Violencia criminal y Terrorismo de Estado, camuflados por el “terrorismo” individual de los atentados

(Texto publicado inicialmente el  11-Octubre-2019.)



 Violencia criminal y Terrorismo de Estado, camuflados por el “terrorismo” individual de los atentados

Al menos en sendos artículos publicados en esta página: ‘“Las narrativas de la violencia”, según los agentes del social-imperialismo fascista franco-español’, de fecha 29-Septiembre-2018; y ‘El Pueblo Vasco y la Memoria de las Víctimas del Terrorismo’, del 13-Marzo-2019, se ha abordado de forma directa y principal la cuestión de la Violencia, el Terrorismo y sus Víctimas en nuestro País desde un punto de vista democrático. Un punto de vista que como es natural debe forzosamente llevar a la consideración de las Víctimas, la Violencia y el Terrorismo de guerra y de Estado con los que a lo largo de los siglos se ha instaurado el criminal régimen imperialista, colonialista y fascista franco-español sobre el Pueblo Vasco y su Estado, el Reino de Nabarra, puesto que es ésa la criminal violencia unilateral, voluntaria, incondicionada, originaria, eminente y eficiente que ha operado en nuestro País y contra nuestro Pueblo, y la que ha dado lugar a todas sus consecuencias posteriores implicadas en la legítima defensa.

La cuestión así establecida es definitiva y terminante, ha sido expuesta con profusión de relevantes textos producidos sobre el tema en cuestión por el Derecho Internacional de las Naciones Unidas, y nadie con buena voluntad y honestidad intelectual y moral puede oponer objeción fundamental alguna a los artículos citados, que son públicos y de libre acceso, por lo que no vamos a insistir en ellos. Sin embargo, los traidores autóctonos “vascos” que trabajan al servicio del criminal régimen imperialista franco-español de ocupación militar establecido: al que ellos llaman “legítimo y democrático”, pueden permitirse ignorarlos y volver a la falsificación fundamental sobre la que han construido su “narrativa” y su miserable tarea y forma de vida: bien retribuida gracias a su traición. Se trata de una tarea que consiste en realizar una corrupción sociológica y un adoctrinamiento ideológico que – al servicio del actual régimen fascista franco-español de ocupación militar, el cual impide toda posibilidad de contestación al nivel que sería mínimamente necesario para poder contra-restar su ponzoña – ellos difunden entre el Pueblo Vasco sin el menor escrúpulo ni temor, puesto que saben que cuentan con la protección de los monopolios de violencia criminal y de embrutecimiento de masas, anexo al monopolio de violencia; los cuales amplifican y repiten hasta la náusea sus repugnantes patrañas a pesar de que ellos saben que lo son. No pueden llamarse a engaño, respecto a las consecuencias de ello cuando este Pueblo sea libre.

Es así como el pasado miércoles, día 9 de Octubre, el pretendido “lehendakari del gobierno vasco” realizó un llamamiento “a todos los partidos sin excepción” para que asuman “una mirada crítica” que pueda llevar a todos los grupos a admitir de una vez que “matar estuvo mal”; siempre que quien ha matado no haya sido el régimen de ocupación militar que a él le paga el sueldo y del cual él es su representante ordinario; en cuyo caso  según se ve  hay que evitar toda mirada crítica, ya que en ese caso “matar no estuvo mal sino que estuvo bien”. Iñigo Urkullu exhortó a “no refugiarse en lamentos o excusas cuando se exige un rechazo del terrorismo”, que por supuesto para él no es el Terrorismo de Estado sino toda contestación al Terrorismo de Estado. El “lehendakari” reiteró su convicción de que hay que realizar “un ejercicio de memoria crítica respecto al pasado”; pero siempre que “el pasado” no sea demasiado pasado, no sea que lleguemos a momentos sobre los que no hay que tener memoria y que el régimen establece que hay que olvidar, como con toda desvergüenza el autor que motivó el primero de los artículos citados decía que había que hacer.

