Opresión y represión de las libertades fundamentales de los Pueblos: esencia del imperialismo


Opresión y represión de las libertades fundamentales de los Pueblos: esencia del imperialismo

 

Felipe Campo

(En recuerdo del 440 aniversario de la firma del Acta de Independencia de los Países Bajos.)

Los Estados de España y de Francia son Estados criminales que han sido establecidos durante siglos mediante innumerables, horrendos e imprescriptibles crímenes constitutivos: crímenes de guerra; crímenes contra la paz y la seguridad de Estados legítimos, larga y pacíficamente constituidos sobre el principio de la Autodeterminación o Independencia de los Pueblos y en conformidad con la legalidad internacional, y reconocidos como tales; y crímenes contra la humanidad. Consisten en una empresa imperialista y colonialista de agresión y dominación – entre otros – del Pueblo Vasco y de su legítimo Estado, el Reino de Nabarra.

Esta incurable constitución real y primaria de esos Estados: que es la auténtica constitución originaria de España y de Francia, los hace ilegales y nulos de pleno derecho, y como tales han sido siempre rechazados por el Pueblo Vasco; lo que, para mantenerse frente a las crisis insurreccionales sucesivas, los ha llevado a tener que recurrir a la ocupación militar permanente de nuestro País, a la represión y el Terrorismo de guerra y de Estado contra nuestro Pueblo, y a toda la corte de dictaduras, Imperios, repúblicas, revoluciones derrotadas y contra-revoluciones triunfantes que ello ha traído como inevitable consecuencia hasta el día de hoy.

Afortunadamente para otros Pueblos, ellos pudieron librarse antes de esa opresión y deshacerse de la dominación de los Españoles y Franceses; lo que ocurrió sin que éstos reconocieran JAMÁS: en ninguna parte donde tuvieron establecido su dominio, la justicia y lo bien fundado de las aspiraciones de libertad de los Pueblos que ellos estaban sojuzgando. Precisamente hoy se conmemora el 440 aniversario del Acta de Abjuración, es decir: la declaración formal de independencia que los Estados Generales de las Provincias Unidas de los Países Bajos: constituidas en la Unión de Utrecht (Enero-1579), firmaron en La Haya el 26 de Julio de 1581. Aun así, la independencia de aquéllos a quienes los Españoles despectivamente llamaron “pordioseros” (denominación que éstos humorísticamente aceptaron para sí mismos) sólo fue reconocida por la Monarquía Hispano-Católica en 1648, tras la llamada Guerra de los Ochenta Años (y “los Tercios y sus picas plantadas en Flandes”), iniciada cuando en 1568 entraron en abierto conflicto por las tropelías del Duque de Alba, enviado allí para “restablecer el orden” de la única forma que Españoles y Franceses pueden concebir: la represión y el despotismo contra las libertades de los Pueblos.

Este Acta de Abjuración es notable por su largo preámbulo, que tomó la forma de una justificación ideológica y una acusación y lista de agravios contra la tiranía del rey español, al que hasta entonces habían estado tomando como su “señor natural”; si bien sujeto a las normas de un “contrato social” que por supuesto el rey español: titular según él de un derecho absoluto de origen divino, no reconocía. Al deponer a un gobernante por haber violado ese contrato con sus súbditos, aquellos Estados Generales de la Unión de Utrecht eran los primeros en aplicar esa teoría (utilizada después en la Declaración de Independencia de las Trece Colonias norteamericanas en 1776), la cual muestra el irreductible “choque de culturas” implicado entre, por una parte, la concepción neerlandesa de las libertades fundamentales de los Pueblos; y, por otra, la concepción despótica y absolutista española:

“Los Estados Generales de las Provincias Unidas de los Países Bajos. A todos los que vieren u oyeren las presentes declaraciones, salud.

“Siendo evidente para todos que un Príncipe está constituido por Dios para ser gobernante de un pueblo, para defenderlo de la opresión y la violencia como el pastor defiende a sus ovejas; y considerando que Dios no creó al pueblo esclavo de su Príncipe, para obedecer sus órdenes ya sean éstas correctas o incorrectas, sino que más bien creó el Príncipe para el bien de la voluntad de los súbditos, sin lo cual no podría ser Príncipe, para gobernarlos de acuerdo con la equidad, para amarlos y apoyarlos como un padre a sus hijos o un pastor a su rebaño, e incluso para defenderlos y preservarlos a riesgo de su vida.

“Y cuando no se comporta así sino que por el contrario los oprime, buscando oportunidades para infringir sus antiguas costumbres y privilegios [entiéndase: derechos], y exigiéndoles la sumisión servil, entonces ya no es un Príncipe sino un tirano, y los súbditos no deben considerarlo de ninguna otra manera.” Etc. (Acta de Abjuración – Plakkaat van Verlatinghe – 26-Julio-1581.)

Ahora bien, a diferencia de ello, el Pueblo al que los Romanos llamaron Vascon/Vascones no tuvo ni reconoció jamás como propio ningún rey ni Reino “de España”: que no existía y aún tardaría muchos siglos en existir. Bien al contrario, los Vascones, tras la caída del Imperio Romano y una vez desbordado por los Francos el Ducado de Vasconia (que fue su primer Estado), constituyeron desde finales del siglo VIII o – como muy tarde – principios del siglo IX un nuevo Estado propio: el Reino de Pamplona. Lo hicieron bajo estas mismas concepciones de libertad expresadas por los Neerlandeses, y siempre frente a las agresiones de los recién llegados Bárbaros Francos y Godos.

En cuanto a “España”, se trata de una mera evolución fonética del término ‘Hispania’. Pero ese término: lingüísticamente de origen fenicio, fue siempre una mera noción-convención geográfica con la que los Romanos designaron a la Península Ibérica que ellos conquistaron. Su organización política nunca fue única bajo su dominación, y se estructuró siempre en diferentes “provincias”: Citerior/Tarraconensis, Ulterior/Baetica, Lusitania, Gallaecia y Cartaginensis; y en el ámbito insular, Ballearica. De éstas, algunas acabaron dependiendo directamente del emperador, y otras del Senado Romano. Por lo que respecta a los diversos Pueblos que allí vivían, una vez liquidados sus caracteres nacionales fueron “romanizados”, y tras la caída del Imperio romano desarrollaron posteriormente sus propios dialectos del Latín; algo que no ocurrió con el Eúskaro – continental y peninsular – Pueblo Vascón/Vasco, que mantuvo su idioma milenario y pre-indoeuropeo, el Euskara, y acabó constituyendo su propio Estado según se ha dicho.

