La Asamblea Nacional Catalana-ANC aprueba una nueva hoja de ruta para la independencia
La Asamblea Nacional Catalana-ANC aprueba una nueva hoja de ruta para la independencia
Según publica VilaWeb en su titular el pasado día 25 de Enero, “La hoja de ruta de la ANC propone hacer la independencia de aquí a tres años”, señalando a continuación que dicha entidad “ha presentado esta mañana la nueva hoja de ruta, que propone un plan para hacer la independencia de Catalunya en las elecciones al Parlament [Catalán] el año 2028”.
Continúa diciendo la publicación citada que ese acto de presentación se realizó en el Ateneo Barcelonés; y en ese acto, miembros del Secretariado Nacional – con el Presidente de la Asamblea, Lluis Llach, a la cabeza – presentaron “un documento estratégico que había sido aprobado el pasado día 20 de Enero con el apoyo del 83%”. Según afirmaron, se trata de “una estrategia viable y creíble” para lograr la independencia, puesto que “Para combatir los nefastos efectos de ser un país [militarmente] ocupado, la independencia es la única solución”.
Por supuesto, nosotros jamás hemos dudado de que eso es así: que la independencia es la única solución para nuestros Países, y de hecho así lo repetimos constantemente para el nuestro; por lo que no podemos sino celebrar sinceramente esta noticia. De todos modos, dadas las negativas circunstancias y experiencias que concurren en nuestros Países desde hace mucho tiempo, nos vemos obligados a hacer algunas observaciones al respecto que consideramos necesarias.
Efectivamente, según se afirma en la reseña indicada, dicha hoja de ruta “apunta también a la necesidad de conseguir una mayoría electoral [que esté] determinada a hacer efectiva la independencia en el próximo ciclo electoral, y esboza una profunda regeneración democrática para conseguirlo”. Y dice que, a tal efecto, “La Asamblea quiere reforzar el espacio de coordinación entre las entidades y los partidos independentistas, y propone a los partidos independentistas una compartida ‘Agenda para la independencia’, y la exclusión de los pactos con partidos españolistas, que estabilizan el estado español”. Con todo ello: incluido lo del “próximo ciclo electoral” (siempre que no se trate del “próximo siglo electoral”), no podemos estar más de acuerdo.
Sin embargo, la primera cuestión que se plantea inmediatamente es cómo va a conseguirse esa “mayoría electoral [que se manifiesta] determinada a hacer efectiva la independencia”, si ocurre que los aludidos “partidos independentistas” catalanes van a esas elecciones por separado dividiendo el voto independentista. Ante esa eventualidad, ¿tiene la ANC previsto algo para impedir que esos partidos supuestamente independentistas – en realidad sus burocracias, que los han confiscado en su propio beneficio – decidan concurrir a las elecciones catalanas por separado? Porque, si ocurre que no puede impedirlo y finalmente van por separado, está claro que no podrá lograrse esa indicada “mayoría electoral determinada a hacer efectiva la independencia”. (Véase, a este respecto, el texto ‘Nuestra posición ante las elecciones locales y territoriales en nuestro País’, publicado en Español, Euskara, Francés e Inglés el 20-Marzo-2023.)
Por otra parte, si – para empezar – la ANC no puede impedir que esos pre-señalados y auto-proclamados “partidos independentistas catalanes” produzcan el divisionismo electoral del Pueblo Catalán, ¿cómo va a impedir después que esos supuestos “partidos independentistas catalanes” establezcan a continuación alianzas con los que esa Asamblea llama “partidos españolistas”? Pero en realidad esto nos retrotrae a una cuestión previa, a saber: ¿cómo se define cuáles son en Catalunya los partidos catalanes independentistas, y cuáles los españoles – incluso si tienen nombre catalán – y por tanto imperialistas (y no meramente “españolistas”), si no se establecen previamente las posiciones fundamentales y mínimas cuya aceptación o rechazo determina inequívoca y forzosamente cuáles son unos y otros?
Es decir, que hay que empezar estableciendo esa base mínima, ese mínimo común denominador material y real cuya aceptación o rechazo determina quién es quién por encima de simples declaraciones retóricas: ya sean sinceras o fingidas pero en cualquier caso retóricas, si no van acompañadas de un consecuente “posicionamiento concreto ante la realidad concreta”, aquí y ahora. Y para el Pueblo Catalán (al igual que, mutatis mutandis, ocurre con el Pueblo Vasco), sojuzgado bajo la ocupación militar imperialista franco-española, las posiciones mínimas pero suficientes cuya aceptación determina el alineamiento fundamental en contra del imperialismo son de forma resumida las siguientes:
1/ Afirmación del derecho internacional, originario, imprescriptible e irrenunciable de libertad, LIBRE disposición, independencia nacional o autodeterminación del Pueblo Catalán.
Su corolario y aplicación práctica consiste, como requisito ineludible para su realización, en la EXIGENCIA DE EVACUACIÓN INCONDICIONAL E INMEDIATA de todas las fuerzas de ocupación y de todo el aparato de sojuzgamiento imperial-colonialista de las Potencias ocupantes: España y Francia, FUERA de los Territorios históricos del Pueblo Catalán y de su Estado (y no, ciertamente, en la realización de lo que llaman “un referéndum de autodeterminación”, realizado bajo las condiciones establecidas durante siglos por el imperialismo). Y
2/ Afirmación de la continuidad, vigencia y actualidad del Estado propio: el Principado de Catalunya.
