Nueva falsificación ideológica bajo el título “Euskadi, nación política”
(Texto publicado inicialmente el 8-Diciembre-2019.)
Nueva falsificación ideológica bajo el título “Euskadi, nación política”
En
la permanente agresión que el imperialismo franco-español mantiene contra el
Pueblo Vasco, las campañas de falsificación ideológico-política y de guerra
psicológica son un elemento fundamental; tanto más si son difundidas desde
medios de comunicación y bajo firmas pre-señalados como “vascos”. En esta línea
el Diario de Noticias de hoy domingo: bajo el título “Euskadi, nación política”,
nos ofrece una pieza modélica firmada por Juanjo Álvarez. En ella, los puntos
fundamentales que se dan por establecidos como postulados “naturales”, así como
las conclusiones del autor, son las falsificaciones y los engaños que
constituyen las posiciones fundamentales del imperialismo en nuestro País.
Veamos algunos de los más importantes:
1/
Según se afirma, la “Euskadi” del artículo: supuesta “nación política”, “emerge
tras un proceso de institucionalización” vinculado a un “nuevo Estatuto” que
está implícitamente referido a tres “provincias vascas españolas”; y se conecta
vagamente con una así llamada “nación cultural de Euskal Herria”.
Así
pues, para el articulista la Nación Vasca: desdoblada y desfigurada ya como
vemos en “nación política”, por un lado; y en “nación cultural”, por otro, no
es el conjunto del Pueblo Vasco (término/concepto jamás mencionado en toda la
pieza, cuya equivalencia en Euskera es naturalmente Euskal Herria), como así
corresponde a cualquier Pueblo/Nación del mundo, es decir: con SU UNIDAD Y SU
DERECHO ORIGINARIO, INHERENTE E IMPRESCRIPTIBLE de independencia, libre
disposición o autodeterminación de todos los Pueblos (derecho igualmente jamás
mencionado en toda la pieza), sino que – como conviene al imperialismo – se trocea
y hace de ella algo confuso y lioso que impide su percepción totalizante; del
mismo modo que la “Euskadi” del artículo no es el conjunto de todos los
Territorios históricos del Pueblo Vasco, cuya equivalencia en Euskera es
Euskal[dunen] Herri-aldeak.
El
confusionismo terminológico creado por el artículo es evidente: una cosa es que
la necesidad y utilidad de crear el neologismo “Euskadi” fuera más que
discutible, como por desgracia lo fue; pero lo que es innegable es que al menos
su inventor designó con él a todos los Territorios de los Vascos / Euskal[dunen]
Herri-aldeak, mientras que sus actuales falsificadores lo han recuperado y
reducido a tres territorios en beneficio del imperialismo. Esta manipulación y
falsificación es intolerable.
2/
El postulado y punto de partida del autor, a saber: que esa ya reducida,
recuperada y previamente embrollada “Euskadi, nación política” debe
desarrollarse “en el marco constitucional” [español, hemos de entender], se
afirma como algo tan “natural” que el autor ni siquiera siente la necesidad de
añadir ese adjetivo: español. Es decir: la afirmación implícita de que “el
marco constitucional” [español] es legítimo y democrático, y que el Estado
español y su “Constitución” formal son los propios de esa “Euskadi, nación
política”, es algo presente en toda la pieza. La ignorancia/negación del
derecho de independencia del Pueblo Vasco, así como de sus propias leyes
constitucionales y de su Estado propio el Reino de Nabarra: oficial e
internacionalmente reconocido durante mil años, es absoluta en todo el texto
del artículo. El imperialismo y sus crímenes constitutivos contra el Pueblo Vasco
y su Estado: iniciados al menos desde hace ocho siglos y que fundamentan los
Estados de España y Francia, nada de eso existe para el autor.
