UNA NUEVA ERA DE PAZ, DIÁLOGO Y DEMOCRACIA

“UNA NUEVA ERA DE PAZ, DIÁLOGO Y DEMOCRACIA”

 


El siglo XXI es el tiempo del imperialismo globalizado y de la dominación universal del capital financiero y de Estado. El capitalismo tradicional ha desaparecido, y con él han desaparecido también el liberalismo y el socialismo; lo cual conlleva el fin del ilusionismo y el idealismo de cualquier signo que sean. Sin que por ello la política – que es el reino de la violencia – y el derecho positivo monista – que es un orden político y por tanto de violencia – hayan salido del estado de naturaleza en el que viven las Naciones y los Estados. Este estado determina relaciones de violencia antagónica y conflicto permanente entre ellos; en consecuencia, las Naciones y los Estados se encuentran siempre en posición o en disposición de “guerra de todos contra todos”.


En tales circunstancias, los Pueblos grandes, fuertes, guerreros, rapaces, agresivos, conquistadores y colonizadores rigen el mundo y las relaciones internacionales; imponen sus intereses y su ley; y se aseguran la supervivencia en la política internacional atacando, dominando, sometiendo, expoliando, explotando, asimilando y destruyendo a los débiles y los indefensos. Belicismo y militarismo son la actitud espontánea de los Pueblos y Estados dominantes (ya sean éstos “capitalistas” o “comunistas”); y el pacifismo es un recurso ideológico de ellos para mantener su dominación sobre los débiles a quienes aquéllos mantienen dominados y para eso engañados. Ello se realiza frecuentemente mediante la acción de falsos agentes “pacifistas” a su servicio: ya sean alienados o reclutados a sueldo de entre los propios Pueblos sojuzgados, quienes denuncian como “belicismo y terrorismo” la legítima defensa de un Pueblo agredido y sojuzgado pero no los crímenes de su agresor originario.


La agresión, la opresión, “la rivalidad de las conquistas”, el temor mutuo, y la destrucción de los otros Estados y Naciones mediante Violencia criminal son lo propio y la normalidad de las relaciones internacionales bajo este sistema imperialista globalizado, sin un orden o poder supranacional que las transcienda. En tales condiciones, la “comunidad natural” internacional y su derecho internacional no existen y no pueden existir. El imperialismo es la especie extrema, más agresiva y opresiva de Violencia criminal, de guerra de agresión y dominación, de totalitarismo, pillaje y explotación, y de Nacionalismo, racismo y opresión lingüística y cultural.


Un Pueblo se califica como agente político real por “el número, el territorio, y los recursos”; como consecuencia, sólo son “plenamente” independientes las grandes Naciones imperiales o hegemónicas. En la práctica internacional, sólo son clasificados o considerados como tales Pueblos o Naciones, y sólo tienen derechos, aquéllos que son capaces de imponerse o defenderse contra los demás; bien sea por sí mismos, o con la asistencia, la protección o el protectorado alienígenos, u ocupando los espacios que las grandes Potencias se impiden mutuamente ocupar y repartirse a consecuencia de sus propios “antagonismos y fricciones”.


Como resultado de todo esto, los que no disponen de los medios necesarios para resistir al Imperialismo y al Colonialismo no tienen derecho a nada, y no existen sino como objetos de Violencia criminal, es decir: de política y de “derecho” imperialistas. No hay paz, derecho ni protectorado terrenal ni celestial al que los Pueblos débiles puedan acogerse para escapar al regulador supremo: la relación de fuerzas. En estas condiciones, la desgracia que supone la caída de estos Pueblos bajo la criminal dominación de un Estado imperialista implica un permanente conflicto político que sólo tiene dos salidas posibles: la primera es la liquidación del Pueblo ocupado y colonizado, que se realiza mediante exterminio, asimilación, repoblación o deportación; y la segunda es su supervivencia, lograda ÚNICAMENTE mediante la restauración – o en su caso creación – de su Estado propio y su Independencia nacional.


Ante ello, LA ÚNICA ALTERNATIVA al Imperialismo sobre otros Pueblos, y al Despotismo interno contra el Pueblo propio que es su inexorable consecuencia (y también a la destrucción y degradación social – material y moral – generalizadas que ambos necesariamente conllevan), radica en la instauración de un orden social fundado en el Derecho Internacional Contemporáneo de los Pueblos, el cual quedó establecido tras la Segunda Guerra Mundial sobre LA AFIRMACIÓN, LA VIGENCIA Y EL RESPETO tanto de los Derechos Humanos Fundamentales (DDHH) y muy particularmente del derecho de LIBRE autodeterminación o independencia de todos los Pueblos: primero de los DDHH y condición previa para el pleno disfrute de todos ellos (según ha sido reconocido por las UN); así como de la independencia e integridad de los legítimos “Estados que se conducen ellos mismos en conformidad con el principio de derechos iguales y autodeterminación de los Pueblos:


“El derecho de los pueblos y las naciones a la autodeterminación. – A – Por cuanto el derecho de los pueblos y las naciones a la autodeterminación es condición indispensable [a prerequisite] para el pleno disfrute de todos los derechos humanos fundamentales, [...], Por cuanto los Miembros de las Naciones Unidas, con arreglo a las disposiciones de la Carta, deben respetar el mantenimiento del derecho de libre determinación en otros Estados, La Asamblea General recomienda que: 1. Los Estados Miembros de las Naciones Unidas deberán mantener el principio de autodeterminación de todos los pueblos y las naciones;” etc. [UNGAR 637 A (1952)]

 

La Asamblea General, [...],

Convencida de que la sujeción de los pueblos a sojuzgamiento, dominación y explotación extranjeros constituye uno de los mayores obstáculos al fomento de la paz y la seguridad internacionales,

Convencida de que el principio de la igualdad de derechos y de la libre determinación de los pueblos constituye una importante contribución al Derecho Internacional contemporáneo, y de que su aplicación efectiva es de suprema importancia para fomentar entre los Estados las relaciones de amistad basadas en el respeto del principio de la igualdad soberana, [...],

1.      Solemnemente proclama los principios siguientes:

[...]

El principio de la igualdad de derechos y de la libre determinación de los pueblos

   En virtud del principio de derechos iguales y autodeterminación de los pueblos consagrado en la Carta de las naciones Unidas, todos los pueblos tienen el derecho de determinar libremente, sin interferencias externas, su estatuto político y de perseguir su desarrollo económico, social y cultural, y todo Estado tiene el deber de respetar este derecho de acuerdo con las provisiones de la Carta.

   Todo Estado tiene el deber de promover, a través de acciones conjuntas o separadas, la realización del principio de derechos iguales y autodeterminación de los pueblos de acuerdo con las disposiciones de la Carta, y de prestar asistencia a las Naciones Unidas en el cumplimiento de las responsabilidades que le son confiadas por la Carta referentes a la implementación del principio, a fin de:

   (a) Promover relaciones amigables y de cooperación entre los Estados; y

   (b) Poner fin rápidamente al colonialismo, respetando la voluntad libremente expresada de los pueblos de que se trate;

y teniendo presente que el sometimiento de los pueblos a sojuzgamiento, dominación y explotación extranjeras constituye una violación del principio, así como una denegación de los derechos fundamentales, y es contraria a la Carta.

