El Plan Ibarretxe (XXIX)


EUSKAL HERRIA Y EL REINO DE NABARRA, O EL PUEBLO VASCO Y SU ESTADO, FRENTE AL IMPERIALISMO FRANCO-ESPAÑOL



XXIX – El Plan Ibarretxe


Iñaki Aginaga y Felipe Campo


El pacto de Lizarra-Garazi, de feliz memoria (que suscitó una esperanzada confianza, confrontada a la constatación de sus sillas vacías), era ventajosamente reemplazado por el “plan” del 13 de Mayo de 2001 y su prolongada, permanente, inamovible y finalmente desértica mesa de negociación:

“El pueblo vasco dijo el 13 de Mayo [2001] lo que quiere. Como lehendakari, desde las elecciones del 13 de Mayo estoy sentado a la mesa de la negociación, y no me voy a levantar. ¡Y no me voy a levantar! Estoy atornillado a la mesa de negociación. Sigo estando dispuesto a sentarme a hablar. Pero dos no se sientan si uno no quiere. El 17 de Abril [2005], a las ocho de la mañana me sentaré a la mesa de negociación con el Partido popular y el Partido socialista. ¡Que se sienten de una vez a la mesa de la negociación! Dicen que no van a negociar, pero esa posición no se puede mantener. ¿Cómo van a negarse a negociar, en una democracia, ante el clamor de la sociedad? Y si se niegan, todavía peor porque no sería democrático. La posición del gobierno español no se puede mantener. Si la propuesta se rechaza, no nos quedaremos de brazos caídos. Yo no puedo comprender cómo alguien puede oponerse a que la sociedad vasca pueda decidir libremente su futuro. Estoy convencido de que entre todos vamos a abrir un nuevo ciclo histórico de convivencia sobre tres pilares: paz, diálogo y decisión. Creo firmemente que el futuro está en manos de la sociedad vasca. Estoy absolutamente convencido de que 2006 va a ser un año transcendental, en el que se va a escribir el futuro de Euskadi para mucho tiempo.”

Así se manifiesta Juan José Ibarretxe en su – larga – espera: tanto de la realización de la consulta (no-jurídica) que él dice se celebrará (algún día), así como de su Plan, de cuyo resultado resolutivo dice estar (como siempre) “absolutamente convencido”. Porque, según continúa diciendo, “¿Qué clase de demócrata es un político que se niega a hablar de los problemas políticos?” ¿Y qué clase de político es quien – como hace él – no quiere enterarse del mundo en el que vive, y se empeña en considerar demócratas a los políticos imperialistas y a los fascistas?

Estar pegado y atornillado demasiado tiempo a la mesa de la negociación, sin intención ni esperanza de levantarse, podía haber tenido consecuencias psico-motrices nefastas; las cuales, sumadas a las afecciones psico-sensoriales diversas que el “lehendakari” ya había contraído en la sacrificada y dura lucha “contra la violencia venga de donde venga” (excepto la que viene del régimen imperialista y fascista franco-español de ocupación militar sobre el Pueblo Vasco y su Estado, que para él no lo es sino que es legítimo y democrático), habrían puesto en peligro la vida – valor supremo – del auto-designado “conductor del autobús” y, accesoriamente, de todos los viajeros.

Pero he aquí que, tras largo tiempo de espera sin que ninguna negociación se produjera, el posterior anuncio televisado de sus periplos ultramarinos por las colonias americanas permitía deducir, a falta de más explícita manifestación, que finalmente el “lehendakari” había acertado a despegarse, destornillarse y levantarse sin que nadie se enterara: condición ineludible para sentarse otra vez a negociar. El oficial Partido Fascista Español se desternillaba, y el desatornillado “lehendakari” ofrecía sentarse de nuevo para parir un nuevo plan de paz que compitiese en engañar incautos con los que sus “adversarios radicales” del Eta ofrecen cada fin de semana que estiman idóneo para ello. En conjunto, el grupo Pnv-Eta presenta nuevos planes de paz, diálogo y libertad cada vez a mayor velocidad, para ocultar que no tiene ningún otro que no sea el de seguir engañando al Pueblo como hasta ahora; al menos mientras éste acepte que le tomen el pelo y el régimen de ocupación lo estime conveniente.

