuera las fuerzas de ocupación! de todos los Territorios y los Estados anexados, es el único camino para una solución democrática al imperialismo.

Para impedir que esto ocurra, los agentes ideológicos del imperialismo deben procurar que la oposición democrática incorpore insuficiencias teóricas graves, las cuales pueden ser bien primarias o innatas, por una carencia originaria de cualificación; o bien secundarias o inducidas, debidas a la confusión deliberadamente introducida en ella por esos agentes. En tales condiciones, como es obvio, una oposición democrática que deviene incapaz, por equivocada y/o manipulada, se degrada y desemboca en el oportunismo, el infantilismo, el tremendismo etc.; todo lo cual la hace inoperativa y permite que quede recuperada por el régimen imperialista y sea por tanto inocua para él.

“La ideología es inicialmente un invento de los fuertes y dominadores” para asegurarse su opresión sobre los débiles y dominados mediante el engaño (origen divino de la autoridad etc.), el condicionamiento y el control de sus ideas; un invento “revisado posteriormente por los débiles para confortar sus propias aspiraciones de emancipación”. El objetivo de la batalla ideológica de los oprimidos consiste por tanto en desenmascarar las falsificaciones ideológicas (teóricas, históricas y sociológicas) sobre las que está instaurado – y que como es natural difunde – el imperialismo. Tras los crímenes y la represión contra el Pueblo y su resistencia democrática, es, por tanto en el terreno ideológico donde actúa el mecanismo imperialista de destrucción de toda oposición o disidencia política; oposición que queda así neutralizada: recuperada, si no es capaz de superar un nivel de análisis mínimo, y de transformar su fuerza política primaria de base en estructuras organizativas secundarias, con la cualificación ideológico-estratégica como condición ineludible.

Ahora bien, toda formulación de un discurso aparentemente crítico contra un régimen imperialista: “a la contra”, pero que en todo momento elude absolutamente hacer la afirmación neta, inequívoca y terminante de su carácter imperialista, y por tanto de su naturaleza radical e irremediablemente criminal, totalitaria y anti-democrática (incluso fascista, por su imposición a través de la violencia de su policía o de su código penal que en última instancia implican cárcel y represión), es un discurso de nivel infrastratégico que fatalmente resulta recuperado e integrado: neutralizado por el propio régimen imperialista. Y ello es así al margen de que quien formula ese discurso crea estar realizando una crítica potente contra el régimen; de hecho, el mecanismo de recuperación de la oposición opera de forma tanto más eficaz cuanto más sinceramente ese discurso manifieste estar oponiéndose al imperialismo, con la única condición de que de todas formas lo haga de forma infrastratégica.

Es más: en tal caso el régimen resulta incluso reforzado por ese discurso, debido a la neutralización/recuperación dentro de su seno de sectores sociales críticos que, siendo objetivamente contrarios a él, son sin embargo incapaces de salir de su órbita y de plantear una formulación estratégica que sea irrecuperable e irreconciliable para el sistema imperialista, contentándose por el contrario con ese discurso inocuo para el sistema y permaneciendo fatalmente en sus aledaños; lo cual siempre es un mal menor para él, puesto que le permite seguir maniobrando, cubriéndose y camuflándose interminablemente ante esas críticas parciales: que no son incompatibles con el régimen y que encima le proporcionan una apariencia de “pluralismo y tolerancia”.

Así pues, lo único que evita la recuperación y consiguiente neutralización de la oposición democrática por parte del imperialismo y sus agentes es la suficiente cualificación ideológico-estratégica de aquélla. Si la falta de cualificación es simplemente debida a insuficiencias teóricas primarias, en militantes que por lo demás están sincera y vitalmente comprometidos con la causa de la democracia y por tanto de la defensa de los DDHH y en primer lugar del DA o de independencia nacional: cuestiones todas ellas absolutamente indisociables, ese problema, aun siendo importante (puesto que la corrupción – primero económica y a continuación “intelectual” – está siempre presente para todo aquél que desee aceptarla), aun así no es irresoluble. Sin embargo, esto se complica en los sectores infra-cualificados del Pueblo sojuzgado que han sido además ideológicamente infiltrados y encuadrados por agentes y formaciones “autóctonos” que, utilizando nombres y etiquetas pretendidamente “republicanas, socialistas y progresistas vascas”, están no obstante al servicio del imperialismo franco-español y de su continuidad mediante la ocupación militar de nuestro País y de nuestro Estado, el Reino de Nabarra; una ocupación militar que obviamente esos agentes se niegan a denunciar.