[...]

   Todo Estado tiene el deber de abstenerse de recurrir a cualquier medida de fuerza que prive a los pueblos antes aludidos, en la formulación del presente principio de derechos iguales y autodeterminación, de su derecho a la autodeterminación y a la libertad y a la independencia. En los actos que éstos realicen y en la resistencia que opongan contra esas medidas de fuerza con el fin de ejercer su derecho de autodeterminación, tales pueblos podrán pedir y recibir apoyo de conformidad con los propósitos y principios de la Carta.

   El territorio de una colonia u otro Territorio No-Auto-Gobernado tiene, bajo la Carta, un estatuto jurídico separado y distinto del territorio del Estado que lo administra; y ese estatuto jurídico separado y distinto conforme a la Carta existirá hasta que el pueblo de la colonia o el Territorio No-Auto-Gobernado hayan ejercido su derecho de autodeterminación de conformidad con la Carta y, en particular, con sus propósitos y principios.

   Ninguna de las disposiciones de los párrafos precedentes se entenderá en el sentido de que autoriza o fomenta acción alguna encaminada a desmembrar o perjudicar, total o parcialmente, la integridad territorial o la unidad política de Estados soberanos e independientes que se conducen ellos mismos en conformidad con el principio de derechos iguales y de libre autodeterminación de los pueblos antes descrito [...].” Etc. [UNGAR 2625 (1970)]


*

 

El actual Derecho Internacional de los Pueblos (no su falsificación y destrucción que se difunde actualmente bajo la denominación condescendiente e hipócrita de “derecho internacional humanitario”): un Derecho formalmente reconocido – no constituido – por la Carta y las Resoluciones de la Organización de “Nosotros, los Pueblos de las Naciones Unidas” y por sucesivas Declaraciones y Convenciones de Derechos Humanos, condenó formalmente – como internacionales, intemporales e imprescriptibles crímenes de guerra, contra la paz y la seguridad de los Pueblos y sus legítimos Estados, y contra la Humanidad – el imperialismo y el colonialismo, la agresión y la amenaza de agresión, el derecho de conquista, la anexión y el genocidio, la violación del derecho de autodeterminación de todos los Pueblos, el sojuzgamiento, la dominación y la explotación alienígenos sobre otras Naciones y sus legítimos Estados, la política demográfica de deportación de Pueblos indígenas y de implantación en sus Territorios de colonias de población foránea, y la negación de la identidad propia de los Pueblos oprimidos. El Estado imperialista es un Estado criminal; y sus dirigentes son los mayores criminales y malhechores de la Humanidad.


Fueron así a contrario repetidamente reconocidos como fundamentales, imprescriptibles e inalienables el derecho internacional de libre autodeterminación de todos los Pueblos (que es su derecho de libertad e independencia inmediata frente al imperialismo), el derecho de independencia e integridad de las Naciones y “los Estados que se conducen ellos mismos en conformidad con el principio de derechos iguales y autodeterminación de los pueblos”, y el derecho de legítima defensa de todos ellos frente a la agresión originaria; una defensa que puede legítimamente ser realizada “por todos los medios a su alcance”.


(Para una ampliación sobre estas cuestiones, véase – entre otros – el Capítulo XIV – “Derecho Internacional y Autodeterminación de los Pueblos”, de nuestro texto general Euskal Herria y el Reino de Nabarra, o el Pueblo Vasco y su Estado, frente al imperialismo franco-español’.)


Todos los Estados que pidieron y obtuvieron su ingreso en la Organización de las Naciones Unidas, adoptaron formalmente con ello su normativa constitutiva e institucional; pero, en la práctica, ni los Estados-miembros ni la propia Organización la cumplen. De este modo, la política internacional sigue determinada por el imperialismo de las Potencias dominantes y de sus satélites y protectorados ocasionales o permanentes. De hecho, la ONU acepta la independencia de los Pueblos sojuzgados cuando éstos la han conseguido ya, generalmente contra aquélla; y ahora, el nuevo, millonario y convicto rey del actual Orbis Regulator: la República de ‘E pluribus unum’, ha declarado – junto con su corte de arrogantes y pluri-mil-millonarios ministros-bufones – “una nueva era de paz, diálogo y democracia” en la que están dispuestos a pasarse por su real y anatómico “arco del triunfo” la independencia de los Pueblos y sus legítimos Estados, y todo el Derecho Internacional Contemporáneo. Son lamentables cuestiones que ya han sido expuestas en nuestros textos de referencia:

[...]

“Por ahora, el narcisismo y la auto-satisfacción primaria de estos nuevos ricos y amos del mundo, al impedirles conocer sus carencias y sufrir lo más mínimo a consecuencia de ellas, no les suscitan el menor deseo de buscar algún remedio. No es que Bush y Trump se crean muy listos; es que eso les da igual porque ellos y su equipo están convencidos de que los demás – empezando por el pueblo de Usonia (United States Of North Independent America) – son todavía más tontos que ellos; lo que le permite a la nueva Administración manejar el mundo entero por cuenta de la plutocracia Usoniana del Este. Pero, como a otros de su especie, el globo puede reventarles en las manos cuando menos lo esperen.


Lo que ocurre actualmente es que, por desgracia, los grandes leaders carismáticos de la democracia Usoniana, quienes – apoyados por el impulso de la democracia directa – eran capaces de modificar las inercias y las dependencias institucionales, los efectos perversos o inhibitorios del log-rolling parlamentario, el reduccionismo administrativo, y el ‘stare decisis’ judicial, han pasado a la historia. En vez de ellos, autómatas prefabricados y programados en las cadenas de montaje administrativo, y finalmente delincuentes, desaprensivos y groseros magnates inmobiliarios y tecnológicos, han tomado su lugar. La mediocridad (si es que no la ignorancia y la grosería), la total falta de escrúpulos, la corta visión, y el realismo oportunista a corto plazo: propios del aparato político-administrativo y de esos mercachifles, se incardinan actualmente con el poder y los intereses de las grandes empresas nacionales o multi-nacionales, y con la manipulación y el creciente nacionalismo primario de las masas populares.


“Si es cierto que – como así lo pretenden – ‘los USA defienden en todo el mundo la libertad, la democracia, la justicia y la causa del Bien contra el Mal’; si ‘su enemigo es el Terror, y los que no están con nosotros están con los terroristas’; si invadir y dominar Pueblos y Estados mediante guerra y terror, y bombardear la población civil es – como también se pretende – ‘luchar contra el terrorismo y contra el Eje del Mal’ (según ha proclamado Urbi et Orbi el Primer Ejecutivo de Usonia); y si, además, el País más fuerte – e incluso también ‘el más grande’ – de todos, que ha acumulado y utilizado el mayor arsenal de destrucción masiva de la historia, se atribuye e incluso monopoliza la capacidad de juicio ejecutivo supremo a escala planetaria, según sus ciudadanos parecen dar también por descontado, sobra entonces toda consideración suplementaria y no cabe duda sobre la línea a seguir o a perseguir: Il suffit de leur rentrer dedans’, empezando por Canadá y Groenlandia. Según lo han expresado: ‘Algunos creen que en el mundo mandan ellos pero se equivocan: en el mundo mandamos nosotros’. En definitiva, que la calificación sobre la vigencia o no de los derechos humanos fundamentales, y en particular de los derechos de autodeterminación y de legítima defensa de todos los Pueblos y Estados, es un monopolio de la Nación imperial y sus satélites.

