El “president” Torra visita al “lehendakari” Urkullu

(Texto publicado inicialmente el 15-Noviembre-2018.)


El “president” Torra visita al “lehendakari” Urkullu


El “president”man “generalitat de Catalunya”: nombre que en la legalidad actual designa oficialmente la administración de la región “autónoma” española llamada Cataluña, de la que él es su representante ordinario, ha visitado ayer al “lehendakari” de lo que llaman “gobierno de Euskadi”: nombre que en la legalidad actual designa oficialmente la administración de la región “autónoma” ede lo que llaspañola formada por las “provincias” vascas Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, de la que él es también su representante ordinario. En ese encuentro se han hecho referencias directas a la amistad y los encuentros entre el Lehendakari José Antonio Agirre y el President Lluís Companys, como si el encuentro de ayer fuera una repetición de aquéllos cuando en realidad era su simulacro y falsificación; es decir: una repetición de una historia trágica, sólo que ahora en clave de farsa. Los halagos de Torra a Urkullu y su comparación – o simple mención – de Agirre con él constituyen una burla y una ofensa intolerables.

Ambas “instituciones”: “generalitat de Catalunya” y “gobierno de Euskadi” (exactamente igual que el llamado “gobierno de Navarra”) son enormes montajes falsos de cartón-piedra, totalmente desprovistos de poder político real, y destinados a crear la ficción de que existe un autogobierno real cuando no es así en absoluto:

La Asamblea General, [...] 6. Considera que la manera en que los Territorios referidos en el Capítulo XI de la Carta [aquéllos ‘cuyos pueblos no han alcanzado todavía la plenitud del gobierno propio’] pueden llegar a ser plenamente autogobernados [fully self-governing, aunque la versión oficial en Español, ideológicamente orientada, evita esta traducción y dice ‘plenamente autónomos’ cuando no es ése: autonomous, el término utilizado en la versión original en Inglés] es primordialmente [o ante todo: primarily] por medio del logro de la independencia, aunque se reconoce que el gobierno propio [self-government] puede también ser alcanzado mediante la asociación con otro Estado o grupo de Estados si este acto se realiza libremente y sobre la base de igualdad absoluta;” etc. [ Resolución 742 (1953) de la Asamblea General de las NU]

Esos simulacros del auténtico self-government/independencia, llamados pomposamente “gobiernos”, permiten la ocultación: ante los propios administrados y ante el mundo entero, del régimen de ocupación militar sobre los Pueblos sojuzgados; un régimen que es presentado por el contrario como legítimo y democrático. Para crear una ilusión de realidad en lo que es un montaje: para hacer creíble el engaño y posible la colaboración con él, tranquilizando escrúpulos de conciencia y proporcionando una “buena fe” de encargo para sus servidores, se han creado toda una serie de estructuras y cargos que naturalmente llevan aparejados sueldos. Esto ha creado una capa social de funcionarios y enchufados totalmente dependientes de una situación que – aparte de no tener ni idea – no tienen la menor intención de hacer nada para cambiarla, y que por el contrario están dispuestos a todo para conservarla y con ella los privilegios que deben al régimen en el poder.

No conozco al “president” Torra y no me atrevo a juzgar su sinceridad y cómo se ve a sí mismo; pero desde luego el “lehendakari” Urkullu sabe perfectamente y asume con plena consciencia y con todas sus consecuencias el hecho de que él es un funcionario del Gobierno español espléndidamente pagado para hacer creer a sus administrados que existe realmente un “gobierno vasco”, y no tiene la menor intención de poner en riesgo nada de eso. Si el Sr. Torra esperaba encontrar otra cosa en su visita, es de esperar que habrá sacado ya las conclusiones adecuadas. La visita de Torra a Urkullu es una muestra dramática de su ingenua ignorancia de la realidad; una realidad de la que Puigdemont debería haberle informado porque debería tenerla ya clara desde su “affaire” con Urkullu en Octubre del año pasado: aquella “gestión” en la que éste se reveló como un peón de Rajoy sin la menor capacidad de decisión; vamos, como un absoluto cero a la izquierda, aparte de como un agente encargado de disuadirlo para que se plegara a la legalidad establecida, es decir: para conseguir la sumisión incondicional de Puigdemont, que es para lo único que Urkullu tenía permitido actuar.

Así pues, hemos tenido una reunión que ha puesto de manifiesto, por un lado, a una persona tal vez sinceramente deseosa y decidida a hacer lo necesario para que el Pueblo Catalán pueda ejercer el derecho de autodeterminación, sólo que no tiene ni idea de en qué consiste o cómo se come eso; y, por el otro, a una persona que (aparte de no tener tampoco la menor idea de en qué consiste el derecho de autodeterminación o independencia del Pueblo Vasco) está sinceramente no sólo deseosa sino resuelta a no mencionarlo siquiera, ni hacer nada que pueda ni por lo más remoto poner en peligro la estabilidad del régimen y todos los chanchullos felizmente instalados, empezando por su propio sueldo y siguiendo por el de los “parlamentarios” de la “democracia española”. Todo lo más que el grupo burocrático Pnv-Eta está “dispuesto” (léase: forzado) a hacer para hacer ver que hacen algo es seguir mareando al personal con el “derecho a decidir”, es decir: con la falsificación del derecho de autodeterminación, y con el grotesco “nuevo estatus del Pueblo Vasco” que van a consensuar junto con... ¡los “expertos” del régimen establecido cuyo objetivo es liquidarlo! Y por lo demás, seguir con lo mismo de siempre, a saber: “participación conjunta (o por separado) de ‘catalanes, gallegos y vascos’ en las elecciones al 'Congreso de los diputados' [de España], y al ‘Parlamento Europeo’”, como proponía este fin de semana Otegi. (Todo ello sin perjuicio de que éste afirme que el régimen español no es democrático “porque ha quedado probado que se le negó su derecho a la defensa”. Según nos instruye, en cuanto a lo demás podía ser no-democrático o al menos no se veía claro si lo era o no; pero ahora, con lo que se le ha hecho a él, queda claro que lo es.) La desvergüenza y el desprecio del Pueblo Vasco que todos esos desaprensivos tienen, son completos.

El problema para el Sr. Torra es que su posterior “baño de multitudes” en el Kursaal donostiarra, de la mano de “Gure esku dago”, tampoco va a ayudarlo a aclarar ni a avanzar un milímetro en la implementación del derecho de autodeterminación, ya que ese colectivo tampoco tiene la menor idea sobre el particular, y su ejecutoria consiste simplemente en copiar y seguir por la misma senda de la “vía catalana” que allí ya se ha agotado o ha llegado al borde del precipicio, con los desastrosos resultados que todo el mundo conoce. Bueno, todo el mundo excepto, según parece, “Gure esku dago”, que sigue transitando impertérrito por ella cuando los propios Catalanes que la “inventaron” ya han comprobado su fin. Es de suponer que al menos el Sr. Torra tendrá presente lo que ocurre cuando un ciego guía a otro ciego: “entrambos caen en el hoyo”. En cuanto a que lo tenga presente “Gure esku dago”... las posibilidades son remotas.

Francamente, el Sr. Torra podía – debía – haberse ahorrado el viaje y habernos ahorrado que siga la falsificación y el engaño de la gente. Sin una ideología y una estrategia adecuadas que oponer a la realidad actual, consistente en dominación y opresión encubiertas de “democracia”, reunirse en un teatro, lanzar frases y remover el aire con palabras podrá servir tal vez para engañarse y sentirse uno bien (?), pero sólo hasta la próxima decepción tras el choque con la realidad.

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