“No existe el derecho de autodeterminación”, declara una ministra Nacional-socialista española
(Texto publicado inicialmente el 21-Diciembre-2018.)
“No existe el derecho de autodeterminación”: declara una ministra Nacional-socialista española
El imperialismo es una empresa criminal de dominación nacionalista contra la libertad de los Pueblos que se realiza también mediante la mentira y la falsificación; y los agentes y propagandistas a su servicio no se andan con remilgos ni retroceden ante la falsedad y la superchería conscientes y deliberadas a la hora de cumplir con su cometido. Y si acaso ocurre que, aparte de falsarios, son además ignorantes en los temas cruciales que manejan, como de hecho muchas veces lo son, ello no perjudica sino que refuerza su desahogo y su insensata temeridad, conscientes como son del poder que de todos modos tienen para hablar solos, impunemente y sin contestación.
Una ministra –
y renegada catalana – del Gobierno Nacional-socialista español ha difundido hoy
mediante su monopolio tele-mediático: impertérrita y con el mayor aplomo, la
falsificación ideológica fundamental que constituye la piedra angular del
régimen imperialista, a saber: la negación del derecho de autodeterminación o
independencia de todos los Pueblos, y la subordinación de los derechos humanos
fundamentales en general, y sobre todo del derecho de autodeterminación en
particular, al derecho positivo del imperialismo, establecido como democrático
y prioritario por sus propias leyes en plena petición de principio:
“Respecto al
derecho de autodeterminación, – se ha despachado – en primer lugar no existe
tal derecho: los derechos existen en tanto que existe una norma que te los
reconoce.” ¡Y se ha quedado tan ancha! Por supuesto, a continuación todo el
monopolio mediático se ha dedicado a reproducir esta sarta de necedades, para
delicia (y aumento del embrutecimiento) de todo el Nacionalismo imperialista
español.
Pero, como es
evidente, las leyes y normas no caen del cielo: “Una norma nunca se establece
por sí misma (éste es un modo fantasioso de hablar) como caída del cielo”. “La
forma de expresión según la cual no gobiernan los humanos, sino las normas y
leyes” es una fraudulenta manera de solventar los problemas.
Incuestionablemente, no son las leyes o normas las que mandan sino quienes las
fabrican e imponen: los humanos hacen la ley. No son la ley y el derecho los
que rigen la política imperialista: es la política imperialista de los dominadores
la que, mediante la violencia y la guerra, establece la norma jurídica y el
derecho (= derecho positivo) así como la ideología de servicio que justifica
todo ello (“might is right”), los cuales son meros reflejos de un orden
político dado; en este caso de un orden político imperialista y/o totalitario.
Efectivamente,
no es la ley la que funda el poder político y el Estado; es el poder político
del Estado, impuesto por las Clases-Pueblos dominantes y por sus instrumentos y
organizaciones político-militares mediante la violencia, el que funda la ley y
su orden político positivo al que llama “derecho”: el “Estado de derecho” (bien
entendido: el Estado y el derecho que hacen e imponen ellos sobre los demás,
justificado a posteriori por una ideología ad hoc), el cual determina mediante
la violencia el comportamiento de quienes le están sujetos. Es de este modo
como durante larguísimas etapas históricas, y en Países Cristianos y
pretendidamente civilizados, “los derechos [a poseer esclavos y a venderlos
incluso separando familias, pongamos por caso] existen en tanto que existe una
norma que te los reconoce”, según las propias palabras de la ministra. O sea:
petición de principio, charlatanismo y crímenes imprescriptibles contra la
humanidad por vulneración de derechos humanos fundamentales, todo junto en
apenas una docena de palabras. ¡Y todo ello “dentro de la ley”, que para estos
embaucadores o cretinos (y ambas cosas a la vez, en la medida en que ambas son
perfectamente compatibles) es lo mismo que “democracia”! ¿Hay quien dé más?
¡Como si Stalin, Hitler y Franco no hubieran tenido leyes y normas que
justificaban su poder y su Estado!
Además, las
leyes y normas del imperialismo totalitario, que ciertamente no caen del cielo,
se han establecido precisamente tras la violenta y criminal abolición de las
leyes y normas constitucionales propias, legítimas y democráticas
pre-existentes: las que los Pueblos se han dado a sí mismos en paz y libertad,
e implantando a continuación en su lugar las ajenas leyes y normas constitucionales
de las Potencias Nacional-imperialistas agresoras y ocupantes: España y
Francia. No son las “elecciones” ni “la norma o el pacto constitucional” etc.