Dichos agentes y formaciones son los indígenas quintacolumnistas auxiliares del Nacional-socialismo y el social-imperialismo español y francés, infiltrados entre la oposición nacional y democrática de nuestro Pueblo. A estos agentes Renegados indígenas, su propia alienación y su fanático dogmatismo – pretendidamente “de clase y socialista” – los hace inasequibles a cualquier análisis teórico no distorsionado por la prioridad del Nacionalismo imperialista franco-español (al que ciegamente sirven y que ni siquiera perciben como tal), y a la simple constatación de las realidades sociológicas más fundamentales sobre nuestro Pueblo y su Estado. Todo lo cual los lleva a la negación de su propio Pueblo y de su Estado histórica y libremente constituido: el Reino de Nabarra, ocupados y sojuzgados ambos por el imperialismo hispano-francés; un imperialismo que ellos admiten, defienden y presentan como “legítimo, no-violento y democrático”. ¡Con tanto más motivo, puesto que los mismos y oficiales “nacionalistas vascos moderados y radicales” también lo admiten como tal!

Dada la actual integración de esos agentes “republicanos” y social-imperialistas indígenas (que declaradamente se confiesan españoles – o franceses – y se integran en partidos que se auto-proclaman españoles o franceses) en el imperialismo oficial del régimen y la monarquía franquista de la “transición” intra-totalitaria: con cuyas posiciones colonialistas opuestas al DA y a la independencia de los Pueblos coinciden de forma total y desvergonzada, su desenmascaramiento ante el Pueblo es un objetivo que, a diferencia del pasado (cuando su camuflaje frente al arqueo-fascismo del Primer Franquismo era más eficaz), afortunadamente no plantea grandes dificultades. El Pueblo y los trabajadores vascos, a quienes han tratado siempre de engañar con su falsa verborrea “republicana, socialista o comunista, tienen ya una larga experiencia de ellos, y se han cualificado debidamente al respecto. Para saber qué son realmente esos agentes, sólo necesitan comprobar su coincidencia absoluta con el fascismo franco-español oficial en todo lo que es su posición fundamental, a saber: el mantenimiento de su dominación imperialista y de sus fuerzas de ocupación sobre nuestro País (que es el punto clave de su dispositivo estratégico, sin el cual las franquicias locales de los partidos imperialistas metropolitanos no son nada), y su negación del DA del Pueblo Vasco y de su Estado, el Reino de Nabarra, como agentes de derecho internacional en pie de igualdad con otros Pueblos y Estados. Una vez comprobada esta total y fundamental coincidencia del social-imperialismo con el fascismo, no es necesario indagar nada más sobre ellos.

Pero, por desgracia, las organizaciones Nacional-socialistas, Nacional-comunistas y social-imperialistas en el País Vasco peninsular (a saber: Falange-PsoE y sus hijuelas), que sinceramente se llaman a sí mismas españolas y que mantienen las mencionadas posiciones del imperialismo fascista en su versión Franquista transitiva, siguen siendo apoyadas como siempre: en contra del País y de las auténticas organizaciones de trabajadores vascos, por la burocracia liquidacionista de un Partido que se auto-denomina “nacionalista vasco”, el cual los conforta y camufla ante el Pueblo llamándolos “los socialistas vascos”. (También a los fascistas declarados y matriculados: pertenecientes al Partido Franquista en su versión tradicional, los llaman “los populares vascos”; todos ellos “populares, vascos y demócratas de toda la vida”, por supuesto.)

Esta burocracia mafiosa Pnv que ha confiscado ese Partido, debido a su irremediable pulsión autoritaria a monopolizar el “nacionalismo” vasco (y por tanto a su total rechazo de toda democracia interna y de cualquier tendencia vasca que no pudiera ser controlada por ella), prefirió siempre potenciar organizaciones supuestamente “socialistas y obreras”, siempre que fueran españolas (Falange-PsoE-Ugt), antes que permitir que existiera una organización de trabajadores realmente vasca pero realmente independiente y que quedara fuera de su control. Unos y otros estuvieron siempre absolutamente de acuerdo en ese reparto de monopolios, según el cual las únicas organizaciones de trabajadores de carácter “socialista y de clase” eran las del PsoE (actualmente a través de sus franquicias locales), es decir: españolas; y a su vez, los trabajadores vascos podrían tener sus propias organizaciones al margen del monopolio “socialista” español, pero siempre que se declararan “nacionalistas y burguesas”, que estuvieran bajo el control real de la burocracia Pnv, y aceptaran por tanto toda la confusión ideológica y la división y debilidad políticas que de ello se derivaba para la liberación del País.