Su necesaria consecuencia implica EL NO-RECONOCIMIENTO Y LA DENUNCIA constantes e incesantes de los Estados ocupantes: el “Reino de España” y la “República francesa”, y de sus regímenes totalitarios de ocupación militar, como criminales, imperialistas, colonialistas y fascistas, y no como los propios, no-Nacionalistas, no-violentos, legítimos y democráticos, según está haciendo hasta el día de hoy la pretendida “clase política oficial catalana”.
Por supuesto, mientras mientras el imperialismo franco-español no retira sus fuerzas de ocupación militar de nuestros Países (dado que ellas CONSTITUYEN el elemento esencial y fundamental de su dispositivo estratégico de dominación imperialista, sin el cual todo su sistema se desploma), y puesto que no es posible hacer una política anti-imperialista con el concurso de imperialistas y fascistas: los agentes quinta-columnistas al servicio de ese imperialismo infiltrados entre los sojuzgados Pueblos Catalán y Vasco (agentes que, mientras se niegan a asumir públicamente ese principio de doble afirmación nacional y estatal de nuestros Pueblos y sus respectivos Estados, el Principado de Catalunya y el Reino de Nabarra, afirman por el contrario como legítimo el pretendido “derecho de imperialismo y de ocupación militar” de España y Francia sobre nuestros Pueblos y Estados); mientras todo ello siga así, decimos, el corolario y la aplicación práctica de ese principio implica mantener un BOYCOTT TOTAL:
– a toda colaboración con toda persona individual o colectiva que, por rechazar – o negarse a asumir públicamente – ya sea en todo o en parte, en la teoría o en la práctica una o ambas afirmaciones fundamentales citadas, forman objetivamente – algunos incluso de forma subjetiva y confesa – parte del imperialismo franco-español; y
– a toda participación tanto en las instituciones del régimen colonialista y fascista franco-español de ocupación militar, y especialmente en sus monopolios jurídicos o “parlamentos” imperialistas: Cortes Generales españolas y Parlamento francés (establecidos a lo largo de los siglos mediante su constitución real y primaria: el Monopolio de la Violencia criminal y el Terror de guerra y de Estado, e imprescriptibles crímenes constitutivos contra el Pueblo Vasco y su Estado); así como en sus “elecciones generales” totalitarias que “legitiman” todo ello.
Nos llena de esperanza el hecho de que, según indica la citada nota de prensa, el presidente Lluis Llach haya “aprovechado el acto para dirigirse a los partidos independentistas, a los que ha avisado de que no pidan a la Asamblea que participe ‘en la gestión autonomista de la colonia, ni en el sometimiento que [ello] comporta’; y de que ‘En la lucha por la independencia, nunca más seremos su muleta’. Si bien, y a pesar de la crítica, ha dejado la puerta abierta al entendimiento: ‘Si su praxis política se dirige hacia la independencia, nosotros estaremos ahí’, ha dicho”. Según sus palabras, “la Asamblea está dispuesta a picar piedra, una piedra dura y cantuda, a fin de conseguir un movimiento de liberación nacional estructurado, posible y resolutivo”.
Ahora bien, apreciando esa meritoria labor y disposición de ANC, y metáforas aparte, está claro que, si a lo que ANC aspira es a tener éxito en la tarea indicada, y no meramente a tener el papel de difundir bonitas pero vanas esperanzas y convertirse después en un mero espectador del desastre, debe centrarse desde ya mismo en la tarea de implantar en la sociedad catalana esas posiciones estratégicas mínimas, y de conseguir que los supuestos partidos independentistas catalanes confirmen su verdadera naturaleza – y que lo son realmente – aceptando y reafirmando públicamente dichas posiciones.
Y si por desgracia no lo consigue, y vuelve a producirse el desastre de que sus burocracias hacen que esos supuestos “partidos independentistas catalanes” vayan cada cual por separado a las elecciones catalanas, dividiendo así el voto del Pueblo Catalán en beneficio del imperialismo español (lo que ha conducido a instalar al frente del Principado de Catalunya un falangista/Nacional-socialista español y neo-lerrouxista, como ocurre actualmente), queda también por saber si ANC se limitará sólo a “no participar en la gestión autonomista de la colonia ni en el sometimiento que ello comporta”, y a declarar que “en la lucha por la independencia nunca más seremos la muleta de esos partidos”; o si, bien distintamente, esa Institución Nacional Catalana será además capaz de convocar al Pueblo Catalán a la Abstención General Activa contra el divisionismo de esas incompetentes, corruptas, traidoras y colaboracionistas burocracias políticas “catalanas” (y pretendida pero falsamente “independentistas”), verdaderos agentes auxiliares del imperialismo español, que llevan medio siglo reconociendo el régimen español del Segundo Franquismo actualmente reinante: imperialista, colonialista y fascista de ocupación militar de nuestros Países, como no-Nacionalista, no-violento, legítimo y democrático.
Porque, si ANC no es capaz de denunciar esos hechos y de convocar al Pueblo Catalán a esa Abstención Activa contra esos agentes pretendidamente “catalanes”: quienes desde hace cincuenta años siguen fundando su carrera personal y política y sus sueldos sobre el reconocimiento del régimen imperialista español como “la democracia y el Estado propios”, es difícil ver cómo podrá convertirse en ese “movimiento de liberación nacional estructurado, posible y resolutivo” que dice quiere ser… y ello por más piedra que pique.
Desde el Movimiento Vasco de Resistencia y Salvación Nacional, nos permitimos señalar que estas cuestiones han quedado suficientemente expuestas en nuestros textos, y en particular en el ‘Manifiesto del Movimiento Vasco de Resistencia y Salvación Nacional’, publicado en Español, Euskara, Francés e Inglés.
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