Es decir, el Estado imperialista y terrorista: que unilateral y criminalmente inició la agresión cuando le convenía e impuso por la violencia la destrucción del Estado y los derechos humanos fundamentales e inherentes del sojuzgado Pueblo Vasco, una vez ganada la guerra, declara “la paz” también cuando le conviene; impone su ley del más fuerte a la que cínicamente llama “derecho”: su derecho positivo (“might is right”, esto es: “las leies quel vencedor [im]pone al vencido, y con ellas nuestra lengua”, según lo explicaba Nebrija a la reina Isabel I de Castilla en el Prólogo a su Gramática); exige la aceptación del nuevo status quo’ al que llama “convivencia”; y espera así que la oposición democrática: desarmada y aterrada (y finalmente incapaz y/o corrompida), olvidará sus monstruosos crímenes contra inocentes e indefensos niños y ancianos, mujeres y hombres, y que aceptará la situación resultante de las guerras de agresión y conquista, de los bombardeos sobre ciudades y aldeas, de la angustiosa opresión, discriminación y exclusión del Pueblo sojuzgado, sus caracteres nacionales y ante todo su Lengua, y del exilio, la confiscación, el pillaje y el genocidio; a todo lo cual sus agentes llamarán a partir de ahora “democracia y suelo ético”.

Es justamente lo que “distinguidos” charlatanes teóricos al servicio del imperialismo han establecido como base para el artificial y teratológico “ente nacional” producto del imperialismo, a saber: “una adecuada combinación de memoria y olvido”: “El olvido y, yo diría incluso, el error histórico [entiéndase: la deliberada y sistemática distorsión/falsificación de la historia] son un factor esencial de la creación de una nación; y de este modo el progreso de los estudios históricos es a menudo un peligro para la nacionalidad. [...] Ahora bien, la esencia de una nación consiste en que todos los individuos tengan muchas cosas en común, y también en que todos hayan olvidado muchas cosas”. Etc. (E. Renan, “¿Qué es una nación?”; 1882.)

A tal efecto, tras haber desterrado, encarcelado, torturado y asesinado a la oposición democrática, el régimen terrorista y fascista: que persigue como delitos y crímenes “comunes”, como “terrorismo”, la defensa teórica o práctica de los derechos humanos fundamentales y – ante todo – del derecho inherente de libertad nacional o autodeterminación y de legítima defensa de todos los Pueblos, fabrica, designa e integra su propia oposición. Con la complicidad de ésta, ese régimen es presentado por sus ideólogos y apologistas alienígenas y aborígenes: falsarios puros y cínicos sin vergüenza, o víctimas culpables de su propia y absurda propaganda (cuando no confusa mezcla de ambas cosas), como una realidad “pacífica”, “neutra” e incluso “apolítica”; como “un régimen de extraordinaria placidez” (Mayor Oreja dixit) al margen de la violencia en el que no hay ya lugar ni justificación para los “delitos políticos”, y cuyos ejércitos de ocupación y cuerpos de represión armados hasta los dientes: desplegados por nuestros montes y valles, ciudades y aldeas, y ansiosos por volver a entrar en acción y repetir en los mismos lugares las “gestas” que antaño ya hicieran, ellos pretenden que son inexistentes o simplemente una realidad “democrática y no-violenta”, integrada en el paisaje de la sociedad de forma tan “natural” como los propios montes y ríos; como – en fin – un “Estado democrático y de derecho” regido bajo “el imperio de la ley”. Es decir: el Estado fascista e imperialista y su ley del Imperio que, mediante el Terrorismo y sus monopolios jurídicos basados en su monopolio de la violencia, incompatible con el respeto de los derechos humanos fundamentales e inherentes, ellos han contribuido a imponer y apoyan.