[...]

Ahora bien, cómo una Institución que empezó dando frutos como Washington, Adams y Jefferson ha podido caer en manos de Bush y Trump, ello es una cuestión que muestra de por sí las contingencias del devenir histórico y la precariedad del progreso político en este mundo. Pero todo tiene su explicación, porque cuando en 1959 el General-Presidente Eisenhower se fundía en un abrazo con el General-Dictador Franco: último superviviente del Nazi-Fascismo presunta y oficialmente derrotado en 1945 pero que seguía en pleno ejercicio del poder, y a continuación se paseaba junto a él por Madrid entre aclamaciones en coche descubierto y rodeados por los Lanceros de la Guardia Mora, estaba anunciando con estos actos de cínica e indecible obscenidad la deriva que ha abierto ahora las puertas al primer fascista matriculado ocupante de la Casa Blanca.


“La crisis de confianza, la desesperación y la hostilidad suscitados y difundidos en el mundo por la nueva realidad del monopolio hegemónico de la República de Usonia son el resultado – tal vez deliberadamente integrado y asumido por los propios dirigentes de esa Potencia – de la desilusión y la frustración experimentadas a escala mundial por los ilusos o desamparados de todas las especies. Porque, desde hace más de un siglo, una considerable parte de la Humanidad: hambrienta de pan o de libertad, había tratado de incorporarse a esa nueva tierra prometida, o esperado a que llegaran los Norte-Americanos para sacarla de su triste condición. Sin embargo, hoy los dirigentes de Usonia dan ya por descontado que esa parte de la Humanidad doliente sólo espera de ellos la cortina de bombas sobre sus Países y la depredación imperialista de sus riquezas minerales (y de sus Países en su totalidad), las cuales preceden o condicionan la ‘ayuda’ Usoniana para una mafiosa reconstrucción posterior. Es decir: que tras el genocidio realizado mediante la venta de armas que aquéllos fabrican, esos Países deben soportar a continuación su gansteril ‘trago’ urbanístico y minero.


“Arzobispo de Canterbury: Se debe pensar sobre ello. Si se aprueba contra nosotros, perdemos la mejor mitad de nuestras posesiones, [...]. He aquí la tasa: tributo para sostenimiento del servicio del rey; [...]; y un subsidio, además, para las arcas del rey, de mil libras al año. Tal es el proyecto.

“Obispo de Ely: Éste bebe hasta el fondo.

Canterbury: Éste se traga la copa y todo.” (W. Shakespeare; ‘King Henry the Fifth’.)


“La liquidación y el abandono de los principios del Derecho Internacional Contemporáneo reconocidos – no constituidos – por ‘Nosotros, los Pueblos de las Naciones Unidas’ en la Carta de San Francisco tras el final de la Segunda Guerra Mundial, y en particular de la condena de la guerra de agresión (un crimen internacional) así como de la afirmación del imprescriptible e inalienable derecho internacional de autodeterminación o independencia de todos los Pueblos, y de integridad e independencia de sus legítimos Estados ‘que se conducen ellos mismos en conformidad con el principio de derechos iguales y de libre Autodeterminación de los Pueblos’ [UNGAR 2625 (1970)], es actualmente la moneda de cambio que mantiene engrasada la solidaridad entre el Imperialismo internacional: desde Moscú a Pekín pasando por Washington. El espectáculo de matonismo internacional del tándem Trump-Vance en el Despacho Oval de la Casa Blanca, tratando de que el Presidente Zelenski acepte el reparto colonial de Ucrania entre la llamada “Federación de Rusia” y Usonia, quedará para la posteridad como una imborrable ignominia de ese Estado.


“La depravación moral a la que ha llegado la Potencia hegemónica en sus normas de comportamiento internacional – verificadas ya sea en Palestina o Ucrania – de la mano de una Administración dirigida por fanáticos iluminados y desenvueltos payasos, quienes sin el menor pudor se exhiben con cruces en la frente y gesticulando con ridículas contorsiones mientras cínicamente sermonean al mundo – y ante todo a los agredidos – sobre ‘la paz, la libertad y la democracia’ a la vez que apoyan a los agresores, es pavorosa.

[...]

“El nuevo Orbis Regulator legisla, interpreta, juzga, condena y ejecuta por sí mismo. El ‘principio de eficacia’, esto es: su capacidad para imponer unilateralmente su propia visión de la realidad (por absurda y radicalmente falsa que ésta pueda ser), es su norma fundamental de comportamiento y legitimidad; su capacidad militar y política es virtualmente ilimitada; su responsabilidad es nula; y ninguna institución humana puede oponerse a su ejercicio discrecional.


“En consecuencia, la dependencia con respecto a los demás – ya sea en materia de decisiones, intervenciones, represalias o guerras – le resulta ya humillante e insoportable a la Potencia hegemónica, que ha optado por hacer todo cuanto quiere donde, cuando y como quiere. Las NU, la NATO y sus componentes deben cuanto antes comprender que callarse y cooperar es lo único que les está permitido por el nuevo ‘derecho internacional’ hegemónico. Cuanto antes entiendan quién manda aquí, mejor será para todos. Después de todo (según parecen decir), así como ‘lo que es bueno para la General Motors es bueno para los USA’, del mismo modo lo que es bueno para los Usonia es bueno para el mundo.

[...]

“La Potencia hegemónica y los Estados vasallos no reconocen ya sujeto agente ni Derecho Internacional que pueda limitar o mitigar sus propias normas, acciones o decisiones. El nuevo ‘orden internacional’: cuidadosamente preparado, se encuentra ya efectivamente implantado como fundamento de la constitución política del Mundo contemporáneo.


“Las relaciones políticas internacionales, como las demás, se habían regido siempre y hasta el presente por una combinación variable, transitoria y recurrente de violencia actual o virtual, de guerra o de paz armada, y de confrontación total o parcial, directa o indirecta, inmediata o diferida, rígida o flexible, autoritaria o transaccional. Es decir: ‘En tiempo de paz, los Estados intercambian notas diplomáticas; en tiempo de guerra, balas de cañón’, pero la política continuaba ‘por medios diferentes’. En cambio, bajo este nuevo ‘orden internacional’, la manifestación tanto de la desnuda realidad de opresión y explotación imperialistas de los Países y Pueblos pequeños y débiles a manos de los ‘grandes’ y poderosos, así como del desinhibido recurso unilateral a la Violencia criminal para lograrlo, se ha exacerbado ante la vista de todo el mundo.

[...]