Es decir, el acuerdo entre ellos era claro (como sigue siéndolo hoy): la burocracia Pnv veía bien que un trabajador vasco pudiera declararse “socialista”, siempre que fuera del PsoE (o sea, español); y a su vez la burocracia Falange-PsoE-Ugt admitía que un trabajador pudiera ser “nacionalista” vasco, a condición de que admitiera su condición de “burgués” y del Pnv. Lo que se escapara de esa trampa quedaba entendido que sólo podía ser del Eta: en constante equilibrio inestable y abocado a un fatal desenlace; y el acuerdo sobre esto era también total entre todos ellos, el Eta incluido. Afortunadamente para el País, hubo quienes se negaron a aceptar esa trampa, al igual que se han negado a aceptar todo lo que a consecuencia de ella ha venido después.

La sumisión de la burocracia liquidacionista Pnv al Nacional-socialismo y social-imperialismo español de Falange-PsoE (y sus franquicias y camuflajes locales), fue siempre total. Esto la llevó al sabotaje de la Resistencia Nacional: realizado por su participación total en el proyecto de salvación y desarrollo del imperialismo fascista español y de su Estado unitario (cuya continuidad y moratoria habían sido acordadas en los Pactos de París y de Múnich); y por tanto también a la liquidación del Gobierno Vasco en el exilio, que era incompatible con dicho proyecto, para poder así incorporarse al plan de “la transición democrática” pactado con la “oposición” española. Un plan que cristalizó en 1977 con el monumental engaño de “la transición”, continuando en ese camino y bloqueando toda auténtica política de liberación nacional vasca hasta el día de hoy.

Los sectores del Pueblo Vasco que aún creen en estos hipócritas, desaprensivos, lunáticos y/o incapaces que a sí mismos se llaman “nacionalistas vascos”: a pesar de que se han integrado ellos mismos y han integrado al País totalmente en el régimen imperialista y fascista español (el cual niega absolutamente el Pueblo y el Estado Vascos, que afirma por el contrario el único pueblo y Estado españoles, y que aun así los burócratas Pnv siguen considerándolo como “legítimo, no-violento y democrático”), tendrán que sacar sus propias conclusiones, si no quieren verse permanentemente burlados por esos farsantes. Porque esto es lo que han hecho siempre, y en primer lugar lo hicieron con quienes dieron la vida – en los campos de batalla frente al Fascismo español e internacional, y en las ciudades aplastadas bajo sus bombas – creyendo que luchaban por “la Patria de los Vascos”, cuando está claro que a estos traidores: que han confiscado en su beneficio el “nacionalismo vasco”, les basta con una “región autónoma” de España (a la que llaman “Euskadi”), formada por tres provincias de lo que llaman “el Estado” (español, es superfluo decirlo), en la que ellos puedan tener su “plato de lentejas, pero con tropezones y sacramentos”, según recientemente proclamaba Ortuzar con toda desvergüenza para desacreditar – innecesariamente – a la llamada “izquierda abertzale”.

Esta banda burocrática-liquidacionista Pnv está integrada por colaboracionistas, oportunistas y/o lunáticos cuyas traiciones y dejaciones estratégicas, y/o falta de cualificación ideológico-política, los lleva a mantener – bien sea de forma ignorante pero en algún grado confusamente sincera; o maliciosa e hipócrita – que las “astucias y el ingenio tácticos” son lo fundamental (para preservar su propio bolsillo); siendo en cambio el mantenimiento de los principios fundamentales algo de lo que se puede prescindir y que es posible ignorar sin que se produzca, como fatal e inevitablemente ocurre en la realidad, el completo desastre para un Pueblo y un Estado pequeños frente a sus predadores históricos: incomparablemente mayores y dispuestos siempre a liquidarlo, como es nuestro caso. Más aún, en esas circunstancias eso ocurre así no sólo para los objetivos estratégicos y fundamentales del País, que ellos abandonaron hace ya sesenta años, sino también para sus propios objetivos tácticos y secundarios, como al final se comprueba siempre en estos casos.