3/
La ignorancia/falsificación del derecho de autodeterminación es total. En su
lugar se presenta un “derecho a decidir” y a ejercer mediante un referéndum en
las condiciones del régimen de ocupación militar y tras siglos de opresión y
colonización. Puesto que esta falsificación del originario e imprescriptible
derecho internacional de independencia, libre disposición o autodeterminación
de todos los Pueblos sojuzgados, presentado como un pretendido “derecho a
decidir”, es algo que ha sido extensamente tratado en artículos anteriores,
evitamos prolongarnos más sobre ello. De todos modos, no nos resistimos a dejar
constancia, una vez más, de que el Pueblo Vasco, así como ningún otro Pueblo del
Mundo, NO TIENE NINGÚN DERECHO EN ABSOLUTO A DECIDIR ABSOLUTAMENTE NADA SOBRE
NINGÚN DERECHO HUMANO FUNDAMENTAL. Los derechos humanos fundamentales son
inherentes e imprescriptibles, y no dependen de decisión alguna: ni del Pueblo
Vasco ni de nadie.
4/ Se niega a la Nación Vasca el derecho que tienen reconocido todas las Naciones del Mundo, y que todas ellas: libres o sojuzgadas, invariablemente reivindican en exclusiva sobre su propio territorio. Más radicalmente aún, en realidad se niega absolutamente la Nación Vasca. Según el autor, “El autogobierno se basa en el principio de que todas las identificaciones nacionales presentes en la sociedad vasca tienen igual legitimidad”; lo cual es puro imperialismo colonialista contra el Pueblo Vasco, cuyo derecho sobre su propio Territorio ese autor niega, entregando la propiedad de él con idéntica legitimidad a todo el que venga a nuestro País.
Una
Nación sin identidad nacional propia es tan imposible como un cuerpo sin
dimensiones. La “Euskadi, nación vasca” que el autor propone es pura palabrería
sin realidad nacional detrás de ella; mejor dicho, su única realidad nacional
es la española (o francesa): difuminada tras una falsa “pluralidad” creada por
la agresión y la colonización españolas y francesas cuyo objetivo permanente e
invariable es la destrucción del Pueblo Vasco. Siguiendo la estrategia del
imperialismo, la existencia de una auténtica Nación Vasca es negada en teoría
para así mejor poder destruirla en la práctica bajo la ocupación militar y la
colonización. De hecho, el autor obliga a la por él negada Nación Vasca a
someterse a lo que él llama “un derecho a pactar”: ¡pactar con el imperialismo,
que mediante ocupación militar permanente niega la existencia del Pueblo y la
Nación Vascos y de su Estado! Un concepto jurídico éste: “derecho a pactar”,
que no sólo es imperialista sino que además es absurdo, ya que el pacto es un
acto necesariamente voluntario y bilateral.
Un
supuesto “derecho a pactar” es una completa superchería: un “derecho” etéreo
que ni siquiera es tal derecho, puesto que depende de la libre voluntad de otra
parte que puede legítimamente negarse a él; del mismo modo que invocar el
“derecho al matrimonio” es algo que apenas significa nada y que incluso puede
ser ridículo, cuando depende absolutamente de otra parte que puede no desear pactar/casarse.
¿Qué es invocar el “derecho a pactar” con quien ni
siquiera reconoce que existes, aparte de una falsificación teórica que esconde
una abyecta sumisión y degradación? ¿Por qué el dominado y agredido querría
(¡¡¡no digamos debería!!!) pactar con el agresor criminal mientras éste
mantiene su dominación y opresión sobre aquél, así como todos los beneficios
conseguidos mediante su saqueo y destrucción? En realidad, lo que este agente
del imperialismo español está diciendo con todo eso, sin atreverse a formularlo
abiertamente, es que su particular "Euskadi, nación política" está
OBLIGADA a pactar. Es decir, que está OBLIGADA A TRAGAR con el imperialismo
español y su régimen de ocupación militar, el cual debe quedar intacto, y que
eso es lo que tiene que hacer; a todo lo cual él lo llama "derecho a
pactar". La miseria moral de esta gente es repugnante.