“Sin embargo, la crisis de identidad, de eficacia y de prestigio del Derecho Internacional, su abandono o degradación, y la puesta al desnudo de la cruda realidad en las relaciones internacionales, constituyen un mecanismo de acción inmediata y prolongada cuyas consecuencias materiales y morales pueden ir mucho más lejos de lo que sus prepotentes causantes pueden sospechar. Y ello es así porque la ‘liberación’ unilateral de la Potencia hegemónica y su clientela, con respecto a las molestas trabas que suponen cualquier freno o procedimiento internacional, conduce también, necesariamente, a la correspondiente ‘liberación’ de los demás. Si la Potencia hegemónica fabrica sus propias normas ‘internacionales’, las demás tratarán de hacer lo mismo. (Cfr. El retorno al Nacionalismo y al Imperialismo belicista de las Naciones derrotadas y forzadas al pacifismo: Alemania y Japón.) Porque, de entrada y como es natural, nadie respeta un ‘derecho’ de parte en cuyo establecimiento uno sólo aparece en cuanto objeto de represión.


“De este modo, el tiempo de la globalización y el mundialismo es, en realidad, el tiempo del Nacionalismo y el Totalitarismo imperialistas: restablecidos y desplegados sin complejos ni restricciones. El Nacionalismo imperialista y su inevitable consecuencia en forma de ruina del derecho de autodeterminación de los Pueblos, esto es: ruina de su derecho de independencia incondicional e inmediata tanto frente al Imperialismo hegemónico así como frente a los Imperialismos de las Potencias concurrentes, tienen por consecuencia la inseguridad y el miedo a lo peor; los cuales son la base social de la nueva ola de Nacionalismo y Reacción que avanza sin freno sobre el globalizado mundo, y cuya profundidad y naturaleza los Partidos tradicionales se esfuerzan por camuflar y caricaturizar. (Véanse nuestros artículos ‘Agudización de la actual crisis geo-política: nueva agresión del Imperialismo Moscoviano contra el Pueblo Ucraniano y su Estado’, y ‘El Imperialismo Chino contra el derecho de autodeterminación de los Pueblos’.)

[...]

“El Nacionalismo imperialista Europeo, el absentismo Usoniano, y el desequilibrio entre los viejos y los nuevos imperialismos, habían llevado a la ruina de la Sociedad de Naciones. Dado que causas semejantes producen efectos similares, cincuenta años de traiciones, impotencia y claudicaciones ante el imperialismo: impulsadas por todo aquél que podía imponerlo, han arruinado también la ONU junto con todos los avances y las ilusiones que esta Organización suscitó o defraudó; hasta que, finalmente, la nueva Potencia hegemónica ha decidido ‘pasar’ abiertamente de tan obsoleta antigualla.


“Tras la Segunda Guerra Mundial, el equilibrio había quedado establecido mediante el Terror del duopolio nuclear y la Guerra Fría o Caliente; y, una vez deshecho ese balance, se ha pasado – desde aquella ‘paz de equilibrio’ – a una tentativa de ‘paz hegemónica’ que unas veces se parece a la Pax del Imperio, y otras a la ‘anarquía’ o la ley de la selva. Se trata de un ‘orden’ mundial embrionario que ha sido sucedido ahora por el inevitable desmadre de la Violencia multi-lateral y multi-centrada. Efectivamente, el ‘multi-lateralismo’ que demandan actualmente los grandes Outsiders imperialistas – en particular la llamada ‘Federación de Rusia’ y China – es el multi-lateralismo imperialista de las ‘Grandes’ naciones agresoras, y consiste simplemente en concederles la garantía y el respeto que ellas exigen para poder continuar con su dominio sobre sus ‘cotos de caza tradicionales’ y sus ‘esferas de influencia’, que son los Pueblos y Estados a los que ellas están sojuzgando y aspiran a continuar sojuzgando.


“Sin embargo, el Terrorismo absoluto en manos de la Potencia hegemónica, presentado como solución de los conflictos que incesantemente suscita el imperialismo, ha puesto de manifiesto sus límites incluso a la vista de sus propios actores. De este modo, esos pretenciosos y suficientes aprendices de brujo, esos “eminentes” re-descubridores de una ‘real-politik’ de parvulario, y esos padrinos del nuevo New Deal (esto es: el proteccionismo propio mediante aranceles a escala mundial mientras intentan imponer el liberalismo para los demás), han abierto una vez más la Caja de Pandora, que es también el baúl de los truenos.


“En el nuevo orden mundial, los derechos humanos, los principios humanitarios, el derecho internacional, o las escuálidas leyes de la guerra, se respetan sólo cuando y en la medida en que son inocuos o beneficiosos para el bando obligado por tales normas. Debilitados en su función garantista, tales principios resisten mal y ceden ante las exigencias y consecuencias propias de la guerra de agresión y de la colonización; sobre todo si implican la pérdida de esa guerra y de las colonias, o si el coste alternativo excede de lo previsto o soportable.

[...]

“La ‘adhesión indefectible’ a la causa de ‘la paz, la libertad, la justicia y la democracia, y del bien contra el mal’: obtenida de amigos y aliados tan acreditados, seguros, fiables, desinteresados y sinceros como los fascistas españoles y sus semejantes (tales como el criminal dictador – interno – y agresor – eterno y externo – Putin) a costa de la libertad de sus víctimas, le ofrece al Imperio Usoniano algunas ventajas y le aporta ciertas garantías; pero suscita también unas resistencias – respecto a sus objetivos, sus plazos, sus medios y sus prioridades – que, como Potencia hegemónica, ella misma debería evaluar y calibrar.


“A la inversa, la capacidad de la Potencia hegemónica para convertir sus antiguos aliados en adversarios o para fabricarse otros nuevos, está también ampliamente verificada. En cuanto a su habilidad para conservar los amigos o para hacerse otros nuevos, eso es harina de otro costal. Después de todo, tal vez la cosa carece – o se supone que carece – de importancia, a partir de una acumulación suficiente de armas de destrucción y Terrorismo de masas. Queda así formada y construida una determinación política e ideológica que sólo los hechos podrán debilitar o modificar, tal vez cuando ya sea demasiado tarde. Sólo los resultados podrán dictaminar en qué medida y por cuánto tiempo la actual Potencia hegemónica se ha equivocado de amigos, de enemigos, de época, o de planeta.Etc. (Véase el texto completo en nuestra obra ‘La crisis hegemónica’.)


(Las “normas” internacionales de protección de las “minorías” esconden y sirven hipócritamente, en realidad, la determinación constante de los Estados imperiales de terminar con esas minorías por todos los medios a su alcance, sabiendo que sus víctimas “así engañadas se hacían más estúpidas de lo que nunca habían sido antes”.)


Frente a todo ello, reproducimos nuevamente un párrafo significativo de la ‘Declaración por los Derechos y la Liberación de los Pueblos’, publicada en Español, Euskara, Francés e Inglés:


“Quienes oprimen a Pueblos y Estados no son agentes de honorables tareas políticas, son simples malhechores; pero no delincuentes políticos sino simples delincuentes comunes. Y tampoco son delincuentes de un nivel cualquiera sino autores de los más grandes crímenes que registran la moral y el derecho. Si nos remitimos al Derecho Internacional, tales terribles ofensas se ordenan en tres grupos: las cometidas contra las leyes de la guerra, contra la paz, y contra la humanidad. No pueden ser olvidadas ni perdonadas, si de verdad pretendemos terminar con ellas.” Etc. (Iñaki Aginaga; de su mencionada Declaración.)


