Traidores y Renegados indígenas colaboran en la usurpación de los títulos del Reino de Nabarra

Traidores y Renegados indígenas colaboran en la usurpación de los títulos del Reino de Nabarra


Felipe Campo


 

Las maniobras de falsificación histórica orientadas a la usurpación del Reino de Nabarra tras su criminal invasión y ocupación militar en 1512: realizadas primero por los reyes de la Monarquía Católica (y por los del fraudulento “Reino de España” después), no son cosa nueva y se remontan a las llamadas “Cortes de incorporación” reunidas en Burgos en Junio de 1515.


En ellas, y según sus actas, el Reino de Nabarra quedó agregado como un reino más “en la Corona real destos dichos reynos de Castilla, de León, de Granada etc.”. Es decir, que no fue incorporado, ni unido, ni reunido como una posesión o dependencia del Reino de Castilla sino que fue agregado como un reino más de los que componían aquella corona real. En cualquier caso, aquello fue simplemente otro acto más del criminal ocupante que no tuvo la menor legitimidad: no más que la propia conquista; y un acto en el que ni siquiera un solo natural del Reino de Nabarra participó ni estuvo presente. Esto ha sido siempre la norma en nuestro País; como tampoco estuvieron presentes los representantes del Reino de Nabarra en la constitución de la “Asamblea Nacional Constituyente” francesa en Junio de 1789, ni participaron en ninguno de los ilegales actos que se adoptaron en contra de nuestro Estado y que finalizaron en su ilegal abolición, también nula de pleno derecho. Efectivamente, jamás pisaron esa Asamblea:


“Sólo hay una puerta a la que ellos no se presentaron: la de la sala de sesiones de la Asamblea Nacional [francesa]. En ningún momento los diputados de Nabarra enviarán sus poderes, y en consecuencia no serán admitidos a participar en las sesiones. ‘Las pruebas más ciertas [de ello] podrían ser presentadas’, escribe Polverel al respecto. Bastará citar las líneas siguientes de la memoria del Sr. Polverel: ‘Nabarra es, si no me equivoco, el único de los países sometidos a la dominación del rey de Francia cuyos diputados no se han presentado en la Asamblea Nacional’ [francesa]. (G.-Em. Morbieu; Le Royaume de Navarre et la Révolution Française: sa résistance au Roi, son abstention à l’Assemblée nationale, 1911. Traducido del original en Francés por el autor de este texto.)


Lo que es nuevo es lo ocurrido recientemente los días 26 y 27 de Septiembre de este año 2025, que no es sino una consecuencia del abandono de toda estrategia nacional y democrática adoptada desde 1977-79 por los traidores colaboracionistas que forman la burocracia mafiosa-liquidacionista Pnv-Eta y sus satélites: Ea-Ehbildu-Sortu-Geroabai etc., integrados desde entonces en el régimen fascista español del Segundo Franquismo actualmente reinante que ocupa militarmente nuestro País, y que ellos están aceptando desde hace casi medio siglo ya como un régimen legítimo y democrático y como “el Estado” propio.


Frente a aquella digna ausencia y negativa que mostraron nuestros antepasados a reconocer la ocupación de nuestro Estado, ahora en cambio los impostores navarros María Chivite (confesa nacional-socialista española de Falange-PsoE), y Unai Hualde (pretendidamente ‘nacionalista vasco’ del Pnv), que se titulan respectivamente “presidenta de la comunidad autónoma de Navarra”, y “presidente del parlamento” de esa “comunidad autónoma española”, han colaborado en la falsificación y usurpación del Principado de Viana: título que fue del heredero del Reino de Nabarra; el Estado del Pueblo Vasco que ellos ignoran o incluso rechazan, y que sólo les sirve para entregarlo como trofeo de caza al criminal invasor extranjero a cambio de los sueldos que obtienen de él por su abyecta traición y sumisión.


