Retrato robot para un “lehendakari”

Retrato robot para un “lehendakari”

 

Andoni Ortuzar, presidente del Pnv, seguía ayer “justificándose” por la precipitada designación del nuevo candidato de su partido para ser el representante ordinario del Estado Español en la “comunidad autónoma vasca” tri-provinciana española; representante y comunidad que el régimen español y el Pnv llaman ‘lehendakari’ y 'Euskadi'. Y decía que eso no ha consistido en quitar a nadie sino en poner a alguien que, tras haber hecho un “retrato robot” con las especificaciones del producto, había sido designado como resultado de ello.


Víctima de un total acomplejamiento y obligado a dar infinidad de “explicaciones”, ni siquiera es consciente de eso porque lo explica con satisfacción. Todo ello es la confirmación de que la burocracia Pnv agotada, hasta el punto de seleccionar a sus candidatos mediante un “retrato robot” de entre sus autómatas criados en los batzokis.


El hecho de creer que un tecnócrata y la “inteligencia artificial” puedan ser suficientes para sacar a este País de las garras del imperialismo franco-español (si es que en la intimidad de la burocracia jelkide se habla aún de cosas de ésas, lo cual es mucho suponer), da la medida de su completo embrutecimiento y aturdimiento, por si no bastara con su corrupción. Y para poner la guinda, reconoció que el Pnv necesitaba este rejuvenecimiento generacional porque “la marca Pnv” estaba desgastada.


“La marca Pnv”; hasta en eso imitan a “la marca España”, a la que han añadido su inevitable dosis de sectarismo ignaciano y carlista-jelkidiano.


[...]

“Ya desde el clandestino e ilegal pacto de Múnich, acordado en 1962 con el PsoE por la burocracia liquidacionista Pnv-Anv (y todos ellos sin excepción desde su integración en el Fascismo español, oficialmente admitido por ellos como democracia desde las elecciones generales de 1977-1979), los institucionalistas vascos moderados y radicales armados y desarmados Pnv-Eta y sus satélites han estado haciendo creer a sus seguidores y víctimas hasta el día de hoy que los agentes del Nacional-imperialismo y el Fascismo español: los Nacional-socialistas/comunistas de Falange-PsoE/PcE y los Nacional-fascistas de Ap/Pp, eran en realidad nobles y dignos aliados democráticos con cuya real y fiable alianza una estrategia política viable podía y debía fundarse. La pretendida clase política oficial vasca ha evacuado así hasta el sentido de la distinción decisoria amigo-enemigo, y de la naturaleza misma del régimen imperialista; ha desconectado o invertido su sistema inmunitario; y ha destruido sus defensas naturales o artificiales, bio-sociológicas y político-ideológicas. El colaboracionismo: desde el Pnv tradicional u oficial hasta su corolario el Eta, es el SIDA del Pueblo Vasco inoculado por el imperialismo franco-español.

En el País de los Vascos, todas las advertencias – sobre lo que estaba ocurriendo e iba a ocurrir – resultaron en vano. Las burocracias y los sectores vascos disidentes y liquidacionistas, nombradamente los institucionalistas aborígenes armados y desarmados Pnv-Eta y sus satélites, todos ellos colaboracionistas, cómplices o agentes locales del imperialismo español que proclaman su compromiso irrevocable con todos los derechos humanos, arruinaron la base estratégica para la defensa de los derechos humanos fundamentales del Pueblo Vasco, substituyéndolos por el derecho a confiar en las promesas de los Franquistas – tradicionales de Ap/Pp y Nacional-socialistas de Falange-Ugt-PsoE – que preparaban la transición intra-totalitaria española.