El proceso por el que el Pueblo Vasco y su Estado actual: el Reino de Nabarra (sucesor en 1162 del Reino de Pamplona), han sido dominados por el imperialismo de las actuales España y Francia es el resultado de una actuación criminal: ilegal y nula de pleno derecho, consistente en la violación de toda legalidad – tanto nacional como internacional – contra los inalienables derechos del Pueblo Vasco y de su Estado propio, realizada mediante agresión militar, ocupación armada durante siglos, y crímenes imprescriptibles. Un proceso que debe ser inmediatamente revertido por la retirada incondicional e inmediata de todas las fuerzas de ocupación de esos criminales Estados ocupantes: el Reino de España y la República francesa, fuera de los Territorios históricos del Pueblo Vasco y de su Estado.

Como consecuencia de su naturaleza criminal: consubstancial con su empresa histórica de subyugación de otros Pueblos y sus Estados, esos mismos Estados ocupantes, España y Francia, son en sí Estados fallidos, puesto que deben sustentarse mediante fuertes aparatos de coerción militar y policial improductivos, retardatarios y ahogadores de todo progreso general en todos los órdenes; lo cual, bien seen la forma de Despotismo asiático o de Absolutismo que ambos respectivamente adoptaron, es la característica fundamental de esos dos Estados desde finales de la Edad Media. Y en la medida en que esos criminales objetivos de dominación: que los llevan a someter a otros Pueblos y Estados y a imponerles su Nacionalismo imperialista, son adoptados como un designio histórico nacional por su población (como es el caso de la generalidad de los españoles y los franceses, salvo raras excepciones), esto produce en ellos mismos una “nación” y una “conciencia nacional” imperialistas artificiales, desgraciadas, falsas y enfermas que los ha llevado a abrazar el Totalitarismo y el Fascismo; los cuales finalmente también los han masacrado a ellos mismos, puesto que “un Pueblo que oprime a otro Pueblo no puede ser libre”.

(Véase el Capítulo XX – ‘La “nación” y la “conciencia nacional” imperialistas’ / ‘The imperialistic “nation” and “national consciousness”.)

Los agentes del Nacionalismo imperialista español fundaron su Estado, su derecho y su organización represiva en el despotismo asiático, en el obscurantismo y el fanatismo nacional-católico, en la Santa Inquisición hispano-romana, y en la empresa multi-secular y multi-continental de guerra, conquista, genocidio, destrucción, pillaje, asesinatos, tortura, ocupación militar, explotación, opresión y represión de Pueblos y sus legítimos Estados, de la que tan satisfechos se sienten. Todo lo cual hizo del Imperio español la mayor y más devastadora organización criminal trans-Continental que la Humanidad ha conocido.

Torturaron, quemaron vivos o expulsaron a cuantos Judíos, Musulmanes o Herejes tuvieron la desgracia de caer en sus garras. Fueron: todos ellos, los actores del Nacionalismo más agresivo, destructor, racista, xenófobo e imperialista de la Historia; los que con arrogancia dieron al imperialismo su dimensión “universal” en los dominios “donde nunca se ponía el sol”; los campeones de la expoliación, la dominación racista y el genocidio tanto contra Pueblos europeos como de otros Continentes; los últimos celadores y guardianes: a escala mundial, de la servidumbre de la gleba (en España) y la esclavitud (en Cuba); los mismos campeones, durante siglos, de la Cruzada contra la masonería y el judaísmo internacional; y los protagonistas: precisamente en nuestro País, de la primera ofensiva continental del Nazi-Fascismo internacional. Ellos mismos son los actuales continuadores del Franquismo y el Nacionalismo imperialista y fascista español.

Los imperios español y francés se han fundado y conservado mediante la violencia, el terror y la conculcación de todos los derechos humanos fundamentales; y sus instituciones chorrean la sangre de sus innumerables víctimas. Los Pueblos que padecen su multisecular Nacionalismo imperialista son testimonio vivo de sus monstruosos crímenes. Acabar con esos testigos es la única forma – y un motivo suplementario – que encuentran de sobreseer responsabilidad y culpabilidad; de relegar a un “pasado” irrelevante el fundamento de la realidad contemporánea; y de borrar las huellas más evidentes del abominable, inolvidable, imperdonable e imborrable pecado original que la constituye. “Tales son los procedimientos idílicos” que constituyen el régimen vigente, al servicio de una empresa deliberada y permanente de genocidio total.

Toda la historia pasada y presente de España y de Francia está fundada en el esfuerzo constante por excluir de la comunidad humana a los Pueblos conquistados, e incluso a las minorías residuales dominadas. Vascos, Judíos y Moriscos, Guanches, Indios de América, Negros de África, Tagalos, Bereberes, Árabes o Vietnamitas saben demasiado de su política imperialista y racista de guerra, discriminación, apartheid y limpieza étnica.

Frente a esta realidad de imposición y crímenes, las actitudes de Resistencia – nacional o religiosa – han sido siempre perseguidas y reprimidas por los hispanos. Pero incluso si se producía la sumisión a la imposición (sobre todo tras las Massacres anti-judías de 1391), los sumisos eran considerados sospechosos y públicamente despreciados con apelativos tales como ‘marranos’, para los judeoconversos; y ‘moriscos’, en el caso de los Musulmanes. Bastaba con que alguien tuviera un “converso”, entre muchos antepasados suyos “cristianos viejos”, para que ese tal fuera considerado también “converso” o “cristiano nuevo”: una calificación igualmente discriminatoria aunque no fuera tan insultante como la de ‘marrano’.

La obsesión y el culto por “la pureza de sangre” (a lo que Ignacio de Loyola denominaba “humor español”) había llevado en ‘España’ a la promulgación de los ‘Estatutos de limpieza de sangre’ como mecanismos de discriminación legal contra las minorías. Esa obsesión por determinar el grado de “mezcla de sangres” llevó a los colonizadores españoles de América a distinguir – aparte de los españoles/criollos, los indios y los negros – entre mestizos, mulatos, cuarterones, ochentones etc. No hay pueblo en el mundo que, en la formación de su Estado, haya aplicado mayor fanatismo y discriminación: en nombre de la pretendida pureza racial y religiosa, que la aplicada por el pueblo español. A tal punto, que prefirieron paralizar o comprometer gravemente su progreso colectivo y desarrollo comercial: que es lo que trajo la expulsión de los Judíos en cuyas manos estaban esas ocupaciones, antes que tolerar no ya mezclarse sino convivir con ellos.