(es decir: la “Constitución” formal del régimen imperialista, a la que estos
ridículos y pedantes falsarios llaman “Carta Magna”) el origen y fundamento del
actual régimen de dominación y colonización, sino lo que es su verdadera y
auténtica CONSTITUCIÓN REAL, a saber: la violencia, la guerra, la ocupación, el
desmembramiento, la anexión, la colonización y el terror. Ésos son exactamente
los criminales procedimientos que el imperialismo ha utilizado para establecer
su dominación actual en el Reino de Nabarra y el Principado de Catalunya,
ilegal y criminalmente declarados parte del “Reino de España”.
Como es
evidente para cualquiera que no haya supeditado su honestidad intelectual y
moral a la CRIMINAL prioridad del Nacionalismo imperialista, la libertad y los
derechos humanos fundamentales preceden a las leyes: incluso a las
democráticas, pues la democracia sólo puede existir sobre el respeto a los
derechos humanos fundamentales, que la preceden y constituyen. Los derechos
humanos fundamentales NO DEPENDEN de su reconocimiento por un sistema de
derecho positivo; si así fuera, entonces no habría derechos humanos
fundamentales como de hecho no los hay en los sistemas jurídicos imperialistas
y totalitarios. Frente a las construcciones y falsificaciones ideológicas de
éstos, que pretenden lo contrario, los derechos humanos fundamentales son
originarios, inherentes, imprescriptibles e inalienables; se imponen y obligan
de forma universal, a despecho y en todo caso ANTES DE TODO RECONOCIMIENTO.
CONDICIONAN, PRESIDEN Y SUBORDINAN a todo entramado constituido por un sistema
de derecho positivo; el cual es democrático, o por el contrario
criminal-totalitario, ÚNICAMENTE por referencia a la vigencia y el respeto, o a
la conculcación y violación, de esos derechos fundamentales. Y el derecho de
autodeterminación o independencia de todos los Pueblos ES EL PRIMERO de los
derechos humanos fundamentales Y LA CONDICIÓN PREVIA de todos ellos.
Efectivamente,
¿qué decir sobre la olímpica negación de la existencia del derecho de
autodeterminación de todos los Pueblos realizada por la ministra? Pero para
esto será mejor que simplemente demos la palabra a las Naciones Unidas; en cuya
Carta, y nada menos que en su Capítulo 1 – “Propósitos y Principios” – y en su
Artículo 1, leemos: “2 Fomentar entre las naciones relaciones de amistad
basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre
determinación de los pueblos, y tomar otros medidas adecuadas para fortalecer
la paz universal;” etc. (1945)
En cuanto a lo
que ha sido establecido al respecto por su Asamblea General, sirva este
temprano ejemplo que puede ser citado entre otros muchos: “Por cuanto el
derecho de los pueblos y las naciones a la autodeterminación es condición
indispensable [‘a prerequisite’, según el texto original en Inglés] para el
pleno disfrute de todos los derechos humanos fundamentales, [...] La Asamblea
General recomienda que: 1. Los Estados Miembros de las Naciones Unidas deberán
mantener el principio de autodeterminación de todos los pueblos y naciones;”
etc. [Resolución 637 de la Asamblea General de las N.U. (1952)] Claro que en 1952
España no pertenecía a la Organización de las Naciones Unidas (ONU). ¿Por qué
sería?
La criminal
desvergüenza e ignorancia (las cuales mutuamente se potencian) de los agentes
del imperialismo sobre los derechos humanos fundamentales no tienen límites, y su
repugnante y demencial propaganda se muestra con desenvoltura y desparpajo allí
donde el monopolio de adoctrinamiento, embrutecimiento y condicionamiento
ideológico de masas les permite todo tipo de engaños impunemente. La
“Constitución, las leyes, la libertad, la democracia, la convivencia, la
pluralidad, los derechos humanos y la no-violencia” de que hablan – todo lo
cual constituye el disfraz ideológico nacional-imperialista – son el
despotismo, la opresión y el monopolio de violencia, terror y condicionamiento
mental de las masas populares.
Frente a todo
ello: Derecho de independencia, libre disposición o autodeterminación de TODOS
los Pueblos, cuyo ejercicio y puesta en práctica tienen por CONDICIÓN PREVIA la
retirada incondicional e inmediata de todas las fuerzas de ocupación y de todo
el aparato de subyugación de las Potencias colonial-imperialistas: España y
Francia, fuera de nuestro Estado ocupado, el Reino de Nabarra.
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