5/ En esta misma línea de falsificación y mistificación ideológicas mediante argumentos de apariencia jurídica, se afirma que “No hay sociedad democrática sin respeto a la legalidad”; lo cual no siempre es necesariamente cierto y por desgracia es con frecuencia totalmente falso. En este sentido, la actual propaganda de los Estados: que se reivindican todos ellos como “Estado de derecho”, encierra en muchos casos una falsificación que consiste en identificar “Estado de derecho” con “Estado democrático” (cuando ambas expresiones designan cosas distintas y no necesariamente unidas); y en todos los casos un pleonasmo innecesario pero que es muy útil para desorientar y engañar con tan rimbombante palabrería ante todo a los Pueblos sojuzgados. (Véase el capítulo XXIII – Fundamentación ideológica actual del Estado imperialista: “democracia, ‘Constitución’ y Estado de derecho” de nuestro texto general ‘EUSKAL HERRIA Y EL REINO DE NABARRA, O EL PUEBLO VASCO Y SU ESTADO, FRENTE AL IMPERIALISMO FRANCO-ESPAÑOL’.)
Efectivamente, todo Estado es un “Estado de derecho”, puesto que todo Estado tiene su legalidad surgida de su propio derecho positivo. Como es evidente, todo Estado: incluidos los totalitarios ya sean en versión Despótico-asiática o Absolutista, Bolchevique, Nazi-Fascista o en cualquiera de sus “modernas” adaptaciones pretendidamente “democráticas”, tiene su propia legalidad (aunque esté fundada sobre la conculcación de los derechos humanos fundamentales mediante su monopolio de la Violencia criminal), y sus jueces y tribunales “de Orden Público” que actúan con arreglo a dicha legalidad, y por tanto todo Estado es un “Estado de derecho”. Otra cuestión es que todo Estado se reclama actualmente “democrático”, y desde luego NINGUNO se reclama no-democrático y mucho menos aún anti-democrático; todo lo cual está muy lejos de la auténtica realidad.
Por tanto, la simple invocación de “la legalidad” y del “respeto a la legalidad” del derecho positivo de un Estado (por supuesto “de derecho”, como lo son todos), como pretendida demostración de su legitimidad democrática, no significa nada y constituye un arma ideológica y de guerra psicológica del Estado totalitario, imperialista y fascista para ocultar la realidad de su poder criminal, puesto que los poderes y Estados realmente legítimos y democráticos no necesitan de tales mistificaciones y falsificaciones ideológicas. El mero “respeto a la legalidad”, cuando ésta está fundada en la conculcación de derechos humanos fundamentales, es simple sumisión al totalitarismo y el imperialismo fascistas. Estamos ante una falsificación ya analizada – entre otros – en el texto que, bajo el título ‘Recuperación, para la ideología del imperialismo español, del XXVI Congreso de la Asociación Mundial de Juristas’, se publicó en esta página el 21-Febrero-2019.
Bien
distintamente, y de forma absoluta, sí podemos – y debemos – decir que no hay
sociedad democrática ni democracia posible sin respeto a los derechos humanos
fundamentales, de los cuales el derecho de independencia, libre disposición o
autodeterminación de los Pueblos sojuzgados: mantenido contra/frente a
cualquier dominación o intromisión política extranjera constituida por el
imperialismo, es el primero de esos derechos humanos fundamentales y la
condición previa para el pleno disfrute de todos ellos, según el Derecho Internacional contemporáneo de la ONU. La democracia, allí donde existe (lo cual, por cierto, no ocurre en todos los Estados que se declaran como tales), consiste no en el
“respeto a la legalidad” sino en el respeto y la vigencia de los derechos
humanos fundamentales. Porque no es la democracia la que permite o constituye los
derechos humanos; bien al contrario, son la vigencia y el respeto de los
derechos humanos fundamentales – y ante todo el derecho de autodeterminación de todos los Pueblos – los que constituyen y permiten la democracia, la cual existe
sola y únicamente por ellos, con ellos y a través de ellos.