Pero la característica fundamental de este odio fanático de los españoles consiste en una insania auto-destructiva, en un odio perverso vuelto hacia adentro e indagador de ellos mismos y contra ellos mismos; todo ello al servicio del mantenimiento de unas imaginarias esencias nacionales inmanentes y eternas de lo hispano/español, cuya determinación se establece por una sobre-puja de exigencias que su cuadrilla de criminales y fanáticos dirigentes establece sin contestación posible. En tales circunstancias, nadie está a salvo: “Estamos viviendo tiempos difíciles, en los que no se puede hablar ni callar sin peligro”, escribía Juan Luis Vives – otro “converso” cuyo padre había acabado en la hoguera de la Inquisición – en una carta a su amigo Erasmo de Rotterdam en 1534.

Tal vez el caso más paradigmático de cuanto venimos diciendo sea el proceso que se inició en Agosto de 1559, con su encarcelamiento inmediato en las mazmorras de la Inquisición en Valladolid (incluso antes de haberse presentado acusación formal contra él), nada menos que contra el arzobispo de Toledo y primado de la Iglesia Católica para el Imperio de la Monarquía Católica: el Nabarro (colonizado) Bartolomé de Carranza, quien año y medio antes había sido nombrado para ese cargo por el rey Felipe II en persona, según su decisión hecha pública por él en Diciembre de 1557.

Nacido aquél en el Reino de Nabarra en 1503, cuando él tenía 9 años se produjo la invasión de los ejércitos hispánicos y su ocupación militar de nuestro Estado; y a los doce años de edad lo enviaron a estudiar a Alcalá de Henares, entrando en la Orden de los Dominicos en 1520 con tan sólo dieciséis años. Es decir que, en los momentos mismos en que estaba gestándose el pensamiento de la Reforma y la libertad de conciencia, que poco tiempo después eclosionaría en la oposición contra la teo/hierocracia papal e imperial en Alemania, Inglaterra y los Países Bajos (lo cual eventualmente traería la independencia y con ella el progreso económico y cultural para esos Países), importantes sectores de la ‘intelligentsia’ de nuestro Pueblo: sometidos bajo la ocupación militar extranjera, se adentraban en el obscurantismo, el Nacional-catolicismo hispano y la contra-Reforma.

Esta aberrante deriva es algo que protagonizó de forma destacada otro Vasco desarraigado, renegado y alienado ya por una colonización de siglos: el mencionado Íñigo López de Loyola. Oñacino y enemigo del Estado propio de los Vascos que era el Reino de Nabarra; combatiente en los ejércitos hispanos que mantenían su ocupación militar sobre nuestro Estado; y precursor de Lenin (aparte del hecho asombroso – y jamás mencionado – de que por los rasgos faciales que muestran sus retratos podría pasar por su doble), realizó ese cometido con la creación de una ‘compañía’ – en la acepción que esa palabra tiene como unidad militar – o partido político-religioso: la “Compañía de Jesús”; cosa que hizo tras haber sido herido – durante el intento de liberación de nuestro País en 1521 – por una bala de cañón que rebotó en una pared próxima y lo alcanzó. (Lo cual muestra los efectos imprevisibles y perversos de las balas de cañón, o al menos de aquella bala del ejército de Nabarra, en la evolución de los Renegados.) Constituida formalmente en 1540, esa “Compañía” tuvo un papel destacado en la contra-Reforma y como tal participó activamente en el Concilio de Trento desde su apertura en 1545. Las consecuencias que todo ello tuvo para nuestro País habrían de ser funestas y llegan hasta la actualidad.

(“Los jesuitas han tenido también siempre especial interés, obsesión o fascinación por el comunismo y la teoría y la práctica del ‘marxismo-leninismo’. Por motivos históricos e ideológicos que no cabe exponer aquí, han visto más o menos conscientemente en el partido bolchevique: luego comunista, un reflejo o doblete en negativo de su propia Orden, estrechamente emparentado con ella.” [Iñaki Aginaga.])

Pero volviendo a Carranza, antes de llegar a ser primado de la Iglesia hispánica en “la Dives Toletana” – construida sobre la mezquita de la Toledo musulmana – él había participado con ardor en el intento de contra-Reforma que se desarrolló en Inglaterra bajo el reinado de María Tudor, hija de Enrique VIII, tras su matrimonio en 1554 con su lejano sobrino y entonces príncipe Felipe: “rey de Nápoles y de Jerusalén” por concesión de su padre el emperador Carlos V, al objeto de que el novio estuviera a la altura de la ocasión y aquel matrimonio “entre reyes” pudiera realizarse. El fraile Carranza acompañó al novio en su viaje a Inglaterra, y su actuación allí es descrita de este modo por Martín de Azpilkoeta: el ‘Doctor Navarrus’, abogado defensor de Carranza en el mencionado proceso:

“Su Paternidad el fraile dominico Bartolomé de Carranza, que viajó junto al Rey a Inglaterra, tenía dos misiones que cumplir: erradicar en lo posible las creencias luteranas que habían contaminado la pureza religiosa de Gran Bretaña para intentar el regreso a la obediencia católica de aquellas tierras, y conseguir la recuperación de los bienes que, durante siglos, fueron propiedad de distintas congregaciones de monjes y frailes y que habían sido repartidos por Eduardo VI a la nobleza más adicta a las ideas del anglicanismo luterano. Y en ello trabajó Carranza durante más de dos años colaborando eficazmente con María Tudor y con el cardenal Pole, Primado de Inglaterra, hasta conseguir la vuelta a la Isla de las órdenes monacales expulsadas por Enrique VIII y Eduardo VI. [...]. Y ha de constatarse que la excesiva severidad del fraile dominico contra los luteranos contribuyó a que Mª Tudor pasara a la historia de Inglaterra con el sobrenombre de la Sanguinaria [‘Bloody Mary’].” Ésta es la presentación que Martín de Azpilkoeta hace de su cliente.

Cuando dos años más tarde, en 1556, el rey Felipe tuvo que abandonar Inglaterra, “Carranza – continúa diciendo Azpilkoeta de su defendido –, a quien yo conocía sólo de oídas, permaneció un año más en Londres, dedicado a la quema de libros luteranos y al castigo de los herejes; pero en 1557 ya estaba en Bruselas, aplicando sus conocimientos teológicos (años antes, había participado brillantemente en el concilio de Trento) a la expurgación y censura de los libros luteranos que llegaban a Flandes procedentes de Alemania”.