Doce siglos de guerras, ocupación y anexión no han sido suficientes para que Ibarretxe ponga en duda el carácter fundamentalmente democrático y no-violento del régimen fascista español de ocupación militar, del que dependen su función y subsistencia. Pero la “incomprensible negativa a negociar e incluso a hablar” con él (por no mencionar la negativa de Aznar a saludar a Anasagasti) introduce un inaceptable “déficit democrático” del régimen, que de todos modos no afecta a su esencia democrática. Tampoco el “estado de excepción en Euskadi Sur” y el “déficit democrático” consiguiente, que “los radicales” del Eta “denuncian”, han cambiado nada sobre el particular.

En cuanto al régimen francés se refiere, ya “un gran lehendakari”: el presidencial predecesor de Ibarretxe, había manifestado sus propias reservas: “Siempre hemos dicho que Francia era una democracia, y ya ven, ahora no nos dejan pasar la frontera”. La guerra, la agresión, la ocupación, el desmembramiento y la anexión imperialistas multi-seculares no son suficientes para poner en entredicho la “democracia republicana” francesa; pero que a Ardanza no le dejen pasar la frontera es un hecho político transcendental que constituye impedimento dirimente para beneficiar plenamente del label democrático que la burocracia del Pnv atribuye a los imperialistas y a los fascistas.

“Lo primero es hablar con educación, y en este país los políticos tienen muy mala educación. Yo no voy a soportar los insultos de nadie. Lo único que yo pido al nuevo gobierno es que si no nos hablan, al menos que no nos insulten; que me respeten a mí como yo los respeto a ellos”. (El imperativo de una sodomía pasiva y respetuosa fue el brillante resultado de cincuenta años de realismo-posibilismo-minimalismo.)

La guerra, la ocupación, la represión o la tortura pueden pasar; pero Ibarretxe no transige con las malas maneras. Los responsables se exponen a las más terribles sanciones o represalias del ofendido Funcionario; aunque se ignora aún qué medidas adoptará éste, para escapar a las parlamentarias asignaciones a retro-pasivo destino al que podrían destinarlo sus aliados. (Aparte de recomendarles la lectura de párrafos selectos y persuasivos del “Caballero Cristiano Español”, cualquier otra medida que puediera adoptar sólo tendría por resultado que al “jefe del ejecutivo autónomo” se le acabara el cuento.)

Los adeptos al “diálogo y la negociación” con el imperialismo y el fascismo han conseguido las más soeces muestras del asco y el desprecio que inspiran a sus amos y señores. Sin que todo ello haya afectado a la interesada, rastrera, servil y suplicante actitud de los partidos y servicios auxiliares “autónomos”, que han pasado por donde han tenido que pasar para llegar donde están; y sin que haya contado para nada la dignidad del Pueblo que dicen representar. En cuanto a la buena educación de la burocracia Pnv, así como otras de sus reclamadas virtudes, han estado siempre reservadas al imperialismo y al fascismo. Sus portavoces tienen muy mala memoria en lo que concierne al trato que han dispensado a la oposición democrática o a los “disidentes” de su propio partido.

“Hay mucho nerviosismo. Yo quiero transmitir un mensaje de calma, de que no pasa nada, de que este Pueblo va a decidir libremente y con plena normalidad el régimen que quiere tener.” Después de ocho siglos de guerras, ocupación, terrorismo y fascismo, el angelical Representante Ordinario del Estado español cree que aquí no pasa nada, que sólo hay un poco de nerviosismo, y que el Pueblo podrá elegir el régimen que quiere tener: “libremente, con plena normalidad y sin violencia, entre diversas opciones todas respetables y legítimas. Lo único que pido es que me respeten a mí y a mis propuestas, como yo los respeto a ellos y sus propuestas: todas respetables y legítimas”.

Dos únicas interpretaciones de todo ello son posibles: o el imperialismo y el fascismo son opciones respetables y legítimas, o no existen en nuestro País. Ni en el propio Pnv se le había ocurrido a nadie, hasta que llegó Ibarretxe, un medio tan sencillo de solucionar un problema que – según eso – en realidad no existe, en una sociedad democrática y sin violencia que es la que en realidad existe, atentados del Eta aparte. Es, manifiestamente, lo que se está tratando de hacer creer a una opinión pública conveniente e incesantemente condicionada para creerse cualquier cosa.

Así pues, el “Plan” o “proceso de autodeterminación” de Ibarretxe tiene por condición la “ausencia total de toda violencia, legalizada o de respuesta”, como dicen; lo cual significa que el imperialismo franco-español y su Estado fascista de ocupación militar han dejado de existir. Quedaría entonces un nunca antes visto agregado social plenamente no-violento – luego apolítico – en el que todos los derechos se extinguen por falta de adversarios, y con ellos desaparecería también el “Plan”. Es decir: si la violencia existe, el “plan” no puede aplicarse al faltar la condición previa que él mismo establece para poder funcionar y resolver el problema. Y si la violencia no existe, entonces el “plan” no tiene sentido, puesto que no hay nada que resolver.