Basándose en la ‘confianza’ hacia el cambio que – según afirmaban – al régimen español le venía desde dentro, habían decidido ya por el Pacto de Múnich concederle a su imperialismo fascista una generosa moratoria – sesenta años largos por ahora – para que, después de haber masacrado a nuestro Pueblo en la guerra y la represión durante el Primer Franquismo, tras la muerte del Dictador el sucesor régimen español pudiera seguir colonizándolo, explotándolo, arruinándolo y reprimiéndolo durante el Segundo. Una concesión que – según pensaron – no sería un handicap demasiado pesado, mientras los intereses que ellos representaban pudieran seguir explotando sus propios negocios: sus dominios reservados; lo cual creyeron intocable y que les sería respetado por el régimen transitivo español. De este modo, aceptaron el régimen fascista de ocupación militar al que ahora llamaban la nueva democracia española, y la participación en sus elecciones generales e instituciones' totalitarias.

Todo ello era una burda corrupción de todos los términos y conceptos cardinales sobre la libertad nacional y la democracia, y era ante todo la falsificación y el abandono del derecho internacional, fundamental e inherente de autodeterminación o independencia de todos los Pueblos, para adaptarlo a un “derecho a decidir” de su propia invención. Junto con el derecho de autodeterminación desapareció también el derecho fundamental e inherente de legítima defensa, que todos los Pueblos serios y todos los Gobiernos del mundo dignos de este nombre afirman unilateralmente como fundamento y previa condición de todo derecho internacional. En su lugar, quedaba afirmado el monopolio imperialista franco-español de la Violencia criminal y el Terror de masas, al cual nadie tenía derecho a oponerse. Un nacionalismo vasco que así actúa y de tal modo ignora estas cuestiones es Nacionalismo español o francés puro y duro; por mucho que, para ocultarlo, jueguen a todas horas con la palabra Euskadi’, que ellos y el régimen han vaciado de su verdadero significado y con la que suplantan al Pueblo Vasco y su Estado, el Reino de Nabarra.

[...]

“Con su actual planteamiento de integración estratégica en el régimen imperialista y fascista franco-español de ocupación militar de nuestro País: un régimen al que ha admitido como ‘democracia’ y a su Estado criminal como legítimo y el propio (‘el Estado’, como no se cansa de decir a todas horas), el Pnv podrá – con sus barbas a remojo – ir tirando durante algún tiempo, como lo hizo su generador “carlista” durante ciento cincuenta años; lo que, en sí mismo, nos tiene sin cuidado.

“La línea de liquidación estratégica iniciada hace sesenta años por la burocracia del Pnv sólo ha conseguido exigencias cada vez más duras por parte del imperialismo, pues éste adelanta inmediata y sistemáticamente sus posiciones cada vez que la ‘oposición’ retrocede. El tratar de apaciguar o domesticar a la bestia imperialista; de persuadir a la fiera fascista y 'dialogar' con ella; o de oponer – bajo la ocupación militar – ‘votos democráticos’, palabras y atentados en contra de la Violencia criminal y el Terrorismo imperialistas, todo ello son (des)propósitos ilusorios y absurdos que sólo los cómplices 'moderados o radicales vascos' del imperialismo y el fascismo franco-español pueden alimentar.

“Sólo los cómplices de la propaganda imperialista-fascista pueden creer o tratar de hacer creer que ‘la persuasión y el diálogo’ pueden afectar a la dictadura ideológica del imperialismo; del mismo modo que sólo ellos pueden creer o tratar de hacer creer que el Nacionalismo franco-español y su explotación imperialistas contra el Pueblo sojuzgado van a retroceder ante los votos, las palabras y los atentados, en las condiciones del régimen fascista de ocupación militar. El Imperialismo y el Fascismo no dialogan, de otro modo no serían el Imperialismo y el Fascismo. A veces, cuando la relación estratégica de fuerzas los obliga irremediablemente a ello, negocian; lo cual, gracias a dichos cómplices, está muy lejos de ocurrir en los territorios ocupados del Pueblo Vasco, que el grupo Pnv-Eta ha reducido a la indefensión política e ideológica.” Etc.

 

(De nuestro texto: ‘Tarea del colaboracionismo Pnv-Eta y su resultado: reforzamiento del Frente Nacionalista (XXVII)’.)

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