No parece, por tanto, que fuese sospechoso de herejía aquel fraile a quien – contra los deseos del elegido – Felipe II eligió para el cargo de primado e hizo consagrar arzobispo en Bruselas en Febrero-1558. Sin embargo, año y medio después, “la soldadesca de la Inquisición prendía al reverendísimo arzobispo la noche del 22 de agosto de 1559, culminando de esa manera toda una serie de procedimientos previos en los que siempre se actuó con premeditación, nocturnidad y alevosía. Eran las dos de la madrugada del cuarto día posterior a la muerte de Pablo IV y, en consecuencia, en medio del desconcierto propio de toda situación de sede vacante.”

Según sigue diciendo Azpilkoeta, esta operación era realizada – naturalmente con el permiso del rey – por “una caterva de enemigos de Su Ilustrísima que continuaba trabajando en la sombra y en el secretismo con la finalidad de urdir una trama acusatoria – aún inconsistente cuando llegó a España el Arzobispo – en la que se mezclaban sospechas de carácter dogmático, acusaciones anónimas y equívocos malintencionados. Materiales, todos, sin ningún fundamento jurídico para que pudiera incoarse un proceso acusatorio de herejía contra el mismísimo Primado de las Españas, para lo que sería necesario recurrir a sutilezas teológicas – a las que se recurrió – cuya argumentación no tuviera más fisuras que las permitidas por la acusación y la práctica de argucias legales que sólo admitieran la interpretación más desfavorable para S.I. [...] El caso es que, como consecuencia de todas esas maniobras dirigidas por la Inquisición y por varios obispos españoles, S.I. fue apresado y encerrado en una oscura celda de la Inquisición, donde permaneció hasta finales de 1566 (siete años), cuando el papa Pío V amenazó con la excomunión a Felipe II si no mandaba inmediatamente a Roma al procesado y el proceso. Proceso formado por varios miles de páginas en las que se le acusaba a Carranza de más de cien herejías luteranas. Y no estaría de más recordar aquí el momento, los modales y la cobardía reflejados en el acto de encarcelamiento del Primado de España, sin que existiera aún una mínima acusación formal contra él.” Más adelante describe esa celda: “Calabozo que conozco bien, pues era allí donde nos reuníamos el Arzobispo y éste que escribe ahora con pulso incierto el Memorial de aquel proceso que nunca tenía que haberse realizado.”

Todo esto lleva a Azpilkoeta a esta reflexión: “Vuelve de nuevo la misma pregunta ¿Por qué había cambiado Felipe II de opinión respecto a Bartolomé de Carranza? ¿Es que pudo creer en algún momento las injurias que le presentaron contra el mayor luchador contra el protestantismo, como si fuera un luterano convicto? ¿Tan graves eran sus dificultades financieras, como para que se obcecara ante las cuantiosas rentas del arzobispado de Toledo?” Es preciso tener presente que, mientras no se sustanciara el proceso, todas esas enormes rentas eran para el rey.

Cuatro meses después de que Carranza partiera para Roma en Abril-1567 (abandonando las mazmorras de la Inquisición en Valladolid para ir a parar a las del Castillo de Sant’ Angelo, donde estuvo otros diez años más al retrasarse siempre la sentencia absolutoria por la inquina española), el III duque de Alba llegaba a los Países Bajos enviado por Felipe II, donde inmediatamente iba a dejar triste memoria de sus actos realizados “a la manera hispánica”: atrayendo con el engaño de que buscaba su consejo, y a continuación apresando y condenando a muerte, a los principales nobles flamencos, entre ellos los condes de Horn y de Egmont (quien diez años antes, al frente de su caballería, había asegurado para Felipe II la victoria en la Batalla de San Quintín). Todo este criminal proceder es descrito así en el Acta de Abjuración:

“Ocurrió pues que el rey de España [...] escuchó más bien el Consejo de los Españoles (los que estaban a su alrededor), los cuales habían concebido un odio secreto a estas tierras y a su libertad, porque no podían disfrutar de puestos de honor y altos empleos aquí bajo los Estados [Generales] como lo hacían en el Reino de Nápoles, Sicilia, Milán y las Indias, y en otros países bajo el dominio del Rey. Así seducidos por las riquezas de dichas provincias, con las que muchas de ellos estaban bien familiarizados, el dicho Consejo de los Españoles, decimos, o los principales de ellos, exhortó con frecuencia al Rey que era más por la reputación y grandeza de Su Majestad someter a los Países Bajos por segunda vez, y hacerse absoluto (con lo que querían decir tiranizar a placer) que gobernar de acuerdo con las restricciones que había aceptado, y que en su admisión juró observar.

“A partir de ese momento el Rey, siguiendo a estos malvados consejeros, buscó por todos los medios posibles reducir este país a la esclavitud bajo el gobierno de los Españoles: que primero, bajo la máscara de la religión, se esforzó por establecer nuevos obispos en las ciudades más grandes y principales, dotando e incorporándolos con las abadías más ricas, asignando a cada obispo nueve canónigos para asistirlo como consejeros, tres de los cuales deberían supervisar la Inquisición.

“[...] y por la adición de dichos canónigos él introdujo la Inquisición Española, que ha sido siempre tan terrible y detestada en estas provincias como la peor de la esclavitud, como es bien sabido, [...].

“[Ante estos hechos, otros nobles] fueron enviados como embajadores a España, donde el rey, en vez de darles audiencia, [...] persuadido por el Consejo de España, declaró que todos ellos [...] eran rebeldes y culpables de alta traición, y a ser castigados con la muerte y confiscación de sus bienes; y lo que es más (creyéndose bien seguro de reducir estos países bajo tiranía absoluta por el ejército del duque de Alba), hizo poco después encarcelar y hacer matar a los dichos señores embajadores, y confiscó sus bienes; lo que es contrario a las leyes de las naciones, las cuales han sido siempre religiosamente observadas incluso entre los príncipes más tiránicos y bárbaros. [...]

“Y para anular todos los privilegios [entiéndase: derechos] de este país, y gobernarlo tiránicamente a placer como [hace] en las Indias y en sus nuevas conquistas, él [...] envió con un poderoso ejército para oprimir estas tierras al duque de Alba, quien por sus crueldades inhumanas es visto como uno de sus mayores enemigos, acompañado de consejeros también como él. [...]

