El imperialismo español impone su “diálogo”

(Texto publicado inicialmente el 16-Diciembre-2018.)

El imperialismo español impone su “diálogo”

I

“¡Oh pacto ignominioso! Tras poner el pie en nuestra tierra ¿deberemos acaso enviar proposiciones amables y hacer compromisos, insinuaciones, parlamentos y una vil tregua a las armas invasoras?” (W. Shakespeare; King John.)

Los ideólogos al servicio del imperialismo español siguen polucionando el espacio audio-visual con sus falsificaciones de términos y conceptos, que los monopolios de adoctrinamiento, embrutecimiento e intoxicación ideológica de masas al servicio de ese poder difunden a continuación de forma obsesiva, asfixiante y constante. El término-clave con el que el imperialismo español quiere “reconducir” ahora la situación en Catalunya (sin abandonar jamás, por supuesto, el palo y los barcos repletos de policías o los tanques, si ello fuera necesario) es “diálogo”: un término que es constantemente martilleado sobre los pacientes de los monopolios mediáticos. “Los independentistas deben acudir al diálogo con el Gobierno partiendo de la aceptación de la ‘Constitución’”, dice Borrell.

Pero la “Constitución” formal y secundaria española parte de la expresa afirmación de que “catalanes y vascos” son “españoles”; de la negación e inexistencia del Pueblo Catalán y del Pueblo Vasco como Pueblos con derecho de autodeterminación o independencia; e igualmente de la negación de sus propios Estados ilícita e ilegalmente anexados: el Principado de Catalunya y el Reino de Nabarra. Por tanto, pedir que se acepte la “Constitución” formal española, como condición para el “diálogo”, implica tanto como pedir que la otra parte acepte su postulada inexistencia que en dicha “Constitución” se establece. En esas condiciones, el “diálogo” que pregonan significa pura y simplemente la voluntaria sumisión a y aceptación de esos postulados del Nacionalismo imperialista español: unos postulados históricamente establecidos mediante agresiones armadas, ejércitos de ocupación, cañones, ametralladoras y crímenes imprescriptibles; todo lo cual constituye SU CONSTITUCIÓN REAL Y PRIMARIA y que ahora pretenden sea admitida voluntariamente, a lo cual llaman “diálogo”. “De lo contrario se encontrarán con la firme pero serena, proporcional y contundente respuesta del Estado” (Sánchez): el “sutil” mensaje de lo que CONSTITUYE la esencia de la “democracia española” no puede estar más claro.

Sin embargo, y como es evidente, el diálogo auténtico tiene por condición previa la aceptación y el reconocimiento del otro en su libertad y alteridad. Cuando éstas no son admitidas, la única forma de conseguir el “dialogo” con la otra parte (es decir: de hablar uno solo y que alguien más esté presente, asienta y contribuya a la ficción de que se está dialogando) es idiotizarla, corromperla o atemorizarla; y si nada de eso funciona ya, entonces sólo queda atarla a una silla o tenerla encerrada en una cárcel, y así finalmente acaban “dialogando” o enviando cartas a otros para que acepten el “diálogo” con el carcelero.

“El imperialismo y el fascismo no dialogan; si lo hicieran, no serían el imperialismo y el fascismo. Si el imperialismo y el fascismo dialogaran, y si respetaran incondicional e inmediatamente los derechos humanos fundamentales y ante todo el derecho de autodeterminación o independencia de todos los Pueblos, entonces no serían el imperialismo y el fascismo, y no habría problema imperialista que resolver. Pero por desgracia lo son y ese problema existe, y en consecuencia no dialogan excepto para llamar ‘diálogo’ a la incondicional e inmediata aceptación de su criminal dominación imperialista y de las ‘leyes y Constituciones’ que la ‘legitiman’; lo cual es la antítesis del auténtico diálogo. El imperialismo está basado en la negación y el rechazo de la alteridad y por tanto los derechos de los Pueblos sojuzgados, y en la correlativa afirmación de su cosificación o en cualquier caso en el establecimiento sobre ellos de la eterna dialéctica Nacionalista-imperialista amo-esclavo.”

Habrá que ver qué recorrido tiene esta nueva falsificación del auténtico concepto de diálogo. Condiciones para el diálogo: Derecho de autodeterminación o independencia de los Pueblos y Estados sojuzgados, cuyo ejercicio tiene por condición previa la retirada incondicional e inmediata de todas las fuerzas de ocupación y de todo el aparato de sojuzgamiento colonial-imperialista establecidos, fuera de los Estados ocupados, el Reino de Nabarra y el Principado de Catalunya.


II

(Texto inicialmente publicado el 22-Noviembre-2019.)