Pero, desde hace cuarenta años, la burocracia liquidacionista “moderada” Pnv cuenta además con la similar traición y el embrutecimiento de la burocracia de los “radicales”·de la llamada “izquierda abertzale”, que ha reconocido igualmente el régimen fascista de ocupación militar como “democrático” etc. y se ha integrado en él, y que encima secunda de forma obtusa y suicida el eterno “plan Pnv-PsoE” para este País; compitiendo estúpidamente, como estos días estamos viendo, con la burocracia Pnv en su apoyo – ¡gratuito e incondicional! – a Falange-PsoE mientras éste (que tiene claras sus preferencias) no se priva de recordar públicamente a todo aquél que quiera escucharlo que jamás aceptarán el DA de los Pueblos. En definitiva, la posición que ha adoptado la burocracia de la llamada “izquierda abertzale” es simplemente suicida y además absurda.

Veamos. Mientras mantuvieron su “programa” expresado en el slogan “bietan jarrai”, esto es: el mantenimiento de la “lucha armada”, por un lado, y la “lucha institucional”, por el otro (o sea: el binomio formado por los atentados y el colaboracionismo institucional), su diferenciación con el “programa” de la burocracia Pnv – aunque esa diferenciación estuviera basada, como lo estaba, en el delirio “activista” mantenido durante cincuenta años – quedaba clara y era innegable. Porque, mientras el Pnv oficial ofrecía desde 1977 sólo el colaboracionismo institucional “para hacer oír la voz de Euskadi en Madrid”, la “izquierda abertzale” presentaba desde 1979 ese mismo colaboracionismo y además los atentados del Eta: no puede negarse que había una diferencia fundamental entre ellos. Pero, tras la capitulación “militar” del Eta – después de haber capitulado ya electoral y realmente en 1979 – y con el abandono de los atentados, la diferenciación de la llamada “izquierda abertzale” con el Pnv se desvanece.

Por lo tanto, la “izquierda abertzale”: que se presenta como un Partido “respetable y de orden” centrado exclusivamente en la presencia en y aceptación de “las instituciones”, se ha convertido simplemente en un Pnv-bis: otro más de los que salieron de él; pero, puestos en esa tesitura y a la larga, entre el original y la copia la gente prefiere siempre el original, esto por una parte.

Y por la otra, si esto es España y aquí no hay imperialismo ni Pueblo y Estado Vascos sojuzgados; y si el régimen, sus instituciones y sus partidos son todos democráticos, según la llamada “izquierda abertzale” reconoce y preconiza (con la excepción de lo que ellos llaman “la ultra-derecha”, consiguiendo así que la auténtica y única ultra-derecha real de siempre aparezca como “el centro”), entonces su propia pretensión de ser un partido “de izquierdas”, cuando ya existe el Partido Nacional-socialista obrero Español/Ugt-Falange-PsoE (junto con sus franquicias locales y sus diversos avatares social-imperialistas), se convierte en una pretensión vana. Una ilusión constantemente saboteada, además, por la burocracia Pnv, que le siega sistemáticamente la hierba bajo los pies por su permanente e histórica alianza estructural con Falange-PsoE, es decir, con “los socialistas vascos”: esos mismos a los que esa pretendida “izquierda abertzale” ha decidido apoyar incondicionalmente. Con lo cual, este abnegado y pregonado apoyo de la “izquierda abertzale” hacia Falange-PsoE es un ridículo patético y de dimensiones monumentales realizado ante todo el mundo, mientras la propia “izquierda abertzale” se pone la soga al cuello. Su desorientación y manipulación desde instancias externas a nuestro País son clamorosas.

Así pues, frente a las posiciones de esta banda mafiosa y/o incompetente formada por la burocracia liquidacionista Pnv-Eta y sus satélites, es preciso denunciar ante el Pueblo Vasco los miserables cambalaches de tales sujetos, y afirmar una vez más los dos principios fundamentales que integran el discurso de un Movimiento Vasco de Resistencia y Salvación Nacional; el cual, deshaciéndose de esas burocracias formadas por traidores, sinvergüenzas, colaboracionistas y/o insignes nulidades, deberá integrar a todas las fuerzas de oposición democrática consecuente.

Es preciso repetirlo: el imperialismo es la lucha de clases a nivel internacional, es la dominación y explotación de un País por otro; y el imperialismo Nacionalista: esencia del imperialismo de España y de Francia, consiste además en la destrucción de las Naciones que dominan y en la imposición sobre ellas de los caracteres nacionales de esas Naciones opresoras. Por lo tanto, y en estas condiciones, en un País sojuzgado bajo un régimen Nacional-imperialista y fascista de ocupación militar, como es nuestro caso, sólo caben dos Partidos reales: el de la integración al criminal poder totalitario, por un lado, que se apoya en las fuerzas militares de ocupación y que eventualmente se camufla como “democrático, socialista y de progreso” tras una fachada de cartón-piedra o siglas que ocultan la auténtica realidad; y el de la Resistencia, por el otro.