“Y quienes creyeron en sus cartas [de Alba, se refiere a Egmont y Horn], fueron apresados y llevados fuera de Brabante, en contravención de la ley, donde fueron encarcelados y procesados como criminales ante él [duque de Alba], que no tenía ningún derecho ni podía ser un juez competente; y finalmente él, sin escuchar su defensa en su conjunto, los condenó a muerte, que fue ejecutada pública e ignominiosamente. [En la Plaza del Ayuntamiento de Bruselas, 1568.]

“Otros, mejor familiarizados con la hipocresía española, al residir en países extranjeros, fueron declarados proscritos y se les confiscaron sus propiedades, para que los pobres súbditos no pudieran hacer uso de sus fortalezas ni ser asistidos por sus príncipes en defensa de su libertad contra la violencia del papa; además de un gran número de otros caballeros y ciudadanos importantes, algunos de los cuales fueron ejecutados, y otros desterrados para que sus bienes pudieran ser confiscados.” Etc. (Acta de Abjuración, 1581.)

Por todas partes fanatismo, despotismo, traición, prisión arbitraria, asesinatos con apariencia de ejecuciones judiciales tras simulacros de (inicuos) procesos, y latrocinio mediante multas y confiscaciones, que es el objetivo y fin último de esos crímenes. Son los mimbres de los que está hecho el imperio español; con la particularidad ya indicada – la cual lo diferencia de otros – de aplicarse con especial predilección también contra sus propios adeptos. Como es natural, de esos procedimientos indicados, los más extremos han desaparecido en la actualidad ante la necesidad de “homologarse” con las “democracias europeas” históricamente constituidas. Pero sólo los más extremos, porque la investigación malsana y perversa contra todo aquél que se sospecha pone en peligro sus “esencias patrias”, con aplicación de la prisión preventiva, los procedimientos judiciales arbitrarios que obligan al acusado a cuantiosos gastos y grave quebranto personal por tener que desplazarse para ser juzgado en la capital del imperio y no por su juez natural, las exorbitantes y desaforadas condenas a prisión (constantemente desautorizadas como injustas o irregulares en apelación a los tribunales de derechos humanos), los exilios forzados para eludir todo ello, y el latrocinio en forma de multas y exacciones millonarias, todo eso continúa como siempre. Los ejemplos actuales están en la mente de todos, pero deseamos mencionar en particular el caso de los jóvenes de Altsasu arbitrariamente encarcelados.

(A este respecto, véanse los textos ‘Totalitarismo fascista y procesos judiciales’, publicado en est página el 14-Febero-2019; y ‘Totalitarismo fascista y sentencias judiciales’, publicado igualmente el 14-Octubre-2019.)

Por otra parte, la reciente sentencia del “Tribunal Constitucional” español: por la que su fracción mayoritaria declara inconstitucionales medidas del “estado de alarma” adoptadas año y medio antes por el Gobierno español para hacer frente a la pandemia de gripe china, proporciona un ejemplo reciente de ese espíritu doctrinario “de carácter dogmático e inquisitorial” que el Doctor Azpilkoeta describía, consistente en esa indagación malsana contra los propios co-religionarios, y que los aludidos actuales han calificado como “elucubraciones doctrinales y discusiones bizantinas”. Porque, según la fracción mayoritaria de ese Tribunal entiende, lo que debió haberse adoptado era un “estado de excepción”, es decir: una medida aún más restrictiva para las “libertades constitucionales de los ciudadanos”, cuando lo que parecería lógico esperar de ese organismo es que se erigiera en defensor de esas “libertades constitucionales”, y no en supresor de ellas.

Ello permite hacer varias consideraciones, que fueron tratadas en el mencionado texto “Totalitarismo fascista y sentencias judiciales”. En particular, y con los datos que proporciona esa sentencia, queremos traer aquí una oportuna cita de dicho texto, referida a la supuesta y falsa “falta de independencia” de los jueces españoles, que los incorregibles miembros de la burocracia mafiosa-liquidacionista Pnv-Eta denuncian una y otra vez contra toda realidad:

“En cambio, sumidos en su desvarío, los dirigentes indígenas ‘vascos’ de la burocracia Pnv-Eta y sus satélites, agentes auxiliares locales del imperialismo franco-español e incansables defensores del gran cambiazo o estafa contra la Nación Vasca (a saber: la negación y el abandono del derecho internacional de autodeterminación o independencia del Pueblo Vasco, y su substitución por una falsa ‘autonomía’ otorgada como una región española más, y por una ilusoria ‘separación interna de poderes’ dentro del régimen imperialista franco-español de ocupación militar que ellos han aceptado como legítimo, democrático y el suyo propio); tales agentes, decimos, ‘protestan’ – simultánea o sucesivamente – contra los ‘malos’ poderes ejecutivos que se imponen a los buenos legisladores y a los buenos jueces; si es que no son los malos jueces quienes se imponen a los buenos legisladores y los buenos gobiernos, o los malos legisladores quienes mantienen prisioneros a los buenos gobiernos y los buenos jueces.

“Tales dirigentes ‘vascos’ auxiliares del imperialismo ocultan así la realidad de la UNIDAD DE PODER que constituye el Estado imperialista-totalitario, cuyos agentes legislativos, ejecutivos, administrativos y judiciales gozan: individual y colectivamente, de toda la motivación y de toda la carga xenófoba que se puede pedir o esperar de ellos. No necesitan esos agentes imposiciones de nadie para perseguir – conjunta o separadamente – todo lo que se parezca a una oposición democrática y todo lo que represente o recuerde a los Pueblos que los españoles y los franceses mantienen sojuzgados: que es lo que han hecho siempre en todos los años y todos los siglos de conquista, dominación y represión que integran hasta hoy mismo su infame historia, de la que tan orgullosos se sienten.

“‘Ustedes los uranianos: severos y morenos como los españoles antiguos (que tan bien sabían quemar en las hogueras), ustedes callan.’ (Yevgeni Zamiatin; ‘Nosotros’, 1920.)

“Es una constatación constantemente verificada el hecho de que, en comparación con los responsables usualmente calificados como ‘políticos’, los órganos y miembros ‘apolíticos’ del Estado moderno: hasta el último funcionario civil o militar, son generalmente más – y no menos – adictos de decisiones y medidas ‘administrativas’ represivas, simplistas, radicales, intransigentes y extremas.” Etc. (Véase el Capítulo XXIII – Fundamentación ideológica actual del Estado imperialista: “democracia, ‘Constitución’ y Estado de derecho” (XXIII), de nuestro texto general: ‘EUSKAL HERRIA Y EL REINO DE NABARRA, O EL PUEBLO VASCO Y SU ESTADO, FRENTE AL IMPERIALISMO FRANCO-ESPAÑOL / EUSKAL HERRIA AND THE KINGDOM OF NABARRE, OR THE BASQUE PEOPLE AND ITS STATE, AGAINST FRENCH-SPANISH IMPERIALISM’.)