Así pues, y para consolidar definitivamente todo ello, el “lehendakari” está tratando de establecer “las bases mínimas” de ese “suelo ético” que debería ser compartido por todos los “partidos vascos”; unas bases que, según explicó, se resumen en la afirmación de que “matar estuvo mal”. Pero, puesto que parece que no hay que insistir mucho en que SIEMPRE Y PARA TODOS estuvo mal matar, ya que de hecho hubo momentos en los que según parece matar estuvo bien y hasta la Iglesia lo bendecía (“Benditos sean los cañones, si en las brechas que abren florece el Evangelio”), el “lehendakari” se cuida muy mucho de entrar en esas cuestiones; por tanto, lo que él establece en realidad es más bien un SUELO ETÍLICO donde él y todos los miembros de la mafia que forman su “gobierno” se revuelcan, mientras se desternillan de risa a costa de este desgraciado País que ellos están impúdicamente engañando y explotando. Una base etílica que, como él ha dicho, debería ser compartida por todos los “partidos vascos”, para que no haya discrepancias entre “las familias” de mafiosos. Y por si no bastara con el “lehendakari”, su “portavoz” Erkoreka justificó a continuación su sueldo afirmando aún con mayor saña que “no se está avanzando en el reconocimiento del daño causado y en que matar siempre estuvo mal, y si no se avanza en estos temas, se retrocede”. La miseria intelectual y moral de estos desaprensivos es repugnante.

Ante esta situación, y aparte de reafirmar los textos ya mencionados que el lector interesado puede consultar, se ofrece a continuación el Capítulo 13 – El “terrorismo” individual como ocultación del Terrorismo de Estado: los atentados no-gubernamentales’, del texto general: ‘Violencia y Terrorismo.- Su mistificación ideológica al servicio del Imperialismo’, publicado en Español e Inglés.



Epílogo: No es posible hacer frente al imperialismo si los conceptos fundamentales – teóricos, ideológicos y políticos – de una oposición democrática: que ha de estar forzosamente basada en la defensa de los derechos humanos fundamentales (y ante todo del derecho de autodeterminación de los Pueblos sojuzgados, así como de independencia e integridad de sus Estados legítimamente constituidos sobre dicho principio), están siendo constantemente falsificados, distorsionados o ignorados. La actual “clase política oficial vasca” está formada, en el mejor de los casos, por ignorantes e incompetentes absolutos en todas estas cuestiones fundamentales. Lo peor es que, además, son corruptos que están económica, ideológica y simbióticamente integrados en el régimen de ocupación militar al que, suceda lo que suceda, no se cansan de confortar y reconocer como “legítimo, democrático” etc., y de hecho dentro de pocos días esa mafia liquidacionista Pnv-Eta va a llevar al Pueblo Vasco, una vez más, a reconocer el repugnante régimen fascista español como democrático en otras “decisivas elecciones generales”. Sin deshacerse de esa camarilla de sinvergüenzas y/o incompetentes no es posible una política de liberación nacional.


Ante esta situación de emergencia, es absolutamente necesario lograr la unidad estratégica de todas las fuerzas de oposición democrática frente al imperialismo. Una unidad estratégica que sólo puede realizarse en función también estratégica, es decir: en torno a un objetivo o fin estratégico y fundamental – no parcial o secundario – que haga posible la acumulación de todas esas fuerzas democráticas, unánimes en su aceptación; mientras que su rechazo sólo pueda hacerse por los sectores comprometidos con el mantenimiento de las posiciones del imperialismo, lo cual los dejará fatalmente en evidencia. Y el único fin estratégico y fundamental que el sojuzgado Pueblo Vasco tiene ante sí es la liquidación del régimen imperialista de ocupación militar español y francés, y la restauración de su Estado propio: el Reino de Nabarra; un fin que nos proporciona una palanca decisiva, en el contexto del derecho internacional de los Pueblos declarado por la ONU, para el objetivo de garantizar la pervivencia nacional del Pueblo Vasco como un actor más de la escena internacional, en pie de igualdad con todos los Pueblos del Mundo.


