Ministra Nacional-socialista española visita Bilbo para dar migajas al Pnv

(Texto publicado inicialmente el 27-Noviembre-2018.)


Ministra Nacional-socialista española visita Bilbo para dar migajas al Pnv


Los burócratas colaboracionistas del “gobierno vasco” están exultantes: una ministra (Nacional-socialista y catalana renegada para más señas) del Gobierno Español ha venido de visita a Bilbo para poner en sus manos nuevas migajas de la administración delegada que les permiten gestionar; unas migajas que van concediéndoles “a cuenta gotas” según ven que las necesidades de cada momento aconsejan, al objeto de dar oxígeno a una “administración local” irremediablemente cada vez más desacreditada y desenmascarada en su entrega a la colaboración con el régimen de ocupación y a la traición de los principios nacionales y estatales del Pueblo Vasco.

Para que las cosas queden bien claras, la ministra les ha recordado los deberes que van aparejados a la colaboración, trasladándoles repetidamente toda la bazofia ideológica que constituye la quintaesencia del actual sistema de ocultación y falsificación de la realidad del régimen imperialista español impuesto sobre el Pueblo Vasco y su Estado, a saber: “el principio de lealtad constitucional” española, por supuesto; principio que, en su delirio o cinismo (las posibilidades son variadas pero el resultado es el mismo), ella ha llegado a llamarlo también “de lealtad federal”. Las afirmaciones de la ministra, una y mil veces repetidas, siguen el invariable argumento tramposo que ya ha quedado desenmascarado en otros comentarios anteriores: “el autogobierno dentro de la ‘Constitución’ [española], puesto que el marco constitucional [español] y estatutario permite un autogobierno reforzado”… ¡reforzado con la ocupación militar, claro!

Evidentemente toda esa fauna se cree lo que quiere creer. No es que los burócratas Pnv sean incapaces de ver las supercherías teóricas que difunde el Gobierno – y el partido – Nacional-socialista español, y de comprender la imposibilidad absoluta de todo real auto-gobierno/self-government o independencia (el Pueblo nunca ha entendido otra cosa por “Askatasuna”) “dentro de la Constitución” formal española, que están contenidas dentro de esas dogmáticas falsedades. Unas falsedades “constitucionales” que, formalmente establecidas mediante los cañones (que – como recordaba Lassalle – son el fundamento de la constitución real y primaria), impregnan la “Constitución” formal y secundaria desde la derrota de nuestro País en la Primera Guerra “carlista” en 1839, y que ella les repite como un loro de forma invariable y ellos se tragan.

No. El problema es que hace ya mucho tiempo que los burócratas que componen esa banda mordieron ese anzuelo y lo tienen bien clavado. Y posiblemente, con el bolsillo bien untado, la situación ya ni les molesta ni pueden imaginar otra distinta. Es su opción: ellos mismos. En cualquier caso, teniendo estas cuestiones perfectamente aclaradas como están (véanse en esta misma página, por ejemplo, los textos ‘El “president” Torra visita al “lehendakari” Urkullu’, de fecha 15-Noviembre-2018; y ‘Distorsión y falsificación de términos y conceptos fundamentales por el imperialismo español’, de fecha 3-Septiembre-2018), lo que esos burócratas nunca podrán decir es que no tenían los instrumentos teóricos para oponerse a esa bazofia de discurso oficial que está sostenido por el ejército de ocupación, pero que el imperialismo español no ha cambiado desde aquel momento, ni puede cambiar ni quiere cambiar ni necesita además hacerlo, teniendo como tiene al frente de nuestro País a ese conjunto de cretinos y/o sinvergüenzas a los que tiene comprados a su servicio.

Un pueblo sojuzgado no puede ser libre si su pretendida intelligentsia/clase política está formada por desaprensivos colaboracionistas, o por incompetentes/ignorantes que, incapacitados por su soberbia para un humilde y honesto aprendizaje, evolucionan y se decantan eventualmente como traidores renegados al servicio del ocupante, con todos los inevitables y dolorosos síndromes de (auto)odio y mala conciencia que ello lleva aparejado y que mutuamente se retroalimentan. Para un Pueblo sojuzgado, desembarazarse de esa morralla y arrumbarla en donde no pueda hacer daño es una tarea ineludible de regeneración nacional y democrática.

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