En efecto, las demandas millonarias y las fianzas exorbitantes: exigidas recientemente a políticos catalanes por “tribunales de cuentas” españoles que son supuestamente “apolíticos”, es muestra de esta realidad. Pero es que, por su parte, la misión del “Tribunal Constitucional” español no es velar por los “derechos constitucionales de la ciudadanía” sino por la preservación y continuidad sin fisuras del Estado español: criminal, imperialista, colonialista y fascista de ocupación militar, impuesto sobre el Pueblo Vasco y su Estado, el Reino de Nabarra, mediante crímenes de guerra, crímenes contra la Paz, y crímenes contra la Humanidad. Y ocurre simplemente que la inviable, desastrosa, ruinosa, absurda y artificial “administración y co-gobernanza autonómica” del Estado español lo hace ingobernable a toque de corneta de cuerpo de guardia (civil): que es a lo que esos jueces querrían reducir ese Patio de Monipodio al que llaman “España”.

Es por ello por lo que han dictaminado mayoritariamente que lo que debería haber decretado su Gobierno es el estado de excepción para todo el mundo, y haber llevado la gestión de la crisis ‘manu militari’, como así empezó haciéndose. Se percatan ahora vagamente de que, llevados por el Nacionalismo imperialista español contra el Pueblo Vasco y su Estado, y por su criminal obsesión en negarlos, aquella “idea” troncal de la transición intra-totalitaria, a saber: conseguir ese objetivo de hacer desaparecer la Nación vasca por el procedimiento de diluirla entre innumerables “autonomías españolas” (lo que llamaron “café para todos”), no fue una idea tan buena ni estuvo tan acertada como se suponía, puesto que los ha llevado finalmente al desastre de haber construido un “país” caótico, ruinoso, insostenible e ingobernable y que ni siquiera es un país; bueno solamente para proporcionar enchufes y chanchullos a un ejército de burócratas duplicados y triplicados que: desde el último funcionario a la real familia, asfixian su economía y viabilidad.

Pero esto ya fue expuesto en el citado texto – La “nación” y la “conciencia nacional” imperialistas’ (XX)Capítulo XX de nuestro mencionado texto general:

“Los ideólogos imperialistas no sólo niegan la existencia de los Pueblos sojuzgados: necesitan también alterar y desdoblar la propia idea de la Nación dominante; en consecuencia, sacrifican, disfrazan, falsifican y disuelven formalmente la idea nacional de España y de Francia. España y Francia son lo que haga falta para que los demás no sean. Es así como los Españoles han atomizado y desintegrado su propia estructura territorial en numerosas ‘regiones autónomas’: comprometiendo de ese modo su propia viabilidad como nación, por la necesidad de devaluar y neutralizar el auténtico derecho INTERNACIONAL de autogobierno o autodeterminación (self-government/self-determination) de los Pueblos y Estados que aún mantienen sojuzgados en el interior de sus fronteras imperialistas. Con ese ‘truco’, el derecho internacional de autodeterminación o independencia de todos los Pueblos: contradictorio e incompatible con el imperialismo, queda así en apariencia anulado/substituido; situando en su lugar y a su mismo nivel como sucedáneo el falso ‘gobierno autonómico’ interno de sus propias ‘regiones autónomas’.

“[...] Pero, dado que el Pueblo y el Estado ocupados no son parte de la nación y el Estado ocupantes sino que ‘tienen, bajo la Carta, un estatuto jurídico separado y distinto del territorio del Estado que lo administra’ [UNGAR 2625 (1970)], de ahí se sigue que los derechos fundamentales de los Pueblos y Estados sometidos – y ante todo su derecho INTERNACIONAL de autodeterminación o independencia – son externos e incompatibles con el criminal ‘derecho’ imperialista de la nación y el Estado ocupantes, y por tanto NADA tienen que ver con su derecho positivo doméstico ni están supeditados a él.

“La negativa o incapacidad para reconocer las Naciones y los Estados que ellos mantienen ocupados, impide a Españoles y Franceses reconocer y asumir abiertamente su propia conciencia nacional real. Por lo tanto, ya sea como consecuencia bien de la definitiva libertad de los Pueblos que ellos están sojuzgando, o de la definitiva liquidación nacional de ellos, esta disyuntiva: o bien Libertad nacional de esos Pueblos, con su consecuencia de democracia real y progreso general; o mantenimiento del imperialismo y sus crímenes, con su consecuencia de marasmo estructural y sistémico general, se establece fatalmente para Españoles y Franceses como condición para la libertad de su propia idea nacional: la cual está mantenida como rehén de su Nacionalismo imperialista, y también como condición para la recuperación de la realidad de su propia historia, que ellos se ocultan a sí mismos porque les revela la realidad y la historia negadas de los Pueblos y Estados que ellos mantienen oprimidos.

“Sin la necesidad de combatir ideológicamente la Resistencia nacional de los Pueblos, y de esconder la realidad del imperialismo, el concepto simple y auténtico que funda la conciencia nacional de España y de Francia aparecería sin equívocos ni disfraces, y sin desdoblamiento de su conciencia nacional por efecto de la interacción entre la ideología de la realidad y la ideología de la ilusión; con el consiguiente ahorro de la extravagante y delicuescente retórica metafísica que la propaganda y la guerra psicológica del Nacionalismo imperialista imponen; ya sea en Madrid o París, en Ankara, Moscú o Pekín.” Etc.

Todo es confusión, engaño y caos. Sin embargo, toda esta repugnante y gigantesca operación de falsificación y recuperación política, que sólo puede acarrear el desastre para todos, no habría sido posible sin su aceptación y apoyo: desde el inicio mismo de la “transición” al Segundo Franquismo, por la burocracia mafiosa-liquidacionista Pnv-Eta y sus satélites; cuando, desoyendo y atacando a quienes lo advertían y propugnaban el boycott total a aquella operación de engaño al Pueblo Vasco que eran las “elecciones generales”, decidieron liquidar la política de liberación nacional para insertarse como los miserables beneficiarios y agentes locales auxiliares del imperialismo que son, con la estúpida idea de que eso les durará para siempre.