Como
es evidente, el mencionado autor del artículo “Euskadi, nación política” confunde legalidad con legitimidad e incluso licitud; y la
auténtica democracia, con el imperialismo fascista español “oficialmente” declarado y
admitido también por él como “democracia”. Sin embargo, la legalidad de un derecho positivo
no necesariamente es lo mismo que su legitimidad. En un mundo donde no
existiera imperialismo, totalitarismo ni fascismo, y donde toda construcción
político-jurídica humana estuviera necesariamente fundada sobre el respeto y la
vigencia incondicionales hacia los derechos humanos fundamentales y ante todo
el derecho de autodeterminación de todos los Pueblos, podríamos decir que la legalidad
de un derecho positivo construido sobre esas bases, y la legitimidad, serían
sinónimos; pero eso sólo ocurre en las verdes praderas de Utopía, no en el
Mundo real constituido por el imperialismo, el colonialismo y el fascismo
español y francés contra el Pueblo Vasco que el autor tiene por misión ocultar,
así como la ilicitud de su inicua y criminal legalidad.
“Convengamos, pues, en que la fuerza no hace el derecho [discrepamos con esta afirmación y afirmamos por el contrario que sí lo hace; pero aquí, con la palabra ‘derecho’ el autor está refiriéndose a la legitimidad y no a la mera legalidad, como lo aclara a continuación], y en que no se está obligado a obedecer sino a los poderes legítimos.” “Una sola ley exige por su naturaleza un consentimiento unánime, y es el pacto social; porque la asociación civil es el acto más voluntario de todos: habiendo nacido todos los humanos libres y dueños de sí mismos, nadie puede, bajo ningún pretexto, someterlos sin su consentimiento. Decidir que el hijo de una esclava nace esclavo, es decidir que no nace hombre.” (J. J. Rousseau; ‘El contrato social’, 1762.)
Dejamos este asunto aquí, puesto que la negatividad del artículo: siendo absoluta, daría para hacer una crítica a cada una de sus líneas. Una vez más se comprueba fatalmente que el objetivo y la tarea de preservar el Nacionalismo imperialista español y francés: criminalmente impuesto sobre el Pueblo Vasco y su Estado el Reino de Nabarra, implica necesariamente tener que supeditar la honestidad intelectual y moral al fanatismo del Nacionalismo español y francés, e incurrir en el absurdo y la falsificación teórica y conceptual así como en la abyección moral. En todo ello ha chapoteado el autor del deleznable artículo que comentamos: su adhesión a las tesis que él propala, que son las oficiales y propias de la mafia burocrático-liquidacionista Pnv-Eta ideológicamente colonizada por las posiciones que difunden las franquicias locales del Nacional-socialismo español de Falange-PsoE (o, eventualmente, incluso su propia militancia en alguna de las innumerables variantes formales de uno y otros), lo ha llevado a ello.
El
daño que estos charlatanes Renegados o Colaboracionistas indígenas están
haciendo al Pueblo Vasco desde las tribunas y los micrófonos que les
proporciona el régimen imperialista y fascista español de ocupación militar
constituido por el Segundo Franquismo (el cual ellos aceptan y confortan ante
el Pueblo desde hace más de cuarenta años como si fuera legítimo, no-Nacionalista,
no-violento y democrático) es inmenso y sin posibilidad de contestación
equivalente, excepto de forma testimonial como ésta. Sus actuaciones quedan
registradas y jamás podrán ser negadas ni excusadas tras una falaz ignorancia
que en ellos: “teóricos” y “doctores” oficiales en la materia espléndidamente
remunerados a cargo del contribuyente por su miserable tarea, únicamente podría
considerarse como agravante, no atenuante.
Como
colofón y síntesis final de ese artículo, citamos a continuación un extracto
que ilustra de forma acabada la situación general en la que se encuentra nuestro
Pueblo:
“En
el mundo en que vivimos no hay trucos, atajos, rodeos ni soluciones de
facilidad que permitan hacer la economía de una línea estratégica acorde con la
realidad de las fuerzas en presencia; y, como todos los Pueblos del Mundo han
comprendido, aparte de la independencia nacional garantizada por un Estado
propio, no hay ningún sucedáneo que pueda asegurar la pervivencia nacional de
un Pueblo que ha sido sojuzgado por el imperialismo. El que todavía no se ha
enterado de esto, es un peligro mortal para el grupo social que dice representar
o defender.