La “condición” del “plan”: el cual se propone con la finalidad declarada de resolver el problema creado por la Violencia criminal del imperialismo franco-español, es que no haya violencia; con lo cual, lo que está siendo postulado es el problema esté resuelto de antemano. Naturalmente queda otra interpretación, a saber: Ibarretxe no quiere realmente decir lo que dice; sólo pretende engañar una vez más a sus incautos seguidores cuando habla de “ausencia total de toda violencia”, puesto que en realidad él SÓLO quiere referirse a los atentados del Eta, mientras se deja subsistir el monopolio imperialista y fascista de la Violencia criminal del régimen franco-español de ocupación militar.

La “dificultad” del “Plan Ibarretxe” es que el imperialismo franco-español existe y que no tiene nada de legítimo ni democrático: consiste en crímenes de guerra, crímenes contra la paz y la seguridad del Pueblo Vasco y su Estado legítimamente constituido, y crímenes contra la humanidad, los cuales son incompatibles con una auténtica realización de ese postulado diálogo y decisión libres. Por tanto, hablar de esa posibilidad bajo un régimen imperialista no es resolver el problema sino negarlo o darlo por resuelto, si es que alguna vez existió. Y es también negar, junto con el problema, toda solución real, destruyendo así toda posibilidad de llegar a ella.

El “Plan Ibarretxe” encarna lo peor del “nacionalismo vasco” Pnv tradicional: es un programa basado tanto en la negación de la realidad fascista del imperialismo franco-español sobre el Pueblo Vasco, así como en el sabotaje de su oposición nacional y democrática, estructurada sobre la afirmación de la continuidad, vigencia y actualidad de su legítimo Estado histórico internacionalmente reconocido, el Reino de Nabarra. Unas posiciones “nacionalistas vascas” que son producto de la mala fe y la incompetencia absoluta en materia política, e inseparables de la pérdida de todo contacto con la realidad.

Dicho “plan” está basado en el ilusionismo, en la incapacidad sincera o hipócrita para distinguir entre el amigo y el enemigo, en el oportunismo y la corrupción “tácticos o estratégicos”, en los buenos sentimientos “de pega”, en el moralismo de vía estrecha, y en la auto-suficiencia pedante: cualidades que han hecho de este País un eterno perdedor en la eterna guerra de los Pueblos por su independencia nacional. Si su autor lo concibió en pleno uso de sus facultades mentales y como fruto normal de morigeradas costumbres, o en pleno acceso de delirium tremens, ello es cuestión que a nadie interesa.

Fuera de las fantasmagorías de Ibarretxe y Cía, no hay aquí más salto cualitativo ni más etapa histórica que los que el ejército español emprendió en 1936. Nadie entre los vencedores, y – según parece – ni siquiera entre los vencidos, tiene la menor intención de saltar a ninguna otra parte ni de abrir nueva etapa que valga. A las clases dominantes, al Ejército español y a la sub-clase política a su servicio: ya sea el Franquismo en su versión tradicional del Pp o en su versión transitiva y Nacional-socialista de Falange-PsoE (junto con sus hijuelas Nacional-comunistas y social-imperialistas españolas que forman el batiburrillo de “izquierdos/izquierdas-unidos/unidas-podemos-sumar-más-país” español), las “victorias electorales” del grupo Pnv-Eta y “la voluntad del Pueblo Vasco” les tienen absolutamente sin cuidado. El objetivo que todos ellos comparten es mantener al Pueblo Vasco políticamente indefenso e ideológicamente alelado el mayor tiempo posible, como lo han mantenido en los últimos cincuenta años gracias a la traición y colaboración necesarias de la burocracia liquidacionista Pnv-Eta y sus satélites; actualmente Ea-Ehbildu-Sortu-Geroa bai etc.

El cuento de la buena pipa: de por sí inagotable, puede continuar indefinidamente su mediática repetición. Esto es, en todo caso, lo que los servicios auxiliares indígenas Pnv-Eta del imperialismo español esperan conseguir. Por lo que a ellos respecta, no piden otra cosa mejor que seguir así hasta la consumación de los siglos. O, por lo menos, mientras sus amos no tengan nada mejor que hacer que aguantarlos, y sus seguidores – ilusos o resignados – acepten que los sigan tomando por el pito de un sereno.

