“El Gobierno de España tiene perfecto derecho a celebrar un consejo de ministros donde más le plazca” (J. Tardá)

(Texto publicado inicialmente el 11-Diciembre-2018.)


“El Gobierno de España tiene perfecto derecho a celebrar un consejo de ministros donde más le plazca” (J. Tardá)


Este título corresponde a una declaración hecha hoy por Joan Tardá, “diputado” en el Parlamento Español por “Esquerra Republicana de Catalunya” (que supuestamente proclamó la independencia de la República de Catalunya), sobre la posibilidad de que el “consejo de ministros del Gobierno de España” se celebre en Barcelona. Una duda me asalta: si acaso “le pluguiera más”, ¿podría celebrarlo en Perpignyà? Otra duda: este señor, ¿hace un uso moderado de las bebidas espirituosas o de las sustancias alucinógenas, o es simplemente que le patinan todos los cojinetes?

La “dirección” (?) de nuestros Países: el Reino de Nabarra y el Principado de Catalunya, está en manos de una cuadrilla formada por una mezcla de ignorantes, pusilánimes, acomplejados o directamente sinvergüenzas vendidos al poder real, pero bien atentos todos a la protección de sus intereses particulares. Esta gente: una auténtica desgracia nacional, son como corchos flotando en el mar y no tienen la menor capacidad estratégica para dirigir nada (algo que ni siquiera saben qué es), porque para empezar se han integrado totalmente en el régimen imperialista y quieren creer que colaborando con él conseguirán no se sabe qué, pues no es posible que crean realmente no ya en la independencia de los Países que dicen representar, sino ni siquiera en que sean realmente Países, como las palabras de Torra y Artadi (o de Barcos y Urkullu) ponen constantemente de manifiesto.

La línea divisoria entre el estado de ignorancia/demencia/alucinación, y de mala fe plenamente consciente y deliberada, es muy difusa en algunos de ellos aunque no en todos. En realidad no saben lo que no quieren saber y porque no quieren saberlo, ya que, de lo contrario, su confortable adaptación a la realidad que ellos han aceptado se resentiría. De hecho, ocupan los puestos que ostentan y cobran sus enormes sueldos que van unidos a ellos precisa y exactamente para decir lo que dicen y porque dicen lo que dicen.

Que una persona se diga independentista; que haya “apoyado” una frustrada “declaración de independencia” de su País o al menos así lo sostenga (motivo por el que su jefe de filas y otros dirigentes están oficialmente presos); pero que no vea la menor contradicción entre mantener esas posiciones y a continuación participar (esa misma persona y su propio partido) en el Parlamento – el poder legislativo – del País ocupante, y afirmar además públicamente que el Gobierno – el poder ejecutivo – de ese País ocupante “tiene perfecto derecho” – ¡perfecto y democrático, se entiende!  a celebrar sus consejos de ministros en la capital de su propio País ocupado y según él declarado ya en “república independiente”, esa actuación es algo que no creemos tenga precedentes en la Historia de la Humanidad (en la Historia política,  queremos decir, no en la psiquiátrica).

Pero esto no es algo excepcional y que ocurra sólo en otras partes. En nuestro País y ayer mismo, 10 de Diciembre de 2018, “aprovechando” la celebración del 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (10-Diciembre-1948, UNGAR 217 A [III]), todos los fantoches que se presentan como “dirigentes” de las instituciones políticas y académicas del País: “lehendakari y rectores de universidad” (los cuales por desgracia no son ingresados a continuación en ninguna institución – mental – especializada), en una nueva muestra de esa mezcla de ignorancia – visiblemente mucha – y mala fe (¡mucha más!) a la que antes aludíamos, se dieron cita para recordar esa Declaración con toda solemnidad. Y con tan fausto motivo afirmaron que, de acuerdo con esa “Declaración Universal”, los imperialistas españoles (y franceses) “tienen perfecto derecho” a organizarse en nuestro País que ellos han sojuzgado mediante agresión y ocupación militar, anulación de nuestro Estado, e imprescriptibles crímenes internacionales contra nuestro Pueblo; que “tienen perfecto derecho” a hacer en él – bajo la protección de su intocable ocupación militar, por supuesto – propaganda y agitación imperialistas y a afirmar que nuestro País es parte constituyente de la Metrópolis ocupante; y que “tienen perfecto derecho” a no ser molestados por ello sino a ser protegidos por las “instituciones autonómicas” (¡como que son las propias del Estado ocupante!), puesto que todo ello según dicen está protegido por la “Declaración Universal de los Derechos Humanos”.

Sin embargo esto es totalmente falso, como cualquiera puede comprender incluso sin tener información especializada y simplemente desde una mente sana y una honestidad elemental. ES ABSOLUTAMENTE FALSO que los imperialistas tengan derecho a nada de eso: ni aquí ni en ninguna parte, puesto que, como es incuestionable, el primero de los derechos humanos fundamentales y la condición previa de todos ellos es el derecho de autodeterminación de todos los Pueblos, garantizado por el derecho de legítima defensa frente a la agresión continuada que constituye el imperialismo, crimen internacional. Ambos son derechos absolutos que condicionan, presiden y subordinan a todos los demás, los cuales son por el contrario derechos condicionados y derivados.