*


En un régimen despótico-asiático y absolutista, como es el español y el francés (impuesto en nuestro País mediante guerra de agresión, dictadura militar y Terrorismo), el poder político e ideológico resultante no ha sido derrotado nunca. De hecho y en último término, con el triunfo total y el mantenimiento de la dictadura fascista del General Franco durante toda su vida, la antigua oposición española desapareció:


“[L]a oposición está en la catacumba. El sindicalismo clásico de la UGT y la CNT y los partidos políticos están desmontados, tienen un miedo terrorífico. Lo que surge [en su lugar] es una nueva mentalidad que ya no va a luchar para echar a Franco y para hacer la revolución [democrática].” Etc. (Julián Casanova, entrevistado en el diario ‘El País’ – 15 de Febrero de 2025 – sobre su reciente libro ‘Franco’; Crítica, 2025.)


A continuación, tras la pacífica muerte natural del dictador en su propia cama, una prefabricada representación de esa “oposición”: creada, colonizada y financiada por el propio régimen franquista y los Servicios Secretos Occidentales (y con Santiago Carrillo y su PcE a la cabeza), declaró de la noche a la mañana la “democracia” de aquel régimen dictatorial cuyos criminales componentes (caso único en la Historia), Ministros, Fuerzas Armadas y de represión, Judicatura etc.: todos excepto apenas el propio Dictador y su familia, habían permanecido al parecer siempre “demócratas de toda la vida”. Declaró también la obsolescencia de la lucha de clases interna (doméstica), y por supuesto la inexistencia de la lucha de clases externa, que es su propio imperialismo sobre los Pueblos que España y Francia mantienen sojuzgados. Era la transición intra-totalitaria – “de la ley a la ley” – desde el Primer Franquismo al Segundo actualmente reinante, que dura ya más que el Primero. Como resultado de ella, los criminales y ladrones golpìstas pasaban a ser demócratas intachables y conservaban el producto de sus crímenes y rapiñas; y los asesinados y robados conservaban su condición de tales y la obligación de “olvidar” lo sucedido.


Para asegurar su éxito, esta monumental empresa de falsificación de la realidad – y su substitución por la superchería de “la democracia española de la transición” – contó desde el primer momento (“elecciones generales” de Junio-1977) con la complicidad, conformidad y participación de la burocracia Pnv y sus satélites Esb-Esei. Era la materialización de la traición acordada desde 1962 en el pacto de Múnich con la “oposición” nacional-imperialista española por las burocracias Pnv-Anv del exilio (unas burocracias mental e ideológicamente colonizadas y recuperadas por el Nacional-socialismo español del PsoE), con la finalidad de incorporarse tras la muerte del General Franco a las ventajas del régimen español de ocupación militar de nuestro País, aceptado por esas burocracias como legítimo y democrático y como “el Estado” propio. Y desde las pretendidas “elecciones generales democráticas” españolas convocadas por el Segundo Franquismo en Marzo de 1979, fueron las burocracias del Eta y de su “marca blanca” Herri Batasuna las que se incorporaron a esa misma traición; denunciada siempre: desde Múnich-1962 pero especialmente ante la trampa de esas “convocatorias electorales”, por el único sector lúcido y no-corrupto de este País: combatido siempre por esas burocracias “vascas” de traidores, que hoy continua activo bajo estas publicaciones de Nabarra-ko Erresuma. [Véanse, en particular, nuestras publicaciones Otra vez “elecciones generales” (LAN DEYA, Mayo-1977) Otra vez “elecciones generales” (IPARLA núm 1).]


Desde entonces y hasta el día de hoy, todos ellos son el conglomerado que forma la burocracia mafiosa-liquidacionista Pnv-Eta y sus satélites: actualmente Ea-Ehbildu-Sortu-Geroabai etc., junto con el resto de asociaciones y fundaciones “sindicales, sociales y culturales vascas” que les dan cobertura y que jamás los denuncian como los agentes locales auxiliares y necesarios del imperialismo que todos ellos son. Se trata por tanto de unas burocracias políticas “nacionalistas vascas” que están traicionado a nuestro Pueblo desde hace medio siglo, con su aceptación del imperialismo franco-español como legítimo, democrático y “el Estado” propio, mientras desconocen y niegan tenazmente el derecho de autodeterminación o independencia del Pueblo Vasco, y la continuidad y vigencia de nuestro propio Estado histórico, el Reino de Nabarra(Véase el Capítulo 18 – ‘La transición intra-totalitaria española: el Segundo Franquismo’, de nuestra obra Apuntes sobre la Historia del Pueblo Vasco/Euskal Herria y de su Estado: el Reino de Nabarra’.)


Ésta es la “idílica democracia” en la que esa “oposición vasca” recuperada y corrupta está instalada desde la transición intra-totalitaria al Segundo Franquismo actualmente reinante. Mientras, los desvergonzados y/o lunáticos miembros de esa “oposición” no cesan de asombrarse y preguntarse periódicamente, con repugnante hipocresía y/o estupidez, cómo es que el Franquismo sigue presente, y que los monumentos que glorifican sus crímenes y genocidio – lejos de ser derruidos – han de ser mantenidos y “re-significados”; todo ello con la colaboración de la llamada “izquierda abertzale”. Ni siquiera el lenguaje soporta las obscenas contorsiones que ellos hacen para “normalizar” su miserable corrupción y traición.


La sombra siniestra del General Franco, padre de la España actual, se proyecta sobre todas sus instituciones, sujetas a las guías maestras impuestas por su fundador; y ello es así aunque, ahora, la Constitución del Segundo Franquismo se llame “democrática”. En cuanto al Estado francés, toda oposición a su poder absoluto en sus diversas variantes desapareció con la revolución nacionalista francesa; y con ello desapareció también cualquier veleidad de Resistencia – por irrelevante que sea – a los actos o dictados gubernamentales. Nacionalismo y totalitarismo son los constituyentes del imperio republicano francés. El gobierno del Estado-nación tiende a la dominación totalitaria tanto hacia dentro como hacia fuera.


“El poder centralizado del gobierno, con sus organismos presentes en todas partes: ejército permanente, policía, burocracia, clero y magistratura”, es la maquinaria y el factor determinante supremo del Estado moderno. Como escribió K. Marx, “Todas las revoluciones políticas no han hecho sino perfeccionar esta máquina en lugar de destruirla”. “Sus fuerzas son superiores a cualquier otra.” Como hemos indicado desde el principio, en este tiempo del imperialismo globalizado, la dominación de los grandes monopolios financieros determina la inter-penetración de los poderes estatales y bancarios, o sea: de los monopolios de Violencia criminal y de finanzas, en un sistema único.


Los “poderes” participantes: ejecutivo y judicial, ministerios, jueces, administraciones centrales y locales, partidos, sindicatos, bancos, inmobiliarias y ayuntamientos igualmente “inter-penetrados”, luchan o se asocian entre sí por todos los medios legales y – formalmente – ilegales; lo cual les permiten utilizar o burlar la ley según los casos. La corrupción, el nepotismo, la intimidación, el cohecho, la incompetencia, la ignorancia y la prevaricación de funcionarios, jueces y auxiliares, los usos y abusos, y las complicidades corporativas y extra-corporativas no son accidentes o infracciones al sistema, son su modo normal y necesario de funcionamiento.