Dada su actualidad, retomamos el tema publicado en esta página el día 16 de Diciembre de 2018 bajo el título: “El imperialismo español impone su ‘diálogo’”. Esto viene determinado por la necesidad de salir al paso de la nueva campaña mediática que se desarrolla actualmente, cuyo objetivo es engañar una vez más al Pueblo haciéndole ver que los partidos colaboracionistas: que se presentan como representantes y defensores de los Pueblos sojuzgados, se mantienen “firmes” frente al Nacionalismo imperialista español, cuando simplemente ocurre que se limitan a asumir como propios todos los postulados fundamentales de él; todo lo cual escenifican llamando “diálogo” e incluso “negociación” a su absoluta sumisión al criminal poder franco-español establecido.

El caso más escandaloso de esta gigantesca falsificación se manifiesta en los llamados “parlamentos autonómicos”, instaurados para engañar a los sojuzgados Pueblos Vasco y Catalán. Efectivamente, mientras que la función de un auténtico parlamento consiste en dictar leyes, la de estos montajes: destinados a proporcionar sueldos y chollos a los traidores que parlotean y se exhiben en ellos – así como en los “gobiernos autonómicos” – para engañar al Pueblo con actos de estricta y alucinada afabulación (engañándose tal vez ellos mismos para mejor cumplir ese papel), consiste bien al contrario en acatar las leyes que les imponen el parlamento, la “Constitución” formal y las leyes del régimen imperialista y fascista español (¡los cuales los colaboracionistas reconocen como democráticos e incluso participan en ellos!), y en hacerlas acatar. Quienes, incapaces de comprender esta absurda y esquizofrénica situación, han intentado poner en práctica que esos “parlamentos” lo son de verdad, o bien han acabado detenidos, procesados y condenados a seguir en prisión, o – en un destello de lucidez percibido in extremis – han acabado comprendiendo que debían anticiparse a todo ello marchando precipitadamente hacia un cada vez más problemático exilio, puesto que lo es de un régimen que ellos siguen reconociendo como legítimo, no-violento y democrático.

(En nuestro País, el entonces “lehendakari” Ibarretxe lo comprendió antes y, viendo las orejas al lobo, no llegó a tanto: después de haber dicho hasta la saciedad que estaba “atornillado a la mesa de negociación” y que de todos modos pondría las urnas para realizar un referendum, se desatornilló él solo – mientras los otros se desternillaban – y se limitó a utilizar el remedio establecido: convocar “elecciones autonómicas” para beneficio del imperialismo y de la banda burocrática de traidores Pnv-Eta y sus satélites, que desde hace cuarenta y dos años lo confortan y auxilian.)

Y tras la alucinación y el engaño, viene la abyección: en vez de reconocer honestamente que ellos mismos habían estado engañados durante décadas por el imperialismo, y pedir perdón al Pueblo por su corrupción y/o incompetencia, esos procesados han intentado evitar la cárcel declarando que sus actuaciones en tales “parlamentos” eran rituales ficticios que nada tenían que ver con la realidad y que todo el mundo sabía que lo eran. Algo que es clamorosamente falso, ya que el Pueblo: eficazmente engañado por ellos como tenían por misión el conseguir, llegó a creer realmente que lo que estaban representando en aquel “parlamento” no era un alucinado teatro, como así lo era, sino que correspondía a la realidad. Para colmo, y como es natural, esa excusa vergonzosa no les ha evitado enormes condenas.

Pero ni aun así son capaces de sacar conclusiones, y ahí siguen en las mismas sus sucesores y compañeros de partido: removiendo el aire con palabras y haciendo gestos que pretenden ser “políticos”, pero que tienen tanto de política (anti-imperialista, claro) como los gestos y las palabras de los niños que juegan a los médicos tienen de ciencia médica. Y ello es así porque esos “gestores” simplemente son criaturas del régimen, y no son capaces de imaginar la existencia y la acción política fuera de él. Lo más que pueden aspirar a hacer, es decir: conseguir que el imperialismo les permita hacer, es gestionar la sumisión y la dependencia que ellos ayudan a perpetuar, no la independencia del Pueblo que ellos llevan más de cuarenta años engañando y llevando a la frustración y la desesperación, y para eso es para lo que les pagan y por lo que los soportan.

Esta farsa política e insania mental: instauradas de forma general en nuestra sociedad desde hace cuarenta y dos años con la complicidad de los traidores y colaboracionistas indígenas armados y desarmados de la mafia burocrático-liquidacionista Pnv-Eta y sus satélites, quedará para la historia como ejemplo del embrutecimiento y la idiotización de todo un Pueblo.

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