Es decir: los imperialistas y sus colonias de población no pueden invocar sus “derechos humanos” al objeto de apropiarse de otros Países y conculcar el derecho fundamental y prioritario de autodeterminación o independencia de los Pueblos y Países que ellos están sojuzgando, puesto que tales “derechos” no es sólo que no existen sino que son crímenes internacionales e imprescriptibles; de hecho, son los mayores crímenes que registran la moral y el derecho: crímenes de guerra, crímenes contra la paz y la seguridad de los Pueblos y de sus legítimos Estados que ellos han agredido y destruido (delitos capitales que según el derecho internacional quedan constituidos desde el momento mismo en que se realiza una guerra de agresión: crimen internacional), y crímenes contra la Humanidad. En cuanto tales, los imperialistas no tienen derechos, y el imperialismo y sus agentes pueden ser atacados por todos los medios que un Pueblo sojuzgado tiene a su alcance en uso de su derecho de legítima defensa, EL CUAL ES UN DERECHO ABSOLUTO E INCONDICIONAL, como han reconocido numerosas y relevantes Resoluciones de las Naciones Unidas. La cuestión de elegir esos medios podrá ser una cuestión de estrategia, de conveniencia o eficacia, pero no de moral ni de “derechos”.

Pero estos agentes colaboracionistas: Colonos metropolitanos, o Renegados y Traidores autóctonos al servicio del imperialismo, son incapaces de ver ni quieren saber nada de esto. Como ya se expuso en el comentario publicado en esta misma página el pasado domingo 9-Diciembre-2018 bajo el títulotítulo: ‘La prensa al servicio de la confusión sobre los derechos humanos fundamentales’, la Resolución 217 de 1948 sobre los Derechos Humanos dejó deliberadamente fuera de su “lista de derechos” el derecho de autodeterminación de todos los Pueblos, como convenía al imperialismo colonialista de las Potencias occidentales  y en particular de Francia. Sin embargo ese derecho: reconocido ya desde el Artículo primero de la Carta de las Naciones Unidas (1945), ha sido afirmado y reafirmado constantemente en relevantes Resoluciones de su Asamblea General como el primero de los derechos humanos fundamentales y la condición previa de todos ellos. El resto de derechos humanos fundamentales tienen por base y fundamento el DERECHO PREVIO Y ANTERIOR de Autodeterminación o Independencia de todos los Pueblos, que no pueden ser sometidos para a partir de ahí afirmar “derechos humanos”.

Por cierto, en Español y en Francés (pero no en Inglés) la denominación oficial de ese texto era el equivalente a “Declaración Universal de los Derechos del Hombre”, con lo cual se seguía la herencia de las manipulaciones y falsificaciones ideológicas: establecidas en la “revolución francesa” por la “Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano”, a fin de ocultar la dominación del Nacionalismo francés sobre los Pueblos sojuzgados. Todo ello: el nombre oficial en Francés-Español, y la expulsión del derecho de autodeterminación de aquella Declaración, fue el resultado de la intervención de los ideólogos del Nacionalismo imperialista francés – y en particular de René Cassin, que el Pnv ensalza y toma como “vasco” – en la redacción de aquella Resolución; unos ideólogos-juristas que impusieron una concepción idealista/individualista y abstracta del ser humano, como si éste: necesariamente un ser social, pudiera concebirse desligado del Pueblo dentro del cual adquiere su plenitud como persona perteneciente a una sociedad humana. Pero ello es normal, puesto que los imperialistas necesitan negar todos los Pueblos excepto los suyos propios, que para existir no necesitan la defensa del instrumento jurídico que es el derecho de autodeterminación, al estar ya suficientemente protegidos por sus cañones y bayonetas.

En esa misma línea, las personas que forman la pretendida “intelligentsia” de nuestro País: autóctonos incapaces, corruptos o renegados intelectual y moralmente alienados y arruinados, y colonos imperialistas instalados en esas instituciones, está claro que son incapaces de tener ideas claras sobre nada que pueda molestar al régimen totalitario establecido; y si las tienen – como indudablemente ocurrirá en alguno de entre ellos – no tienen el menor interés en poner en peligro sus enchufes y “cargos” al servicio del régimen establecido. El problema es que lo van a tener realmente difícil para aducir ignorancia invencible, cuando están cobrando espléndidos sueldos por hacer lo que hacen; y después aún tendrán mayor dificultad para justificar cómo es posible que un ignorante haya pretendido que estaba capacitado para dirigir un País ocupado bajo el imperialismo, el cual jamás condenan pero sí a quienes – incluso si es torpemente – intentan luchar contra él.

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