Contra lo que la inmunda propaganda de los monopolios colonialistas hace o trata de hacer creer, el régimen político impuesto por el imperialismo y el fascismo franco-español al Pueblo Vasco no se funda sobre la libre adhesión manifestada y desarrollada por elecciones, transiciones, procesos constituyentes y otros procedimientos “democráticos”. Es el resultado de muchos siglos de Violencia criminal, represión y Terrorismo de Estado; asesinatos de masa y crímenes de guerra, contra la paz y contra la humanidad; guerras de agresión, conquista, pillaje, ocupación, sojuzgamiento, desmembramiento, anexión e ignominiosa negación y destrucción de la integridad y la independencia de su Estado el Reino de Nabarra y de sus instituciones forales y de costumbre (todo ello en contra del Derecho nacional e internacional contemporáneo y actual); separatismo demográfico y territorial de nuestro Pueblo; fusilamientos sumarios y masivos de la oposición armada o desarmada como medio de solución de los conflictos políticos; conculcación teórica y práctica de los derechos fundamentales, imprescriptibles, inherentes e irrenunciables de autodeterminación y legítima defensa del Pueblo Vasco; negación teórica y práctica de su libertad, dignidad e identidad propias; deportación de poblaciones autóctonas e implantación de una colonización foránea; adoctrinamiento ideológico y privación de toda libertad de expresión e información; y persecución de la propia identidad y personalidad nacional vasca, mediante la imposición individual y colectiva de una identidad ajena y la postergación y criminalización de la lengua y la cultura autóctonas. Éste es el orden político del criminal Estado franco-español de ocupación militar de nuestro País; un orden que los institucionalistas-colaboracionistas indígenas “vascos” que constituyen la burocracia mafiosa-liquidacionista Pnv-Eta y sus satélites – Ea-Ehbildu-Sortu-Geroabai etc. – están aceptando y calificando desde hace casi medio siglo y hasta el día de hoy como legítimo, democrático, pacífico, no-Nacionalista, no-violento, y “el Estado” propio.


El Pueblo Vasco: demográfica y territorialmente reducido, lingüísticamente acorralado, primitivo, culturalmente atrasado, e ideológicamente crédulo y manipulado, ha pasado desde la libertad precaria a la dependencia política absoluta bajo el imperialismo franco-español. Lo que es peor y decisivo: el Pueblo diezmado, ocupado y colonizado, que no se ha recuperado todavía ni material ni moralmente de la hecatombe de su última guerra contra el Nazi-Fascismo español y germano-italiano (1936-37), ha sido extraviado y traicionado por una incompetente, acomplejada, atemorizada y finalmente corrupta y colaboracionista intelectualidad y pretendida “clase política nacionalista vasca” Pnv-Eta, y no se reconoce en la única estrategia de Resistencia y Salvación Nacional que tiene y que nosotros le proponemos, ni tampoco en sus actuales instituciones estatales propias del Reino de Nabarra; lo que fatalmente lo priva de tener la conciencia ideológica y política que le permitiría pesar en la política internacional, y oponerse o resistir al imperialismo y al totalitarismo reinantes. En tales condiciones, y a pesar de la patética e inútil agitación infra-política a la que está siendo arrastrando constantemente por esa falsa “clase política nacionalista vasca” (precisamente al objeto de agotarlo), el Pueblo Vasco es simple objeto pasivo e indefenso ante el régimen imperialista franco-español de ocupación militar, que aumenta sin cesar su dominación política, económica, demográfica, lingüística e ideológica de nuestro País.


El imperialismo franco-español niega la existencia del Pueblo Vasco y de su Estado. Una negación repetidamente refrendada por la burocracia “vasca” Pnv-Eta y sus satélites, cómplices de la sumisión y la colaboración; con lo cual está de más hablar de derecho de autodeterminación y legítima defensa de todos los Pueblos, puesto que para ellos el Pueblo Vasco no existe y lo que no existe no tiene derechos. El Nacionalismo franco-español no rechaza, persigue o trata de reformar algunos caracteres de nuestra Nación ocupada sino que la niega como tal, para mejor acabar definitivamente con ella. Su objetivo estratégico no es sólo la dominación y explotación del Pueblo ocupado y colonizado sino además su liquidación; por tanto, ni concesiones parciales ni apaciguamientos puntuales cambiarán nada, sólo llevarán a nuevas y mayores exigencias hasta la completa destrucción del Pueblo Vasco y su Estado; lo cual ha sido siempre el objetivo político fundamental e invariable de ese Nacionalismo imperialista.


Si alguien cree realmente que, en ausencia de toda Resistencia de nivel estratégico (que es la situación en la que la pretendida “clase política nacionalista y abertzale vasca” actual está manteniendo a nuestro País desde hace casi medio siglo), el Nacionalismo imperialista franco-español va a abandonar dicho objetivo, entonces es más tonto o está más loco de lo que aparenta o quiere aparentar. Pero hace ya tiempo que la traición y la corrupción han sido abiertamente asumidas en la burocracia liquidacionista Pnv-Eta y sus satélites; y nadie de entre ellos es tan tonto como para creer realmente algo de lo que fingen defender, únicamente con la finalidad de engañar a nuestro Pueblo. Sólo el monopolio de des-información, intoxicación ideológica, adoctrinamiento y propaganda de masas: del que ellos se benefician y que bajo el régimen fascista es inherente al monopolio de la Violencia criminal y el Terror, permite que tales infundios logren algún crédito en parte del Pueblo oprimido.


Pedir que “los Estados [o sea, los Estados ocupantes] y la Iglesia se impliquen” – todavía más! – en resolver “pacífica y democráticamente” el conflicto que ellos han producido mediante guerra de agresión, crímenes y opresión contra el Pueblo Vasco y su Estado, es como pedir al lobo que se implique en la protección de las ovejas. Los Estados ocupantes de nuestro País y la Iglesia están totalmente implicados en la solución final: la liquidación de los Estados y las Naciones sometidas.

 

*

 

Franceses y españoles son naciones imperiales venidas a menos, que sólo pueden ya ejercer como tales contra Naciones y Estados indefensos o débiles y desarmados; pero no por ello han perdido arrogancia, agresividad y rapacidad respecto de los residuos de su imperio, por cuanto disponen sin reservas de su mutuo apoyo y el de toda la reacción mundial. Estas naciones imperiales han demostrado de todas las maneras que son radicalmente incapaces de admitir y reconocer la realidad, la existencia y los derechos de los Pueblos que ellas han ocupado, anexionado y colonizado. Las infames guerras coloniales de Cuba, Filipinas, Argelia y Marruecos son postreras experiencias ultramarinas que no dejan lugar a dudas sobre la permanente idiosincrasia del Nacionalismo imperialista español y francés que las protagoniza, el cual no abandona nunca y en ninguna parte su dominación mientras no haya agotado hasta el último extremo todos los recursos de Violencia criminal y Terrorismo de que dispone, e incluso mucho después. Sus valedores no tienen mayor motivo de preocupación política mientras conserven lo esencial, a saber: el monopolio de la Violencia criminal y el Terror, que les permite resolver cualquier situación a cañonazos. Lo que, por cierto, nunca se han privado de hacer, aunque ello cueste la libertad de los propios pueblos opresores a manos de sus gobiernos policíacos, militares y totalitarios; porque – como les advirtió el Indio Dionisio Inca Yupanqui, diputado electo en la constitución de las Cortes de Cádiz – “Un Pueblo que oprime a otro Pueblo no puede ser libre”.