Actualmente, la dúplice burocracia mafiosa-liquidacionista Pnv-Eta es ya – y sólo puede aspirar a ser – rehén del partido del Franquismo transitivo: el partido Nacional-socialista de Falange-Ugt-PsoE, cuyo Nacionalismo imperialista español contra los Pueblos sojuzgados es incuestionable y ha sido honestamente manifestado por dicho partido incluso cuando, estando en la oposición, apoyaron sin fisuras al Gobierno español del Pp en la suspensión del “gobierno y la autonomía” de Catalunya, en aplicación del artículo 155 de la “Constitución” formal española:

“[...] pero ante cualquier cuestionamiento de la integridad territorial de España no hay ningún matiz: la mera idea de una España sin Catalunya, y vice-versa, es la de una España y una Catalunya mutiladas.” Etc. (Del discurso televisado de Pedro Sánchez, secretario general de Falange-PsoE, en apoyo de la supresión de la “autonomía” de Catalunya decretada por el Partido franquista tradicional la tarde del 27-Octubre-2017.)

“[...] lo que se va a encontrar el secesionismo y la xenofobia que ahora mismo está liderando las principales instituciones catalanas es la unidad de todos los demócratas, de las fuerzas que defendemos el orden constitucional y singularmente el principal partido del país y el segundo, [...]. El secesionismo tiene que ser consciente de que se va a encontrar con un muro, con el muro del Estado social y democrático de derecho, [...]. Creo que es muy importante que se desvele la verdadera cara y el verdadero rostro ahora mismo del secesionismo en Catalunya, que es xenófobo.

“Si el Gobierno [del Pp] presenta esa modificación del código penal, el partido socialista la apoyará. También le diré [bis], el artículo 155, y la respuesta digamos conjunta y pactada que tenemos que dar a través del artículo 155 si es que se produce esa eventualidad, ésa la tiene garantizada; [...]. Es evidente que la ‘Constitución’ es un bien jurídico que debe ser defendido.” Etc. (Declaraciones de Pedro Sánchez, secretario general de Falange-PsoE, en “Los Desayunos de TVE”, 16-Mayo-2018.)

Ni siquiera entonces, incluso estando en la oposición, insistimos, se molestó el PsoE en disimular su apoyo al Nacionalismo español sino que lo resaltó e hizo bien visible, puesto que conocen bien ese Nacionalismo imperialista que está presente en el pueblo español y por tanto en la base sociológica de su propio partido. Esta base sociológica de Falange-PsoE es teóricamente extensible también a todo el pueblo español, el cual puede ser perfecta e indistintamente representado por cualquiera de las dos manifestaciones del bifronte PARTIDO ÚNICO FRANQUISTA: ya sea en su versión tradicional del Partido del Movimiento-Pp, o en su versión transitiva y Nacional-socialista de Falange-PsoE. El hecho de que sea elegida una u otra versión afectará, como es natural, a las burocracias dirigentes y a los enchufados respectivos que dependen de una u otra, pero no a los fines del Nacionalismo imperialista español y a la esencia de la criminal política que lo sirve, común a ambas.

Para una mayoraclaración sobre estas cuestiones véase el texto ‘Engaño y bloqueo del Pueblo Vasco por el Colaboracionismo Pnv-Eta: “un interminable derribo de puertas abiertas”’, publicado en esta página el 9-Enero-2020.

El Pueblo Vasco está perdido, si no es capaz de comprender la trampa mortal a la que la burocracia liquidacionista Pnv-Eta ha llevado a sus seguidores (y con ellos a todo el País), al haberlos inducido a meter los dedos – para a continuación ser arrastrados totalmente, como le ocurre al desventurado protagonista del film “Tiempos Modernos” – entre los engranajes de “la democracia y la ‘Constitución’ española”: la de “la España Una, Grande y Libre” de siempre, imperialista y finalmente fascista.

Desde la irrupción de la “extrema derecha” española: que es el Franquismo sociológico de siempre pero que, por ese simple y burdo truco de “desdoblarse”, convierte a la derecha franquista tradicional en “moderada y el centro”, los citados colaboracionistas “vascos” están prácticamente condenados a servir como una extensión auxiliar del PsoE, si es que no a votarlo directamente, y de todos modos a entregarle el apoyo y los votos del votante “vasco”, por miedo a y para impedir “que gane ¡democráticamente!” el nuevo espantajo que presenta “la amenaza” de la derecha fascista una y trina. Una derecha fascista que en nuestro País ya ganó en 1937 mediante crímenes y genocidio, que desde entonces jamás dejó de ser la ganadora, y que, con la complicidad de Falange-PsoE y el resto del social imperialismo español: los cuales colonizaron a la burocracia liquidacionista Pnv-Eta, sigue ganando desde que en 1977-79 el régimen del Segundo Franquismo fue aceptado por todos ellos como la “nueva democracia española”.

De hecho, el objetivo de conseguir que “el becerro vasco” siga embistiendo y entrando al trapo – al engaño – de participar en las “elecciones democráticas” españolas o francesas: que es la forma de arruinar toda nuestra política de liberación y de integrar al Pueblo Vasco en los Estados de Francespaña, es tan importante para el imperialismo español y francés (todas tendencias reunidas), que en el Franquismo tradicional, sabiendo que la única forma que tienen para conseguirlo es asustando y forzando a nuestro País a dar su apoyo al PsoE (puesto que ellos se saben impresentables para recuperarlo), hacen aspavientos y exhiben su Franquismo declarado como los ganadores de la guerra que son: jamás derrotados ni desalojados de ninguna parte y en especial del ejército, la policía, magistratura e iglesia; y magnifican sus “ataques” contra “la amenaza revolucionaria y comunista” de “la izquierda” española a fin de que la elijamos como aliada; la cual ellos saben perfectamente que es tan Nacionalista española – y fascista, puesto que no pueden prescindir de la ocupación militar – como lo son ellos.

El Franquismo en versión tradicional: al impulsar solapadamente a estos falsos “separatistas vascos” – y catalanes – a apoyar a la “izquierda comunista” española (a todos los cuales está en realidad acreditándolos con sus “ataques”, aunque disimule el hecho y los denoste ante su clientela), asume como inevitable y da por buena la posibilidad de quedarse algún tiempo fuera del Gobierno; al menos hasta que la liquidación de toda política nacional vasca sea un hecho consumado y a condición de ello. Ésta es la misión histórica que tiene actualmente encomendada el Nacional-socialismo español de Falange-PsoE, junto con el social-imperialismo y el Nacional-comunismo español de PcE-Podemos y sus franquicias locales. Con respecto a nuestro País, y a lo que cabe hacer con el Pueblo Vasco, la complicidad y complementariedad entre el imperialismo de la “izquierda” y la “derecha” españolas y francesas determina – al igual que lo ha hecho siempre – una identidad total y una "Unión sagrada" entre todos sus componentes.