Adecuadamente estimuladas y condicionadas, las masas electorales pueden esperar – sentadas – los resultados de las gestiones y las negociaciones al más alto nivel que tantos años de fidelidad y credulidad indefectibles han hecho posibles. Para pasar el rato, los “moderados” Pnv preparan nuevas consultas de opinión sobre consultas para decidir sobre... ya nadie se acuerda qué. Mientras tanto, los “radicales” del Eta se dedican a “profundizar en su estrategia”; sin que nadie acierte a comprender cómo se puede profundizar en lo que no hay.

Respecto a la falsificación y el sabotaje del derecho internacional de autodeterminación o independencia de todos los Pueblos, que perpetran quienes en beneficio del imperialismo mantienen que ese derecho consiste en realizar un llamado “referéndum de autodeterminación” bajo su régimen fascista de ocupación militar y que “la democracia consiste en votar”, tras haber aceptado esa ocupación y las condiciones del imperialismo fascista franco-español (en particular del Segundo Franquismo, que ellos jamás han denunciado sino que muy al contrario lo afirman como democracia, según vienen manteniendo desde 1977-79 – ya sean lunáticos cretinos o corruptos demagogos en su nómina – los auxiliares locales Pnv-Eta del imperialismo español o similares tales como el funcionario español Pere Aragonès, quien acaba de afirmar: “votar no es una trampa; la democracia no es una trampa” etc.), véanse, por ejemplo, los siguientes capítulos de este mismo texto: XI – ‘Diálogo, negociación, igualdad, “derechos electorales” y otras supercherías’, y XVIII – ‘Aportación del grupo Pnv-Eta a la falsificación del derecho de autodeterminación de todos los Pueblos y al fraude reaccionario: el “derecho a decidir”’.

Finalizamos con unos párrafos del capítulo X –El disfraz ideológico Nacional-Imperialista’:

“La democracia es el poder político del Pueblo, y se funda en la efectividad de los derechos humanos fundamentales y ante todo del que es el primero y la condición previa de todos ellos según el Derecho Internacional: el derecho de libre disposición, autodeterminación o independencia de todos los Pueblos sojuzgados por el imperialismo. Pueblos que, junto con sus derechos inalienables, los imperialistas y sus agentes: ya sean Colonos metropolitanos o Renegados y Traidores indígenas, tratan de ocultar, negar y suplantar mediante expresiones populistas, inocuas e inertes tales como ‘la población’, ‘la ciudadanía’, o ‘los ciudadanos y las ciudadanas’ etc.

“Donde no hay poder popular, y los derechos humanos se niegan, no cabe democracia sino imperialismo y fascismo. No cabe un Pueblo libre, ni tampoco expresión libre de su voluntad, allí donde se han destruido las condiciones básicas para su constitución, formación y manifestación; y donde se niegan los derechos humanos fundamentales y, en primer lugar, el derecho internacional de libre disposición o autodeterminación de todos los Pueblos. No cabe democracia sin libertades fundamentales; y no caben éstas donde se conculca la libertad fundamental o independencia nacional de los Pueblos y todas las libertades humanas que ella condiciona, como ocurre en la situación que el imperialismo franco-español ha impuesto al Pueblo Vasco.”

Sin embargo, los corruptos demagogos y/o cretinos/dementes que – la mayoría de ellos en la nómina del régimen fascista español – forman las burocracias de la pretenida “clase política e intelligentsiavascas” proponen falsos “planes para que la ciudadanía vasca ejerza su derecho a decidir libremente y sin violencia”. Y lo hacen así sin exigir, como condición previa, la evacuación incondicional e inmediata de todas las fuerzas de ocupación militar franco-españolas y de todo su aparato de sojuzgamiento imperialista, colonialista y fascista que está oprimiendo y reprimiendo a nuestro País, porque para ellos esa situación que sufren el Pueblo Vasco y su Estado, el Reino de Nabarra, es legítima, democrática, no-criminal y no-violenta. Su abyección intelectual y moral no puede ser más repugnante.

El Pueblo Vasco debe comprender con urgencia que estos miserables traidores deben ser abandonados a su suerte, aplicando un boycott total a todos los llamamientos del criminal régimen fascista franco-español y a sus necesarios agentes auxiliares indígenas a su servicio y sueldo: la burocracia mafiosa-liquidacionista Pnv-Eta y sus satélites, que desde hace medio siglo lo presentan y lo están sosteniendo como si fuera no-criminal, no-violento, legítimo y democrático.


(De ‘Euskal Herria y el Reino de Nabarra, o el Pueblo Vasco y su Estado, frente al imperialismo franco-español’.)

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