Desde la primera anexión de territorios pertenecientes al Reino de Pamplona, resultado de la derrota en Atapuerca (1054) del rey García Sánchez III frente a Fernando I, rey de León y Conde de Castilla, el proceso de agresión contra los Territorios y el Estado históricos del Pueblo Vasco a manos del naciente expansionismo imperialista hispánico: leonés-castellano y aragonés, continuó sin interrupción a través de los siglos contra dicho Reino y su sucesor, el Reino de Nabarra. Así llegamos al primer gran desmembramiento del Reino de Nabarra, eclesiásticamente inducido/facilitado por el legado papal, Cardenal Gregorio de Sant’Angelo, mediante la excomunión del rey de Nabarra Sancho VII y la puesta de su Reino en entredicho; lo cual sería ya una constante para el futuro en la actuación conjunta de la Iglesia y los reinos hispánicos en contra del trans-pirenaico Reino de Nabarra. Ello ocurrió cuando en 1199-1200, y tras el asedio de Vitoria (nueve meses de cerco), la ciudad se rindió, y Alaba (excepto Sonsierra-Rioja alavesa), Gipuzkoa y el Duranguesado fueron arrebatados al Reino de Nabarra.


La siguiente agresión y ocupación total del Reino llegó en 1512, a manos de la Monarquía Católica compuesta por los reinos de Aragón y Castilla. A continuación, el rey Fernando II – de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén etc. – y regente de Castilla se auto-tituló “rey de Nabarra”, pero sin que nadie lo reconociera como tal; ni siquiera el Papa Julio II, que en Febrero de 1513 (dos días antes de su muerte) emitió la inicua bula de desposesión ‘Exigit contumacium’ en contra de la reina Catalina I de Nabarra. Como queda dicho, ni siquiera la Iglesia Católica reconoció jamás a Fernando de Aragón ni a sus herederos como reyes de Nabarra:


« [...] Como consecuencia de la conquista, el usurpador rey Fernando el Buldero: titular de los reinos “de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén” etc., se había proclamado también Rey de Nabarra desde finales de Agosto de 1512. Y sin embargo, la Santa Sede JAMÁS reconoció a Fernando II (ni a ningún otro monarca hispánico, como expondremos) como rey de Nabarra:


“[...] Y nótese otro fenómeno no poco llamativo: Julio II y León X [...] no obstante, en la práctica, con refinada prudencia vaticana, nunca llamaron a Fernando ‘rey de Navarra’ [en los diplomas papales dirigidos a él]. [...] La dirección oficial de ambos breves fue la siguiente: Caríssimo in Christo filio nostro Ferdinando Aragonum atque utriusque Sicilie, Regi Catolico. [Carísimo en Cristo hijo nuestro Fernando, Rey Católico de Aragón y de las Dos Sicilias]”. (T. de Azcona; ‘Las bulas del papa Julio II como justificación de la conquista de Navarra en 1512’, 2013.)

Etc. » (Véase nuestra obra: ‘Apuntes sobre la Historia del Pueblo Vasco/Euskal Herria y de su Estado: el Reino de Nabarra / Notes on the History of the Basque People/Euskal Herria and its State: The Kingdom of Nabarre’.)

 

A despecho de esa conquista, criminal, ilegal y nula de pleno derecho, el Reino de Nabarra continuó teniendo sus propios monarcas legítimos: sucesores de la reina Catalina I de Nabarra y su esposo Juan de Albret, con plena jurisdicción en sus territorios del Reino libres al norte de los Pirineos. De hecho el Papa Clemente VIII, por la Bula ‘Divinae gratiae abundantiam’ (15-Octubre-1595), reconoció expresamente a su sucesor legítimo Enrique como “rey cristianísimo de Nabarra (III desde 1572, como sucesor legítimo y heredero natural del trono del reino tras la muerte de su madre la Reina de Nabarra Juana III de Albret) y de Francia” (con el ordinal IV desde su reconocimiento – que no herencia/sucesión – como tal en 1589 tras la extinción de la dinastía de los Valois). E hizo todo ello, notoriamente, en perjuicio del rey Católico Felipe II, quien hasta el último instante intentó evitar ese reconocimiento papal puesto que aspiraba a obtener él mismo ambos nombramientos para sí y sus herederos (por su matrimonio y descendencia con Isabel de Valois), pero fracasó absolutamente en ello, desde que el Papa absolvió un mes antes al rey Enrique:


« [...] He aquí el inicio – primer párrafo – del documento conservado en el Archivo General de Simancas, en el que se da cuenta de aquel acto y en el que, ya desde esas primeras líneas, la desolación hispánica es palpable: “Domingo, a 17 de Settiembre 1595, nuestro Santissimo Padre Papa Clemente Octavo, [...], absolvió in foro exteriori a Enrico Borbon, llamándolo Rey de Francia y de Navarra,” etc. (AGS, Estado, 965, s.f. Citado por J. I. Tellechea Idigoras; ‘La absolución de herejía de Enrique IV de Francia por Clemente VIII. Un caso moral, canónico y político conflictivo’, 2001.) » Etc. Véase el texto completo en el Capítulo 8 - Continuidad del Reino de Nabarra tras su ocupación militar, de nuestra obra citada.


NINGÚN rey “de España” ha sido JAMÁS rey de Nabarra, ni por tanto su sucesor ha sido JAMÁS Príncipe de Viana, y de hecho NINGUNO se ha titulado JAMÁS ni ha sido legalmente reconocido como tal. Todo esta actuación de propaganda española es en lo fundamental una falsificación y una superchería, además de una traición. Y, por supuesto, es una usurpación de unos títulos que jamás les han pertenecido ni a los reyes de la Monarquía Católica ni a los de “España”: ya fueran Habsburgos o Borbones. En cualquier caso, afirmar el Principado de Viana es afirmar la continuidad actual y real del Reino de Nabarra. Efectivamente: no hay ni puede haber Príncipe (o Princesa) de Viana sin Rey de Nabarra; y no hay ni puede haber Rey de Nabarra sin Reino de Nabarra.


(Como es evidente, mientras que no hay ni puede haber rey sin un Reino, en cambio puede perfectamente haber un Reino sin rey. Ésta: una permanente situación de sede/trono vacante, es la situación actual del Reino de Nabarra desde los actos de traición a las leyes, libertades y derechos constitucionales de este Reino que impusieron ilegalmente sus reyes Luis II [y XIII de Francia] y su hijo y sucesor Luis III [y XIV de Francia] con los llamados “Edicto de Unión” [1620] y “Tratado de los Pirineos” [1659] respectivamente, realizados en perjuicio del Reino de Nabarra y en beneficio de los Estados ocupantes hasta el día de hoy; lo cual los destituyó – a ellos y a sus herederos – como tales reyes de Nabarra; sin que ello pueda resultar en detrimento alguno de la continuidad, vigencia y actualidad nuestro Estado, como la persona jurídica de máximo rango que es según el Derecho Internacional.)


En cuanto a la actuación de los actuales traidores navarros que han regalado a la Monarquía de España el título de heredar el trono del Reino de Nabarra... su despreciable actuación se califica por sí sola, y sus nombres serán recordados por las futuras generaciones, y unidos a la ignominia que ellos han perpetrado.


(Véase el Capítulo XIX – Agentes indígenas del Nacionalismo imperialista: Renegados y Traidores-Colaboracionistas de nuestra obra general de referencia ‘ EUSKAL HERRIA Y EL REINO DE NABARRA, O EL PUEBLO VASCO Y SU ESTADO, FRENTE AL IMPERIALISMO FRANCO-ESPAÑOL / EUSKAL HERRIA AND THE KINGDOM OF NABARRE, OR THE BASQUE PEOPLE AND ITS STATE, AGAINST FRENCH-SPANISH IMPERIALISM’.)


DERECHO DE AUTODETERMINACION O INDEPENDENCIA NACIONAL INCONDICIONAL E INMEDIATA DEL PUEBLO VASCO / EUSKAL HERRIA!


¡REINO DE NABARRA: EL ESTADO DEL PUEBLO VASCO / EUSKAL HERRIA!


¡Ejército de ocupación ni con música!

¡España ni con república! ¡Francia ni con monarquía!


¡BOYCOTT TOTAL A LOS IMPERIALISTAS Y FASCISTAS, Y A SU RÉGIMEN DE OCUPACIÓN MILITAR! – ALDE HEMENDIK!


¡¡¡VIVA EL PUEBLO VASCO LIBRE!!! – GORA EUSKAL HERRI ASKEA!!!

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