“Por desgracia, la historia moderna del Pueblo Vasco es exponente de su dificultad e incapacidad recurrentes para acceder al nivel estratégico, e incluso para comprender la naturaleza misma de la política, bajo las nuevas condiciones creadas por el “moderno” imperialismo-totalitarismo de Españoles y Franceses: los Pueblos y Estados predadores de siempre. En tales circunstancias, la ‘intelligentsia’ y la supuesta clase política vascas iban a mostrarse incapaces incluso de comprender la naturaleza de las nuevas falsificaciones y armas ideológicas contra la libertad de los Pueblos, surgidas desde el comienzo mismo de la Edad Contemporánea; y por supuesto de proporcionar a nuestro Pueblo protección alguna frente a ellas.
“Creadas y puestas al día estas falsificaciones y armas ideológicas por teóricos de Pueblos y Estados dominantes y predadores, tales mistificaciones ideológicas fueron inmediatamente adoptadas para ocultar y ‘legitimar’ el imperialismo de Franceses y Españoles; cuyo eterno y criminal Nacionalismo imperialista y colonialista: camuflado ahora como ‘libertad, igualdad, fraternidad, derechos humanos y democracia’ gracias a las manipulaciones ideológicas elaboradas por la ‘revolución francesa’, y como ‘socialismo y comunismo’ según las de la ‘revolución rusa’, era aceptado y asumido por las incompetentes y minadas ‘clases dirigentes vascas’, y repercutido por ellas al Pueblo Vasco para su confusión y debilitamiento.
“La simple consideración de sus productos culturales permite apreciar que no le han faltado a nuestro Pueblo cronistas y documentalistas más bien que historiadores, ni etnógrafos más bien que sociólogos, y que ha tenido filólogos más que lingüistas, leguleyos y administradores más que juristas, y teólogos y moralistas más que políticos; pero la cuestión estratégica: objeto final del arte y la ciencia aplicados de la guerra y la política general, ha sido constantemente ignorada. En su lugar, discursos idealistas, wishful thinking, cuentos chinos, novelas rosa y poemas románticos ocupan la literatura y los discursos oficiales.
“En
las condiciones políticas, económicas y culturales que siguieron a la conquista
de nuestro País y Estado por el imperialismo franco-español, la ausencia de una escuela propia de las ciencias sociales se hace cruelmente notar y no se ha subsanado nunca. En vez de ello, todas las facciones “institucionalistas vascas”: vitalmente unidas al régimen imperialista franco-español de ocupación militar, tienen manifiesto interés en mantener a nuestro País en el subdesarrollo cultural e ideológico; el cual es efecto – y a su vez causa – del subdesarrollo político.
“Políticamente aherrojado e ideológicamente amordazado por el fascismo internacional, el Pueblo Vasco ha demostrado de nuevo, durante los últimos cincuenta años correspondientes al Segundo Franquismo, su incapacidad estratégica para afrontar el imperialismo franco-español. Su inteligencia política: lastrada por el subdesarrollo y la perversión de la cultura, y embotada por la dominación extranjera y el colaboracionismo indígena, está hoy tan deteriorada que le impide comprender – cuando más falta le hace – la naturaleza misma de la política y el imperialismo.
[...].
“Como generalmente ocurre con los Pueblos sojuzgados: débiles, pacíficos y primitivos, nuestro Pueblo trata de engañarse a sí mismo e impresionar al adversario ocultando y compensando su insuficiencia con atentados y guerras perdidas de antemano, heroicas aventuras, algaradas tontas y episódicas, o arrebatos fútiles y fatuos que lo debilitan cada vez más y lo hacen particularmente vulnerable;;
pero se muestra incapaz de comprender y afrontar la visión estratégica de los
Estados modernos, y la continuidad y constancia de su hipertrofiada
Administración.” (Extractos del Capítulo XXVI – ‘Ideología del colaboracionismo “vasco”: “vía institucional y lucha armada” (XXVI)’, de nuestro texto general ‘EUSKAL HERRIA Y EL REINO DE NABARRA, O EL PUEBLO VASCO Y SU ESTADO, FRENTE AL IMPERIALISMO FRANCO-ESPAÑOL’.)
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