La ocupación militar permanente de sus Países, y la Violencia criminal y el Terror de masas, imponen la ley de mármol del dispositivo estratégico y táctico imperialista contra los Pueblos sojuzgados; un dispositivo que fija los límites infranqueables de las eventuales reformas y adaptaciones que el imperialismo puede acometer u otorgar. En consecuencia, el Nacionalismo imperialista de franceses y españoles nunca aceptará en sus dominios un Pueblo, una Nación y en definitiva un sujeto activo de política y de derecho que no sean los de ellos mismos. Esperar otra cosa sería tanto como ignorar la base particularmente primitiva, irracional, instintiva, afectiva y pasional del Nacionalismo español y francés, encuadrado por una inamovible “clase” política, financiera, clerical y burocrático-castrense que resiste siempre y saca partido a “revoluciones y transiciones”. Así pues, ese Nacionalismo imperialista nunca accederá a una “devolución” total ni parcial del poder político que sus agentes consiguieron monopolizar en nuestro País mediante guerra de agresión, represión y terror entre 1833 y 1937.


El imperialismo franco-español no va a ceder, devolver ni negociar nada ante una oposición “vasca” estratégicamente inexistente; y sus colaboradores y cómplices locales Pnv-Eta y sus satélites: armados y desarmados, no van a hacer nada por alterar esta situación. La primera preocupación de estos cómplices locales “vascos” de ese imperialismo es prevenir e impedir toda contaminación por influencias externas, a fin de que la iniciativa y el ejemplo de otros países que se han liberado de las garras de la opresión no puedan suscitar aquí movimientos que pongan en peligro la que para ellos es tan idílica, cautivadora y provechosa sumisión. Garantizan así a los Gobiernos de España y Francia, y desde hace medio siglo ya, que gracias al colaboracionismo bien retribuido del sucursalismo burocrático “vasco” Pnv-Eta, aquí no se va a mover nadie; ni antes ni después de que todos los demás Pueblos oprimidos de Europa y del mundo entero recuperen su libertad nacional.


Esa “oposición vasca” armada y desarmada se ejerce – con estricto y subvencionado respeto al orden establecido y a sus monopolios de Violencia criminal y comunicación – mediante “elecciones y consultas, profundización en la democracia, progreso poco a poco, persuasión, diálogo y negociaciones imaginarias, pactos entre caballeros y convivencia pacífica” (todo ello con el imperialismo y el fascismo); y mediante huelgas y manifestaciones tan repetitivas como vacías e inútiles, y atentados civiles o inciviles que son la negación de toda Resistencia estratégica. Pero, eso sí, contando con el “derecho a decidir” bajo el imperialismo y sus condiciones, y con el “derecho a confiar” en las promesas de sus aliados, a fin de negar, destruir y substituir con ellos los derechos internacionales de autodeterminación y legítima defensa de todos los Pueblos. Todo ello es la ocultación y apología del vigente régimen imperialista, colonialista y fascista franco-español de ocupación militar de nuestro País; y, consecuentemente, es la negación de la Nación Vasca, de su Estado y sus derechos. Una negación realizada por quienes dicen defenderlos, mientras directa o indirectamente mantienen en la inopia ideológica y la inactividad política a la supuesta base social del Movimiento de Liberación Nacional; una base social tantas veces frustrada y engañada que ya no le quedan fuerzas para otra cosa.


En estas circunstancias, la euforia y las ilusiones de los periodos electorales se alternan con la depresión y la desilusión que son su consecuencia; y los ilusionistas festejos y bailoteos electorales dejan paso más pronto o más tarde a la triste realidad. Pero la financiación de los partidos y sindicatos “vascos” con cargo al erario del Estado español es sin embargo bien real: es el salario de la traición, la sumisión, el clientelismo y la corrupción; y la participación de esas formaciones en los monopolios fascistas de intoxicación ideológica y propaganda les permite seguir engañando a los incautos de nuestro País. No cabe duda de que esos beneficiarios no van a renunciar a un colaboracionismo que les proporciona tales compensaciones y gratificaciones. “Llamad artaburu a quien propugne el boycott a las elecciones” del fascismo, era la consigna de un “líder” del colaboracionismo “abertzale”. Como es evidente, los auténticos artaburu y sinvergüenzas del colaboracionismo vasco se reservan y disponen siempre de una escala y un margen de prioridades que, una vez pasado el “periodo electoral”, les permiten no hacer nada “durante los próximos tres años” prorrogables por la eternidad. “Pero – como escribió Lenin – para repartirse el botín, instalarse en los puestos lucrativos y atribuirse las sinecuras administrativas etc. etc.” no les hace falta esperar tanto, ni siquiera hasta “la próxima legislatura”.

 

*

 

La solidaridad a sentido único, el servilismo y la humillación no le han aportado nunca a un Pueblo la consideración de nadie sino el desprecio y la hostilidad añadida de los demás. Tales pautas de comportamiento son consecuencia de la nulidad política de las Naciones que son demasiado débiles como para proclamar o restaurar su propio Estado. Sin embargo, Pueblos tanto o más desfavorecidos que el nuestro han sido capaces de mostrar capacidad de percepción de la realidad política, lucidez estratégica, rapidez de adaptación, reacción e iniciativa (ya sea espontánea o mediada), y articulación operacional de su virtualidad asociativa; todo lo cual les ha permitido compensar una inferioridad inicial con frecuencia abrumadora, y resistir a la agresión y la colonización del imperialismo con éxito considerable. Pero ninguna Potencia, grande ni pequeña, apoyará, protegerá ni reconocerá nunca a un Pueblo, una Nación y un Estado que no se reconocen ellos mismos.


En los últimos noventa años: desde la heroica, trágica y catastrófica guerra contra las Potencias del Eje que a partir de 1936 determinó nuestro presente, el Pueblo Vasco ha demostrado su incapacidad para volver o acceder al nivel estratégico, fuera del cual está también fuera de la realidad y de la Historia. Si no se conoce ni reconoce la realidad del imperialismo franco-español que nos mantiene sojuzgados, menos aún se puede intervenir contra ella. Que estemos aquí o no ante una incapacidad congénita para la política y, por tanto, para afrontar el mundo real en que vivimos, esto es algo que nadie que no sea el propio Pueblo puede demostrarlo. Pero si verdaderamente quiere hacerlo así, y después de medio siglo ya de mandanga colaboracionista con “la democracia española” de la transición intra-totalitaria al Segundo Franquismo actualmente reinante, más le vale darse prisa.