“La lucha de clases, originalmente diseñada para la sociedad industrial y abortada allí, se ha convertido en el patrón dominante de las relaciones internacionales entre las ‘democracias’ establecidas y el tercer mundo.” (Reinhold Niebuhr, en ‘La lucha internacional de clases’; ‘The Irony of American History’, 1952.)


El imperialismo es la lucha de clases a nivel internacional: es la dominación y explotación de un País por otro. Y el imperialismo Nacionalista consiste además en la destrucción de la Nación dominada y la imposición sobre ella de los caracteres nacionales de la Nación opresora. Por lo tanto, y en estas condiciones, en un País sojuzgado bajo un régimen Nacional-imperialista y fascista de ocupación militar, como lo es el español y el francés, y hasta conseguir la liberación nacional y la restauración estatal, sólo caben dos Partidos reales, a saber: por un lado, el de la integración al criminal poder totalitario (en todos sus diversos avatares “a la derecha y a la izquierda”), que se apoya en las fuerzas militares de ocupación y se camufla como democrático tras una fachada de cartón-piedra que oculta la verdadera realidad imperialista; y el de la Resistencia, por el otro, cuyo objetivo es y sólo puede ser conseguir la expulsión de las fuerzas de ocupación: un elemento básico para recuperar la libertad nacional. Otra cosa será cuando la independencia nacional sea ya efectiva y haya una situación de real libertad, en cuyo momento podrán manifestarse diversas opciones políticas; pero hasta ese momento, toda división interna del Pueblo sojuzgado lleva y sólo puede llevar a su debilitamiento y por tanto a perpetuar la dominación del imperialismo sobre él.


Es pues evidente que la labor de los agentes de la burocracia liquidacionista Pnv-Eta, que consiste también en potenciar la división partidaria interna en el momento presente, arruina necesariamente nuestro mencionado objetivo fundamental en el que esas burocracias no creen, y que de hecho han abandonado y substituido por “la contienda electoral, las urnas y el voto” en el seno del Estado ocupante que ellos reconocen como propio, no-violento, legítimo y democrático; a todo lo cual ellos llaman “democracia vasca”. Es simplemente el régimen que ellos necesitan para poder vivir y prosperar, aunque ello signifique la ruina del Pueblo Vasco.

Por tanto, frente a ese funesto divisionismo interno, la unidad estratégica de las fuerzas populares de oposición democrática exige aglutinarse en un Movimiento de Resistencia Nacional: integrado por todos los sectores de esa oposición democrática, los cuales podrán mantener su propia personalidad pero compartiendo y defendiendo todos ellos en esta etapa histórica, como una sola alma, dos únicos principios fundamentales, complementarios y absolutamente indisociables. Sólo hay dos principios cuyo mantenimiento condiciona y permite la unidad estratégica de las fuerzas populares para la constitución de ese Movimiento de Resistencia y Salvación Nacional: unos principios que incorporan en nuestro favor toda la potencialidad democrática y estratégica del Derecho Internacional. Estos principios son y sólo pueden ser:

1/ Afirmación del derecho de libertad, LIBRE disposición, independencia nacional o autodeterminación del Pueblo Vasco/Euskal Herria.

“Piedra angular de la democracia”, el derecho internacional de autodeterminación o independencia de todos los Pueblos es un derecho que es originario, fundamental, inherente, de costumbre, inmediato, incondicional, continuo, permanente, inalienable, irrenunciable e imprescriptible para todos los Pueblos sojuzgados bajo un régimen imperialista y extranjero; que es la misma cosa que la incondicional e inmediata independencia de éstos contra/frente a toda dominación o intromisión extranjera contraria a su libertad nacional; y que ha sido reconocido – no constituido – por el Derecho Internacional contemporáneo de las Naciones Unidas: desde el Artículo Primero de su fundacional Carta de San Francisco así como por numerosas y relevantes Resoluciones de su Asamblea General, como EL PRIMERO DE LOS DERECHOS HUMANOS FUNDAMENTALES Y LA CONDICIÓN PREVIA PARA EL PLENO DISFRUTE DE TODOS ELLOS.