Quienes debilitan a nuestro País fomentando una división partidista interna: cuya única finalidad real es alimentar opíparamente “con sacramentos y tropezones” y proporcionar una cómoda forma de vida a unas burocracias de inútiles y traidores, están trabajando para favorecer el partido de la integración totalitaria de nuestro Pueblo y Estado en España y Francia; esto es la constatación de un hecho, y es incontrovertible. Sólo tras la liberación del imperialismo, y una vez que su independencia está consolidada, puede un País sojuzgado permitirse la división partidista en sus propias ELECCIONES LIBRES. Hasta entonces, su discurso de oposición debe estar basado en dos principios que, siendo el fundamento mismo de toda auténtica democracia, Y PRECISAMENTE POR SERLO, son irrecuperables e inasumibles por el imperialismo y sus agentes ideológicos y políticos: abiertos o encubiertos; pero que por el contrario son absoluta e inmediatamente asumibles por todas sus fuerzas de oposición democrática, unidas unánimemente en un Movimiento de Resistencia Nacional. Esos principios son y sólo pueden ser los siguientes:

1/ Afirmación del derecho internacional de autodeterminación del Pueblo Vasco. Un derecho que es originario, fundamental, inherente, inmediato, incondicional, continuo, permanente, inalienable, irrenunciable e imprescriptible para todos los Pueblos; que es la misma cosa que su libre disposición o independencia inmediata contra/frente a cualquier dominación o intromisión política extranjera constituida por el imperialismo; que ha sido reconocido – no constituido – por el derecho internacional de las Naciones Unidas como el primero de los derechos humanos fundamentales y la condición previa de todos ellos; y cuyo corolario y aplicación práctica consiste en la exigencia de evacuación incondicional e inmediata de todas las fuerzas de ocupación y de todo el aparato de sojuzgamiento imperial-colonialista de las Potencias ocupantes, España y Francia, fuera de los Territorios históricos del Pueblo Vasco y de su Estado; y

2/ Afirmación de la continuidad, vigencia y actualidad de su propio Estado histórico, libérrimamente constituido sobre una confederación de Repúblicas, Condados y Señoríos vascónicos reunida en torno al Reino de Pamplona: “el Reino de los Vascos”, al que sucedió el Reino de Nabarra, el cual sigue siendo en la actualidad el único Estado del Pueblo Vasco, al que jamás ha renunciado ni ha admitido ni reconocido nunca ningún otro. Su necesaria consecuencia implica EL NO-RECONOCIMIENTO Y LA DENUNCIA constantes e incesantes de los Estados ocupantes: España y Francia, y de sus regímenes totalitarios de ocupación militar, como criminales, imperialistas, colonialistas y fascistas.

Simultáneamente y mientras tanto, es preciso mantener un BOYCOTT TOTAL:

– a toda colaboración con quienes, por rechazar en la teoría o en la práctica uno o ambos principios fundamentales antes citados, forman objetivamente – algunos incluso de forma subjetiva y confesada – parte del imperialismo; y

– a toda participación, tanto en las instituciones del régimen imperialista-colonialista de Francespaña y especialmente en sus monopolios jurídicos o “parlamentos”: Parlamento francés y Cortes Generales españolas (establecidos a lo largo de los siglos mediante el Monopolio de la Violencia criminal y el Terror de guerra y de Estado, e imprescriptibles crímenes constitutivos); así como en sus “elecciones generales” totalitarias que “legitiman” todo ello.

¡DERECHO DE AUTODETERMINACION O INDEPENDENCIA NACIONAL INCONDICIONAL E INMEDIATA DEL PUEBLO VASCO / EUSKAL HERRIA!


¡REINO DE NABARRA: EL ESTADO DEL PUEBLO VASCO / EUSKAL HERRIA!


¡Ejército de ocupación ni con música!

¡España ni con república! ¡Francia ni con monarquía!


¡BOYCOTT TOTAL LOS IMPERIALISTAS FASCISTAS,SU RÉGIMEN DE OCUPACIÓN MILITAR!  –  ALDE HEMENDIK!


¡¡¡VIVA EL PUEBLO VASCO LIBRE!!! – GORA EUSKAL HERRI ASKEA!!!

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