La flagrante incapacidad estratégica de la pretendida “intelectualidad y clase política nacionalista vasca”, esto es: su incapacidad para entender de qué va la política real en el mundo actual, han hecho que, en poco tiempo, la cotización de nuestro Pueblo en las agencias internacionales de evaluación y previsión políticas se haya hundido. Todos han comprendido que “éstos no aprenderán nunca” y que no son motivo de preocupación para nadie. Sólo esperan que el Nacionalismo español y francés acabe con ellos – esto es, con nosotros – cuanto antes. “Gracias” a la incapacidad, la corrupción, el fanatismo, la soberbia y la traición de las burocracias políticas “vascas” Pnv-Eta y sus satélites: que durante cincuenta años seguidos han idio[E]tizado, embrutecido y alienado mentalmente a nuestro País, el Pueblo – nuestro Pueblo – que algunos creyeron que era con seguridad el cabeza de lista del independentismo en Europa, ha reculado rápidamente en la clasificación hasta desaparecer de la lista, del atlas estratégico, y del booking de apuestas internacionales para la liberación frente al imperialismo.


En una realidad como la que padecemos, no hay más política nacional y democrática que la Resistencia civil – estratégica e institucional – contra la Opresión y el Terrorismo de Estado del Imperialismo, el boycott de sus operativos ideológicos y políticos de represión, intoxicación y recuperación, y la restauración del Estado propio. Ante todo ello, volvemos a reafirmar el principio fundamental de doble afirmación nacional y estatal del Pueblo Vasco/Euskal Herria, según ha sido expuesto en el ‘Manifiesto del Movimiento Vasco de Resistencia y Salvación Nacional, publicado en Español, EuskaraFrancés e Inglés:

 

1/ Afirmación del derecho de libertad, LIBRE disposición, independencia nacional o autodeterminación del Pueblo Vasco/Euskal Herria.

“Piedra angular de la democracia”, el derecho internacional de autodeterminación o independencia de todos los Pueblos es un derecho que es originario, fundamental, inherente, de costumbre, inmediato, incondicional, continuo, permanente, inalienable, irrenunciable e imprescriptible para todos los Pueblos sojuzgados bajo un régimen imperialista y extranjero; que es la misma cosa que la incondicional e inmediata independencia de éstos contra/frente a toda dominación o intromisión extranjera contraria a su libertad nacional; y que ha sido reconocido – no constituido – por el Derecho Internacional contemporáneo de las Naciones Unidas: desde el Artículo Primero de su fundacional Carta de San Francisco así como por numerosas y relevantes Resoluciones de su Asamblea General, como EL PRIMERO DE LOS DERECHOS HUMANOS FUNDAMENTALES Y LA CONDICIÓN PREVIA PARA EL PLENO DISFRUTE DE TODOS ELLOS.

En nuestro País, su corolario y aplicación práctica consiste, como requisito ineludible para su realización, en la EXIGENCIA DE EVACUACIÓN INCONDICIONAL E INMEDIATA de todas las fuerzas de ocupación y de todo el aparato de sojuzgamiento imperial-colonialista de las Potencias ocupantes: España y Francia, FUERA de los Territorios históricos del Pueblo Vasco y de su Estado. Y

 

2/ Afirmación de la continuidad, vigencia y actualidad de nuestro Estado propio: el Reino de Nabarra, sucesor del Reino de Pamplona – “el Reino de los Vascos” – constituido por una Confederación de Repúblicas, Condados y Señoríos Vascónicos histórica y libremente reunida en torno a él. Internacionalmente reconocido durante mil años, el Reino de Nabarra sigue siendo el único Estado de la Nación Vasca, al que jamás ha renunciado ni ha admitido ni reconocido nunca ningún otro.

Su necesaria consecuencia implica EL NO-RECONOCIMIENTO Y LA DENUNCIA constantes e incesantes de los Estados ocupantes: el “Reino de España” y la “República francesa”, y de sus regímenes totalitarios de ocupación militar, como criminales, terroristas, imperialistas, colonialistas y fascistas, y no como los propios, no-Nacionalistas, no-violentos, legítimos y democráticos, según la pretendida “clase política oficial vasca” – formada por la burocracia liquidacionista Pnv-Eta y sus satélites Ea-Ehbildu-Sortu-Geroa bai etc. – está haciendo hasta el día de hoy.


Al mismo tiempo, mientras el imperialismo franco-español no retira de nuestro País sus fuerzas de ocupación militar (dado que ellas CONSTITUYEN el elemento esencial y fundamental de su dispositivo estratégico de dominación imperialista, sin el cual todo su sistema se desploma), y puesto que evidentemente no es posible hacer una política anti-imperialista con el concurso de imperialistas y fascistas, esto es: los agentes quinta-columnistas al servicio de ese imperialismo infiltrados entre el sojuzgado Pueblo Vasco (quienes, mientras se niegan a asumir públicamente el principio de doble afirmación nacional y estatal del Pueblo Vasco y su Estado, el Reino de Nabarra, afirman por el contrario como legítimo y democrático el “derecho de imperialismo y de ocupación militar” de España y Francia sobre nuestro Pueblo y Estado); mientras todo ello siga así, decimos, el corolario y la aplicación práctica de ese principio implica mantener un BOYCOTT TOTAL:

 

– a toda colaboración con toda persona individual o colectiva que, por rechazar – o negarse a asumir públicamente – ya sea en todo o en parte, en la teoría o en la práctica una o ambas afirmaciones fundamentales citadas, forman objetivamente – algunos incluso de forma subjetiva y confesa – parte del imperialismo franco-español; y

 

– a toda participación tanto en las instituciones del régimen imperialista, colonialista y fascista franco-español de ocupación militar de nuestro País, y especialmente en sus monopolios jurídicos o “parlamentos”: Cortes Generales españolas y Parlamento francés (establecidos a lo largo de los siglos mediante su constitución real y primaria, esto es: ocupación militar, Monopolio de la Violencia criminal y Terrorismo de guerra y de Estado, e incontables e imprescriptibles crímenes constitutivos, en contra el Pueblo Vasco y su Estado); así como en sus “elecciones generales” totalitarias que “legitiman” todo ello.

 

DERECHO DE AUTODETERMINACION O INDEPENDENCIA NACIONAL INCONDICIONAL E INMEDIATA DEL PUEBLO VASCO / EUSKAL HERRIA!

 

¡REINO DE NABARRA: EL ESTADO DEL PUEBLO VASCO / EUSKAL HERRIA!

 

¡Ejército de ocupación ni con música!

¡España ni con república! ¡Francia ni con monarquía!

 

¡BOYCOTT TOTAL A LOS IMPERIALISTAS Y FASCISTAS, Y A SU RÉGIMEN DE OCUPACIÓN MILITAR! – ALDE HEMENDIK!

 

¡¡¡VIVA EL PUEBLO VASCO LIBRE!!! – GORA EUSKAL HERRI ASKEA!!!

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pretendido “éxito” del programa oportunista-realista-posibilista Pnv-Eta (XXVIII)

“Cambio de makila” en la burocracia Pnv

Introducción al Imperialismo (15)