Su corolario y aplicación práctica consiste, como requisito ineludible para su realización, en la EXIGENCIA DE EVACUACIÓN INCONDICIONAL E INMEDIATA de todas las fuerzas de ocupación y de todo el aparato de sojuzgamiento imperial-colonialista de las Potencias ocupantes: España y Francia, FUERA de los Territorios históricos del Pueblo Vasco y de su Estado. Y

2/ Afirmación de la continuidad, vigencia y actualidad de nuestro Estado propio: el Reino de Nabarra, sucesor del Reino de Pamplona – “el Reino de los Vascos” – constituido por una Confederación de Repúblicas, Condados y Señoríos Vascónicos histórica y libremente reunida en torno a él. Internacionalmente reconocido durante mil años el Reino de Nabarra sigue siendo el único Estado de la Nación Vasca, al que jamás ha renunciado ni ha admitido ni reconocido nunca ningún otro.

Su necesaria consecuencia implica EL NO-RECONOCIMIENTO Y LA DENUNCIA constantes e incesantes de los Estados ocupantes: el “Reino de España” y la “República francesa”, y de sus regímenes totalitarios de ocupación militar, como criminales, imperialistas, colonialistas y fascistas, y no como los propios, no-Nacionalistas, no-violentos, legítimos y democráticos, según está haciendo hasta el día de hoy la pretendida “clase política oficial vasca” formada por la burocracia liquidacionista Pnv-Eta y sus satélites.


Simultáneamente, y mientras el imperialismo no retira de nuestro País sus fuerzas de ocupación (dado que ellas constituyen el elemento esencial y fundamental de su dispositivo estratégico de dominación, sin el cual todo su sistema se desploma), el corolario y la aplicación práctica de estos dos principios implica mantener un BOYCOTT TOTAL:


– a toda participación, tanto en las instituciones del régimen imperialista-colonialista y fascista de Francespaña, que criminalmente los conculcan desde su constitución real y primaria (y especialmente en sus monopolios jurídicos o “parlamentos”: Parlamento francés y Cortes Generales españolas, establecidos a lo largo de los siglos mediante su Monopolio de la Violencia criminal y el Terror de guerra y de Estado, e incontables e imprescriptibles crímenes constitutivos); así como en sus “elecciones generales” totalitarias que “legitiman” todo ello, y


– a toda colaboración con toda persona individual o colectiva que total o parcialmente, en la teoría o en la práctica, se niegue a asumir públicamenteuno o ambos principios fundamentales antes citados. Como es evidente, no es posible hacer una política anti-imperialista con el concurso de los imperialistas y fascistas – infiltrados agentes quinta-columnistas del imperialismo franco-español; quienes, al negarse a asumir esos principios que afirman nuestros derechos nacionales, afirman por el contrario su “derecho de imperialismo” y ocupación militar sobre nuestro Pueblo y Estado, y forman objetivamente – algunos incluso subjetivamente – parte de ese imperialismo.


¡REINO DE NABARRA: EL ESTADO DEL PUEBLO VASCO/EUSKAL HERRIA!


¡Ejército de ocupación ni con música!


¡España ni con república! ¡Francia ni con monarquía!


BOYCOTT TOTAL A LOS IMPERIALISTAS Y FASCISTAS, Y A SU RÉGIMEN DE OCUPACIÓN OCUPACIÓN MILITAR!  –  ALDE HEMENDIK!


¡¡¡VIVA EL PUEBLO VASCO LIBRE!!! – GORA EUSKAL HERRI ASKEA!!!

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