Si este País persiste en seguir a la burocracia Pnv-Eta y sus satélites: totalmente insertos desde hace casi cuarenta y cinco años en los planes del imperialismo fascista español del Segundo Franquismo al que ellos llaman “democracia” y “el Estado” propio, está irremisiblemente condenado a la liquidación de toda su política de liberación nacional. Los resultados de ello: en términos de avance en la desnacionalización y colonización franco-españolas de nuestro Pueblo, están a la vista de cualquier observador honesto y en su sano juicio. La burocracia liquidacionista Pnv-Eta es el SIDA de nuestro Pueblo.

El Pueblo Vasco debe urgentemente dejar de seguir los perniciosos llamamientos de esta mafia burocrática Pnv-Eta y sus satélites: Ea-EH Bildu-Sortu y sus terminales sindicales y “socio-culturales”. Y las bases de esas organizaciones: si a lo que aspiran es a poder participar con ellas en la tarea de liberación nacional, deberán – provistas de guantes y accesorios de gran protección – deshacerse urgentemente de sus “dirigentes” echándolos al contenedor de residuos altamente tóxicos y no-reciclables, si es que ellos mismos no acceden antes a retirarse ‘in extremis’, en un último acto de decencia. Si esas bases no lo hacen así, sus pretendidas organizaciones “vascas” se situarán definitivamente dentro del catálogo de los partidos declaradamente españoles; serán definitivamente lo que ya son: partidos españoles para vascos. Sin una REVERSIÓN TOTAL  de la política que estos traidores han estado manteniendo durante casi medio siglo, y sin una ruptura con el régimen fascista franco-español de ocupación militar, nuestro Pueblo está condenado.

Frente a la traición continuada de estos miserables corruptos y/o menguados: desde Ortuzar/Urkullu/Esteban hasta Otegi/Iriarte/Aizpurua, junto con toda la banda que integra esa burocracia de vendidos; y en esta fecha en que se cumple el 440 Aniversario del Acta de Abjuración de las “Siete Provincias Unidas de los Países Bajos”: que nos recuerda la dignidad y valentía de todo un Pueblo frente a la tiranía española, el Movimiento Vasco de Resistencia y Salvación Nacional reafirma su compromiso de aglutinar a todas las fuerzas democráticas – y por tanto anti-imperialistas – de nuestro País, unidas en torno a dos principios estratégicos fundamentales. Estos principios son LOS ÚNICOS que nos permiten conseguir tanto la unidad del Pueblo Vasco: la cual o bien se consigue en función estratégica, o no se conseguirá en absoluto (al mismo tiempo que nos garantizan una posición inexpugnable que no tiene coste social alguno para nuestro Pueblo, mientras que es totalmente inasumible e irrecuperable para el imperialismo franco-español); así como el pleno respaldo del derecho internacional. Para una mayor aclaración, remitimos al lector al alManifiesto del Movimiento Vasco de Resistencia y Salvación Nacional’, publicado en Español, EuskaraFrancés e Inglés.

De forma resumida, estos principios son:

1/ Afirmación del derecho internacional de autodeterminación o independencia del Pueblo Vasco, cuya condición previa es la evacuación incondicional e inmediata de todas las fuerzas militares de ocupación de las Potencias ocupantes: España y Francia, fuera de los Territorios históricos del Pueblo Vasco; y

2/ Afirmación de la continuidad, vigencia y actualidad de nuestro Estado propio, el Reino de Nabarra, el cual sigue siendo el único Estado del Pueblo Vasco, al que jamás ha renunciado ni ha admitido ni reconocido nunca ningún otro. Su necesaria consecuencia implica EL NO-RECONOCIMIENTO Y LA DENUNCIA constantes e incesantes de los Estados ocupantes: el Reino de España y la República francesa, y de sus regímenes totalitarios de ocupación militar, como criminales, imperialistas, colonialistas y fascistas.

Así pues, mientras el imperialismo franco-español no retira de nuestro País sus fuerzas de ocupación (dado que ellas CONSTITUYEN el elemento esencial y fundamental de su dispositivo estratégico de dominación, sin el cual todo su sistema se desploma), y puesto que no es posible hacer una política anti-imperialista con el concurso de los imperialistas y fascistas, es decir: los agentes quinta-columnistas al servicio de ese imperialismo infiltrados entre el sojuzgado Pueblo Vasco (quienes, mientras se niegan a asumir públicamente dichos principios que afirman nuestros derechos nacionales, afirman por el contrario su propio “derecho de imperialismo y de ocupación militar” sobre nuestro Pueblo y Estado), el corolario y la aplicación práctica de estos dos principios implica mantener un BOYCOTT TOTAL:


– a toda colaboración con cualquier persona individual o colectiva que, por rechazar ya sea en todo o en parte, en la teoría o en la práctica uno o ambos principios fundamentales citados, forman objetivamente – algunos incluso de forma subjetiva y confesada – parte del imperialismo; y


– a toda participación tanto en las instituciones del régimen colonialista y fascista franco-español de ocupación militar, y especialmente en sus monopolios jurídicos o “parlamentos” imperialistas: Cortes Generales españolas y Parlamento francés (establecidos a lo largo de los siglos mediante su constitución real y primaria: el Monopolio de la Violencia criminal y el Terror de guerra y de Estado, e imprescriptibles crímenes constitutivos contra el Pueblo Vasco y su Estado); así como en sus “elecciones generales” totalitarias que “legitiman” todo ello.


DERECHO DE AUTODETERMINACIÓN O INDEPENDENCIA NACIONAL INCONDICIONAL E INMEDIATA DEL PUEBLO VASCO / EUSKAL HERRIA!


REINO DE NABARRA: EL ESTADO DEL PUEBLO VASCO / EUSKAL HERRIA!


¡Ejército de ocupación ni con música!

¡España ni con república! ¡Francia ni con monarquía!


¡BOYCOTT TOTAL A LOS IMPERIALISTAS Y FASCISTAS, Y A SU RÉGIMEN FRANCO-ESPAÑOL DE OCUPACIÓN MILITAR!  –  ALDE HEMENDIK!


¡¡¡VIVA EL PUEBLO VASCO LIBRE!!! – GORA EUSKAL HERRI ASKEA!!!

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